UN NOMBRE DE MUJER

La vida de Yuri había dado un giro de 180 grados, tanto había girado que a veces al pensar en ello Yuri sentía una extraña sensación de mareo, ya nada estaba en su sitio, y eso no era debido a que nueva compañera de piso era un puñetero desastre, que lo era, era debido a su propia vida, hacía mucho tiempo que Yuri no se sentía tan descolocada.  

- Cielo, vuelve a la tierra –

Yuri alzó la vista, Anne la miraba sonriente desde el otro lado de la barra, ella era una de las Strippers del bar, Yuri suponía que más o menos debía tener su misma edad, aunque nunca se lo había preguntado, primero porque hacía mucho tiempo, antes de llegar a ese país, había leído en alguna parte que preguntar al edad a una mujer era de mala educación, desde ese entonces Yuri nunca se había atrevido a preguntar y segundo porque simplemente Yuri era demasiado tímida para iniciar conversaciones.

- Perdona Anne, ¿qué necesitas? –

- ¿Qué harás esta noche? –

- ¿Servir copas? –

Ane le sonrió y negó con la cabeza – digo después de tu turno, ¿qué vas a hacer? –

- Supongo que volver a casa – respondió sinceramente.

- Supones mal – respondió Ane en un susurro prácticamente inaudible.

Yuri cogió un vaso y vertió el liquido que había estado agitando en la coctelera, luego puso una pajita y se lo ofreció a Anne.

Ane sorbió de la pajita lentamente mientras Yuri la miraba esperando su veredicto – está muy bien – dijo al fin – parece que se te dan bien muchas cosas –

Si Yuri hubiera prestado un poco de atención, quizá hubiera percibido el cambio en el tono de voz de Anne, o las miradas que esta le dedicaba, pero la verdad  era que estaba completamente fuera de juego, Yuri nunca había sido una seductora, ella se había educado en Corea en una familia tradicional, hablar con extraños en un bar era algo que simplemente no se hacía, y mucho menos insinuarse.

Claro que había modificado mucho su comportamiento, tras cuatro años en Estados Unidos, a Yuri le parecía completamente normal las conversaciones de bares, le parecía completamente normal salir a conocer gente, pero ella no lo había hecho nunca, nunca había salido a “ligar”, había conocido a Jessica a través de Tiffany y a esta en el hospital gracias a un tornillo mal ajustado y una plancha de madera que le había caído justo en la cabeza.

- Y bien –

Anne la miraba interrogante, y Yuri no recordaba que le hubiera hecho ninguna pregunta – ¿perdón? –

- Esta noche, ¿vas a quedarte un rato después de tu turno?, el primer sábado de cada mes las chicas solemos ir a tomar algo, es como una tradición –

Esa noche Yuri podía haber rechazado la oferta, pero no lo hizo, esa noche salió con las demás trabajadoras del bar, se bebió una cerveza, luego otra o quizá fueron un par mas, luego decidieron que iban a echar una ronda de Tequilas, y ella aceptó, pese a que era muy mal bebedora, pese a que solo había probado el tequila una vez, Yuri acabó por beberse 5 rondas de chupitos de tequila.

Yuri  sabía que no debió de beberse ese quinto tequila, a decir verdad, quizá tampoco el cuarto, pero ahora era demasiado tarde, la resaca martilleaba su cabeza mientras ella intentaba ocultarse de la intensa luz del sol que se colaba por alguna parte de la habitación.

- Estas bien cielo –

La voz de Anne la sorprendió, Yuri abrió lentamente los ojos, esa no era su cama, ni su habitación, entonces recordó que anoche iba demasiado bebida para volver a casa, las imágenes de Ane sujetándola por la cintura evitando que se cayera en el suelo le volvían a la memoria, sentía tanta vergüenza ahora mismo. – Lo siento –

- Está bien, a todas nos ha pasado alguna vez – Anne se acercó a la cama y le ofreció una pastilla y una botellita de agua – oh tu móvil no ha parado de sonar, deberías comprobarlo, ¿te gusta el café? –  Yuri asintió con la cabeza, Anne le sonrió y salió de la habitación – te prepararé uno –.

Yuri se le