HERMANDAD

   

   Hace muchísimos, pero muchísimos años atrás, surgió una de las guerras más peligrosas y sangrientas que tanto los humanos como los no humanos tuvieron que enfrentar para mantener a salvo su especie, pero que lastimosamente para los no humanos dejo al punto de la extinción.

     Actualmente, la guerra ha vuelto a surgir y los humanos llevan la delantera debido a sus ataques discretos, lo que, afectado de manera severa a los no humanos, pues resulta ser, verdaderamente desconcertante como una de las especies más poderosas está poco a poco desapareciendo.

     Esta situación ha ido alarmando a todos los miembros de la ELITE de manera constante, por lo que, se han visto en la necesidad de resguardarse en lugares donde el humano no sería capaz de llegar.

     —¿Todavía no ha salido? —pregunta una mujer cruzada de piernas desde una piedra.

     —No.

     —¿Cuánto tiempo lleva haya dentro?

     —Más de lo previsto.  —contesta el joven sin apartar su mirada de aquella gigantesca puerta de manera.

     —Sabes lo que eso significa, ¿Verdad? —lo sabe y por eso no puede ocultar su preocupación ante tal situación.

     Para el alivio de los jóvenes, la gigantesca puerta de madera se abre lentamente después de estar cerrada un par de horas y de aquella habitación el soberano de la especie más poderosa del planeta da encuentro a sus hermanos más jóvenes, pero con el rostro claramente desconcertado y muy preocupado.

     —Para que la reunión se haya extendido más de lo debido seguramente es porque habrán tenido mucho de qué hablar ¿O me equivoco, hermano?

     —¿Qué sucede hermano? —Pregunta el varón sin darle tanto rollo al asunto —¿Por qué has tardado tanto?

     —Reúne a todos, Changmin—le mira directamente a los ojos rojos—, a todos.

     —¿Por qué? —el rostro un tanto relajado de la mujer pasa a uno de preocupación.

     Ambos jóvenes saben que el reunir a todos los clanes no es una buena señal porque eso significa que ni los miembros de la elite pueden hacerse cargo de la situación y, por ende, necesitan la ayuda de toda la especie.

     —Porque el asesinato de los Voulgaris y de los Köhler no han sido los únicos, habido más.

     —Pero si eso ya lo sabíamos.

     —Muchos más Nana.

     —¿Qué tanto? —exige una cifra.

     —Lo suficientes como para hacer que los Choi, los Kwon, los Wu y los Jung se escondan al igual que nosotros.

    —O sea que la situación es más grave de lo que creímos. —aun no puede creerlo.

    —La guerra ya ha comenzado y está avanzando más rápido que la primera vez—y es verdad—. A este paso si no hacemos algo nuestra especie volverá a estar al borde la extinción.

    —Entonces, ¿Ese es tu plan? —el príncipe le regrese a ver—¿Reunir a todos los clanes y atacar?

    —No, claro no —suena algo ofendido—sería estúpido si hago eso—a decir verdad—. Tengo un plan, pero para eso necesito reunir tener a todos los clanes.

    —¿Y si mejor nos centramos en eliminar a los vampiros que están ocasionando todo esto? —Pregunta sabiendo la respuesta—. Pondríamos fin a una guerra de miles de siglos ¿No? —aquella idea descabellada no suena tan mal.

     —No, solo estaríamos retrasándola por algunos años más—revela—, pero no estaríamos poniéndole fin —si ese hubiera sido el caso, desde hace mucho tiempo el príncipe ya hubiera tomado cartas sobre el asunto—. Además, te recuerdo que nuestro padre Joseph fue muy claro en su diario “No se interpongáis, aceptar esta unión con el fin de una vida eterna”. —toma asiento en una silla forjada en oro y diamante.

     —Solo estaba bromeando, hermano—dice con algo de fastidio—. La guerra ha comenzado y la dichosa unión no se ha dado, no crees que...

     —La unión ya se ha dado. —aquella revelación toma de sorpresa a los dos únicos vampiros presentes de aquel clan.

      —¡Qué! —dicen al mismo tiempo.

     —¿Cuándo?

      —¿Dónde?

     —¿Quiénes? —una vez más, dicen al unísono.

     Sí resulta ser verdad la información que uno de su más antiguos amigos le ha dado, la mayor de las traiciones estará a punto de suceder y con ello el enfrentamiento directo entre la descendencia de Joseph y William surgirá sin retorno alguno.

     —Las Jung.

     La sorpresa impacta de manera rápida la mente de aquel par de hermanos que es capaz de procesar la información en cuestión de nada.

      —¿Las Jung? —su cerebro piensa en la única persona a la que la noticia no le hará gracia.

      —No puede ser.

     —¿Estás seguro? —intenta mantener la calma.

