Mudanza

 

     No hay palabras exactas para describir como me siento, ahora que he descubierto el misterioso y tan resguardado secreto de los Jung, temo que cumplan lo que dijeron, temo que se marchen de Seúl y no vuelvan hasta dentro de algunos años donde mi cerebro no pueda recordar.

     Eso me destruye.

      Nada en este jodido mundo había tenido tanto sentido hasta que Jessica  se inscribió en mi escuela y entro en mi maldita aula de clases, no puedo permitir que se vaya, no cuando he encontrado algo por lo que realmente quiero.

     No me lo van a quitar, no se la van a llevar, no me la van arrebatar de mi vida, no; aunque eso implique mi muerte Jessica Jung no se va de Seúl.

     Decidida a impedir que la chica que me gusta con intensidad se vaya de la ciudad corro hasta mi auto y busco entre mis cosas el celular.

     —Qué… ¿Qué estás haciendo Yuri?

     —Impidiendo que Jessica se vaya.

     —¿Qué?—ha de suponer que me he vuelto loca—¿Cómo?

     —Sunny quedo de pasar por Seo a las seis en punto, por lo que, deben estar en camino a la fiesta. La única que queda es Hyoyeon y estoy llamándole. —se acerca.

     —¿Para qué quieres a Hyo?—no logra comprender—¿Eso cómo va evitar que los Jung se vayan?

      No soy capaz de responderle por qué mi otra amiga ha contestado el teléfono y a grandes rasgo le cuento más o menos lo que ha pasado, pero evitando revelar el secreto de los Jung, eso por el momento no debe saber.

     Al principio se asusta, pues le he dicho que hemos tenido un accidente y en primer lugar quiere que va llevarnos al hospital en vez de a la fiesta, pero cuando llego a la parte donde los Jung se van a ir de la ciudad, es cuando comprende la gravedad y la desesperación que siento. Menciona que llega en diez minutos y corta la llamada pisando el acelerador hasta el fondo, o eso es lo que puedo imaginarme.

     Yo lo haría.   

     —Prepara tus cosas, viene en camino.

     —¿Qué vamos hacer?

     —Ya te lo dije, impedir que…

     —No, no me refiero a eso.

     —¿Entonces?

   —Les prometimos no decir a nadie el gran secreto, pero Hyoyeon no se va conformar con el “hemos descubierto el gran y resguardado secreto de los Jung”, sabes como es y no va parar de insistir hasta saberlo.

     —Lo sé, pero no tenía de otra—suspiro—. Además, sabes tan bien como yo que a Hyoyeon le interesa una de las Jung, ¿No crees que merece saberlo?

      Se queda callada, pensando. Si fuera ella la que estuviera en el lugar de Hyoyeon estoy segura que de igual forma querría saber lo que está sucediendo con lujo de detalle.

     —En ese caso, tendremos que decirle a Sunny y Seo de igual forma.

     —¿Sunny? ¿Seo?—arque una ceja.

     —No me digas que no te has dado cuenta como Sunny se la pasa mirando a… ¿cómo se llama?

     —¿Quién?

     —La alta.

     —¿Yoon Ah?

     —No, la otra chica alta.

     —Ha… Soo Young, creo.

     —Bueno, el chiste es que no somos las únicas idiotas por las Jung. Si planeas decirle a Hyoyeon, entonces tendrás que decirle a Sunny y Seo.

     De repente, la luz de las farolas del auto de Hyoyeon nos indica que ha llegado.

     —Más rápido de lo habitual.

     —Que esperabas.

     Incrédula de lo que veía y preocupada por nosotras baja del auto para pedir explicaciones que no tenemos tiempo de dar.

     —Pero ¿Qué clase de accidente tuvieron?—menciona al ver el estado de mi auto—Ni un día, Yul, ni un día y tú auto ya está averiado otra vez ¿Qué le hiciste?

     Me encamino hasta el auto de mi amiga sin molestarle en decirle que estamos bien. Lo que importa ahorita es ir a buscar a los Jung.

     —No hay tiempo para explicaciones Hyo.

     —¿Qué ha pasado aquí?

     —Venga, vayamos a buscar a Sulli a la fiesta de Ji Yeon.

