¡HOLAAAAA! Iba a subir hace un mes pero le pase el capítulo a una chica que se ofreció a ser mi beta {gracias por eso, Paz} pero, por razones de fuerza mayor no ha podido pasármelo corregido así que se los paso como lo tenía ya. Una de mis mejores amigas se ofreció a ayudarme a correguir todo los capítulos así que espero ella pueda editarlos todos luego. Perdón por tardar tanto. 

A pesar de lo caliente que estaba el día, una ligera brisa revolvió el pelo de Baekhyun mientras permanecía de pie entre los soldados de las Naciones del Aire y Agua. A un kilómetro frente a ellos yacía el ejército de la Nación del Fuego, más pequeño de lo que Baekhyun había esperado, pero lo suficientemente grande como para ser intimidante. Los hombres a su lado arrastraron los pies, si era por los nervios o emoción, Baekhyun no podía decirlo.

Suho estaba sentado en un caballo, montando a lo largo del frente del ejército gritando palabras de aliento. Baekhyun había dejado de escucharlo unos minutos antes. No había venido a esta batalla para ayudar a derrotar a la Nación del Fuego, por lo que no tenía que escuchar lo que Suho tenía que decir sobre el asunto. Tenía cosas más importantes que hacer, un propósito más grande. Había venido a encontrar a Chanyeol.

Chanyeol no estaba en las primeras filas del ejército enemigo, no es como si Baekhyun había pensado que allí estaría. Había buscado entre las caras del ejército de todos modos, tratando de ver si podía ver la cara de Chanyeol en cualquier lugar, pero no había podido. Eso lo había confundido aún más. Si Chanyeol no estaba allí, entonces quién había causado las llamas esa mañana, la pared brillante de fuego que había ardido temprano en el alba.

Baekhyun fue sacado de sus pensamientos por los soldados a su alrededor que repentinamente rugían y se dio cuenta con un sobresalto que Suho había terminado su discurso, y los hombres frente a él comenzaron a correr, directo hacía el enemigo. La Nación del Fuego hizo eco de sus gritos y también comenzó a descender hacia ellos, y de repente a Baekhyun le llamó la atención de la cantidad de personas que ellos eran. Cómo se suponía que iba a encontrar Chanyeol entre todas estas personas.

Hubo un chillido ensordecedor. Cortando los gritos de los hombres, ahogándolos. Entonces, de repente una sombra estaba barriendo sobre ellos, hacia el ejército de la Nación del Fuego. Durante todos los planes de batalla se habían olvidado de alguna manera del Caminante de las Sombras y su dragón, pero al parecer él había ideado un plan para si mismo y la criatura. Baekhyun podría débilmente verlo cabalgando sobre la espalda del dragón mientras éste se abalanzaba y, abriendo sus grandes mandíbulas, disparaba un chorro de fuego hacia abajo a la Nación del Fuego. El fuego que ardía era tan brillante que era casi blanco, y quemó todas las primeras líneas del ejército enemigo, carbonizando el negro suelo.

La enorme criatura había hecho un giro rápido, a punto de volver a dejar caer otra explosión, cuando alguien en el ejército de la Nación del Fuego envió una enorme ola de fuego carmesí. Baekhyun no podía ver quién era, pero el fuego era enorme y bien controlado, alcanzando su destino acertadamente. El dragón dio un grito y se abalanzó hacia arriba, fuera del alcance de las llamas, la punta de sus alas botando humo. Dio círculos muy por encima de sus cabezas.

Su corazón saltó entre pecho incoscientemente, Baekhyun observó las caras del ejército de la Nación del Fuego de nuevo, en busca de la persona que había enviado la ola de incendios. El que lo había causado parecía haber desaparecido; la gente de esa zona estaban tan confundidos como las demás. Baekhyun no le importaba. Sabía que sólo una persona podía controlar el fuego por completo. Chanyeol estaba aquí en el campo de batalla.

Se sentía como si hubiera estado sumergido repentinamente en agua fría, escalofríos explotando a lo largo de la espalda y los vellos en sus brazos erizándose. Su audición repentinamente se apagó, su visión se puso turbia por un momento. Chanyeol estaba allí, sí, pero Chanyeol estaba luchando por el enemigo. Una pequeña voz susurró en la parte posterior de su cabeza que eso hacía a Chanyeol su enemigo, y su estómago se revolvió ante la idea.

