Cap. 9

Insensata Geometría

Llevábamos mas de una hora fuera del hotel y le sugerí que buscáramos una cabina para telefonear, por si había novedades sobre nuestros respectivos vuelos

- Las cabinas estarán ocupadas o fuera de servicio, como de costumbre – comenté -. Vamos a esa cafetería, tienen teléfono.

Tiffany metió la mano en su bolso, sacó una tarjeta del hotel y un teléfono móvil:

- Yo marco el número y tu hablas.

Me atendió el conserje y dijo que no había novedades que reseñar y que Alitalia no había dado nuevas instrucciones. No obstante, insistí en hablar con la azafata que nos había acompañado al Majestic y que sin duda aún estaría por allí. El encargado aceptó ir a buscarla y cuando ésta se puso al teléfono repitió el mismo mensaje, bastante enfadada con nosotras porque había pedido a los pasajeros que esperaran en el hotel y era responsable de cualquier descontrol.

Con mi mejor tono de arrepentimiento me disculpé por ambas y logré calmarla.

“Lo mas seguro es que Fiumicino no retorne a la normalidad hasta el atardecer, no obstante les aconsejo – mas bien me ordenó – que estén en contacto permanente conmigo y regresen lo antes posible.”

Analizamos la situación: volver de inmediato al hotel no tenía mucho sentido, hacía un tiempo estupendo y encerrarse en las habitaciones una cantidad idefinida de horas era una tontería. Además teníamos bastante hambre, así que propuse comer en un restaurante a poca distancia de donde estábamos y al que suelo ir con frecuencia porque su comida es excelente.

Tiffany aceptó de inmediato:

- Si, vamos, me encanta que me muestres tus rincones secretos.

Llegamos al restaurante y su dueña me recibió con la simpatía de costumbre. Nos acompañó a la mesa “de siempre” intercambiando frases de cortesía y le presenté a Tiffany, que la saludó con una de sus magnificas sonrisas. Esperábamos la comida cuando Tiffany preguntó con discplicencia mirando los cuadros que decoran el local:

-Bueno , ¿Y tu de amores qué?

¡Mierda! Me quedé de una pieza. El terreno afectivo no suele ser de los primeros temas que se abordan cuando dos personas acaban de conocerse y yo no soy dada a los exhibicionismos amorosos.

La pregunta me pareció bastante indiscreta.

- No te privas de nada, ¿Verdad? – respondí un poco seca.

¿Y que quieres? – dijo sorprendida – ¿Qué te pregunte si gustas del cine de Tarantino, si te entusiasma mas el esquí que el tenis o si el color turquesa es uno de tus amores?

- Para empezar no estaría mal algo por el estilo.

- A mi me parece una pérdida de tiempo, es como pisar hojarasca sabiendo que debajo hay tierra firme, pero si lo prefieres hablamos del clima.

Me dejó pensando. Lo de la hojarasca no estaba nada mal, se notaba que apartaba lo superfluo de lo esencial e iba al meollo de la gente sin falsos remilgos.

Quizá mi reserva era simple puritanismo.

Bien mirado, el amor no tiene porque ocupar necesariamente el quinto o to puesto del ranking de las conversaciones, de modo que respondí sinceramente:

- Si te refieres a si estoy con alguien, la respuesta es no. Vivo sola desde hace algunos años, y cuando digo “sola” no me refiero a una soledad de esas quejumbrosas y dolientes sino a una “solitud” buscada. Además tengo a mis padres y aun pequeó grupo de amistades queridas y muy elegidas con cuales comparto mi vida.

No parecíña dispuesta a cambiar de tema:

- Pero habrás tenido tus amores…oye – se apresuró en decir - ,si te incomodo me lo dices y punto, a veces resulto un poco impertinente, lo se.

- No diría impertinente, tal vez demasiado… directa. De todos modos – añadí - ,no tengo inconveniente en responderte. Si he tenido mis amores como todo el mundo, supongo, pero mi ultima pareja murió de cáncer y quedé bastante tocada.

- Lo siento – dijo educadamente y tras una pausa añadió -: Habrá sido muy doloroso para ti perder a tu novio. ¿O estabas casada?

No pude evitar la sonrisa. ¿Adónde quería ir a parar con su interrogatorio?