     —¿Para qué ir a buscar a Sulli?

     —¿Sabes dónde viven los Jung?

     —No.

     —Sulli, sí. Sube.

     Dando media vuelta regresa al auto y sin mencionar algo más se monta para retomar su camino a la fiesta de Ji Yeon.

     Durante el camino le mencionamos que el accidente no ha sido un accidente común, de hecho le hemos dicho que ha sido provocado, pero no le damos bien los detalles. Aun me estoy pensando bien como decirle a mi amiga que la chica que le gusta es un vampiro.

     —Y en todo esto ¿Qué tienen que ver los Jung?—y es aquí donde me pregunto cómo le diré sin que le de miedo.

     —Hyo, prometo decirte llegando a casa de Ji Yeon, por ahora no preguntes.

     —¿Por qué?

     —Es algo difícil de revelar y de creer. Si no lo hubiéramos vivido, en verdad no creería en lo que vi.

     —¿Y en casa de Ji Yeon lo creeré?

     —Tal vez, por qué… —abro ligeramente los ojos—Seung Ri lo sabe… por eso no quería que nos acercáramos a los Jung, Fany.

     —¡Cierto!—se sorprende al igual que yo—¿Cómo se enteró él? ¿Por qué no lo ha revelado al mundo?

     —Pronto lo sabremos.

    Ji Yeon no vive tan lejos de nosotras a decir verdad, vive algo cerca, pero a mí la distancia se me hace extremadamente larga, pero cuando llegamos a la fiesta, lo primero que hice en vez de saludar fue dirigirme hasta Sulli. A todos le extraño este raro comportamiento y detrás de mí oigo como murmuran “¿Qué le pasa?” “Esta algo extraña” “¿Ha pasado algo?”, no me detengo a contestar, a mí solo me importa Sulli en este momento.

     —¿Qué?—se me queda viendo sin poder adivinar mis intenciones.

     —¿Dónde viven los Jung?—digo sin rodeos.

     —¿Qué?

     —Ya vas a empezar otra vez Yul.

     —Tú no te metas, que tienes mucho que explicar—por primera vez le contesto de esta manera—Sulli, ¿Dónde viven los Jung?

      —Pero, ¿Qué le pasa?—intenta buscar una respuesta en mi hermana o Tiffany—Mira, no sé qué es lo que te pasa ni por qué tanta desesperación por la dirección de los de Jung, pero debes entender que…

      —Aun cuando te de la dirección, no tiene caso que vayas a buscarla—declara Sulli mirándome a los ojos—. Los Jung acaban de marcharse hace un rato.

      —¡Qué!—no soy a la única que le impacta la noticia, pero a mí, el resto del mundo me da igual.

     Jessica Jung y su clan (familia) ha cumplido con su palabra de marcharse de la ciudad y la vida se me está yendo junto a ella.

     —Se fue…

     Jamás en mi vida había sentido tanto dolor como lo estoy sintiendo en este momento, jamás había encontrado una persona por la que valiera la pena arriesgarse a enamorarse, jamás creí perder a mi primer amor.

     —¿Co-cómo que se marcharon?—no cree en las palabras de nuestra amiga.

     —No-No te creo—con un nudo en la garganta y a zancadas se acerca a Sulli—¿Por qué se irían?—le pregunta como si supiera.

     —No sabría decirte—contesta con sinceridad—, solo los he visto marcharse y con mucha prisa.

     Con la mirada perdida camino hasta uno de los sillones y me dejo caer. Mi rostro dice mucho más que mis palabras, mis ojos intenta contener las lágrimas, pero el dolor es intenso. Escondo mi rostro entre mis manos, evitando que me vean llorar. No tengo ganas de explicar, no tengo ganas de escucharlos, solo tengo ganas de llorar.

     —¿Cuándo?—está realmente sorprendido—¿Por qué no nos dijiste?

     —Les dije, pero no me hicieron caso.

     Poco a poco van brotando lágrimas de mis ojos  y en cuestión de nada bañan mi rostro sin piedad. El dolor que estoy sintiendo es tan insoportable que no se si lograre vivir para soportarlo.

