Viejas historias que contar

 

Acepto que Minho era un niño muy lindo y divertido, siempre me hacía reír con sus tonterías u ocurrencias, pero en mi niñez nunca lo llegue a mirar con otros ojos. Para mí él siempre fue un muy buen amigo.

Cuando se marchó a Rusia, no voy a mentir diciendo que no me entristecí, mi amigo, con el que jugaba a la pelota se había ido y ya no había nadie con quién jugar por las tarde después del colegio, pero poco después, ese sentimiento de soledad se fue desvaneciendo y con el pasar del tiempo fui creciendo, por lo que aquellos recuerdos quedaron en el pasado.

La primera vez que Minho hablo conmigo a través de una cámara, no puede evitar ser fría y seca con él. No había sabido nada de él desde que se había marchado, ¿cómo podía regresará a mi vida como si nada hubiera pasado? Era ilógico. Para mí, él era un auténtico desconocido que estaba siendo como si me conociera, pero ya no tenía siete años, tenía quince años y a mi vida habían llegado muchas personas más, que ya no lo necesitaba.

En la actualidad, cuando me habla no suelo prestarle mucha atención, la mayoría de la veces suelo ignorarlo, pero cuando le hago caso respondo lo más cortante posible porque no me interesa conocerlo.

Por esta misma razón, estoy decidida a terminar de una vez con esta "relación" que se me impuso, mi corazón y mí interés le pertenece únicamente a Jessica y le guste o no, ella es el amor que quiero en mi humana y posiblemente eterna vida.

—¿Cómo pudiste fijarte en ella? —la voz que se pregunta así misma me regresa me pensamientos.

Oh, pero si es esa chica, la más fría de todo el clan Jung, la tal Krystal.

—Teniendo a alguien como a Kai—¿Quién es Kai?—, ¿Por qué tenías que enamorarte de ella? —¿Enamorarte? ¿No estará hablando de?... —Eres una idiota, Krystal, una completa idiota. —sin duda Suzy tiene razón, esa chica siente algo fuerte por Sulli, pero está consciente que no puede haber nada entre ellas y lo respeta, aunque le duela.

Que admirable.

—Yo no creo que seas una idiota. —al escucharme, su cabeza entera gira hasta mi dirección.

—¿Y tú quién te crees que eres como para estarme espiando? —Pregunta de esa manera tan fría, pero claramente preocupada por mi inesperada presencia—¿Cuánto tiempo llevas estando ahí?

—Me llamo...

—Sé quién eres—dice de manera cortante—, solo... solo ¿Cuánto tiempo llevas estando aquí?

—Lo suficiente como para escucharte decirte a ti misma idiota, aunque la pregunta sería ¿Por qué? —su mirada se desvía y posteriormente su toda su cabeza.

—Eso no es de tu incumbencia —dice muy a la defensiva—, si estás buscando a mí hermana, ella...

—No, de hecho no la estaba buscando—y es cierto—, venía sumergida en mis pensamientos y sin darme cuenta que venía caminando, tu voz fue la que me trago de regreso a la realidad.

—Bueno—sus falsos ojos color miel me vuelven a mirar—, ahora que estás de nuevo aquí, puedes marcharte.

Creo que ahora entiendo a Sulli cuando dice que Krystal es muy reservada, está chica tiene una coraza mucho más gruesa que la misma Jessica, pero puedo entender por qué. Sí le permite el acceso a Sulli, puede que está descubra su secreto y las cosas no terminen bien, lo que probablemente le causaría una gran pena.

—Enamorarse no es de idiotas.

—Si estás hablando por ti misma, es tú pensamiento, no el mío—está chica sí que sabe cómo desviar el tema—, aunque siendo sincera pienso que eres una idiota por empezar una relación con mi hermana—, pero solo dejo que hable—, habiendo tantas personas en el mundo precisamente tenías que posar tus ojos en un vampiro, ¡Que genial!

—No pienso discutir eso porque tienes toda la razón—una pequeña sonrisa aparece en su rostro—, pero ambas sabemos que no estoy hablando de mí. —la sonrisa desaparece y nuevamente evita el contacto visual.