Por que algo me decía que Tiffany era cualquier cosa menos ingenua. En ese momento trajeron los humeantes platos de pasta y esperé que la dueña se alejara de la mesa para contestar:

- Verás, casados, lo que se dice casados, no exactamente. Sobre todo porque a Jessica y a mi nos hubiera costado mucho decidir cual de las dos iba de blanco a la gilesia.

Hizo un mohín con los labios que no pude descifrar si era de asombro, de rechazo o de satisfacción por confirmar alguna hipótesis previa. Mientras la miraba, se puso a comer saboreando los espaguetis con deleite.

- ¡Mmmm, están buenísimos! Acertaste, la carbonara es mi pasta favorita.

La imité y esperé a tragar el primer bocado antes de hablar. Ahora ella la que intentaba cambiar el rumbo de la conversación, pero me había sonsacado sin pudor y no se iba a escapar tan fácilmente.

- ¿No es deliciosa?

Hice una pausa estudiada y volví a la carga con la afectada displicencia:

- O sea que soy lesbiana, aunque las etiquetas me gusten bien poco. ¿He sido demasiado textual? Porque hay mucha gente que…

- Pero que dices ¡Porfavor! – me interrumpió antes de que terminara la frase -. La homoualidad es una opción tan licita como cualquier otra, estamos en el siglo XXI, estaría bueno.

Bonito tópico. Precisamente el que se espera de una persona muy en la onda, la frase correcta de una mujer correcta.

¿Realmente era tan liberal como aparentaba? Sentí ganas de descomponer tanta compostura y no me adnuve por las ramas:

- ¿Y tu tienes novio o novia?

Jaque. Tiffany pareció desconcertarse y se tomo su tiempo antes de responder. Bebió un buen trago de vino, lo paladeó, posó con suavidad la copa, abrió el envase de girssini y semi sonrió mientras extraía uno de los palillos.

- Podría decir que soy libre como el viento.

Otra frase hecha, y esta bastante cursi.

No me contuve y comencé a cantar una canción clásica de la libertad, me estaba divirtiendo lo mío porque Tiffany había salido de caza y había resultado cazada, pero mi compañera de mesa se plegó al cantó como una maniobra digna de aplauso. Estaba claro que ella se había dado cuenta de que yo me había dado cuenta de que ella… Nos reímos de nosotras mismas y nos dedicamos nuevamente a los espaguetis, que corrían el riesgo de enfriarse, pero algo quedo claro: yo había hablando sinceramente sobre mi lesbianismo y Tiffany se había escabullido con astucia sin devolver la pelota.

En una nítida maniobra de evasión se puso a hablar con lujo detalles de su estancia en un pueblo cercano a Arezzo, de la maravillosa casa de campo propiedad de unos amigos suyos y de los muy bien aprovechados días que había disfrutado gozando del paisaje de la Toscana antes de regresar a Roma, rumbo a Japón.

Los largos paseos por las faldas de las colinas eran lo que mas había disfrutado.

Mi presunción de que le gustaba andar había sido acertada. Cuanto más hablaba mejor se escabullía de cualquier posibilidad de retomar la conversación anterior. “Es inteligente – pensé -, es muy inteligente y maneja una extensa gama de recursos. Esta Tiffany me gusta mucho.”

-… Y entonces nos unimos a los campesinos aquellos – estaba diciendo con entusiasmo - ,les ayudamos a apilar paja y cuando terminamos nos invitaron a compartir su pan y su queso mientras circulaban de mano en mano las botellas de vino exquisito…

Mi duda seguía en pie. ¿Inocente o una teatrera? Porque su anécdota era tan banal, tan excesivamente tópica que me costaba creer que una escena de campo reiterada hasta el hartazgo hubiera llamado tanto su atención. Decidí ser cortes:

- Sería un Chianti, el mismo que estamos bebiendo. Es el vino típico de la Toscana.

Otra vez esa mirada indescifrable, seguida de un silencio breve. ¿Estaba midiendo mi capacidad de reacción? ¿Era yo quien a la estaba retando a ella? Manejo muy toscamente las situaciones ambiguas, así que le di otro rumbo a mi pensamiento: “Acabo de conocerla, le estoy adjudicando características que son mas mías que suyas y es muy probable que me equivoque de medio a medio. ¿Y si es una persona sin mayores sofisticaciones intelectuales y la escena bucólica en la Toscana profunda le pareció en verdad encantadora?”.

Una vez mas me equivocaba, o al menos no alcanzaba a leer con claridad su texto, porque al momento lanzó otra carga en profundidad:

- ¿Tu cual dirías que es la diferencia entre el misterio y el secreto?

