Kyungsoo se sentía cansado e irritado, y el viaje en la góndola no era su actividad favorita en este mundo. Al haber vivido la mayor parte de su vida bajo tierra se había dado cuenta de que estar en el aire en un bote que no tenía barreras de protección a los lados ni nada debajo, ni siquiera agua, era una experiencia impactante. Incluso cuando habían llegado y se encontraba ya sobre tierra de nuevo, todavía no se sentía bien. No era la profunda y retumbante tierra debajo de sus pies, era más como un delgado copo de mugre, y eso lo hacía sentir decididamente vulnerable. Él ni siquiera estaba seguro de que podía usar el Shift de Tierra en la ciudad flotante, el suelo se sentía muy frágil para ello.

Un sirviente prácticamente lo abordo a su llegada, y Kyungsoo estaba muy ocupado tratando de decirle a su cerebro de que no, el suelo debajo de él no estaba desmoronándose y enviándolo en picada hacía su muerte para poder escuchar de verdad el parloteo del ayudante. Sólo capto la esencia de ello, la cuál era que necesitaba ir a la reunión inmediatamente. Kyungsoo parpadeó. No estaba consciente de que ellos lo habían estado esperando.

Él siguió al sirviente a través de la ciudad, y desde allí a través del palacio, largos pacillos con ventanas que dejaban entrar demasiada luz. Todo lo hacía sentirse en el lugar equivocado, muy acostumbrado a los pasillos estrechos y las habitaciones completamente despojadas de la luz del sol. Al momento de que llegaron a la reunión, él estaba tan distraído por un par de segundos que fracaso totalmente en reconocer al Shifter Jefe de la Nación del Agua que se acercó a saludarlo.

“Kyungsoo,” dijo Suho sonando satisfecho y palmeándolo en el hombro. “No sabía que vendrías.”

“Fue más o menos de la nada. No tuve tiempo para enviar un cuervo.” Aclaró su garganta y miro a los Ancianos en la plataforma. Nunca había visto a alguno de ellos antes, y sus expresiones eran bastante oscuras. Se inclinó artificialmente.

“¿Dónde están tus generales?”  Uno de ellos ladró. “Hablaremos con los superiores, antes que con un soldado.”

Kyungsoo parpadeó. “Soy el Shifter Superior.” Una poca cantidad de murmullos le dieron la bienvenida a ese hecho. Kyungsoo lucho por no mostrar una mueca de dolor. Él no lucía como un Shifter Jefe de la Nación de la Tierra debería, lo sabía. Él era muy pequeño, lucía muy frágil. También estaba sucio y lucía ajetreado por el viaje, vistiendo ropas de un trabajador. Los Nobles de la Nación del Aire estaban vestidos con capas de tela fina intrincada con bordados de hilo de plata, pero la nación de Kyungsoo raramente se preocupaba por tanta gala. En un intento para lucir un poco más importante, él se irguió, dándose cuenta con cierta consternación que en su agotamiento se había encorvado. “Y soy el hijo del Rey de nuestra nación.”

A su lado, Suho resopló un poco, rápidamente lo cubrió arrastrando sus pies y pretendiendo toser. Kyungsoo deslizó una mirada hacía él, confundido.

“¿El resto de tus hombres han sido llevados a las habitaciones libres?” preguntó uno de los Ancianos, notablemente más amable. “¿Qué hay sobre sobre sus consejeros o generales?”

“Oh,” dijo Kyungsoo, su estómago hundiéndose.  “Bueno, verán, me temo que soy el único que vino.” Podía sentir su sonrisa nerviosa en su cara, y rezó porque no luciera como un lunático.

“¿Eres sólo tú?” cuestiono uno de los hombres parado cerca de los puestos donde los Ancianos estaban sentados, pelinegro y con un rostro algo aterrador. “¿La Nación de la Tierra sólo te envió a ti?”

“Ellos realmente no me enviaron,” respondió Kyungsoo. “Me ofrecí a venir. Mi… El Rey no podía perder a ningún hombre.”

En el largo y estirado silencio que siguió a su declaración, él podía jurar que escucho  unas risitas débiles provenientes de una ventana, pero cuando volteó a mirar, no había nadie allí. Considerando que ellos estaban al menos a cinco pisos de altura, se lo esperaba. Debió de estar imaginándolo. 

“Entonces, ¿eres sólo tú?” uno de los Ancianos preguntó de nuevo, débilmente, como si no pudiera creerlo.