Él negó con la cabeza. No, incluso si Chanyeol estaba luchando para el enemigo, él y Baekhyun nunca podrían enfrentarse uno contra el otro. Había un malentendido. Sólo tenía que encontrar a Chanyeol y solucionar el problema. Aplastó la voz dudosa en su cabeza y dio un paso adelante, rompiendo el hechizo en el que parecía estar. Su visión se aclaró, su audición regreso a él, y pudo escuchar los gritos y el choque de las armas. Mientras que él había estado buscando el foco del incendio, la batalla no había cesado, y ahora los dos ejércitos se había encontrado. Ya había hombres cayendo, abatidos por las espadas, o los látigos de agua, aire o fuego.

Baekhyun sintió en sus dedos un hormigueo, sus poderes en calentamiento. Él no estaba pensando en la lucha, pero para encontrar a Chanyeol iba a tener que entrar en la refriega. Él necesitaba tener su poder listo cuando los soldados comenzaran a tratar de detenerlo. Después de una última exploración del campo de batalla, con la esperanza de avistar Chanyeol, se agachó, haciéndose un tan diminuto objetivo como sea posible, y abrió paso a codazos en la masa de los cuerpos luchando.

Esquivó cuchillas y cuerpos yendo a cuclillas, poco a poco haciendo su camino a través del campo de batalla. Bajo el calor abrasador del sol el olor a sangre era espeso en el aire. Baekhyun sintió que estaba allí durante horas. En un momento un soldado de la Nación del Fuego intercedio en su camino. Era un hombre ordinario, balanceando una hoja grande. Sin pensarlo dos veces Baekhyun dejó construir su poder sobre sus palmas, concentrando el calor reunido allí hasta que un rayo de luz abrasadora voló de su piel. Le dio forma de un arco, y una profunda, horrible herida apareció en el pecho del hombre, cortando a través de la armadura, la piel y los huesos. La herida no sangró, el calor de la luz era tan grande que cauterizo la carne mientras la cortaba. El hombre cayó al suelo, muerto.

Baekhyun no miró hacia atrás, al cuerpo, mientras continuaba empujando a través de las personas, pero no había llegado muy lejos cuando oyó una voz que decía su nombre. Fue sorprendente que hubiera oído en el ruido de la batalla, pero pasó entre todo como si hubiese sido gritado. Su aliento atrapado en su garganta mientras se volvía, sintiendo como el aire alrededor de él de repente se había vuelto viscoso, lo que dificultaba sus movimientos.

Chanyeol estaba de pie frente a él, a varios pasos de distancia. Baekhyun trató de decir su nombre, pero no salió nada. Se ahogaba en la emoción, así que después de unos momentos de intentarlo, lo único que pudo hacer fue decir un oh sin aliento.

Chanyeol era más delgado de lo que recordaba, pálido y enojado y hermoso. Estaba vestido con una armadura de la Nación del Fuego, y eso significaba algo importante pero Baekhyun no podía procesarlo en ese momento. Lo único que importaba era que Chanyeol estaba vivo y en una sola pieza y lo había encontrado.

Dio un pequeño paso adelante, lleno de alegría al descubrir que podía, que podía moverse, y fue entonces cuando Chanyeol lo golpeó, la navaja delgada, un látigo de fuego arremetiendo, cortando y quemando el brazo de Baekhyun. Su expresión facial no cambió. Baekhyun gritó de dolor y conmoción, agarrando su brazo, sintiendo el goteo de sangre entre sus dedos, y fue entonces cuando se dio cuenta: Chanyeol vestía un uniforme de la Nación del Fuego. Él no estaba luchando por la Nación del Fuego como rehén, estaba realmente de su lado.

Baekhyun miró entre su brazo quemado y la cara extrañamente en blanco de Chanyeol. Quería preguntarle por qué, quería correr, hacia adelante o hacia atrás, no lo sabía. Entonces Chanyeol se movió un poco y Baekhyun sabía de su forma de lucha lo suficiente como para saber que iba a atacar de nuevo. Porque lo vio venir fue capaz de conseguir en gran medida estar fuera del camino, esquivando el siguiente ataque.