     —Algo malo debió de haber pasado porque iban todos, incluyendo a Yunho y a su esposa.

     —¿Hace cuánto se fueron?

     —Como veinte minutos.

     —Chicas…

     Puedo escuchar en la voz de mi mejor amigo que está postura que hemos tomado les preocupa, sobre todo yo. En mi vida había llorado por alguien y que lo esté haciendo ahora, realmente es de sorprenderse.

     —¿Q-Qué ha pasado?

     —¿Sucedió algo entre ustedes y las Jung?

     Recordando mis palabras en el auto, Hyoyeon se gira velozmente y se acerca hasta mí, para tomarme del cuello de mi blusa, levantarme y zarandearme exigiendo una explicación, pues Fany y yo somos las únicas que parecemos conocer la razón de la huida. 

     —Habla Yul, tú y Fany conocen la razón, lo dijiste, dijiste que tenías que impedir que se fueran ¿Por qué?

     —¿Ustedes sabían que se iban y no nos lo dijeron?

     —Esto no es cierto, no es cierto.

     No soy capaz de mirar a mi amiga, no tengo fuerzas para explicarles lo sucedido, lo único que quiero es llorar y no me dejan hacerlo.

     —Basta, Hyo—mi mejor amigo toma con sutileza la mano que mi mejor amiga tiene sobre mí—, de esta forma no vas a ganar que Yul te diga lo que está pasando.  

     —¡Pero es que sabe y no nos lo dice!

     Inesperadamente, el repetitivo rington de los IPhone resuena en la sala del hogar de Ji Yeon y las esperanzas que creí muerta, reviven.

     —¡Es Soo Young!—declara con felicidad Sunny—“Buen noches Sunny”—comienza a leer— “disculpa la hora en la que estoy mandando este mensaje, pero he de pedirte un favor que espero puedas hacerme. El día de mañana y lo que queda de la semana no ha asistiremos a clases por un inconveniente que hemos tenido y que debemos resolver.

     —¿Inconveniente?

     — “Padre ha logrado comunicarse con la directora para los justificantes, pero podrías ir mañana temprano y corroborar que efectivamente se les ha dicho de nuestras faltas, además de dar aviso a los profesores porque no hemos podido avisar más que a la directora.

     —Eso… eso significa que ¿van a volver?—pregunta esperanzada mi hermana.

     —Mis hermanos sienten no poder avisar a ninguno de tus amigos, pero desconocen su número de celular. Es una suerte que justamente ayer te pedí el tuyo. Por cierto, Jessica y Taeyeon me informa que a tus amigas le mandaron por correo la exposición del trabajo que deben entregar a más tardar el viernes—escuchar aquello hace estallar a mi corazón de felicidad—, pero que debido al inconveniente que se nos ha presentado no pudieron darles el retoque final, así que diles si lo pueden terminar y que no se preocupen, el lunes estarán para la presentación. Por las molestias muchas gracias y nos vemos la próxima semana.

     Los dedos de Sunny teclean una y otra vez hasta que finalmente manda el mensaje, mientras que yo y Tiffany seguimos sin dar crédito de lo que hemos escuchado. Habían dicho claramente que tenían que ir y se fueron, pero van volver. No entiendo.

     —Si ya estás más tranquila con este aviso que ha mandado Soo Young, ¿Crees que ya te sientas capaz de decirnos que es lo que ha pasado?

     —No digas que nada porque por alguna razón te has puesto así. —me señala. Y no estás equivocada Ji Yeon.

     Ha llegado la hora de hablar con la verdad, aunque ya sepa lo que tanto anhelaba saber.

     El secreto de los Jung se me ha revelado por los mismos pero, aún existen incógnitas que no he logrado responder y que seguramente mis amigos lo podrán hacer.

     —¿Tú te sientes capaz de explicarnos?—logro pronunciar—merecemos una explicación, Seung Ri. —dirijo mi vista a mi mejor amigo.

      —¿De qué estás hablando?—no logran escuchar más allá de nuestras palabras superficiales.

No quiero discutir de nuevo con mis amigos, no quiero molestarme con ellos por no decirme nada acerca de los Jung, pero no pueden venir y exigirme que les diga algo que yo llevo pidiendo desde hace tres semanas que me digan.