“Esto es un atropello,” otro Anciano grito furiosamente, inclinándose hacia delante en su silla como si mirar fijamente a Kyungsoo cambiaría la situación. “Nosotros le pedimos ayuda al Rey, él no puedo solo ignorar la guerra.”

Kyungsoo decidió quedarse en silencio sobre el hecho de que su padre aparentemente estaba planeando hacer sólo eso. “Bueno, aquí estoy,” dijo. “Soy el Shifter Jefe, y Príncipe Heredero, pueda que no tenga experiencia directa sobre guerra pero aun así tuve entrenamiento. Seré algo útil.”

“La Nación de la Tierra ha permanecido históricamente fuera de las guerras de otras Naciones,” destaco Suho. “Honestamente, no deberían estar sorprendidos de que no nos hayan enviado tropas esta vez.”

“El Oráculo ha visto a los doce,” uno de los Ancianos dijo frenético. “Esta guerra no excluirá a la Nación de la Tierra de ella.”

Suho no dijo nada. Kyungsoo pensó que se veía decididamente desinteresado ante la mera mención del Oráculo. Kyungsoo encogió sus hombros. “Soy el único,” dijo. “Lo siento.”

Ninguno de los Ancianos aprecio lo anterior pero nadie tenía más que decir sobre el asunto. Kyungsoo tomó un asiento al lado de Suho, esperando que eso estuviera bien, y soltó un suspiró de tranquilidad cuando nadie objetó. El chico alto, con cabello oscuro en la plataforma le estaba frunciendo el ceño, lo que era algo intimidante. Kyungsoo trato de evitar mirarlo.

Uno de los Ancianos se aclaró la garganta después de que el ruido de las personas hablando cesó. “Los hemos llamado a esta reunión principalmente para actualizarlos de toda la información que los mensajeros no son lo suficiente confiables para llevar. Como escribimos en nuestras cartas, tenemos un informarte que huyó de la Nación del Fuego cuando su insurrección comenzó. Háganlo entrar.” Gritó la última parte a un sirviente, el cual corrió para cumplir la orden.

En poco tiempo el sirviente regresó, un hombre joven con ojos alicaídos siguiéndolo. Él estaba vistiendo ropas de la Nación del Aire, pero no lucían adecuadas en él. Los ojos de Kyungsoo viajaron hacía sus brazos y dejó salir un gran jadeo cuando vio los adornos sobre sus manos. Suho también soltó un pequeño sonido al sumar dos más dos.

Suho se levantó, señalando el supuesto informante. “¿Este es su informante? Por sus mensajes ustedes lo hacían sonar como si el informante fuera una verdulera histérica, no el amante del Fénix,” dijo, sonando algo furioso. “Él es un Shifter.” Y si los rumores eran ciertos, uno de los buenos, Kyungsoo pensó.

El Anciano que había ordenado traer a Baekhyun descarto lo que dijo Suho con un movimiento de su mano. “Sus habilidades de Shifter no son importantes. Ni su posición en la casa del Fénix.” Él se burló ligeramente sobre la palabra posición, como si esta fuera sucia por asociación. “Lo que es importante es la información que nos trajo.”

Baekhyun no alzó su rostro durante el intercambio de palabras, y Kyungsoo sintió un escalofrió al pensar que era porque había crecido escuchando a las personas hablándole de esa manera. La Nación del Aire valoraba el linaje sobre todo, y Kyungsoo sabía que Baekhyun había nacido en una familia de clase baja, pero eso no justificaba ese trato. Incluso cuando ellos no podían pasar por alto su pedigrí, debían darle el respeto que sus habilidades demandaban.

“Habla,” ordeno un Anciano, sentándose de nuevo en su silla.

Baekhyun tomó un profundo respiro, el sonido retumbo fuertemente en el silencioso salón. “Estábamos durmiendo,” dijo, sus ojos parpadeaban nerviosamente hacía el consejo de Ancianos, como si temiera recordarles lo que él había sido para el Fénix. “Estaba en… silencio. Cha— El Fénix despertó, lo que me hizo despertar. Él sabía que algo estaba mal, así que encendió una de las lámparas. Había hombres en la habitación con nosotros, vestidos de negro. Lo atacaron primero a él, pegándole en la cabeza con algo que no pude ver, dejándolo inconsciente, antes de ir hacía mí.” Otra pausa y otro profundo respiro. “Ellos no estaban tratando de noquearme, trataban de matarme. Le toma a mis poderes un momento para calentarse así que no tuve tiempo para defenderme. Uno de ellos me quemo mientras me daba vuelta en la cama, en toda mi espalda. Pude darme cuenta de que estaban ahí para secuestrar a Chanyeol, y no pude hacer nada para pelear contra ello, así que hui por la ventana; intente buscar ayuda.”