Los labios de Chanyeol se movieron a un gruñido, y envió  otro látigo de fuego, movimientos espasmódicos de ira. Éste golpeó Baekhyun en todo el muslo, y él cayó, yendo hacia abajo en una rodilla. Podía sentir a Chanyeol reunir más energía, y esta vez no podía moverse fuera del camino. Él comenzó a preparar su propio poder, no para hacer daño a Chanyeol, sólo para bloquear sus ataques, pero se movía muy lentamente. En su vacilación de poner en peligro a Chanyeol el otro hombre había enviado una gran mano de una llama, cortando a través de las palmas abiertas de Baekhyun, abrasando ambas manos. Baekhyun gritó.

“No voy a ser tan fácil de matar como mis padres, traidor," Chanyeol silbó. Se puso de pie frente a Baekhyun, elevándose sobre él, y por primera vez Baekhyun tenía miedo de él, aterrorizado más allá de toda razón. Descubrió que no podía respirar, un nudo en la garganta. “He esperado tanto tiempo para esto. Mi venganza por lo que le hiciste a mi familia.”

Él se rio, pero estaba lleno de locura y no de diversión. Baekhyun se convenció, por un minuto, que éste no era Chanyeol, que algún impostor había tomado su lugar, pero el momento pasó y con horror Baekhyun se dio cuenta de que éste era realmente Chanyeol, esto era en lo que se había convertido. Demasiado tarde se dio cuenta que debió huir.

Chanyeol se agachó y extendió su mano abierta en la mejilla de Baekhyun, al igual que había hecho en innumerables ocasiones. Esta vez, sólo había amargura y triunfo trenzado en sus ojos, y su mano caliente que hizo a Baekhyun gritar, alejando su cabeza mientras trataba de escabullirse.

Vio la llama lamiendo los dedos de Chanyeol, horriblemente cerca de los ojos de Baekhyun, y de repente un gran chorro de agua golpeó a Chanyeol en el pecho, la presión de éste haciéndolo tomar varios pasos hacia atrás.

Chanyeol giró buscando la fuente del agua, sus ojos de repente en llamas de furia. El agua se disparó lejos de ellos, y Baekhyun se volvió para ver a Suho. Tenía un poco de agua de amasado, girando en el aire a su alrededor. A cada Shifter de agua sólo se le había dado una pequeña cantidad de agua, lo suficiente para hacer un látigo eficaz, pero Suho tenía mucho más. Vagamente Baekhyun pensó que debía haberla sacado de la atmósfera, no era poca cosa teniendo en cuenta lo seco que estaba allí.

Suho una vez más envió una rafaga contundente, lo que obligó Chanyeol a dar varios pasos atrás. Iba a repetir el proceso una tercera vez, pero Chanyeol estaba envuelto de repente en llamas, y el agua crepitaba en vapor antes de que pudiera llegar a él. Baekhyun estaba tratando de tomar distancia, el calor era demasiado intenso. Todos los soldados en la zona fueron también dándoles un gran espacio.

Suho fue hacía él, pasado a Baekhyun. Atrajo el agua de nuevo hacia él justo antes de que Chanyeol sacara un enorme chorro de fuego, completamente distintos de los látigos más pequeños que había estado usando para lastimar a Baekhyun. Si Suho no hubiera atraído el agua de nuevo, el daño hubiera sido peor. Mientras Suho levantaba las manos, el agua lo siguió e hizo una pared. No detuvo la llama pero la disminuyo un poco.

Suho tambaleó cuando la llama golpeó su hombro, en el brazo izquierdo, el agua delante de él desaparecio en forma de vapor. Antes de que pudiera concentrarse de nuevo Chanyeol envió más fuego, y esta vez no había nada en medio para disminuir el golpe hacía el otro. Le pegó a Suho directamente en el pecho, al igual que el agua lo había hecho en Chanyeol momentos antes. Esta ez mucho más perjudicial sin embargo, Suho gritó.

Chanyeol dio su risa escalofriante de nuevo. “¿Esto es todo lo que el ejército de la Nación del Agua tiene? Eres una pálida sombra de lo que debería ser un Shifter Jefe.”

Suho estaba jadeando y sudando, frunciendo el ceño. Baekhyun sabía que eso no era en realidad todo el potencial de Suho. Se estaba frenando.