No conozco ni un poco a esta chica, tampoco la he tratado porque no se me ha dado la oportunidad, pero con tan solo haberla mirado directamente a los ojos un par de minutos, puedo asegurar lo terriblemente enamorada que está de una de mis mejores amigas. Puedo ver el dolor que la causa no poder confesársele, puedo ver el impulso tan grande que guarda para no perder el control de ir hasta ella y robarle más de un beso, incluso puedo ver la amargura de sus lágrimas que aguardan por salir.

—No sé de qué hablas. —hace un pequeño y débil intento por engañarme.

—¿Hace cuánto tiempo que estás enamorada de ella? —guarda silencio—, De Sulli. —sus manos instintivamente se cierran.

—Veo que a ti también te ha llenado de tonterías la cabeza, Suzy.

—Te equivocas, Suzy no me ha llenado la cabeza de esa tontería como tú le llamas, lo he descubierto por mí misma—revelo—, tú actitud cambia cuando estás cerca de mi amiga y tus ojos dicen más que mil palabras, eres demasiado obvia. —su labio ligeramente tiembla.

—Tonterías. —su voz tiembla.

—Se, que tal vez, hay muchas razones por las que no puedas gritar a los cuatro vientos lo que sientes por mi amiga, pero lo que si puedes hacer es no negarte ese sentimiento a ti misma—su mirada está perdida en algún punto—. Lo que sientes es algo...

—Prohibido—me regresa a ver con el dolor reflejado en sus ojos—, Sulli es un lobo y yo un vampiro, Sulli tiene a Suzy y yo-yo... mira, me has descubierto ¿De acuerdo? —por fin lo admite—, has descubierto mi mayor secreto y no sé cómo lo has hecho, pero no te metas en esto porque no tú tienes ni la más mínima idea de lo que yo siento cuando la veo.

Tiene razón, no puedo ni siquiera imaginarme lo que ha de sentir cuando la mira por los pasillos de la escuela y, tener contenerse las ganas de ir abrazarla, besarla y decirle lo que siente por temor no solo hacer rechazada sino hacer regañada por los de su especie o por los de la especie de Sulli, pues si de algo me he enterado en este poco tiempo en el que estoy conociendo todo sobre los vampiros y licántropos, es que por parte de los vampiros hay alguien que se opondría a esta unión.

—He estado reprimiendo este sentimiento desde el momento en que la conocí porque no tengo otra opción—las dolorosas lágrimas que resbalan por su mejilla oprimen mi corazón—. Me he enamorado de alguien prohibido y debo asumir las consecuencias de mi equivocación.

—¿En serio crees que ella fue una equivocación?

—Conocerla, no—sonríe con tristeza—, pero enamorarme de ella, sí—me pregunto ¿Desde hace cuánto ha estado ocultado ese sentimiento?—. De haber sabido que el hacerlo me traería pura tristeza, hubiese preferido que ese día no nos hubiésemos conocido.

 

POV Krystal

Invierno.

Amo el invierno porque el clima es absolutamente acogedor para mí, me hace recordar cuando vivía en el reino de hielo (como muchos le decían), aquel reino que habitaba en las regiones más frías, aquel reino que era temido por muchos, aquel reino que mi hermana debía heredar, pero eso ya había pasado muchísimo tiempo, nuestro reino seguramente era puro escombro olvidado o tal vez ya estaría oculto bajo la tierra, sinceramente no lo sé y tampoco quisiera averiguarlo porque eso implicaría hacerme daño o remover el pasado que decidí olvidar.

—¿Cuánto tiempo falta para llegar donde?...

—No desesperes, hija. —eso digo hace como diez minutos atrás y no veo ningún avance hasta el momento.

—¿Podemos detenernos por lo menos unos quince minutos?

—¿Por qué razón nos detendríamos, Krys?

—El lago está congelado, Unnie.

—Es invierno ¿Qué esperabas? —A veces mi hermana es un poco tonta para entender las indirectas.