     —Yunho me lo ha revelado—en su rostro no hay rastro de estar bromeando—, sus hijas han iniciado una relación con unas humanas, así que la unión ya se ha dado.

     —No… yo… a… necesito sentarme.

     Para ninguno de los presentes es fácil asimilar la información que se les ha dado respectivamente, pues a la mente de que cada uno viene el rostro de a quién  podría afectar esta noticia y por razones muy obvias, pero la unión ya se ha dado y, aunque quisieran interferir, simplemente por cuestión de supervivencia, no pueden.

     —Sé—hace una pausa breve—... que están igual de impactados que yo, pero la unión ya se ha dado y...

     —¿Le vamos a decir? —su mirada pasa de nuevo a su hermano y este se queda sin decir nada porque sabe a lo que se refiere y aún duda de lo que hacer—¿En serio, le vamos a decir que las posibilidades de regresar a su lado se han reducido a cero? ¿O acaso le vamos a mentir?

     —¿A quién le van a mentir?

     Si pudieran palidecer como cualquier humano normal, seguramente la recién llegada se daría cuenta que a quién deben mentir es ella, pero este no es el caso, por lo tanto, la decisión de mentir o no queda en manos del príncipe, que finalmente ha tomado una decisión. 

     —¿Que no se supone que estabas cazando con Donghae y Hyuna?

     —Bueno, tú los has dicho, estaba. —sonríe sin imaginar que dentro de nada aquella sonrisa se le borrará. —Ahora, ¿A quién le vamos a mentir y por qué?

      Si pudiera mentirle lo haría porque lo que menos desea es ver desaparecer aquella sonrisa del rostro de su hermana, más las consecuencia de engañarle podría ser muchísimo peor que decirle la verdad.

     —A nadie —la decisión sorprende a los dos únicos vampiros que saben lo que se aproxima—, no vamos a mentirle a nadie.

     —Pero Nana dijo...

     —Sé lo que dijo—levanta un poco la voz en desesperación—, pero no voy mentir, no voy a mentirte—sus mirada rojiza cae sobre la mirada desorientada de su hermana.

     —¿Mentirme? —Ok, cada vez entiende menos—¿Por qué lo harías?

     —No lo haría, por eso voy a contarte lo que me he enterado el día de hoy.

     —O sea, ¿Todo este tiempo estaban hablando de mí?

     —Tus hermanos solo están preocupados por cómo tomes la noticia que voy a darte.

     —Comienza hablar, hermano. —la seriedad con la que habla es preocupante para los hermanos.

     Están totalmente seguros que la noticia no va ser grata porque para nadie sería grato enterarse que la mujer que amas va unir su inmortal vida a otra, y aunque se preocupan por la reacción que tendrá su hermana al enterarse, su mayor temor es lo que sería capaz de hacer si se negara a que la unión se dé entre los vampiros y los humanos elegidos.

     —Hoy tuve reunión de líderes.

     —¿Y? —su mirada no se separa de la de su hermano.

     —Estuvimos hablando de los ataques que los cazadores han realizado contra nosotros y los licántropos.

     —Es preocupante, pero es porque los cazadores pretenden exterminarnos antes de que alguno de los nuestros se enamore de alguno de los suyos como dice la predicción, aunque eso no ha pasado, todavía... —dice con tal seguridad que los otros dos hermanos desvían discretamente la mirada.

     —Te equivocas... —la revelación que el príncipe le proporciona provoca que la seriedad con la inició se desmorone y la curiosidad se apodere de ella. —la unión ya se ha dado o eso es lo que creemos. —intenta de alguna manera suavizar.

     —¿En qué clan? —su preocupación es claramente visible.

     El príncipe guarda silencio momentáneamente porque sabe que lo siguiente que diga terminará destruyendo sentimentalmente a su querida hermana.

     —Debemos recordar lo que nuestro padre...

     —¿En qué clan? —levanta la voz lo más fuerte posible —Te estoy preguntando.

     —Los Jung. —lo que menos se esperó escuchar, lo está escuchando no de cualquier vampiro sino de su hermano, el príncipe.

     ¿Cuáles eran las probabilidades de que los vampiros de la predicción estuviesen en aquel clan al que anhelaba pertenecer desde hace bastante tiempo?

     En realidad, las probabilidades eran muy altas porque no hay muchos vampiros en todo el mundo como anteriormente, más nunca imaginó que su peor temor se fuese a cumplir con una exactitud tan precisa.

     —Dime... Dime que ella... ella no...

     —Yunho me ha revelado que sus hijas han conocido a un par de humanas que, curiosamente han mostrado interés.

     —O sea, todavía... ¿Todavía hay tiempo? —una pizca de esperanza se apodera de ella—puedo... puedo ir a buscarla y...

     —Oficialmente, todas las hijas de Yunho han iniciado una relación con las humanas—los otros dos hermanos abren los ojos ante la revelación—, todas.