Descuidadamente, Chanyeol convocó más llamas. Antes de que pudiera enviarlas rodando hacia Suho la tierra bajo sus pies se estremeció desgarradoramente. Una pequeña grieta apareció entre las dos partes, más cerca de Chanyeol, y la fuerza del terremoto envió tanto a Suho como a Chanyeol al suelo.

Chanyeol dio un grito incomprensible, fuego turbio alrededor de él, construyendo sobre sí misma hasta que Baekhyun sintió como si su piel puediera derretirse por el calor. Chanyeol estaba a punto de estallar como una bomba. Entonces, ellos fueron lanzados en las sombras, y Baekhyun miró con horror al ver el dragón descendiendo, su boca abriéndose hacia ellos. Iba a lanzar sus llamas, y todos ellos se iban a quedar atrapados en el fuego cruzado.

De repente hubo una mano agarrando fuertemente el cuello de su camisa, y otra agarrando la muñeca de Suho. Baekhyun vio la piel bronceada y ropa negra, sabiendo lo que iba a suceder en una fracción de segundo antes de que pasara. Su cabeza se giró para mirar a Chanyeol, cuyo rostro estaba retorcido de rabia, antes que el rugido del fuego llegara a sus oídos, cada vez más fuerte, y luego fue tirado a la oscuridad.

Casi había esperado que doliera, pero pasaron a través de la oscuridad en un segundo y salieron por el otro lado en el interior de una tienda de campaña. Varios Sanadores descendieron sobre él, pero él estaba agarrando frenéticamente a Kai, con sus quemadas manos doliendo e insensibles.

“No lo mates,” dijo Baekhyun, la voz rasposa por respirar humo. “Por favor, no dejes que tu dragón lo mate.”

El rostro de Kai era impasible, pero dijo en voz baja: “Ella no lo hará.”

Sin embargo, Baekhyun seguía repitiendo a sí mismo. Kai se apartó de él y su voz se hizo más frenética. Todo lo que podía ver era la llama blanca de antes, lanzada hacia Chanyeol. Había destruido decenas de hombres en cuestión de segundos, y podría hacer lo mismo con Chanyeol. Él era un poderoso Shifter pero sólo podía defenderse de un ataque de ese tipo durante un tiempo, y el anterior no se había dirigido directamente a él.

Los Sanadores trataron de tirar de él hacia abajo sobre una cama, pero él estaba luchando con demasiada fuerza; el miedo y la adrenalina le daban fuerza. Uno de ellos extendió una mano, con la palma brillando suavemente, y todo lo que Baekhyun podía pensar era en los dedos de Chanyeol parpadeantes con llamas. Gritó cuando el Sanador puso sus dedos en su frente, pero no había dolor. En lugar de eso, agotamiento barrió a través de él, ahogando todos sus pensamientos, y se desplomó, cayendo finalmente en silencio.

____

Suho estaba en agonía. Aun así, estaba siendo ligeramente poco cooperativo. “Tengo que volver allí,” dijo a Kai con los dientes apretados. “Tienes que llevarme de vuelta allí.”

Suho estaba sentado en una cama, Yixing tratando de empujarlo hacia abajo sin tocar accidentalmente sus quemaduras. Kai le dio una mirada muy mordaz. “Vas a morir. No creo que incluso puedas soportarlo.”

“Yo soy el único Shifter lo suficientemente fuerte como para luchar contra él.”

“La dragón lo mantendrá a raya, y drenara su energía.” Suho comenzó a discutir de nuevo, pero Kai había vuelto a mirar a un lado de la tienda de Sanadores, escuchndo algo que Suho no podía oír. “Tengo que ir a buscar a Kyungsoo.” Y con eso se fue.

“No. Yo. Hazlo que vuelva,” Suho ordenó Yixing.

Yixing puso los ojos en blanco. “No puedo hacer eso,” dijo. "Ahora, acuéstese."

Suho protestó por sólo un momento más antes de acostarse en la cama, tratando de disimular todo el alivio que sentía. Sus quemaduras se sentían como si estuvieran en todas partes, todo su cuerpo atormentado por el dolor.

Yixing se puso a trabajar en él, las manos brillando mientras las quemaduras lentamente comenzaron a sanar. Suho miró a su alrededor, viendo como más y más soldados heridos fueron traídos a la tienda de campaña. Pronto la carpa estaba llena de hombres heridos, los Sanadores luchando para cuidar a los peores primero.

