Una semana más tarde, Seohyun  vio a Yoona entrar en el bar del Congress Club y su cuerpo reaccionó igual que siempre que la veía. Siempre que la olía. Siempre que pensaba en ella.

Cada día la deseaba más, pero mantenía un férreo control sobre sus impulsos.

Ella sabía que era afortunada. Una de las amigas de Jessica había visto el trabajo de Yoona y le había encargado dos trajes de noche, lo que significaba que tenía que seguir en Manhattan y que ella estaba teniendo la oportunidad y el privilegio de verla casi cada día. De llevarla al teatro, a cenar, a la inauguración de alguna exposición. Pero al final de cada cita, Seohyun la dejaba en el vestíbulo del edificio de Seohyun pidiéndole  tímidamente sólo una nueva cita para el día siguiente.

La combinación de frustración ual y la inseguridad que se había apoderado de ella últimamente, la estaba volviendo loca. Y cada noche, al regresar al Waldorf, bajaba al gimnasio espa donde pasaba horas haciendo ejercicio para desfogarse y poder conciliar el sueño.

—No vas a creerlo —dijo ella mientras Seohyun le ayudaba sentarse.

Dios, era preciosa. Llevaba el pelo recogido, y las mejillas estaban sonrosadas del fresco aire de la noche. Siguiendo la pálida línea de la garganta, Seohyun deseó…

—¿Seo?

—Perdona.

Yoona le estaba enseñando la sección de estilo del New York Times, donde había una foto de Jessica con el espectacular traje de noche que ella había diseñado. En el pie de foto, aparecía su nombre como diseñadora.

—¡El vestido de Jessica tuvo un éxito inmenso en la gala! Y cuatro de sus amigas me han encargado trajes.

—No me sorprende lo más mínimo —dijo la castaña, sonriendo.

—Voy a reunirme con ellas mañana y después volveré a casa a trabajar.

 —¿Tienes que irte? —preguntó la mayor con el ceño fruncido.

—No puedo seguir en casa de Jessica. Ya ha sido muy generosa dejándome la habitación de invitados.

La llegada del camarero interrumpió la conversación durante un momento.

 —Tengo una habitación de invitados en mi suite —dijo la castaña—. ¿Quieres alojarte conmigo?

Seohyun casi deseó que rechazara la invitación. Sabía que la sola idea de tenerla durmiendo cada noche a pocos metros de su cama podía llegar a enloquecerla.

—No. Gracias, pero no. Tengo que volver. La abuela Boa está mejor, pero me necesitan para cuidarla. Y Tiffany y Taeyeon se casan dentro de tres semanas. Quiero estar allí para ayudar con los preparativos.

En ese momento, una sombra se acercó a su mesa. —Hola, Johyun, ¿cómo va eso?

Seohyun alzó los ojos y se encontró con la cara sonriente de Sun Ye, que la miraba con expresión de «vaya, vaya, esto sí que es interesante».

—SunYe —dijo Seohyun con una mirada de advertencia a su amiga—. Esta semana te hacía en Japón.

—He vuelto antes de lo previsto. ¿Y tú quién eres? —murmuró la mujer, mirando a Yoona con admiración y curiosidad.

—Yoona Hwang —dijo ella, ofreciéndole la mano y una sonrisa.

—¿Yoona? —repitió, arqueando las cejas divertida—. Bonito nombre. ¿Os importa que me siente? —preguntó y se sentó sin esperar la respuesta.

—La verdad es que sí… —respondió Seohyun, malhumorada aunque demasiado tarde.

—Por supuesto que no —dijo Yoona, mirando a la castaña con extrañeza. Seohyun se recordó que SunYe era un buena amiga y no una rival.

—Dime, Yoona, ¿ya te ha enseñado Seohyun lo mejor de Nueva York?

 —¿Tanto se nota que no soy de aquí?

SunYe sonrió. —No, pero recuerdo que Seohyun mencionó que vivías en el norte.

Los ojos de Yoona fueron a la otra mujer, sorprendida de que ésta hubiera hablado de ella con alguien.

Seohyun la miró furiosa.

—¿No tienes que estar en ningún otro sitio, SunYe? ¿Cómo ahogándote en el Hudson?

—En absoluto —respondió la aludida, riendo. Después de pedir un whisky al camarero, continuó—, me han dicho que Wright tiene posibilidades de convertirse en alcalde gracias a tu magia —dijo, y después miró a Yoona—. ¿Te ha contado a qué se dedica?

—A Yoona eso no le interesa —dijo Seohyun, sujetando el vaso de bourbon con tanta fuerza que hubiera podido quebrar el cristal.

—Claro que me interesa —respondió la rubia.

—Ah, no seas tímida, Seohyun —dij