     —Pero ella... ella me ama a mí y… —aún no puede creer lo que está escuchando

     —Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron.

     —Juro amarme toda su vida—lágrimas negras brotan de su rostro—, no puede olvidarme, no debe.

     —Se ha enamorado.

     —No...

     —Se ha enamorado y por más que queramos intervenir...

     —¡No!

     Sin poder controlar todas las emociones que le invaden, la chica desprende de su cuerpo una especie de onda que nadie es capaz de visualizar, pero que paraliza a todo individuo en un radio de un kilómetro de manera inconsciente.

     Por un breve instante deja que su sus emociones manipulen su poder de manera constante, pero al paso de unos minutos comienza a desgastarse energéticamente y poco a poco su poder va desapareciendo, y todo lo que había quedado paralizado regresa a la normalidad.

     Por estos casos, es que a los vampiros con dones o habilidades especiales se les enseña, no a controlar sus poderes, más bien, se le enseña a controlar sus emociones, ya que son la fuente de su poder. Entre más enojado esté un vampiro más poderoso será su poder, pero más pérdida de control tendrá sobre él y las consecuencias que podría ocasionar serían catastróficas.

       —¡Hermana! —sin estar consciente de lo ocurrido, corre en auxilio de su hermana, que se tambalea hasta caer de rodillas sobre el suelo

     —¿Estás bien?

     —No, no lo está —el semblante del príncipe es de total seriedad—. Ha perdido el control y ha nos paralizado breve.

     —No lo ha hecho a propósito, hermano—le llama la atención—, su pérdida de control tiene justificación hasta para mí—dice en apoyo—. Ten un poco de comprensión por tu hermana.

     —Comprendo la situación, Nana...

     —No, no lo comprendes —la mirada con la que mira a su hermano está llena de dolor—, si así fuera no dejarías que esa unión se diera. —le reclama.

     —La existencia de nuestra especie depende de esa unión, y en verdad lo siento, hermana, pero te guste o no, no vamos a interferir.

     —¿Y si lo hago qué? —nunca antes había retado verbalmente a su hermano, nunca antes había bromeado.

     —Hermana, no... —Nana intenta calmar la situación.

     —No me obligues hacer algo que no quiero, te lo advierto. —amenaza.

     —Te odio.

     Y con esto último, la vampira desaparece del lugar sin siquiera darle tiempo de reaccionar a su otra hermana, que intenta ir tras ella, pero que es detenida por el príncipe.

     —Detente ahí, Nana.

     —Pero...

     —Déjala… déjala ir—su mirada se centra en el camino por dónde se marchó su otra hermana—, sé que terminara entendiendo, lo sé.

O eso es lo que quería creer, muy en el fondo eso quiere creer.

 

POV Krystal

 

     Con todo este asunto de la guerra mi familia se ha visto obligada a ocultarse bajo tierra, lo cual me parece estúpido porque nosotros seguimos saliendo al mundo exterior, aunque no por nuestro gusto... bueno, Unnie y las demás tiene un motivo para salir, pero yo no o eso es lo que quiero creer.

     La verdad, es que llevo enamorada de Sulli bastante tiempo, prácticamente desde que la conocí, pero lamentablemente mi amor es algo prohibido y no correspondido, por lo que no debería tener motivo alguno para salir de aquí, sin embargo, no puedo evitar preocuparme por lo expuesta que está allá afuera, los cazadores pueden aparecer en cualquier momento que, incontrolablemente las ganas de protegerla surgen desde lo más profundo de mí, por ello y al igual que todas mis hermanas, me atrevo a salir al mundo exterior con la posibilidad de no regresar con vida a mí clan.

     Sé que mi osadía puede costarme la existencia, pero aun cuando somos de especies distintas, Sulli es mucho más humana que yo, ya que su cuerpo es capaz de crear y distribuir por todo su cuerpo aquel líquido rojo que en algún momento logré tener: sangre. Además, es capaz de respirar como cualquier otro humano, de comer y de demostrar su tristeza a través de pequeñas lágrimas cristalinas, todo lo contrario a mí, que debo fingir que respiro, que debo fingir que como, que debo ocultar mis emociones porque si lloro, mis lágrimas oscuras asustarían a cualquiera, que el color de mis ojos (los pupiletes) son por genética, etc. Por esto, si alguien merece morir en esta maldita guerra, debo ser yo, Sulli aún tiene mucho por lo que vivir: debe casarse, tener hijos, formar su propia familia de lobitos. Yo no puedo aspirar a nada de eso, estoy muerta y mi vida se basa simplemente en la soledad absoluta.

     —¿Por qué estás suspirando tan profundamente? —¿En serio le estás preguntando eso? Escucho a lo lejos una voz fastidiosamente familiar.

     —¿Es que acaso no tengo derecho a respirar? —parece que no.

