Los días pasaron y había bastante trabajo. Byul estaba de reunión en reunión, no había tenido oportunidad ni de almorzar esos días, pero al menos el día actual había logrado comer algo y estaba ya por irse a casa. Unas horas de sueño no le caerían mal, además el estar tan ocupada le permitía no pensar en Solar. Seria difícil verla como una amiga, pero eso era mejor que no verla. La necesitaba en su vida aunque fuera de esa forma, hasta ahora solo se habían topado algunas veces pero en esos momentos Solar siempre la trató con cariño y ella fácilmente podía perderse en sus ojos, aunque fuera solo eso en esos cortos lapsos de tiempo.
     Aunque siempre acostumbraba a ir al baño de su oficina, esta vez paro en los baños comunes de la oficina, más que todo para ser practica necesitaba lavarse las manos después de comer ese sándwich Panini. Para su mayor sorpresa al entrar escuchó un llanto bajo. Ella no quería interrumpir pero sonaba como a Solar, de seguro no era ella pero necesitaba confirmar.
Se acercó al cubículo donde se escuchaba el llanto y tocó un par de veces preguntando si todo estaba bien.
—Está todo bien, no te preocupes. — Respondió Solar. —No te preocupes. —Le repitió.
Era Solar, definitivamente esa era la voz de Solar.—Solar soy MoonByul, por favor abre y dime que te pasa. —Le pidió totalmente preocupada. —No te preocupes Byul estoy bien. —Solar, no lo estas, así que ven, habla conmigo.
Esperó unos segundó, si Solar no abría esa puerto, la iba a arrancar de su marco.
Solar abrió la puerta lentamente y al ver a Byul se arrojo sobre ella y comenzó a llorar con más intensidad. MoonByul sin pensarlo dos veces la abrazo y comenzó a consolarla. 
—Discúlpame MoonByul, es que estoy muy triste. —Le dijo Solar, intentado reponerse.
—Vamos Solar, habla conmigo ¿Qué te pasa?
—Veras, me da mucha pena contigo, de verdad.
—Por favor Solar, dime que te pasa. —Ya estaba desesperada por saber que le pasaba a su diosa. 
Solar se serenó un poco, se lavó la cara y trató de recomponerse para poder contarle a Byul que le ocurría.
—Como sabes, estoy terminando mi carrera. Pasa que toca pagar el semestre pero con un plus adicional por todo lo que implica la graduación, yo he estado ahorrando de mi pasantía para el plus pero la matricula esperaba que me la dieran mi padre, solo que él pensó que yo podría cubrirlo todo y utilizó el dinero para pagar otros gastos de la casa. 
Solar al terminar su explicación volvió a sentirse agobiada, lloro otro poco y se secó de nuevo las lágrimas.
—Les preguntes a mi hermano y a Min Hyuk pero tampoco pueden ayudarme. Solar estaba muy apenada. Byul al escuchar el nombre de Min Hyuk se tensó de rabia pero se controló, era lógico que recurriera a su novio y no a ella, sin embargo no dejó de molestarle.
—Solar, ¿Por qué no me dijiste? —Le preguntó MoonByul.
—Byul, no quería que pensaras me estaba aprovechando de nuestra amistad y eso sería aun peor que no graduarme a tiempo y perder mi pasantía.—Solar nunca voy a pensar eso de ti, me has demostrado ser una persona maravillosa desde el primer día que te conocí.
—Gracias MoonByul por escuchar, tengo que recomponerme y bueno seguir, son cosas que pasan, tengo que seguir adelante.
—Claro que vas a seguir Sol, vamos ya a tu universidad, vamos a pagar lo que hace falta. —Dijo con determinación Byul.
—No Byul, no puedo aceptar eso, por favor. —¿Por que no? —MoonByul estaba dolida por el rechazo de la ayuda que le estaba brindando. —Si fuera Min Hyuk lo aceptarías ¿Verdad? ¿Acaso piensas que puedo tener una doble intención por esto? —Le preguntó MoonByul airada, sintiéndose algo ofendida.
—¿Por qué te pones así Byul?, no estoy pensando nada y créeme, si le pregunte a Min Hyuk es porque estoy desesperada, pero el nunca me ha dado nada.
Byul había reaccionado mal, se dio cuenta de inmediato.
—Discúlpame Solar, por favor, son los celos que no me dejan pensar. Mira, tu novio es un idiota pero yo no lo soy y no voy a permitir que te falte nada y menos que tu carrera este en juego por dinero, así que arréglate y deja de llorar mujer que me partes el alma. Te espero en la salida, voy a buscar mi carro. —Dicho esto, se dio la vuelta y salió del baño sin darle tiempo a Solar de  protestar.