“Ve a ayudar a alguien más,” dijo Suho con los dientes apretados. Yixing pauso, la luz en retroceso en sus palmas mientras miraba inquisitivamente. “¿Estoy muriendo?” Yixing negó con la cabeza. “Entonces ve a ayudar a alguien que lo este y vuelve por mí más tarde.”

“Usted se queja mucho para ser un Shifter Jefe,” Yixing le dijo, la luz que brilla intensamente volver a hacerlo. “Ahora quedese inmóvil. Es posible que no este muriendo ahora, pero si dejamos estas quemaduras, podría contraer una infección y morir luego.”

El dolor retrocedido lo suficiente como para que Suho pudiera relajarse un poco, y dejarse caer bien en la cama, demasiado cansado para discutir más. Se dio cuenta de que alguien se acercaba a él, y se volvió para ver a Tao de pie al lado de la cama, pálido y en posición vertical. Tenía una venda alrededor de su cabeza, ensangrentada y medio oculta por el pelo, y un feo corte en el lado lateral de su cuello. La sangre en su piel todavía era de un rojo vibrante.

“¿Por qué no estás consiguiendo un Sanador?” Preguntó Suho.

“Porque no soy tan mal. Les dije que no se molestaran.” El tono de Tao sugirió que era obvio.

“¿Por qué lo escuchas a él cuando dice que no necesita ser Sanado y no a mí?” Suho se quejó, volviéndose a Yixing y ver que en algún momento en los últimos minutos de su nariz había comenzado a sangrar. “Estás teniendo Los Sangrados,” dijo Suho suavemente.

"Esta herida es mucho peor de lo que piensas," Yixing murmuró. "Tengo que sacarte de la zona de peligro."

"Es necesario que no te hagas daño tratando de Sanarme," dijo Suho bruscamente, pero Yixing continuó curándolo independientemente. La hemorragia nasal era un goteo constante, y pronto una sola gota de sangre se filtraba por debajo uno de los párpados cerrados de Yixing. Las Hemorragias eran una señal de que se estaba utilizando demasiada energía Shifting, y el cuerpo se resquebrajaba bajo el esfuerzo, tomando energía a partir de los lugares que no debería. Toma mucho para llegar a ese punto. El mismo Suho nunca se había empujado tan lejos.

"Detente," Suho ordenó, con la voz quebrada como un látigo, y Yixing saltó, abriendo los ojos inyectados en sangre. "Para," Suho repitió, esta vez más suave. "Busca a otra persona si es necesario, pero no puedes matarte a ti mismo."

Yixing parecía inseguro al levantar su mano y limpiar la sangre con el dorso de esta. "Creo que está relativamente bien ahora; actualmente no tenemos los recursos para curarle del todo, pero creo que está fuera de la zona de peligro." Yixing miró a su alrededor, y Suho hizo lo mismo, viendo que varios Sanadores estaban empezando a mostrar signos de Los Sangrados también.

Yixing tambaleó mientras se iba, y Suho esperaba fervientemente que fuera a vendar a algunas personas y no a tratar de Sanar más. Si uno usaba demasiado su energía Shifting podría morir. Algunos mueren porque sus corazones ya no dan más, otros de los propios Sangrados. Sufrían una hemorragia hasta que habían perdido demasiada sangre, o hasta que el líquido hubiera llenado sus pulmones y los ahogara.

Se volvió hacia Tao, todavía de pie junto a él. "¿Qué pasó?"

"La batalla fue bastante buena. Estábamos ganando, creo, antes de que el Fénix entrara en la refriega." Tao pensó sobre lo último por un momento. "No creo que el Fénix debía estar luchando. Los soldados de la Nación de Fuego estaban tan aterrorizados como nosotros. Aunque eso puede ser simplemente el efecto que tiene."

"Quise decir lo que pasó después," dijo Suho. "¿El Fénix sigue luchando?"

"No. Si lo estaba, yo estaría allí en una misión suicida tratando de detenerlo." Tao miro de reojo a Suho. "El Príncipe Kyungsoo se acercó para ayudarte a luchar contra el Fénix, pero antes de que realmente pudiera comenzar a ayudar, ese dragón fue descendiendo y El Caminante de Sombras estaba dejándote fuera del camino. Y entonces el Fénix se vio obligado a poner una gran cantidad de energía para no ser quemado vivo."

