Cap 5.

Insensata Geometría

Por la tarde me había regalado un curioso broche que ahora llevaba prendido a mi camiseta y que cada tanto acariciaba para sentir su tacto. Aun no sabía si me gustaba o no, lo encontraba un tanto rebuscado y oscuramente turbador, pero desde luego era mío y ya lo quería.

Estaba montado alrededor de un grueso hilo dental dorado enrollado en si mismo que encerraba una pequeña gema amarilla en su seno y que habíamos visto esa tarde en la vía Della Croce. De inmediato se había empeñado en que era para mi. “La esperial es una forma esencial – dictaminó mientras lo enganchaba a mi pecho – que renueva de continuo la energía. Quiero que lo lleves”.

No había sabido negarme porque no tenía razones de peso para hacerlo, pero básicamente porque me resultaba imposible explicarle a la súbita congoja que me secaba la garganta mientras ella trajinaba con el pasador que se le resistía.

Tuve que hacer un enorme esfuerzo por disimular mi insólita tristeza a la vez que agradecía el regalo.

Me puse a mirar con fingido interés unas sortijas puestas sobre un paño de dudoso terciopelo, pero por fortuna el sentimiento fue tan fugaz que mientras ella pagaba ya se había desvanecido como por encanto y percibí con alivio que retornaba mi bienestar perdido.

Paseamos a placer por la Villa Borghese, descendimos por la enorme escalinata de la plaza de España y anduvimos arriba y abajo la pretenciosa via del Babuino. En las exclusivas tiendas de via Borgognona y via del Condotti nos probamos un sinfín de ropa que no pensábamos comprar improvisando desfiles de pasarela la una para la otra, festejando los respectivos comentarios.

Tiffany parecía disfrutar sobremanera jugando a esconderse y a aparecer entre escaparates y portales, y en las boutiques de via Frattina hizo toda una exhibición de comicidad ante los dependientes mostrando un interés que no tenía por los objetos mas insignificantes a la vez que imitaba con mucha gracia el disparatado italiano que suelen hablar los coreanos.

Su sentido del humor me atraía y me repelía a la vez. Era un tanto aniñado y a veces sacaba una vocecilla gutural de muñeca caprichosa que me avergonzaba, pero por otra parte estimulaba mi propio infantilismo y me uní al juego de decir y hacer tonterías, me gustaba eso de Tiffany ella lograba sacar un lado que no todos conocían sobre mi.

Como cuando estábamos en la tienda donde suelo comprar mis toallas favoritas de Roma, no solo por sus colores poco usuales, sino por su esponjoso tejido de nido de abeja. En cuanto me escuchó preguntar por las toallas “Nido di ape”, Tiffany se lanzó a canturrear desafinando una rima infantil acerca de unas abejas y un panal de rica miel ante el discreto asombro del vendedor, que seguía hablando conmigo como si Tiffany fuera invisible. Yo estaba bastante incómoda, pero para mi asombro me uní a la cancioncilla ahogadas por la risa, como dos niñas festejando sus gracias a espaldas de la profesora. Y sin mis toallas, claro está.

Exhaustas por la caminata recalamos en el Café Grecco. Como la suerte estaba de nuestra parte encontramos sin dificultad una mesa vacía, lo cual, le expliqué, no es nada normal en el concurrido Grecco.

Hablamos de mi profesión y de mi próxima traducción, de mis inminentes 26 años, de la creencia generalizada de que cada docena acarrea una crisis de identidad – ambas coincidimos en que depende de la persona -, de un barrio de Seúl que Tiffany consideraba un sitio estupendo para vivir –Yo tengo un apartamento en Gangnam-, de nuestro mutuo fastidio por los aviones y otras conversaciones.

Escuché con verdadero interés su exaltada declaración de amor por su trabajo. No había estudiado oficialmente la carrera de artes, pero había realizado varios cursos en Nueva York y París y por su tono era fácil adivinar que las artes plásticas eran uno de sus mayores deleites.

Ante su segundo café me contó que había nacido en San Francisco hacia veinticinco años, hija de padres cristianos. Sus padres decidieron viajar y se trasladaron a un departamento al centro de San Francisco, llevando a su hijo Leo, de dos años. Al año siguiente había nacido ella, pero como la profesión de ingeniero de su padre seguía sin ver frutos, un par de meses volvieron definitivamente a Corea.

- Tiffany es un nombre muy americano- comenté.

Ella obviamente no recordaba nada de su ciudad natal, y yo no había regresado nunca a San Francisco. “Volveremos- había prometido yo en un arranque- para que recuerdes y me hagas recordar a mi.” ¿Que memoria puede conservar de su lugar de nacimiento una criatura a la que apenas nacida la trasladan del país? Pero, y lo mas absurdo ¿Qué podía yo evocar de San francisco si jamás había estado ahí? Nada. Fue tan solo una de tantas estupideces de este día, pleno de asombros y extrañas coincidencias.

Nuestro propio encuentro había sido una extraordinaria casualidad, teniendo en cuenta las escasísimas posibilidades que tenia yo de volver a coincidir en algún momento con la bella pasajera que me había conmocionado en la cafetería del aeropuerto-

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
audaf27 #1
!!?!?! donde anda?!?! no lo vayas a dejar así >>
yuyesj #2
Chapter 13: TIFF ES RARA, AUNQ TAE IGUAL, MMMMM AUN KIERE A SICA???
audaf27 #3
Chapter 13: sadsdsdsads *w* wooooo <3 <3 te esperé Dx... tardaste mucho >< pero te comprendo Dx... gracias por hacer esto muchas gracias ^^ :D
sonelf1509
#4
Chapter 13: Gracias por los dos capitulos :D esta muy bueno y ya hacía falta leer, continualo pronto por favor!!!
audaf27 #5
Chapter 11: dadsafsdafds ^^^<3 <3 sensual :D jajaja
yuyesj #6
Chapter 11: q buen finc me gusta mucho por fin Taeny, la menera en como esta escrita me gusta mucho, espero actualices pronto,
sonelf1509
#7
Chapter 11: Cada vez se pone mejor akdfjksdfj ya quiero la continuación!!!
tachineko #8
Habitación en Roma? O.O
audaf27 #9
Chapter 10: OMG!! sadsdsd estoy muriendo pero que genial... Fany eres una loquilla xD OMG!! s y continua por favor no lo dejes ahí asdsadasd :D :D <3
-Yiime- #10
Chapter 10: O.o me gusta esta tiffany xD sii va aver accion