Solar se quedó pensando que esa mujer no solo le había dicho descaradamente que estaba celosa, si no que además se encargaría de todo, sin darle opción a discutir o rechistar. Se estaba encargando de la situación y eso a ella definitivamente le gustaba, aunque fuera una locura, le gustaba, y mucho. No porque resolviera un problema que, por supuesto se lo agradecía, sino porque se sentía cuidada y protegida, algo que Min Hyuk nunca le había trasmitido, incluso se había comportado muy frío cuando ella le explicó lo que ocurría ni siquiera se tomó el tiempo de consolarla un poco.
Cuando Solar salió del edificio, MoonByul estaba afuera esperándola con el carro, ella se estaba acercando para abrir y subirse cuando Byul se bajó y le abrió la puerta.
—¿Estas más tranquila? —Pregunto MoonByul ya habiéndose acomodado luego en el asiento del conductor.
—Lo estoy y quiero darte las gracias por lo que vas a hacer, me salvas la vida. —Le agradeció la pasante a MoonByul.
—Vamos Solar, que no es para tanto. Mira esto no es mucho dinero para mí, así que estas poniendo demasiado agradecimiento en algo que no lo merece. —Dijo con sencillez la abogada mientras arrancaba el auto.
—Lo mereces Byul, me estas ayudando muchísimo con esto.
—Lo que sea con tal de no verte llorar de nuevo. —Dijo MoonByul miradora con ternura y sonriéndole. Solar correspondió a la sonrisa.
Camino a la universidad MoonByul trató de hablar de cualquier cosa menos de lo que ocurría. Ella era muy amable, no quería que Solar se sintiera mal por eso y disminuir de cualquier forma el favor tan grande que le estaba haciendo. Solar recordó que cuando mirabas sus fotos en las revistas nunca se imaginó que detrás de esa mujer fiestera y enamoradiza, existía alguien tan sencilla y de nobles sentimientos.
Rápidamente llegaron a la universidad y caminaron hasta la oficina de pago.
—Señorita, —Se dirigió Solar a la encargada de la oficina. —quisiera pagar el semestre más el plus de graduación.
—Claro. —Dijo la administradora amablemente y comenzó a buscarla en el sistema, un minuto después le entregó una nota con los costos de lo que había  MoonByul —Este es el monto por semestre y este es el monto por el plus, adicionalmente debe pagar todo el proceso administrativo pero eso lo puedes hacer el mes que viene.
—Bien. —Saco de una tarjeta y se la entregó a la administradora. —de esta tarjeta se va a cobrar el Plus. —Le indicó Solar un segundo después sintió que MoonByul le tomaba la mano y se acercó al mostrador evitando que entregara la tarjeta.
—Tome señorita, —MoonByul le tendió su tarjeta a la encargada. —cobre en esta tarjeta todo lo que sea necesario pagar, absolutamente todo, por favor.
Solar se quedó fría al escuchar eso y trató de replicar, estaba bien que MoonByul le ayudara pero no podía dejar que se encargara de todo. Justo cuando iba a protestar, Byul le apretó la mano y la miró con cara de que no aceptaría replica. Solar abrió la boca para hablarle pero la abogada movió su cabeza en señal negativa. Unas personas que entraron a la oficina se les quedaron mirando y preferío no decir nada, pero lo hablarían al salir de la oficina de pago.
La administradora sonrió, tomó la tarjeta e inició el trámite. Una vez que terminó le entrego el recibo a Byul, que inmediatamente se lo entregó a Solar y salieron de la oficina. Solar estaba muy molesta con Byul por lo ocurrido, se cruzó de brazos y caminó a su lado pero con la cara muy sería, mientras Byul sonreía. Sin embargo sabía que la pasante no estaba nada contenta.
—Vamos Solar, deja de estar molesta conmigo. —Le pidió MoonByul.
—No se como puedes pedirme que no esté molesta, ese no fue el acuerdo.
MoonByul sabía que no iba a estar fácil que a Solar se le pasara la molestia, ya la conocía lo suficiente. Se dirigían ya a la salida de la universidad.
—¿Qué tengo que hacer para que me perdones Sol? —Pregunto Byul mirando a Solar y poniendo la famosa carita del gato con botas de Sherk. Solar no podía con MoonByul, era como una avalancha.
—Pues dejarme que te regrese el dinero. — Fue la respuesta de Solar.
—Cualquier cosa menos eso. —Respondió Byul poniendo de nuevo la misma carita.
—Tú vas a seguir poniendo esa carita, ¿Verdad?—Pues si. —Dijo Byul sonriendo descaradamente.
Solar pensaba: “Esta mujer es encantadora, arrogante pero encantadora”. Entonces se le ocurrió algo.