—Está en su puno para poder patinar, Unnie. —no espere a que reaccionara, tan solo tome su mano y tire de ella para dirigirla al lago los más pronto posible.

—¿Patinar? —Cuando se percata de mis intenciones pone resistencia—Hace mucho tiempo que dejamos de hacerlo.

Sí, eso es verdad, hace muchísimo que no hemos vuelto a patinar sobre hielo, pero creo que por tomarnos un par de minutos para intentar retomarlo no cuesta nada, tan solo nos traerá recuerdos de nuestra infancia que, aunque es doloroso, son los únicos recuerdos felices que tenemos de nuestra niñez.

—Y si seguimos sin practicar se nos va olvidar.

—Creo que podemos tomarnos quince minutos.

—¡Genial! —gritan las chicas como un par de niñas victoriosas por su travesura.

—Nosotras te acompañamos, pequeña Jung—los brazos de Soo Young casi se enredan en mi cuello—. Te enseñaré un par de trucos que me sé. —me cierra el ojo.

—Oh, por favor—dice fastidiada—, ahora resulta que todas son unas expertas patinando—se cruza de brazos—. Krystal y yo nacimos en una zona donde siempre es invierno, así que para expertas solo nosotras.

—Mira ese ego, pero hasta no ver, no creer. —gracias Soo.

—Como me gusta que me reten.

Mi hermana siempre fue el orgullo de mis padres y para mí el más grande ejemplo a seguir. De niña siempre soñé con algún día llegar a ser igual de hermosa, inteligente, habilidosa y perfeccionista como mi hermana, sin embargo, lo que mayormente deseaba era ser un cisne blanco como ella lo era cuando la vía volar por los aires al hacer las vueltas o piruetas que solo los expertos logran demostrar. Por ello, me esforcé día y noche hasta que por fin gane no solo la aprobación de mis padres sino la de mi hermana también, pero para mí, Unnie siempre sería la mejor. 

¿En todo? Tal vez.

Por ahora, lo único que puedo decir es que la felicidad que siento en estos momentos no se puede expresar en palabras, tan solo puedo decir que es como si hubiese regresado al pasado, pasado que extraño demasiado, pero bueno, no me deprimiré nuevamente, estoy sintiendo de nuevo el aire frió del invierno en mi rostro al dar vueltas por el cielo debido a la danza del patinaje y me encanta.

Desafortunadamente, mi felicidad no dura lo que me imagine que duraría, pues al estar tan absorta patinando, no me percate que una persona apareció de la nada frente a mí, lo que ocasiona que frene de inmediato, pero debido a la velocidad a la que iba mi cuervo termino yéndose hacia delante, por lo que, al final termine estrellándome con la desconocida y cayendo al duro y frió suelo.

—Maldición. —pronuncie algo molesta mientras finjo sobarme la mano ¿A quién se le ocurre salir hasta la mitad de la pista?

Por lo que puedo sentir, estoy encima de la chica, pero la verdad no estoy prestándole atención. Acaba de arruinar mi diversión y estoy bastante molesta por su irresponsabilidad.

—Lo siento mucho—dice con sinceridad—, ¿Te encuentras bien? —su preocupante y fina voz guía a mis ojos hasta los suyos, pero por primera vez, mis voz se queda a mitad de garganta ante tal belleza.

¿Quién demonios es esta chica y por qué debe ser tan hermosa?

—¿Me escuchas? —Perfectamente—, chica.

—He, sí—contesto estúpidamente—, estoy bien, gracias.

—Menos mal, pero ¿Podrías levantarte? —¡Mierda! si, cierto. Había olvidado que estoy encima de ella, pero que idiota.

—Oh, sí, sí—pronuncio torpemente—, perdona.

—No pasa nada—menciona con una sonrisa de ojos —¡Madre mía!—, por mí no habría ningún problema, pero si Suzy nos encuentra en esta situación se va armar la grande.

—En ese caso, me apresuro a levantarme.

—A todo esto, me llamo Sulli—limpia el hielo que ha quedo en sus prendas —¿Y tú?

