Capítulo 17: "Servicio de Limpieza"

#2 "Sweet Peril" (SinRin Ver.)
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A ver quién sigue en el TeamYuju después de esto 7w7

 

Tomamos  turnos  para  echarnos  vistazos  entre  sí  mientras  ella manejaba. Miraba fijamente hacia el frente o miraba fuera de la ventana del pasajero, viendo sus largas miradas en mi visión de perfil. Y entonces ponía su atención de vuelta a la carretera y sería mi turno para examinar su perfil. Mis ojos estaban hambrientos de cada detalle: el pequeño lunar en su cuello, el pequeño bulto en su nariz por lo demás perfecta, las ligeras ondas en su cabello, esas perfectamente formadas cejas y pestañas… he estado hambrienta de esas imágenes por tanto tiempo.

—Me sorprende que todavía tengas este auto —dije  en un momento dado.

—Sí, bueno. Casi lo he cambiado unas veces, pero… el valor sentimental y todas esas sandeces.

Murmuró la última parte y rascó su cuello. Me dio un vuelco el corazón con el pensamiento de que el todoterreno podría recordarle nuestro viaje de carretera y esa era la razón por la cual lo había conservado.

—Me sorprende que todavía uses el collar.

Toqué la piedra turquesa.

—Lo uso todos los días.

Mantuvo los ojos en la carretera y en ese momento se veía tan tranquila.

Me curvé tan cerca de ella como el asiento lo permitía, y estuvimos en silencio en las dos horas de viaje a Los Angeles. Fue más cómodo de lo que había sentido en años. No pensé sobre nuestra pelea, Yuju, o la otra Eunbi. No pensé en los Demonios Murmuradores. Sólo disfruté este inesperado momento con ella.

Yerin vivía en un complejo de apartamentos que estaba repleto de vida. Su vecindario parecía un campus de universidad con edificios de dos pisos rodeados de un área común, y la gente pasaba el rato alrededor de la piscina sosteniendo vasos de plástico.

Cuando nos estacionamos y apagó la ignición, una mirada de pánico cruzó su rostro.

—¿Pasa algo? —pregunté.

—Er… justo recordé… el apartamento está un poco, bueno… —Desvió sus ojos—. Es un desastre.

—No me importa eso. Puedo ayudarte a limpiarlo.

Sus ojos se abrieron de par en par.

—¡No! No puedo tenerte limpiando nada. Llamaré a alguien para que lo ordene. He tenido intención de hacerlo por años.

Bien, ahora sólo estaba siendo ridícula.

Cuando rodé mis ojos, dijo:

—Tuve una pequeña fiesta antes de que me fuera para lo de Sowon, ves.

—Ya veo. —Alcanzando la manija de la puerta, sonreí—. Venga. Vámonos.

Justo cuando estaba a punto de salir lo oí sisear. Seguí su mirada arriba a la parte superior de los escalones donde estaba un tipo con un mohawk falso, luciendo cabreado.

—¿No es ese Michael de tu banda? —pregunté.

—Sí. Maldición. —Sacó el celular de su bolsillo y tecleó, pero estaba muerto.

—Olvidé cargarlo en lo de Sowon. Quédate sentada mientras me ocupo de él.

Me acomodé de vuelta en mi asiento y empujé mi oído mientras Yerin subía los escalones.

—¿Dónde demonios has estado, mujer ? —preguntó Michael—. Teníamos práctica hoy. Esta es la segunda vez que lo abandonas.

Yennie abrió su boca para hablar, pero Michael le ganó.

—Amiga, si quieres renunciar di las palabras, pero no puedo tenerte haciéndonos tontos. No has estado en ello desde que llegamos aquí. Pensé que después del jueves tal vez la vieja Yerin estaba finalmente de vuelta y entonces vas y abandonas otra vez.

—Lo sé, ¿de acuerdo? —Yennie pasó sus manos bruscamente por su cabello—. He estado encargándome de algunos problemas. Pero las cosas van a cambiar ahora.

Michael suspiró y sacudió la cabeza.

—Eso espero, Y. Lo reprogramamos para esta noche a las diez.

Yennie miró hacia mí.

—De acuerdo, sí. Allí estaré.

Después de una última mirada escéptica, Michael bajó los escalones y fue hacia un pequeño auto llamativo y se fue.

Salté del todoterreno y me dirigí a las escaleras a donde Yerin estaba parada con sus dedos enganchados su cintura. No me miró y no dije una palabra. Bajé la mirada a la vista del área del estacionamiento y una piscina cercana mientras ella abría la puerta.

Yerin no había estado bromeando sobre el estado de su apartamento. Sujetó la parte posterior de su cuello mientras nos quedábamos de pie en la entrada, inspeccionando la sala que parecía haber sido saqueada por agentes especiales.