—Bueno, lo dejare pasar pero con una condición… —Solar captó la atención de MoonByul. —déjame cocinar para ti. Yo compraré todo los ingredientes y te prepare la cena. —Al proponerle esto no había tomado en cuenta que Byul podría tener algún otro compromiso, se dio cuenta de ello de inmediato. —Claro si es que no tienes alguna cita, he escuchado que no has comido muy bien últimamente. —Dijo Solar.
—Me parece perfecta esa idea —Ya estaban cerca del auto. —y vámonos ya al supermercado porque muero de hambre. —Dijo Byul quien apuró el paso al auto dejando a Solar atrás. Después de un minuto se dio cuenta que Solar no estaba cerca de ella. Se detuvo y miró a tras.
—Vamos mujer, —Medio gritó MoonByul. —que muero de hambre.
Para Solar la sonrisa de Byul era contagiosa, era como ver a un niño pequeño al que le habían prometido un helado. 

Llegaron a un enorme supermercado que quedaba cerca de donde vivía Byul y Solar se preguntó si es que esta mujer alguna vez había visto algún mini abasto. Lo bueno fue que logró conseguir lo que estaba buscando. Le prepararía una pasta con camarones. Sería difícil cocinar pasta para una descendiente de italianos, pero confiaba en que su pasta no le fallaría; lo acompañaría con vino blanco y para picar unos quesos. La verdad es que desde hacía unos días venia pensando en lo que seria cocinar para MoonByul. Ella disfrutaba mucho la comida y veía esto como un reto, pues era difícil complacer un paladar acostumbrado a comer en los mejores restaurantes. Era eso o sencillamente quería saber qué se sentía disfrutar de su compañía.
Ella estaba seleccionando todos los ingredientes, incluso la sal porque la cocina de MoonByul estaba totalmente equipada pero no abastecida, nunca la usaba.
Mientras tanto Byul seleccionaba el vino blanco. Ella tenia muchos en casa, pero hacer las compras con Solar le parecía maravilloso, una nueva y agradable experiencia. Sabia que estaba soñando despierta, pero por qué no disfrutar una noche de lo que ella imaginaba como su vida futura con Solar. 

Llegaron al apartamento con un montón de bolsas, enseguida Solar colocó los quesos en una base para picar mientras. Byul serbia un par de copas. Estaban comiendo y hablando en la barra de la cocina, el tiempo pasaba y ninguna de las dos parecía darse cuenta, hasta que Solar miro el reloj y dijo que era hora de comenzar a cocinar: previamente había adelanto el picado de los ingredientes.
—Me sorprendes Solar, —Dijo Byul, admirada de la mujer que tenía frente a ella. Había estado observando los movimientos de la pasante por toda la cocina. —lo bien que te desenvuelve en la cocina huele delicioso, me muero por probarlo.
—Vamos MoonByul, a ti hasta Mc Donalds te sorprende. —Dijo una risueña Solar y sacándole la lengua.
MoonByul se rió.
—Pero esto es diferente, es un placer verte cocinar. —Le dijo con tono seductor. Solar se sonrojó un poco. —Yo solo espero que te guste Byul. MoonByul le guiñó el ojo y levanto la copa en su mano a modo de brindis. Solar se movió un poco más por la cocina revisando como iba todo.
—Cuéntame Solar, ¿Qué tal tu infancia? — Quiso saber Byul.
—Pues tranquila, fui feliz a pesar de las discusiones de mis padres. Siempre han peleado mucho. —Explicó Solar. —Sin embargo, jugar con mi hermano y mis amigas de la cuadra era una maravilla, incluso me llegaron a comprar dos Barbies, la Melocotón y la Cristal eran costosas para mis padres.
MoonByul se dio cuenta de que en medio de la alegría de su infancia había un poco de tristeza, pero dejo pasar el tema.
Solar le devolvió la pelota.
—Cuéntame Byul, ¿Cómo fue tu infancia? MoonByul sonrió, Solar sabía llevar el juego. —Bueno, veras, yo era muy inquieta, tengo muchas marcas pequeñas en la piel. Me subía en bicicleta, patines y no me gustaban las muñecas. Mi mamá siempre me las compraba pero yo no jugaba con ella, menos mal mi papá me compraba pelotas y todas esas cosas que me divertían, incluso me compró un arma que sonaba y me enseñó a disparar. —Concluyó Byul. 
—No me gustan las armas. —Dijo Solar. 
—Algunas veces es bueno tener una por seguridad.
—¿Cómo tomaron tus padres que le dijeras que eras lesbiana? —Preguntó Solar.
—Pues la verdad, al inicio se culparon, gritaron y luego lo aceptaron. Eran unos padres maravillosos, me quisieron mucho más de lo que merecía.
Solar notó cierto pesar en la voz de MoonByul al decir esto último.
