Los pasos de los sirvientes de Luhan eran ya tan familiares para él a estas alturas que era fácil descártalos como un ruido de fondo. Camino tan despacio como pudo sin que pareciera que estuviera entretenido, tomando la oportunidad para mirar a través de las ventanas de cuerpo entero que se alineaban en los pasillos. Su propia habitación sólo tenía una ventana, que era más bien poca de tamaño. Hoy en día el cielo estaba marcado con pequeñas nubes blancas, y parecía como un signo de continuo buen tiempo. Deseó poder salir a la calle y sentirlo por sí mismo.

Al doblar en una esquina, vio un rostro familiar y gritó con alegría, “¡Sehun!” Aceleró un poco, caminando hacia él. “No te he visto desde hace mucho tiempo.”

Sehun parecía un poco desconcertado antes de bajar la cabeza. “Oráculo,” murmuró con deferencia.

Luhan esperó a que él levantara la cabeza de nuevo. Sehun no lo hizo. “Sehun,” dijo Luhan, en voz baja, “sabes que puedes levantar la cabeza, ¿cierto?”

Los ojos de Sehun se movieron momentáneamente, pero luego cayeron de nuevo al suelo. “No se supone que soldados en mi nivel te miren por mucho tiempo.”

“Tú eres mi amigo,” dijo Luhan suavemente. “Puedes mirarme. Te doy permiso.”

Sehun parecía luchar contra eso, Luhan le había dado permiso de estar en desacuerdo con las órdenes. Al final, se enderezó, levantando la cabeza para que hubiera la pretensión de que miraba a Luhan, aunque mantuviera sus ojos evitándolo.

Luhan contuvo un suspiro, al ver los colores de la incomodidad latiendo alrededor Sehun momentáneamente antes de recordar bloquearlos. No quería hacer a Sehun más incómodo, así que dejó ir el asunto. “¿Cómo va todo allá fuera, en la primera línea de guerra? Ellos no me dicen nada.”

“No estoy al tanto de toda la información, Oráculo.”

“¿Pero he oído que la Nación del Agua ha llegado?” preguntó Luhan, ansioso por saber algo en absoluto. “¿Te reuniste con ellos? ¿Cómo son?”

Los ojos de Sehun parpadearon de nuevo a su rostro, frunciendo el ceño un poco. “Este tipo de eventos externos no deben estar en su mente, Oráculo.”

“Creo que es seguro dejar que mi mente divague de vez en cuando,” dijo Luhan, sonriendo levemente. “¿Y Jongin? ¿Te encontraste con él?”

Luhan no necesitaba los colores para ver que Sehun se sintió incomodo con esa pregunta. Pero estaban ahí, no obstante, luminosos y batidos. Eran  tan fuertes que era imposible para Luhan bloquearlos. “Vi al caminante de las sombras,” dijo Sehun rígidamente.

La sonrisa en el rostro de Luhan vaciló. “¿Está bien?” Preguntó suavemente.

El enfermizo color amarillo-verde de los celos se encendió en Sehun como un látigo antes de retraerlo con la misma rapidez con que había aparecido. “Teniendo en cuenta que ha estado en las Tierras de Hueso durante años, está bastante bien.” Una pausa, el rostro de Sehun lucía una expresión retorcida. “Hubiera sido útil si hubieras mencionado que traía un dragón, Oráculo.”

“Déjame tener el poco de diversión que se me proporciona, Sehun,” dijo Luhan, sonriéndole. “¿Fue divertida la forma en que todos reaccionaron a ella?”

Hubo un resplandor ligero de color rosa saliendo de Sehun, extraordinariamente brillante, y Luhan quedo perplejo sobre ello mientras Sehun respondía. “Depende si crees que a los Ancianos les dé una apoplejía cabe en 'divertido'.”

Luhan rio, inmediatamente suprimiéndolo detrás de su manga. “Oh, me hubiera gustado verlo,” dijo, con un suspiro.

“Oráculo,” dijo Sehun, luego se detuvo.

“¿Qué pasa?”

“¿Es usted consciente de las razones por la que el caminante de las sombras volvió?”

Luhan negó con la cabeza. “Sólo veo eventos,” dijo. “No se me ha permitido ver a Kai de nuevo, así que no puedo decir cuáles son sus razones por el momento." Él sonrió, inclinando la cabeza hacia un lado. “Pero estoy seguro de que podemos confiar en él.”

Sehun frunció el ceño. “El caminante de las sombras no es la misma persona de la que una vez fuimos amigos, Oráculo. Esa persona se ha ido.”

Luhan sonrió suavemente hacia él. “Eso es algo bueno,” dijo. “La persona que conocíamos en ese entonces estaba muy herido gravemente como para seguir adelante."

Sehun desvió la mirada una vez más, y Luhan vio el dolor allí, lo sentía en sí mismo también. Kai no había sido el único afectado por lo que había ocurrido cinco años antes. Luhan había visto el dolor en Sehun, la pérdida de sus dos amigos. Había sido mucho peor sin embargo, viendo a Kai literalmente destruido.

“Oráculo,” un sirviente murmuró, haciendo una profunda reverencia. “Tenemos que seguir caminando.”

Luhan habría protestado, pero Sehun ya estaba inclinándose bruscamente. Cuando levantó la cabeza, sus ojos se encontraron por un segundo, y Luhan sonrieron. El resplandor color rosa que tanto le intrigaba estalló de nuevo, irradiando tan brillantemente que Luhan tuvo que luchar contra el impulso de parpadear. Entonces Sehun se dio la vuelta y se alejó.