—Parece como que fue una buena fiesta —dije, cerrando la puerta detrás de nosotras. La habitación conservaba un hedor agrio debajo de la esencia rancia de los cigarros, y una repentina tensión permanecía en el aire.

Nuestros ojos se encontraron y cayeron, como dos niñas tímidas.

—Podemos ir a algún otro lugar —susurró.

—No. —Me giré hacia ella. Si nos manteníamos ocupadas, todo estaría bien—. Solo quiero estar contigo, y podríamos también ser productivas. Vamos a limpiar juntas. —Levanté la vista hacia ella, riendo entre dientes con su fruncida frente—. Será divertido —insistí.

—¿Divertido? Estás loca.

Pero lo decía de verdad. Fui primero a la cocina horriblemente destruida, abriendo el gabinete debajo del fregadero. Estaba vacío.

—¿Tienes algunas bolsas de basura? —dije en voz alta.

Entró dubitativa, sujetando la parte posterior de su cuello otra vez.

—Uh… —dijo, mirando alrededor como si nunca hubiera visto el lugar. Mis sandalias crujieron en el piso pegajoso mientras me movía hacia la despensa. Estaba vacía, también, excepto por una bolsa medio comida de galletas crackers.

Detectando un problema, abrí el refrigerador. Viejos envases de comida para llevar y cajas de pizza me miraban de regreso.

—No tienes nada de comida —dije—. ¿Qué hay de suministros de limpieza?

Sacudió su cabeza y se movió más cerca, viéndose triste.

—Eunbi, por favor. Maldición. No tienes que…

—Shh. —Puse la punta de un dedo en sus suaves labios. Ambas nos quedamos inmóviles—. Déjame.

Permanecimos así por varios segundos antes de agarrar algunas bolsas plásticas de comestibles que habían sido empujadas detrás de botellas vacías y latas en la encimera. Entregándole una a ella, me dirigí a la sala de estar y comencé a recoger latas, botellas, y vasos. Yerin me imitó.

Me encontré con un CD suelto insertado en un lado de la mesa. Era una réplica de la cubierta para el primer álbum de Lascivious. La abrí y encontré un pequeño garabateo que reconocí como de Yerin. Miré más cerca y contuve mi aliento cuando leí: A Good Thing. Letra por Jung Yerin. Al lado había escrito: Cambio a Michael Vanderson. Todo el amor que llevaba por ella saltó y forcé una sonrisa en mis labios.

—Tú lo escribiste —susurré.

Yerin levantó la vista hacia mí desde el otro lado de la habitación, sus ojos haciéndose grandes cuando vio lo que sostenía. Tragó y bajó la vista, pretendiendo concentrarse en limpiar.

—Sí, bueno Michael escribió unas líneas y lo iba a tirar, así que solo… lo terminé. Puedes, er, tirar eso en el bote de basura.

Mordí mi labio, doblé la cubierta cerrándola antes de meterla en el bolsillo de mis shorts y regresando otra vez a limpiar. Boté un tazón lleno de colillas de cigarro y cenizas en la bolsa y contuve mi aliento contra la sucia nube de aire. Estábamos haciendo buen tiempo en limpiar.

Mientras me movía hacia la mesita del café, una extraña sensación me superó. Traté de sacudirla, pero no me encontraba a mí misma abriéndome camino a través de latas y vasos, cayendo en mis rodillas entre la atestada mesita del café y su negro sofá de piel en búsqueda del origen, mi corazón tartamudeando y mi oído disminuía. Yerin dijo algo, pero no pude percibirlo mientras todo a mí alrededor se volvía borroso.

Ahí.

En el borde de la mesa con superficie de vidrio estaban restos de un polvo blanco. Lo quería. Estiré un dedo hacia abajo, lo toqué, y lo llevé a mi cara, pero mi muñeca fue agarrada con fuerza.

—Eunbi…

Traté de arrancar mi mano de un jalón.

—Déjame tenerlo —dije a través de los dientes apretados.

Sopló en la punta de mi dedo y jadeó.

—Eunbi —dijo otra vez.

—¿Qué? —espeté, enojada por razones que no podía comprender. Dejó ir mi mano y pasando un brazo sobre la mesa. Miré fijamente el lugar donde el polvo había estado, frotando mis dedos.

Se detuvo lo suficiente que finalmente la miré. No me gustó cómo me examinaba en ese momento. Como si fuera frágil o la asustara.

—¿Lo haces mucho? —pregunté, celosamente bordeando la pregunta.

Su voz era baja y precavida.

—No. No mucho.

—¿Te gusta?