     —Sabemos…—no es por hacerle de emoción, pero pausamos un momento—sabemos el secreto de los Jung.

     Y ante tal revelación mis amigos palidecen, con suma razón. Estamos hablando de que los Jung no son humanos, son seres que viven de la sangre humana y que para obtenerla tienen que asesinar.

      —¿Q-Quién se los has dicho?—la incredulidad suena en la voz de Kyuhyun.

     —Ellas mismas…

     —¡Qué!—no lo pueden creer.

     —No han tenido opción.

     —Después de hacer el trabajo con las Jung, nos dirigíamos a casa para cambiarnos y venir a la fiesta—no despejo mi vista de mis amigos y mi voz es seria—, pero en el camino dos sujetos desconocidos aparecieron de la nada con todas las intenciones de asesinarnos.

      —¡Qué!

     —Acaso...

      —Las Jung nos salvaron.

      —Más eso les costó revelarnos su verdadera identidad.

      —¿Su verdadera identidad?—la confusión se apodera de Sunny.

     —Les prometimos no decirle a nadie su secreto si con eso impedíamos que se fueran de la ciudad.

     Me pesa mucho tener que romper de cierta manera esa promesa, pero había muchas cosas que aclarar y sé que Hyoyeon y las demás no se iban a conformar con lo poco que les dijese.

     —Pero estoy segura que ustedes conocen ese secreto.

     —¿Cual secreto Yul?

     —¿Habla de una vez, hermana?

      —El secreto de que los Jung… los Jung son… —¿Cómo decírselos sin que se asusten?—son… —estoy nerviosa, mis manos sudan y juegan entre si—va-vampiros. —suelto finalmente.

      —¡Qué!

     Mis tres amigas expanden sus ojos incrédulas de lo que escucharon, el resto de mis amigos solo se queda en silencio y uno que otro desvía la mirada, lo que me confirma que efectivamente sabían de la naturaleza de los hermanos, la pregunta es ¿Por qué no revelárselo al mundo y acabar con su existir? 

     —¿Por esta razón querían que nos mantuviéramos alejados de los Jung?—mantengo mi vista húmeda por las lágrimas que han parado.

     —¿Te mantendrás alejada de ella, ahora?—es capaz de soportar mi mirada.

     —Entonces, ¿Es… Es verdad? —dice una patidifusa.

     —Lo es, Sunny. Lamento que tengas que enterarte así.

     —Se supone que hemos quedado en no decir nada, a nadie, pero ¿No crees que merecemos una explicación, Seung Ri?

     El resto del grupo se queda callado, pero dirige su vista hasta él, quien se gira para darnos la espalda. No sé si está asustado, preocupado, avergonzado o algo por el estilo, pero esto es una situación que no se esperaba y no tiene idea de cómo actuar.

     —Tengo una pregunta para ti porque es algo que me intriga—me sorbo la nariz—. Si los Jung se esfuerzan tanto en mantener su secreto bajo llave, mi vista se dirige a cada uno—¿Cómo supieron todos ustedes ese secreto que callan, si su existencia depende de ello?

      —¿Quiénes eran esos sujetos?

     —No me cambies el tema.

     —No evadiré la pregunta que me has hecho—se gira para ya no darme la espalda—, pero primero responde mi pregunta.

      —No lo sé, venían de Japón.

      —¿Japón?—levanta una ceja.

      —¿Serán los Choi?—incluso el nuevo integrante sabía el secreto, pero nosotras, sus amigas de la infancia, no.

      —No, sería estúpido.

     —Los Choi nunca atacarían a personas del agrado de los Jung.

      —Pero ¿Quién sabría que a los Jung les agrada nuestras amigas?

      —Los Choi están a salvo—repite Tiffany las palabras del vampiro—. Los sujetos eran parte del clan de Hiroshima, un clan que ha desaparecido por culpa de los cazadores.

     Al nombrar la palabra cazador sus ojos se abrieron gigantescamente y las dudas que pudiesen tener se esfumaron como el agua. Ahora están seguros que lo que estamos diciendo es cien por ciento real.

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