¡Vaya, menudo tema para una sobremesa a base de pasta! Primero el amor, ahora la metafísica. ¿Seguirían la locura y la muerte? Por supuesto que podría haberme desentendido, pero era tan notorio que estaba poniendo a prueba mi intelecto que no pude resistirme.           

- ¿Por ese orden? ¿Primero el misterio y luego el secreto?

- Como quieras – concedió -. El orden de los factores…

- A pesar del axioma el orden de los factores si suele alterar el producto, así que déjame pensar un poco.

La cosa tenía su miga, desde luego, y tuve que afinar mis cuerdas mentales para lucirme con la respuesta:

- Pues creo que el secreto es aquel aspecto del misterio que se conoce pero no se dice, mientras que el misterio por el contrario, permanece siempre inaccesible al conocimiento.

- Pero si según tú el misterio es inaccesible…¿Cómo logra el secreto acceder a él?

Hilaba muy fino y lograba enredarme:

- Bueno hay cosas del misterio que si se alcanzan a saber …

- Por lo tanto no “siempre” es inaccesible – recalcó -, solo a veces.

- Vale, de acuerdo – admití -, Pongamos, que el esoterismo, la kábala, la astrología, todas las creencias arcanas, la tradición, no se si me explico, también las ciencias físicas como la biología, la astronomía y sobre todo la física cuántica, logran acceder a ciertas porciones del misterio inicial. Que lo divulguen o no ya es otro cantar. Si no lo hacen es un, secreto. Si si, deja de serlo.

Reflexioné sobre lo acababa de decir y añadí:

- Reconozco que es un argumento poco consistente, pero es el único que se me ocurre a bote pronto. Caramba, Tiffany, es un tema imposible de despachar en un momento, de hecho hace siglos que la humanidad le da vueltas y vueltas.

Tiffany había clavado la vista en una estampa costumbrista de la Roma del Quattrocento que adornaba una pared entera y que por lo visto reclamaba toda su atención. Se hizo un silencio embarazoso y me sentí compelida a agregar:

 - Creo que el misterio es algo así como una verdad ultima que solo puede ser conocida a través de una revelación espiritual. Se me acaba de ocurrir, no creas, tampoco estoy muy puesta en estos asuntos. – Y un poco molesta por su mutismo procuré dar por zanjado el asunto. -: ¿Conforme, doctora? ¿O sostiene usted alguna tesis en contrario?

Volvió la mirada hacia mi con ímpetu:

- La palabra misterio viene del griego mystes, que significa iniciado – explicó con aplomo pero sin ninguna petulancia -, por lo tanto vas bien encaminada.

Dicho lo cual una sonrisa iluminó su cara. Rezumba satistacción. Senti que había pasado el examen y además con nota. Le devolví la sonrisa, bastante orgullosa conmigmo misma, al tiempo que decía:

¿Seguimos filosofando o pagamos la cuenta y volvemos al hotel como dos adultas responsables? 

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Comments

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audaf27 #1
!!?!?! donde anda?!?! no lo vayas a dejar así >>
yuyesj #2
Chapter 13: TIFF ES RARA, AUNQ TAE IGUAL, MMMMM AUN KIERE A SICA???
audaf27 #3
Chapter 13: sadsdsdsads *w* wooooo <3 <3 te esperé Dx... tardaste mucho >< pero te comprendo Dx... gracias por hacer esto muchas gracias ^^ :D
sonelf1509
#4
Chapter 13: Gracias por los dos capitulos :D esta muy bueno y ya hacía falta leer, continualo pronto por favor!!!
audaf27 #5
Chapter 11: dadsafsdafds ^^^<3 <3 sensual :D jajaja
yuyesj #6
Chapter 11: q buen finc me gusta mucho por fin Taeny, la menera en como esta escrita me gusta mucho, espero actualices pronto,
sonelf1509
#7
Chapter 11: Cada vez se pone mejor akdfjksdfj ya quiero la continuación!!!
tachineko #8
Habitación en Roma? O.O
audaf27 #9
Chapter 10: OMG!! sadsdsd estoy muriendo pero que genial... Fany eres una loquilla xD OMG!! s y continua por favor no lo dejes ahí asdsadasd :D :D <3
-Yiime- #10
Chapter 10: O.o me gusta esta tiffany xD sii va aver accion