     —No, no es eso—dice rápidamente ¿A no? —, es solo que  has estado tan callada que quise entablar cualquier tipo de conversación—aquello último lo dijo de manera tan desanimada, que por un instante siento pena por ella—. Últimamente has estado muy a la defensiva, Sul—reclama de manera sutil—, y hemos estado discutidos mucho que... no sé, a veces me haces creer que estás harta de esta relación. —¿En serio piensas eso, Bae?  Pero si Sulli te ama con locura.

     —¿Otra vez con lo mismo, Suzy? —tal vez no soy capaz de ver su semblante, pero si soy capaz de distinguir su tipo de voz, y claramente demuestra lo fastidiada que esta, pero ¿Por qué? —Creí que ya habíamos discutido esto. —Suzy solo está diciendo lo que piensa y creo debería entender y dejar de actuar así de tonta.

     Sé que no debería meterme en los problemas de pareja pero, aun cuando Suzy y yo no seamos las mejores amigas no dejaré que la idiota de Sulli la trate de esa manera, ya que Bae solo está intenta que su relación no se vaya por el caño. Por lo tanto, mi pie pisa hasta el fondo el acelerador y de manera veloz, mi automóvil sale disparado hacia su dirección.

     —Solo estoy cansada. —se defiende.

     —¿Cansada de qué? —Contraataca—¿De nosotras? —menos mal que no estaban tan lejos de mí.

     —Cansada, Suzy—repite al mismo tiempo que bajo de mi auto—, solo... —sus pequeños y naturales ojos ámbar se sorprenden de verme aquí. —Krystal.

     —¿Krystal? —creo que alguien va tener problemas—¿Me has llamado Krystal?

     —Ella me está hablando a mí, Bae. —pronuncio con voz neutra, pero a Bae no le agrada mi presencia.

     Lo que menos quiero ahora, es tener una discusión. Tan solo estoy intentando ayudar a que su conversación no se salga de control por el bien de su relación.

     —¿Qué haces aquí, Jung? —pero para Suzy mi presencia seguramente tiene que ver con Sulli, lo que relativamente no es verdad.

     —Pues aunque no lo creas iba para la escuela, pero las alcance a ver de lejos y viendo la hora que es—que no es tan tarde, en realidad—, no creo que alcancen a llegar a la primera hora de clases a este ritmo, por lo que les pregunto ¿Quieren que las lleve?

     —¿En verdad piensas que me voy a subir a tu auto? —sabia la respuesta, pero al menos he logrado mi cometido.

     —Mira Bae—mi voz sigue siendo neutra—, sé que no nos llevamos bien y posiblemente nunca logremos llevarnos bien—o eso es lo que pienso—, pero con la situación actual es muy peligroso que anden caminando solas por estos rumbos—ambas especies hemos decidido ocultarnos—. En estos tiempos debemos cuidarnos mutuamente, de lo contrario, seremos blancos fáciles y si algo les llega a pasar vuestra manada nunca nos lo perdonaría.

      Ambas chicas lucen sorprendidas por mi actitud "amigable" y comprendo, casi nunca suelo mostrar este lado de mí para no ser blanco fácil de burlas, pero si quería que dejaran de discutir, debía mostrar un lado desconocido para ambas.

     —¿Qué hiciste con la otra, Krystal? —aun le cuesta creerme.

     —No voy a obligarte a subir, Bae, pero piensa un poco.

     —Pido el asiento del copiloto. —pronuncia rápidamente.

     —Todo tuyo. —internamente me alegro que hayamos llegado a un acuerdo.

     —Solo recuerda que no por esto vamos a ser amigas ¿Entendiste?

     —Totalmente de acuerdo.

     Sí alguna de mis unnies se enterase que estoy ayudando a que Suzy y Sulli dejen de discutir, sé qué dirían que estoy siendo una tonta, pues en vez de aprovecharme de la situación para enamorar a Sulli lo único que estoy haciendo es alejarla cada día, cada instante, cada minuto más, pero creo que de eso se trata el amor.

     Cuando amas a alguien con tanta fuerza, con tanta pasión, lo único que piensas es en verla feliz, aun cuando no seas tú la que provoca esa felicidad. Para Sulli solo soy una amiga más y no importa cuánto tiempo pase, jamás me mirará con otros porque su felicidad tiene nombre y apellido, Suzy Bae.

     —Gracias por llevarnos—a través del retrovisor me doy cuenta que no puede ocultar su desconcierto—, no nos dimos cuenta que ya era un poco tarde.

     —No hay problema, es una suerte que viniera pasando.

     —Puedo preguntar ¿Por qué vienes sola?—dice extrañada —Dónde están tus hermanos?

     —Bueno, T.O.P y G.O salieron más temprano y mis hermanas fueron... —de repente, el típic