Luhan se le quedó mirando, sin poder evitar fruncir el ceño. Ese color, que sólo había visto presente en Sehun, lo confundió y lo dejó inestable. Nunca había sido capaz de averiguar lo que se suponía que representaba, cuál de las muchas emociones se refería. Si se le permitiera tocarlo, él podía saberlo, pero sus leyes lo prohibían. Nadie podía tocar al Oráculo y el Oráculo, a su vez, no podía tocar a nadie.

Luhan suspiró y reanudó cuidadosamente su cronometrado viaje de regreso a su habitación.

____

Tao se caminó rápidamente a través de los jardines, sabiendo que tenía el ceño fruncido firme en su lugar sin importarle. Tal vez eso podría disuadir a la gente para no hablar con él. Había estado en esas malditas ropas todo el día, sentado en calurosas reuniones, y estaba listo para quitárselas, tirarlas en la cabeza de Kris y luego practicar su Shifting.

“¡Tao!” Llamó una voz, demasiado astillada. La persona claramente no había visto a su ceño fruncido, se volvió, dándoselo con toda su fuerza, esperando que quienquiera que fuese se estremeciese de miedo.

En cambio, el Shifter Jefe de la Nación del Agua sólo le sonrió de una manera amistosa y dijo, “Tenía la esperanza de encontrarme con usted.”

Tao inclinó la cabeza, un poco a regañadientes. “¿Hay algo específico que necesitaba mi atención?”

Suho se encogió de hombros. “He oído que has tenido una reunión con el Oráculo esta mañana,” dijo. “Me preguntaba si había visto algo.”

Tao se sorprendió; él sabía que la Nación del Agua no creía exactamente en el poder del Oráculo, razón por la que habían tratado la visión de los doce como una broma al principio. Tao movió su nariz. "No han habido nuevas visiones; algo está perturbando la vista del Oráculo."

“Oh,” dijo Suho. “¿Eso ha ocurrido antes?”

“Sucede de vez en cuando,” dijo Tao. “No es tan simple como algunos creen. No es posible ver bajo demanda. El Oráculo está haciendo su mejor esfuerzo.” Tao se dio cuenta de que estaba empezando a sonar a la defensiva, por lo que cerró la boca.

Suho asentía, como si entendiera. “Bueno, ¿creo que tenemos una buena base de información para seguir adelante por ahora de todos modos?"

“Sí,” respondió Tao. “Por lo que nuestros espías han unido de la información del esclavo, hemos sido capaces de reconstruir algo grande. Vamos a estar bien hasta que el Oráculo sea capaz de ver una vez más.”

“¿Puede usted,” Suho comenzó vacilante, “no llamarlo así?”

Tao frunció el ceño. “¿El Oráculo?”

Suho negó con la cabeza. “Baekhyun.”

“Oh.” Tao parpadeó, inseguro. El esclavo era un esclavo, y no tenía ningún sentido darle vueltas a un asunto como éste. Pero había una arruga entre las cejas de Suho y Tao recordó que había estado molesto por la terminología en la reunión. “Si le molesta, no voy a llamarlo así en su presencia.”

La boca de Suho se retorció. “Gracias.” Sonaba más sarcástico que verdaderamente agradecido.

Tao llegó una vez más a la conclusión de que la gente de la Nación del Agua eran raros. Llegaba a esa conclusión tres veces al día, y sin embargo, seguía siendo siempre algo sorprendente. A medida que el silencio se prolongó Tao sugirió, “¿Había algo más?”

“No,” respondió Suho. “Gracias por responder mi pregunta.”

Tao asintió con la cabeza y se alejó, dejando a Suho de pie en medio del pasillo, mirándolo. Tao sabía que estaba siendo brusco, rozando la mala educación, pero en el momento no le importaba. Él sabía que la Nación del Agua no se fiaba del concepto del Oráculo mucho, así que por qué Suho estaba haciendo esas preguntas, no lo sabía.

En sus habitaciones, Tao se cambió rápidamente, antes de dirigirse a las habitaciones que Kris y su familia vivían. Kris parecía un poco sorprendido de verlo tan temprano en el día, sobre todo vestido informal. “Quiero ir a entrenar,” dijo Tao sin rodeos, antes de que Kris pudiera siquiera abrir la boca. “Ven conmigo.”

Hubo una pausa. “Está bien,” dijo Kris con facilidad, “espera allí.” Él desapareció en su habitación por un par de minutos, Tao esperando fuera incapaz de eliminar el ceño fruncido en su rostro. Él sabía que hasta que eliminara algo de su tensión en la sala de ensayo, no se sentiría como él.

Kris regresó vistiendo la túnica simple que utilizaba para hacer Shifting. “Vamos,” dijo, y Tao frunció más el ceño. Kris se acercó y frotó la palma de su mano sobre la frente de Tao, como si pudiera borrar el ceño fruncido. “Ten cuidado,” dijo. “Obtendrás arrugas.” Siguió caminando.

Los cuartos de entrenamiento estaban ocupados, lo que solo fomentó el mal humor de Tao. Demasiadas personas paraban, miraban fijamente y murmuraban. Demasiadas personas se inclinaban ante él, completamente ignorando Kris. Estaba contento de entrar en una sala de ensayo vacía y bloquear a todos.

Después de unos minutos mientras Tao estiraba sus extremidades, Kris dijo, “¿Vas a decirme lo que está mal?”

“No,” respondió Tao. Una fuerte ráfaga de aire contra la espalda de Tao casi lo volcó, y se volvió para mirar por encima del hombro a Kris. “Odio las reuniones. Odio tener que ser el perfecto Shifter Jefe. Odio tener que ser tan distante con los demás Shi