"¿Fue exitoso?" Suho preguntó en voz baja, su cara inclinada para poder mirar al cuerpo inconsciente de Baekhyun en la cama junto a él.

"Cuando el dragón dejó al Fénix estaba ileso."

Suho tragó saliva. Si ese fuera el caso, entonces que él estuviera vivo era un milagro. La lucha contra el Fénix había sido una tontería, pero mirando hacia atrás, no se le había dado una opción. "¿Y luego?"

"Y entonces la Nación del Fuego se fue retirando. El Fénix resultó ileso pero parecía agotado. Antes de que cualquiera de nosotros pudiera moverse sobre él otro Shifter de la Nación del Fuego había corrido hacia él, tirando de él a la masa de gente, y lo perdimos. "

"¿Dejamos que se retiraran?"

"Estábamos ganando, Señor Suho, pero a la vez no estábamos ganando. No era de ninguna manera una victoria asegurada. No tienen más tropas ahora de lo que ya tenían, y muchos de nosotros estamos heridos. Es una buena cosa para nosotros."

Hubo una pausa, Suho se preguntaba cuán cierto era eso. Luego le preguntó suavemente, "¿Has visto a Kris?"

Observó cómo se movió la manzana de adán de Tao mientras tragaba. "No," dijo, en una voz muy baja. "No lo he visto."

"Entonces ve a encontrarlo," dijo Suho, agitando la mano hacía la puerta de la tienda. "Estoy bien, no tienes que quedarte aquí."

"No puedo," dijo Tao. Había algo en su voz, algo crudo y algo como miedo. "Tengo deberes que atender."

"Qué deberes—" dijo Suho, pero fueron interrumpidos por un hombre vestido con uniforme de mensajero, que había tejido su camino a través de los cauces de los soldados heridos y venido a parar justo en frente de ellos.

"Señor Tao," dijo el hombre, un poco sin aliento. "Los ancianos lo solicitan. Hay algunos problemas con el Oráculo que necesita atender.”

"¿El Oráculo?" Preguntó Tao bruscamente. "¿Qué pasó? ¿Ha sido atacado?"

"No estoy en libertad de decirlo," dijo el mensajero, y luego hizo una profunda reverencia y se fue de nuevo, corriendo para transmitir otro mensaje. Tao lo vio alejarse, su rostro se ensombreció.

"A quién le importa el Oráculo," dijo Suho. La cabeza de Tao giró para mirarlo. "Ve a buscar a Kris, y luego a ver al Oráculo."

Tao se mordió el labio, mirándolo inseguro. Luego sacudió la cabeza. "No," dijo. "Tengo que ver al Oráculo. Debe descansar, Señor Suho. Sus heridas deben ser curadas antes de que nos encontramos de nuevo con la Nación del Fuego en la batalla."

Hizo una reverencia y se fue. Suho lo vio alejarse, y una vez que estuvo fuera de la vista, arrastró los pies fuera de la cama y con cuidado se puso de pie, ignorando la forma en que sus quemaduras gritaron en señal de protesta. Él se sintió lo suficientemente fuerte como para caminar, y sabía que no podía quedarse allí en esa cama sin saber qué había sido de sus hombres.

Lentamente salió arrastrando los pies de la gran carpa. El sol todavía estaba arriba, aunque bastante cerca del horizonte. Suho sentía como si esta batalla había tomado semanas, y aturdida por la cabeza que ni siquiera había sido un día entero todavía. El campamento era un caos leve. Leve porque todo el mundo estaba demasiado cansado para conseguir totalmente trabajado.

Se dirigió de nuevo hacia las tiendas de su nación a un ritmo lento, tratando de no mover ninguno de sus músculos lesionados. No quería correr el riesgo de abrir cualquiera de sus heridas. Cuando se acercaba a la tienda principal de su Jefe General algunos de sus Shifters lo vieron y corrieron hacia él. Ellos exclamaban acerca de cómo él no debería estar caminando y tratando de guiarlo a su tienda, presumiblemente para descansar.

