PERFECTO
THE ONE TEMP. 2 (Versión TaeNy)The One Temp. 2 (Fanfic) Capitulo 52: PERFECTO
POV | Siwon
Recorrí lo que parecía ser una infinidad de pasillo y atravesé la puerta con determinación encontrándome con una cama vacía y dos mujeres chismeando.
–¿Dónde está la paciente de esta habitación? ––Pregunté.
–Se ha ido, de hecho decidió retirarse ayer por la mañana.
Apreté los puños y giré sobre mis talones tomando de mi chaqueta mi móvil listo para realizar una llamada. Esperé el tono.
–Nos reuniremos donde siempre… No, no entiendes. Donde siempre. ––Colgué y dejé la clínica.
No me tomó mucho el conducir hasta DaeJeon y posteriormente a la casa Thauros.
Ingresé al sótano sin ningún obstáculo y casi reviento la puerta con la palma de mi mano.
–Sentados. ––Ordené al pequeño escándalo y subí a lo que parecía ser la tribuna. –Las normas van a cambiar de ahora en adelante dentro del Ojo.
–¿Qué diablos te pasa, Siwon? ––Uno de ellos se levantó interviniendo. Pero mi mirada lo congeló, acabó sentándose en el acto.
Mi vista viajó a lo largo del cuarto hasta la puerta principal que se abrió y por esta desfiló Yoona.
–¿Qué haces en mi lugar?
–Qué bueno que llegas, estamos a punto de tomar una importante decisión.
–¿Ah sí? ––Se cruzó de brazos a mitad de camino y elevó una ceja.
Patética perra.
Me revisé la chaqueta y de esta saqué un sobre color amarillo.
–Dentro de este sobre, se encuentra la cantidad de pruebas suficientes como para que todas las personas dentro del Ojo, pasen un par de años en prisión. ––Comencé a hablar y ahora por fin tenía toda la atención.
–¿Siwon? ––Yonghwa se levantó. –¿Qué diablos, amigo?
–Cállate y siéntate, imbécil de mierda.
Obedeció.
–¿Te volviste loco? ––Habló otro miembro y arrugué un poco el sobre en mis manos.
–¡Cállense! ––Exigí levantando el tono de mi voz y el ruido se desvaneció. –Este sobre no es el único. He hecho unas mil copias y las he guardado por prácticamente todo Seoul. También está guardado en computadores y podría pulsar un botón y enviarlo a todo el mundo.
–Okay, suficiente. ––Yoona intervino, justo lo que deseaba. –Si envías lo que sea que tengas, tarado. Tú también terminarías en prisión.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
–Pequeña puta, eso ya lo sé.
–No me llames así.
–Lesbiana asquerosa.
La sentí tensarse y pisotee hasta toparme con su frente muy de cerca.
–¿Qué harás, macho? ¿Golpear a tu líder? ––Susurró casi rozándome los labios y la adrenalina se concentró en mis puños.
–No tienes idea de cuánto voy a disfrutar esto. ––Acabé susurrándole de la misma manera y curvé una ladina sonrisa. –Bien, como he visto que a nadie le interesa lo que en este sobre hay, no veo razones para mandar todo al carajo y simplemente enviarlo al mundo.
–Alto. ––Yonghwa volvió a hablar. –¿Podrías explicar que sucede? ¿Qué es lo que quieres?
Su voz fue secundada por varios rostros desconcertados y preocupados.
–Fácil. ––Subí y baje los hombros. –No quiero a esta puta en el club. No la quiero. –– Penetré la cara de Yoona con la mirada y disfruté su expresión perdida todo el rato que duró.
–¿Disculpa? ––Levantó una ceja fingiendo tranquilidad. Yo amplié mi sonrisa.
–Quiero que te vayas, puta.
–Soy la líder, y con esa actitud. Te expulso del Ojo.
Hahaha.
Solté una carcajada que pareció haberla sacudido en su lugar.
–Pobre ilusa. ––Me detuve de golpe. –Propongo una simple votación. ––Mi tono de voz cambió. –Levante la mano, quien desee fuera de la casa a Yoona. ––Agregué mientras mi diestra casi tocaba el cielo muy lentamente.
Mis ojos saltaron de rostro en rostro y en mi interior estaba comenzando a saborear la victoria con las manos que poco a poco se iban haciendo ver.
–Esto es ridículo. ––Dijo Yoona. –No pueden expulsar a su líder, este grupacho de 5ta no sería nada sin mi organización…
–Cállate ya. ––Hice una mueca. –Y lárgate, porque oficialmente. No eres más parte del Ojo.
El color de su rostro casi se desvanece por completo, la conocía. Estaba retorciéndose por dentro. Yo seguí con mi sonrisa.
–¿Qué crees que pasará? ¿uh? ¿Acaso crees que no tengo pruebas tuyas? ¿De las cochinadas que has hecho?
Acorté la distancia de nuestros rostros.
–Haz lo que se te dé la gana, hija de puta. No tengo miedo con eso de ir a la cárcel. Estoy comenzando a creer, que será un lugar encantador.
