UN DIOS CRUEL

Nada había cambiado mucho desde la última vez que Jessica había cruzado la puerta de ese apartamento, las fotografías que adornaban el salón y el sofá eran a simple vista los únicos elementos que testimoniaban el paso del tiempo, todo era igual y sin embargo parecía tan diferente.

Jessica preparó la cafetera italiana y observó como la vitrocerámica pasaba del negro brillante al vibrante rojo, no era que observar como se hacía el café fuera lo más interesante del mundo, pero seguía teniendo esa fuerte sensación de estar invadiendo el lugar, como si no pudiera darse el lujo de merodear libremente por la casa, suficiente confianza se había tomado ya atreviéndose a abrir los armarios de la cocina en busca del café y sin embargo, esa había sido su apartamento durante tres años.

Pero ya no lo era, sus sentidos le decían que no era más que una intrusa y no fue hasta que el aroma del café inundó la cocina cuando supo el motivo por el cual todo le parecía tan extraño, el olor. Quizá era el efecto de un nuevo ambientador, o de diferentes productos de limpieza o podían ser los productos de belleza de Sooyoung mezclándose con todo ello,  pero el apartamento ya no olía como solía hacerlo cuando ella lo llamaba hogar.

El crujido de la puerta del apartamento al abrirse la sobresaltó, y restó inmóvil hasta que la imagen de Sooyoung se le apareció ante ella, cargando dos bolsas de papel llenas de comida.

- Yuri está dormida – se apresuró a decir Jessica como si necesitara excusar su presencia.

Sooyoung asintió con la cabeza mientras se disponía a guardar los ingredientes que había comprado, el burbujeante silbido de la cafetera pareció llamar la atención de Sooyoung sujetando aun una botella de zumo de naranja que a pesar de ir camino al estante de la nevera acabó inesperadamente encima de la encimera. - Tú tomas café?. – preguntó sin atender a la evidencia - ¿cada mañana por la mañana? –

Jessica asintió tímidamente, dudando si debía dar una explicación más extensa a su costumbre de tomar café cada mañana.

- ¡Claro! – exclamó Sooyoung muy sonriente – ¿solo o con leche? – preguntó con desmesurada alegría mientras se afanaba a coger una taza del armario.

A Jessica le pareció que se encontraba en medio de un concurso televisivo y que acababa de dar la respuesta ganadora del millón de dólares ¿tomaba cada mañana café Abraham Lincoln o prefería el zumo de naranja?, ¡si, La respuesta es correcta!, vítores y alegría entre el público y de nuevo las luces del plató atenuándose mientras se emitía una musiquilla repetitiva para provocar tensión en el concursante; y ahora  por un millón de dólares más, ¿cómo tomaba su café Abraham Lincoln?  - Con leche –

- ¡Estupendo! – exclamó Sooyoung – ¡con leche pues! –

¿Había acertado otra vez?, ¿Qué hubiera pasado si hubiera contestado que ella no tomaba café, que prefería el zumo de naranja?, en esos momentos Jessica sólo esperaba que Sooyoung evitara preguntarle si lo quería con o sin azúcar, no fuera que su racha se desvaneciera y se quedara sin premio.

Sooyoung la invitó a sentarse y le plantó la taza de café con leche y un tarro con azúcar delante, Jessica puso un terrón en su café y movió lentamente la cucharilla cohibida por el exceso de atención que se le estaba prestando, se acercó la taza a los labios y dio un pequeño sorbo provocando una nueva sonrisa en los labios de Sooyoung. - es agradable que por una vez alguien decida tomarse el café recién hecho por la mañana – comentó ésta satisfecha mientras retomaba la tarea de colocar la compra.

– ¿No quieres un poco? – le preguntó Jessica sin saber por qué le había dado tanta importancia al café si luego no iba a bebérselo.

- Aquí no tomamos café por la mañana, lo usamos solo para aromatizar. ¿Sabes que existen ambientadores con olor a café? Curioso verdad –

El silenció recupero nuevamente su espacio mientras ambas agudizaban su oído a la espera de cualquier ruido proveniente de la habitación de Yuri, hubiera sido más inteligente coger el escucha-bebes, aunque lo que quisiera controlar fuera la suave respiración de un adulto y no a la pequeña Yoona, el llanto de la cual era audible desde cualquier rincón de ese apartamento.

- Yoona va a despertarse en cualquier momento – advirtió Sooyoung mirando el reloj – es un encantador y baboso monstruo glotón –

Jessica dudó, no quería despertar al pequeño, encantador y baboso monstruo glotón antes de tiempo pero tampoco quería que el monstruo se despertara por sí mismo, perturbando con sus estridentes llantos el descanso Yuri. Y aunque la lógica dictara que lo propio era dejar descansar a un bebe antes de querer proteger a un adulto, la prioridad de Jessica era Yuri, siempre había sido Yuri.

La pequeña Yoona no estaba contenta con la decisión de Jessica, entreabría los ojitos y movía sus manos enérgicamente en señal de protesta, ni tan siquiera la tetilla del biberón acercándose a su boca parecía hacerla del todo feliz, aunque su indignación no le impidió acabarse todo el biberón en un santiamén. Al finalizar el ritual de los golpecitos en la espalda y el gracioso eructo, sus labios se cerraron y su rostro empezó a contraerse, ¿se estaba poniendo algo roja?.

- Va a llorar – pronosticó Sooyoung

- No no no – rezó Jessica mientras empezaba a balancear a la criatura esperando que eso sirviera de algo – qué hago? –

- Es inevitable, has visto como mueve los labios, quiere más biberón, va a llorar –

Jessica miró a Sooyoung con horror – hazle otro pues – ordenó.

- No puede ser, le toca sólo uno – Sooyoung miró por última vez a la criatura – será mejor que me vaya a la ducha antes de que Yoona decida destrozarme los tímpanos, buena suerte –

- No puedes dejarme sola, no tengo ni idea de bebés – protestó Jessica al tiempo que bloqueaba la salida con su cuerpo.

La mirada de Sooyoung se encontró con la mirada desafiante de Jessica, sus cuerpos permanecieron inmóviles durante unos largos segundos, hasta que Yoona dejó escapar el primer amago audible de llanto, Jessica la miró con horror mientras Sooyoung aprovechaba la distracción para escapar – lo siento capitán, esta rata abandona el barco – canturreo mientras se dirigía con paso rápido hacia el baño.   

- Mierda – Jessica miró nuevamente a Yoona – lo siento, eso no se dice – alecciono como si la criatura fuera capaz de retener esa palabra –no llores, por favor, te compraré….- ¿Qué iba a comprarle a un bebe a cambio de su silencio?, nada, los bebes eran seres molestos e irracionales – pequeño monstruo – balbuceó ante los pequeños lloriqueos de Yoona.  

Jessica empezó a moverse de un lado a otro buscando un lugar desde el cual los llantos fueran lo menos audi