—Soo Jung. —le revelo mi nombre real ¿Por qué?

—Mucho gusto Soo Jung. —me extiende su mano, pero no soy capaz de devolverle el saludo.

Por mi cabeza un pequeño y difícil debate surge, una parte de mí quiere devolverle el saludo porque no quiere quedar mal con la chica y tampoco quiero verme muy grosera, pues a lo largo de todos estos años, he estudiado en lo mejores colegios. No obstante, otra parte de mí no quiere siquiera tocarle la mano por temor a ser descubierta. Debido a que estoy relativamente muerta, mi cuerpo está lo antinaturalmente helado.

—El gusto es mío, Sulli. —arriesgándome decido devolverle el saludo, pero no soy capaz de sentir su tacto debido a que sorpresivamente una mano en forma de puño golpea fuertemente mi mandíbula y me manda a volar.

—¡Krystal! —Escucho a mis hermanos gritar mientras voy volando por los aires.

—Pero ¡¿Qué demonios te pasa, Suzy?! —Se escucha muy molesta —¿Qué está pasando? —Exige una explicación.

—¿Es que no te has dado cuenta? —Menciona una voz masculina—, esa chica es un vampiro.

El terror se apodera de mí y me hace actuar como naturalmente actuó cuando me encuentro en peligro.

Aterrizo con una mano y ambos pies sobre el hielo mientras estos son arrastrados hacia atrás por consecuencia de la velocidad con la que fui lanzada. No obstante, levanto la mirada de manera retadora para demostrar que no importase quienes sean, alguien con mi naturaleza no les teme. Sin embargo, me pregunto ¿Cómo han podido saber mi verdadera naturaleza sin haber dado alguna señal de lo que soy?

Mi pregunta no tiene respuesta y mi vista es bloqueada rápidamente por el delgado y perfecto cuerpo de mi hermana, que se posiciona frente a mí, en un intento de protegerme de los desconocidos.

—Licántropos. —¿Licántropos?

No puede ser, esa... esa chica es un licántropo.

¡Mierda!, He fraternizado con el enemigo sin darme cuenta ¿Cómo pude ser tan ciega?

—Vaya, esto sí que una verdadera... sorpresa—el resto de mis hermanos se posición a la misma altura que Jessica, pero en ambos costados—, vampiros.

Detrás de él un grupo de nueve personas hace acto de presencia y el ambiente alegre y divertido se transforma a uno completamente denso y serio.

—Amor—¿Amor?—, dime ¿Estás bien? —la chica que logro golpearme con bastante fuerza se cerciora que Sulli no tenga alguna especie de lesión —¿Te ha hecho algo esa maldita chupa sangre? —¿Cómo me ha llamado?

—Tranquila Suzy—con que esa chica es la tal Suzy—, estoy bien, no-no me hizo absolutamente nada.

—Lo más seguro es que te quisiera atacar estando desprevenida.

—¡Eso no es verdad!

—¡Nadie te ha dado el derecho de hablar, cara pálida, así que cállate!

Inesperadamente, la dura capa de hielo que cubre el enorme lago comienza re-quebrantarse, lo que preocupa y toma de sorpresa a los licántropos, pues no se imaginan lo que está sucediendo, ¡Maldición!

—¡Nadie, absolutamente nadie—su cuerpo se tensa y tiembla ligeramente del coraje—le habla así a mi hermana! —termina gritando muy enojada.

El control que Unnie suele tener se descontrola momentáneamente y como me temía, termina rompiendo la pista en dos partes, dejando de un lado a los licántropos y del otro a nosotros.

—Cómo... ¿Cómo rayos ha hecho eso? —la voz de uno de los licántropos delata lo asustado que se encuentra.

La situación comienza agravarse cuando soy consciente que Unnie no logra tranquilizarse, su molestia va aumento y ya no es el hielo lo que me preocupa. Las centellantes chispas que salen de sus manos ligera y rápidamente me confirman el siguiente movimiento que hará mi hermana en contra de los desafiantes hombres lobos.