—Um… —Sus ojos se movieron rápidamente alrededor del piso—. No dura mucho tiempo. Apenas vale la pena.

—¿Pero qué tan bien se siente mientras dura?

Sabía que mis ojos estaban salvajes cuando ella los atrapó con los suyos. Sus labios estaban fruncidos y no respondería. Trató de tomar mis manos, pero las alejé.

—¿Hay más aquí? —pregunté.

—No. —Su voz era dura.

Arrastré una respiración áspera, deseando que esta vil agitación me dejara.

—Sólo vamos a seguir limpiando —dije distraídamente. Me estiré por un pedazo de papel doblado en el centro de la mesita de café. Yerin lo agarró de mis dedos y lo metió en su bolsillo, murmurando una maldición brusca. Miré fijamente su boca, asombrada.

—Dijiste la palabra J.

Eso definitivamente no debería haber sido lo que me calmara de mi enojo, pero lo hizo.

—Lo siento. Sólo… no quería que fuera así.

Me pregunté qué era el papel, y por qué no quería que yo lo viera, pero esas preguntas fueron empujadas a un lado por otros instintos. La sangre debajo de mi piel zumbaba con pensamientos de drogas y fiestas y palabras sucias en los labios de Yerin.

Un descaro fundido rugió dentro de mí mientras nos mirábamos la una a la otra estando sobre nuestras rodillas. Yerin atrapó mi mirada y la sostuvo, oscuras nubes destilándose en las suyas.

—Cuidado como me miras ahora mismo —advirtió—. He estado al límite desde tu pequeño striptease de hoy.

—Sí —murmuré—. Sobre eso.

Atrapando mi labio inferior con mis dientes, recorrí una mano sobre su hombro, hacia abajo a la desnuda piel de su antebrazo. Su pecho subió y cayó rápidamente. Nuestros ojos conectaron, chocando.

Tomó mi mano y la levantó entre nosotras, apartando el dedo que había estado cubierto con el polvo. Frotó la yema de su pulgar sobre la punta de mi dedo.

—¿La forma que esto te hace sentir? —dijo—. Eso es lo que tú me haces. —Dejó caer mi mano y sujetó mi cintura.

Me moví un poco más cerca. Quería besarla, pero este no sería un beso aburrido. Un sonido bajo retumbó desde atrás de su garganta y sus dedos se apretaron a mis costados. No debería empujarla cuando a ambas nos gustaba esto, pero quería hacerlo. Una vez me había dicho, que estaba jugando con fuego.

Sentía la punta de la flama ahora, la amenaza de ser chamuscada. Quería rendirme a esa tentación y hacerla que perdiera el control. Mentalmente, me abofeteé a mí misma, y el Ángel y la chica Demonio dentro de mí peleaban. Pateando. Gritando. Con dientes y uñas.

El Ángel salió a la superficie, jadeando y cansado, porque ahora, más que nunca, no podíamos permitirnos ser quemadas. ¡Ugh! Mi lado más oscuro ardió con arrepentimiento mientras la decisión se tomaba.

Me alejé de ella, moviéndome unos metros atrás y agachándome. Sus ojos seguían encerrados con los míos. Necesitábamos más espacio para conseguir que nuestras cabezas estuvieran bajo control, porque podía ver que estaba a punto de arrastrarse justo detrás de mí. Brinqué sobre mis pies, la sangre todavía bombeando caliente en mis venas.

—¿Dónde están tus llaves? —pregunté, con las respiraciones volviéndose rápidas. Habíamos pasado una tienda de alimentos calle abajo—. Iré a conseguir comida y cosas de limpieza.

Todavía mirándome, pescó sus llaves y unos billetes. Nuestras manos se tocaron cuando los tomé y oí su áspera bocanada de aire. Me quedé inmóvil, pasando dedos nerviosos por mi cabello.

—Estaré de regreso pronto.

***

Cuando volví, parecía más tranquila y más limpia. Se había duchado y cambiado.

Grandes bolsas de basura y toallitas antisépticas hicieron mucho más rápida la limpieza de la sala de estar y la cocina. Cuando llegó el momento de ver los baños y el dormitorio, me preparé, pero no estaban tan mal como esperaba. El dormitorio tenía ropa por todas partes, y sus sábanas estaban medio colgando hacia el suelo. Hice un trabajo rápido en los baños, mientras Yerin quitaba las sábanas y las metía en la lavadora.

—Er... ¿Eunbi? —llamó desde el pasillo. La encontré mirando los diales. Ya había decidido que no iba a hacer todo por ella. La chica si que tenía montones de ropa sucia en su habitación porque elegía comprar ropa nueva en lugar de lavarla. Le mostré, señalando y explicando, luego vi cómo lo hacía ella misma. Mi corazón florecía cada vez que usaba esa linda sonrisa de satisfacción.