Kyungsoo escucho a uno de los nobles menores de la Nación del Aire susurrar algo sarcásticamente. No pudo descifrar todas las cosas que dijo pero pudo captar la palabra cobarde. Frunció el ceño.

Si Baekhyun escuchó, no lo demostró. "Una vez que salí, me di cuenta de que era algo más que un simple secuestro. Todo estaba en llamas y no pude encontrar a nadie con vida—" se calló pensando que empezaba a sonar como una persona histérica.

“Está bien,” hablo Suho tranquilamente. “Tomate tu tiempo.”

Baekhyun le dio una mirada agradecida, y se tomó un tiempo para recomponerse incluso cuando los Ancianos estaban moviéndose en sus asientos impacientemente. “Todos ya estaban muertos,” continuó Baekhyun, mucho más calmado. “Toda la ciudad estaba ardiendo. Seguí corriendo, pude encontrar un caballo que escapo de su establo en medio del caos. Galope esperando que en la próxima ciudad pudieran enviar ayuda, pero. Pero.” Cerró los ojos. “Desapareció también,” susurró. “Y también la siguiente. Y la siguiente.”

“¿Desapareció?” Uno de los generales de la Nación del Agua preguntó. “¿Cómo puede toda una ciudad desaparecer?”

“Fueron incineradas desde sus raíces,” respondió Baekhyun. Su tono vocal bajo, casi como un susurro pero todavía audible, haciéndose eco en el salón de reunión. “Simplemente… desaparecieron. Seguí galopando, esperando encontrar a alguien, cualquiera, pero estaba herido, no había tenido tiempo para revisar el daño en mi espalda, mucho menos para hacer algo por ella. Cruce la frontera sin saberlo, y al poco tiempo colapse.”

“Una de nuestras tropas lo recogió en un viaje de vigilancia de rutina en la frontera,” dijo uno de los Ancianos. “Pasaron un par de días antes de que alguien reconociera los adornos en sus manos, y otro par de días después de eso antes de que nos dijera qué le había pasado.”

“Estuve enfermo con fiebre,” Baekhyun intervino, casi como una disculpa. “Mis heridas empezaron a ponerse sépticas.”

Kyungsoo contemplo la información que le acababan de dar. “Entonces, ¿quién lo hizo? ¿Y por qué la Nación del Fuego está manchando hacía nosotros?”

Baekhyun miro de nuevo hacía el suelo. “No poseo esa información, mi lord.”

Un Anciano asintió. “Eso es todo lo que necesitamos de ti. Puedes retirarte.” Baekhyun hizo una pequeña alabanza y se fue, Kyungsoo se quedó un poco boquiabierto.

“¿No le han dicho nada sobre la otras cosas que han descubierto?” pregunto Suho bruscamente.

“Él no necesita saberlo,” respondió uno de los Ancianos. “Es un esclavo.”

“Es un Shifter,” contraataco Suho.

“Es un Shifter cuyos padres fueron esclavos.”

“Sirvientes voluntarios.”   

Un Anciano movió su mano. “Nosotros los consideramos la misma cosa,” dijo. “Tenemos muchas cosas más para discutir, el esclavo del Fénix no es importante.”

Kyungsoo de alguna manera no estaba de acuerdo de que Baekhyun no fuera importante, considerando que él era la razón por la cual habían sido alertados. Con lo poco que se había colado sobre la Nación del Fuego en el mes pasado, era posible que no hubieran podido ser alertados de lo que estaba pasando allí en los futuros meses si no hubiera sido por Baekhyun.

“El Fénix, como sabemos, ha sido secuestrado, y la historia del esclavo sugiere que fueron Shifters de Fuego quienes se encargaron del secuestro.” El Anciano sentando en la silla del centro hablo por primera vez. “Lo que hemos sido capaces de juntar nos ha llevado a creer que el Fénix está en manos de la propia Nación del Fuego, pero por qué, no lo sabemos.”

Kyungsoo se encontraba desconcertado por esto. “¿Qué esperan ganar ellos de todo esto? ¿Cómo sabemos que esto es un acto de