—Unnie, no—me posiciono delante de ella—, no lo hagas por favor.

—Hazte a un lado, Soo Jung. —su mirada no se desvía.

—No —la desafié.

—Ya fue suficiente, Jessica.

La serena voz de mi padre, logra que las imperceptibles centellas que salen a gran velocidad de las manos de mi hermana desaparezcan.

—Si utilizas tu habilidad eléctrica en esta zona, no solo terminaras lastimando a los licántropos, también le harás daño a tus hermanos.

—Pero es que, ellos...

—Por favor, hija—Unnie aparta su vista de la pequeña manada—, no compares tus años de experiencia con los pocos años que tienen estos pequeños cachorritos.

—¿A quién le ha dicho cachorrito? —Su molestia es notoria.

Vaya manera de callar a los perritos estos.

—Mis disculpas por el comportamiento poco decente de ms hijos...

—Pero ¿Qué demonios estás haciendo padre? —escucho el reproche de Taeyeon.

—Tú debes ser, Lee Seung Ri.

—¿Cómo sabe mi nombre? —Menciona sorprendido, pero no es el único.

¿Quién es este chico?

¿Y por qué padre no nos había advertido de él y su manada?

—Cuando conocí a tú padre, menciono que el día que tuviera a su primogénito lo nombraría Seung Ri en honor a su padre.

Momento, ¿Mi padre conoce a estos hombres lobos y no nos lo había comentado?

Tal parece que no soy la única con este pensamiento, todos mis hermanos le miran de forma intensa y en espera de respuestas.

¿Es por ellos por lo que hemos venido hasta acá?

—Ustedes deben ser los Jung.

—Jung Yunho, mucho gusto. —hace una reverencia. Pero ¿Qué rayos sucede con él?

—De acuerdo, creo que ha habido un mal entendido—más no se disculpa—, pero comprenderá que una de sus hijas ha...

—Puedo asegurarte que la intención de mi hija para con tu amiga no iban más allá de la amabilidad—explica pacíficamente—. Mi familia jamás se atrevería hacerle daño a uno de los tuyos porque digamos que los humanos no están incluidos en nuestra dieta.

—Dieta o no, quiero que su hija se mantenga alejada de mi novia, es mía.

—Y nadie te la está quitando lobita—le miro de abajo hacia arriba—, a mi tu novia no me interesa, es un licántropo y por lo que no es de mi agrado. —me cruce de brazos.

Maldita la hora en la que tuvo que cruzarse en mi camino, tan bien que me encontrase patinando.

—¿No te agrado? —Su voz se escucha algo desanimada—¿En serio?

—Pero ¿Qué estás diciendo Sulli?

—¿Cómo puedes decir que no te agrado si aún no me conoces? —cierro los ojos tratando de no tomarle mucha importancia a sus palabras.

Aunque me cueste mucho admitirlo, la chica tiene razón, no puedo decir tan rápido que no me agrada porque a penas y hemos cruzado un par de palabras, sin embargo, el hecho de que sea un hombre lobo tampoco ayuda a que podamos conocernos y en un futuro ser muy buenas amigas.

—Simple—mis ojos se mantiene cerrados—, tú eres un licántropo y yo un vampiros, especies distintas, especies enemigas.

—¿Me estas queriendo decir que me consideras tú enemiga? —¿Y eso a ella que le importa?

—¿Qué rayos sucede contigo, Sul?

Lo mismo me pregunto ¿A caso ha olvidado que los vampiros y los hombres lobos son enemigos mortales?

—Tan solo no te me acerques—después de un breve tiempo, vuelvo abrir los ojos—. Me gustaría no tener problema con alguno de tus amigos—le miro directamente a los ojos, pero fríamente —¿Entiendes?

La verdad es que no me arrepiento de haberla conocido, jamás podría arrepentirme de conocer a una persona tan maravillosa como ella, creo que ha sido lo único bueno que me ha sucedido en toda mi inmortal vida, pero ¿Por qué debía enamorarme?

Sulli es alguien absolutamente prohibido para mí, no solo por ser un licántropo s