Me duché después de eso, mugrienta por los acontecimientos del día, que ya se sentían lejos en el pasado. Su cuarto de baño olía a deliciosos productos femeninos con aroma a cítricos, y sonreí para mis adentros, todavía sin creer que estaba realmente ahí con ella, sin importar lo poco romántico de las circunstancias.

Me dirigí a la cocina para preparar la comida. Quería llenar su congelador. Cada quemador de la estufa estaba hirviendo, salteando o dorando algo y las encimeras estaban llenas de ingredientes. Me quedé allí, mirando todo con las manos en las caderas, calculando el tiempo exacto en mi mente. Y entonces el aire se espesó a mí alrededor.

Mis ojos tímidamente fueron hacia la entrada donde estaba Yerin, ocupando demasiado espacio y oxígeno. Mientras se alzaba allí, sus ojos se convirtieron en nubes ondulantes y su insignia roja se expandió.

Mi pulso latía tan fuerte en mis oídos que ahogaba los sonidos de sartenes chisporroteantes y ollas burbujeantes. Yerin dio un depredador paso hacia mí y yo instintivamente di un paso hacia atrás. De esa lenta manera me acechó hacia adelante hasta que estuve contra el lavaplatos. La intensidad de su rostro me cargó, y me juré a mí misma que mataría a cualquier criatura que intentara interponerse entre nosotras esta vez. Sus manos se acercaron y agarraron el lavaplatos a ambos lados de mi cintura, y sin mediar palabra su

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Comments

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TsunYerin #1
Chapter 26: Que belleza. Te juro que me pudo todo el fic. <3 GRACIAS por tomarte parte de tu tiempo h traernos ésta maravillosa historia. Definitivamente estaré siguiendo tus demás historias y por supuesto, seguiré con la tercera parte de ésto.
Rachel69 #2
Chapter 26: Gracias por esta entrega,autora. Besos y abrazos infinitos :)
Cada vez se pone mejor...Seguro se viene un momento difícil para el Sinrin,pero después de tanto alejamiento y privaciones,sé que lo sabrán manejar y saldrán adelante con la misión y con su preciosa relación.
Por fin Yuna tendrá una buena oportunidad de volverse a enamorar,bueno,tal vez. Chae es muy bella y,parece que,directa,así que ya veremos que será de ellas el próximo libro.
Pdta: Puto Belial
Pdta2: Putos todos los Duques -p-
Rachel69 #3
Chapter 25: Estúpidos Duques! Malditos!-.- Pobre Flynn :'(
Aunque fue doloroso el cap,me quedo satisfecha ante el cambio de Yuna al solo escuchar la voz de Chae. Sé que pronto surgirá algo entre esas dos. Así ya deja un poco los celos Yerin.
Pero qué momento para más caliente debieron haber pasado todas en esa cama 7u7. Así se cura la hipotermia! :)
Soo_love18
#4
Chapter 26: Waaaa
Tantas cosas sucedieron
Que feo que a ya muerto alguien
T.T
Pero ver tanto amor entre SinB y Yerin me calma
Las cosas se entan complicando de apoco y me da miedo por mas muertes (っ˘̩╭╮˘̩)っ
Al fin Yenni dijo Te amo omg!
Eso es un grandioso premiemo aish
Espero ya este mejor tu salud gracias por no irte mucho tiempo ♡♡
Rachel69 #5
Chapter 24: Qué peligrosa situación! ×o× Me alarmó totalmente. Espero que todo el plan salga bien n.n
Existe la posibilidad de que Chae se enamore de Yuna? :)
Rachel69 #6
Chapter 23: Sowon es bella en todos los sentidos 7u7
Quiero una Sowon para mí *o* Lo pido,lo necesito
El cora de Sowon siempre será de Eunha, y viceversa <3
Sinb como siempre tan activa con el trago en la mano jejeje
Rachel69 #7
Chapter 22: Yerin <3
No he podido comentar hace mucho y recién me doy tiempo para leer el fic,y ahora me doy cuenta que ya terminó la 2da parte .o. Khejésto :'v Tengo que apurarme! Gracias por todos los caps,autora *o*
TsunYerin #8
Chapter 24: Azopotamadre. Esto se va a descontrolaaaaaaaar
TsunYerin #9
Chapter 23: Éste cap fue bellísimo. Uwu que divertido. Lo fue tanto que ya veo venir el súper dramón.
TsunYerin #10
Chapter 22: Espero que mejores y el hermoso trabajo que estas haciendo vale toda la espera. <3
Muchas gracias por traernos ésta hermosa historia.