Capítulo 19: "Extrañas"
#2 "Sweet Peril" (SinRin Ver.)
INFORMACIÓN IMPORTANTE AL FINAL DEL CAPÍTULO.
Papá ya había puesto la pelota en movimiento antes de que finalmente fuera capaz de ponerse en contacto con nosotras. Yuju estaba en un avión a Los Angeles y tomaría un taxi para llegar al apartamento de Yerin para que ellas pudieran discutir la misión y llegar juntas. Maquillaje y disfraces vendrían a transformar a los chicas en sirias pasables, bajo la premisa de que sus disfraces fueran para la filmación de una película.
Yerin y yo habíamos estado apuradas por su apartamento desde la llamada telefónica. Nos duchamos y nos forzamos a desayunar. La ayudé a empacar, dejando lo básico porque no sabíamos lo que ella necesitaba. Yerin estuvo silenciosa toda la mañana.
Finalmente nos detuvimos y nos sentamos juntas en el sofá de cuero negro, mirando la televisión y al sistema de sonido que estaba apagado. La postura de Yerin y su silencio hablaban de su tensión. Metiendo mis pies debajo de mí, me giré hacia ella, queriendo tocarla y tranquilizarla de alguna manera. Con un movimiento lento, alejé algunos cabellos de sus ojos; eran lo suficientemente largos para ponerlos detrás de la oreja. Ella no se movió.
—¿Qué estás pensando? —susurré.
—¿Umm? —Su rostro pivoteó al mío, pero sus ojos permanecieron en blanco.
—¿Estás… asustada? —pregunté.
Eso aclaró sus ojos.
—¿De la misión? No. Estoy feliz de hacerlo.
De nuevo miraba a la pared. Ella tronó sus nudillos, y tomé su cálida mano.
—¿Estás molesta porque papá puso a Yuju a cargo? Porque no creo que sea algo personal. Yuju sabe árabe…
—No, no es eso.
—Entonces, ¿qué es? —apreté su mano, preocupada porque estaba empujando demasiado.
—No es nada. —Ella finalmente se giró hacia mí y se encontró con mis ojos, alzando su mano para acariciar mi mejilla con su pulgar—. Todo estará bien —me prometió.
Envolví mis brazos a su alrededor, y ella me puso en su regazo, donde estábamos abrazadas, respirándonos hasta que la puerta de un auto se cerró afuera. Yerin le dio una palmadita a mi trasero, haciendo un pequeño sonido de “mmm”, y me paré.
Abrí la puerta, esperando ver a Yuju, pero en cambio había una pequeña dama gótica con un pequeño corte negro pixie saliendo del auto, luchando para cargar ropa por encima de un hombro y con un enorme café en la otra mano. Un cigarro estaba encendido entre sus labios. Me apuré a salir y a bajar las escaleras para ayudar, pero ella sacudió su cabeza y asintió al carro.
—Saca mi kit del asiento delantero. —Ella habló alrededor del cigarro, su voz era arañante.
Encontré la caja de plástico con cajones en el asiento del pasajero, y lo traje. Yerin me levantó una ceja cuando entré, pareciendo insegura sobre todo. Ella se paró mirando con las manos metidas en los bolsillos de sus cortos shorts. La artista del maquillaje se detuvo para toser brevemente y tomar un sorbo del café.
Otra puerta de un carro se cerró afuera y Yerin se movió mientras yo iba hacia la puerta. Si no fuera por Chaeyeon, hubiera hecho todo en mi poder para evadir su encuentro con nosotras tres, lo que era obligado a que fuera incómodo. Mientras abrí la puerta, la culpa se aceleró al ver el rostro suave de Yuju. Quería advertirle que Yennie sabía lo que había pasado, pero no podía. Le di una pequeña sonrisa, y ella asintió de regreso. Ninguno de las dos trató de abrazarse cuando entró, y cerré la puerta detrás de ella mientras ella bajaba su pequeña bolsa de lona.
Yuju y Yennie se pararon ahí, mirándose, y yo me congelé. Yennie era dura, con sus labios apretados. Yuju parecía calmada, pero sabía que todo daba vueltas en su cabeza.
—Sospecho que no estabas siendo comunicativa cuando te hablé desde Australia —acusó gentilmente Yuna.
—Bueno, ciertamente eso no te detuvo —contestó Yennie.
La expresión de calma de Yuju se volvió en un ceño fruncido.
—No juegues a la víctima cuando en parte tienes la culpa.
Las manos de Yennie se convirtieron en puños. Ella se acercó y yo también.
Esto era peor de lo que pensaba.
—Hermana… —empezó Yuju, con advertencia en su voz, pero Yennie la cortó.
—¿Qué en tu vida no es lo suficientemente perfecta? ¿La universidad? ¿No tener un trabajo? ¿Necesitabas algún poquito más?
La insignia de Yuju se expandió. Ella cerró los ojos y sacudió la cabeza. Sus puños se convirtieron en bolas por un segundo, como si estuviera intentando mantener el control cuando se confrontaba con la ira de otra mujer.
Los sentimientos de Yerin de traición eran profundos, y la situación me asustaba. Estas dos necesitaban superarlo para que su misión fuera exitosa.
La artista del maquillaje terminó su café y dejó salir un suspiro, rompiendo el silencio con su voz accidentada.
—Guarden sus líneas para el set, chicas. Usualmente no trabajo tan temprano los fines de semana y no estoy de humor.
Cuando ellas no se movieron ni rompieron sus miradas fijas, hablé.
—En serio. Es suficiente. No tenemos tiempo para esto. Vamos. —Estaba temblando cuando agarré el brazo de Yerin y señalé a la silla. Con una última
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