–No me retes, desgraciado. ––Susurró al ras de mi boca y respiré su asqueroso aliento.
–No, más bien no me retes tu a mí. ––Le tomé el cuello con la diestra y lo apreté con fuerza. Sentí como toda la habitación se levantó en sorpresa.
–Suel…Suéltame… bastardo. ––Luchó para hablar, sentía la adrenalina, esa deliciosa adrenalina. Quería asesinarla, asesinarla allí mismo. Mi mano le apretaba la garganta sin control alguno.
Cambia de color… vamos… cambia…
Me repetía a mí mismo, sentía el placer mientras ella luchaba en vano con mi fuerza.
–Suficiente. ––Una voz apareció como eco en mi cabeza, no pude comprender cuando pasaron tantos segundos. Acabé soltándole el cuello y la pobre perra cayó al suelo sobre sus rodillas dando bocados de aire gigantescos y desesperados mientras se tomaba el cuello con las manos. –Es suficiente. ––Mis ojos viajaron a lo largo del cuarto y se encontraron con los de Leeteuk en la entrada.
Genial.
Gotas de sudor se acumularon en mi frente y estaba listo para enfrentarme a sus palabras.
–¿Qué significa todo esto, Siwon?
–Oh, ingenuo líder. Pasa, pasa. ¿Quieres un café?
–Quiero una explicación. ––Le tembló la ceja.
–Eres un caso perdido, esta organización no es tuya.
–No, pero forma parte de mi organización.
–Las decisiones y practicas no te incumben, y lo sabes.
–Estas cruzando la línea. No olvides lo que dije la última vez, metes la pata de nuevo y no tocaré el fuego para salvar tu pellejo.
–No necesito que toques el fuego por mí. Ya estoy en el infierno.
Hubo un silencio.
–Mírate, Hermano. Estás mal, necesitas ayuda.
–Lo único que necesito ahora es una nueva alfombra, una que no tenga las lágrimas y quejidos de esta pobre hija de puta. ––Toqué con el pie el cuerpo de Yoona y le patee haciéndola girar en el suelo.
–Deja de ser un animal. Sigue siendo un ser humano. ––Leeteuk bajó la mirada hacia ella sintiendo pena.
–Patético, enfermizo. ––Dije y me limpie el sudor de la nariz. –Sáquenla, no quiero verla.
–Ordené y dos sujetos caminaron al cuerpo casi en el acto.
Pisotee hasta mi nuevo sillón líder y dejé que mi trasero lo besara.
Ahh.
Cerré los ojos unos instantes y la gloria me invadió entero.
–¿Eso ha sido todo? ––Pregunté sin mirar.
–Estaré investigándote, Siwon.
Mis ojos se abrieron muy lentamente.
–No si yo te investigo primero. ––Hice un pequeño binocular con mi mano y lo llevé hasta mi ojo espiándolo a través de él. –Uhh.
Me miró como si estuviese enfermo. Me encantó saber que pensaba eso. Al cabo de un corto tiempo abandonó el sótano.
–¡Bien! ––Di un aplauso. –Ya que hemos cambiado el sistema. Les haré saber las nuevas normas.
Habían murmullos, mínimos. Pero había.
–¿Alguien que desee compartir su pensar?
–Disculpe, nuevo líder. ––Bora levantó la mano. –¿Se puede saber qué diablos fue todo eso? Cuando ingresamos a este club. No pensamos que nos volveríamos los malos del cuento.
Solté otra carcajada.
–Excelente pregunta. ––Volví a aplaudir regocijándome sobre la silla. –En primer lugar. ¿Qué diablos fue eso? Una expulsión. Esa mujer estaba burlándose de todos, gracias a mí. Logramos deshacernos de ella. Y en segundo lugar. ¡Somos los jodidos malos, chiquilla! Siempre lo hemos sido. ¿Oh no? Pero lo hemos disfrutado, hay personas que nacen para ser malas. Otras que se hacen.
–¿Cuál es su caso? ––Se cruzó de brazos elevando una ceja y lo divertido en mi rostro se esfumó.
–Me hice.
–No le creo, pareciera que esa malicia hubiese nacido en usted.
–¿Acaso importa?
–Es interesante conocer lo que piensa alguien como usted. Ahora será la cabeza de la organización. Cosa que me parece increíble tomando en cuenta que… Eso de ser unos espiones estúpidos ya estaba aburriéndome.
Curvé una sonrisa.
–Les tengo una nueva misión, pequeños bulldogs.
Detallé unas cuantas sonrisas.
–Comencemos a ser malos de verdad. ––El tono de mi voz cambió. –Porque seamos sinceros, los que estamos acá… No es que hayamos sido malos primero. No, no. ––Negué suave. –Fueron malos con nosotros, ellos fueron malos primero y ahora… La venganza sabe a algodón de azúcar.
–¿Cuál es el plan? ––Preguntó Yonghwa.
–Quiero a Kim Taeyeon. La quiero acá.
–¿Su cabeza? ––Bora habló.
–No, la quiero entera. Solo tráiganmela, no le h
Comments