Sus ojos los recorrieron, tratando de catalogar quién estaba allí, y quién no. Alzó la voz lo mejor que pudo. "¿Cuántas víctimas hubo hoy?"

Todos ellos se movieron a su alrededor, inquieto. "Todavía están siendo contados, mi señor."

La garganta de Suho se apretó antes de volver a hablar, más suave. "¿Son todos los Shifters que sobrevivieron?" Xiumin no era uno de los rostros a su alrededor, y eso de repente lo golpeó con duda. ¿Por qué tenía que traer al muchacho, sabiendo qué tipo de Shifter era? Si hubiera muerto a causa de alguna fe ciega por parte de Suho, él no sería capaz de hacer frente a la culpa.

Otra Shifter habló. "No, mi señor. Hay más de nosotros. Sólo perdimos un par de Shifters. Fueron los soldados menores que cayeron."

Suho cerró los ojos, alegre de que no había llevado a sus tropas a la perdición, y luego culpable porque gente había muerto y él no debería estar tan aliviado.

"¡Señor Suho!" Exclamó una voz familiar. Suho abrió los ojos para ver a Xiumin dando saltos, otros Shifters a su lado. Suho se sintió aliviado al ver que, al parecer, había salido de la batalla sin estar gravemente herido, aunque su brazo estaba vendado y en cabestrillo. "No debería estar de pie, está terriblemente herido."

Suho trató de sonreírle, para tranquilizar a todos. "Me Sanaron un poco. Voy a estar bien.”

Xiumin retorcía el borde de su túnica con la mano libre. "Cuando vimos el ataque del Fénix pensábamos que iba a morir." Los Shifters alrededor de él le dieron un codazo colectivo, murmurando con tristeza.

Suho dio una risa débil. "Para ser honesto, hasta yo pensé que iba a morir." Luego se puso serio. "Me alegro de que todos sobrevivieron. Voy a querer una lista de los muertos lo antes posible, para que los mensajes pueden ser enviados y ser notificados a sus familias.”

Todos ellos murmuraron en reconocimiento, mirando al suelo ante el recuerdo de sus compañeros muertos. Suho miró Xiumin nuevo, verdaderamente contento de que él no había sido asesinado sin sentido tan temprano, y luego se arrastró a su tienda, exhalando un suspiro de alivio cuando entró en el interior relativamente fresco. Se desplomó sobre la cama, diciéndose a sí mismo que sólo cerraría los ojos por un corto tiempo. Se quedo dormido en segundos.

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Chen se paseaba por la parte interior de su tienda mientras Chanyeol era Sanado por las pequeñas heridas que había sufrido cuando el dragón lo había atacado. Chen había tenido miedo, mientras observaba al dragón descendiendo, que Chanyeol no sobreviviera; aun como el estado mental de Chanyeol actualmente le daba miedo, no quería que el otro hombre muriera. Entonces, Chanyeol había salido de ello en su mayoría ileso, y Chen se había asustado por otras razones.

No sabía si la Nación del Fuego siquiera se dio cuenta del mucho potencial sin explotar que tenían en Chanyeol. Un Shifter mentalmente inestable no estaba en su mejor momento. Para realizar su Shift requeria de una concentración mental necesaria que Chanyeol no parecía tener, y sin embargo, y aun asi había sido el Shifter más fuerte en el campo ese día. Si podía conseguir tanto estando quebrado mentalmente, no había forma de saber lo que podía hacer cuando estuviera bien de nuevo.

Chen se detuvo, inmóvil, como si hubiera encontrado un obstáculo. Había decidido, mientras observaba la acumulación de llamas alrededor de Chanyeol, y visto el terror en los ojos de su amante, que ya era suficiente. Él no tenía pruebas, no tenía manera de demostrar lo que sabía que no fuera de su propia experiencia con la Nación del Fuego, pero tendría que hacerlo. No podía ver como Chanyeol destruia el mundo que lo rodea, tenía que detenerlo de la única forma que sabía.

Tenía que decirle todo a Chanyeol.

Comprobó fuera de su tienda, pero los guardias que se habían colocado allí se habían ido ya. No podían ahorrar mano de obra en ese momento. Se coló por el campamento, asegurándose de mantenerse a la sombra para que cualquiera que lo viera lo tomara a un soldado más. Se colocó cerca de la tienda de Chanyeol, escuchando las voces de los