—Vamos Byul, ¿Por qué dices esos? Si tú eres maravillosa. —Le dijo Solar y luego de eso, se acercó y la abrazó.
Fue un abrazo dulce, tierno y prolongado, solo la amenaza de que se estaba quemando la comida las hizo separase.

Se sentaron a comer. MoonByul estaba sorprendida de lo deliciosa que estaba la pasta, era una maravilla, la comió toda y, muy descaradamente, pidió más. La verdad era que ella podía comer cualquier cosa, pero si era algo como eso, mucho mejor. Era una delicia.
—¿Estas segura que no tienes sangra italiana en las venas? —Pregunto de pronto Byul
—Seguro que no, solo lo dices por hacerme sentir bien.
—Mira Solar, si fuera por eso habría dicho un cumplido o dos por cortesía, pero esto de verdad es una maravilla. Comida de chef, esta muy rica, de verdad que si.
Solar estaba radiante de alegría, la idea de ver a MoonByul  disfrutar tanto su comida. Le complacía enormemente. Ella siempre fue un poco tímida, nunca tenía mucho que decir, pero con MoonByul podría pasar horas y horas hablando.
—Me alegro mucho que la disfrutaras, ahora déjame lavar estos platos. —Dijo Solar levantándose y tomando sus platos.
—Déjalo que yo lo hago. —Dijo Byul también levantándose y tomando los suyos.
—Por dios Byul, no me hagas reír. —Dijo Solar, pues sabía muy bien que MoonByul no solía hacer tal cosa.
—Al menos puedo decir que lo intente.

Cuando Solar termino de lavar los platos y arreglar la cocina, se dio vuelta y vio a MoonByul mirándola fijamente. Era una mirada extraña, una mira de adoración que la dejó totalmente sorprendida y tímida. 
Byul no soltó su mirada y se acercó a ella como una pantera acechando a su presa… con un paso lento, grácil y decidido. Era su depredador que venia y ella no podía moverse. O sencillamente no quería. Se quedó apoyada en el tope de la cocina, MoonByul puso sus manos en cada uno de sus lados dejándola encerrada en la jaula de sus brazos. Solar pudo percibir el seductor aroma de su perfume.
—Solar, no te imaginas lo feliz que me has hecho hoy, —Le susurro aun pérdida en sus ojos. —he disfrutado el día como hace mucho no lo hacia. Me he sentido en casa por primera vez en muchos años. Gracias Sol, gracias por hacerme feliz. Esas palabras de Byul llegaron al corazón de Solar. Sabía que eran sinceras y estaban repletas de amor, dulzura y tristeza; ella deseaba ser ese hogar que ella tanto anhelaba y sin pensarlo dos veces, acercó sus labios a los de Byul. Su corazón estaba tomando el control, cuando faltaban apenas un centímetro se detuvo pero ya era demasiado tarde, MoonByul cerró el espacio entre ellas y la besó. 
Fue un beso suave, un beso dulce como el de esas historias de amor tan clichés, ese que ella siempre había soñado con recibir. Se perdió en la suavidad de los labios de la abogada y poco a poco su boca se fue abriendo para recibirla y el beso se tornó mas apasionado, MoonByul la tenia sujeta por la cintura y ella estaba colgada a su cuello acariciándola.
“Dios, esto era embriagador” pero tenia que detenerse lo que estaban haciendo no estaba bien.
Sacando fuerza de donde no tenía alejó a MoonByul de ella y le dijo casi sin aliento:
—Por favor, tenemos que parar, esto no puede ser.
Byul se detuvo cuando ella se lo dijo y se quedó paralizada, no sabia qué hacer y con toda razón. Sin embargo, se comportó a la altura tal como ella lo esperaba.
—Por favor discúlpame Solar, me deje llevar. No se que me paso de verdad, es solo que eres tan bella que es difícil resistirme. Por favor acepta mis sinceras disculpas. —Dijo MoonByul alejándose lentamente de ella. 
—No fue tu culpa Byul.
MoonByul no la dejo hablar e inmediatamente asumió toda la culpa de lo que había ocurrido aunque era más que obvio para Solar que ella había sido también culpable de lo ocurrido.

Salieron en silencio de la casa y subieron al carro. El ambiente se tornó tenso e incomodo para las dos. MoonByul buscaba desesperadamente como mantener la calma.
—La comida definitivamente quedo muy rica Solar gracias de nuevo. —Dijo Byul. —Me alegro que te gustara. —Eres siempre bienvenida a cocinar a mi casa. —Byul quiso aligerar el ambiente intentando hacer sonreír a Solar.
—Claro, siempre que pasemos por el supermercado primero, porque tú nunca tienes nada que preparar. —Le dijo Solar y Byul no tuvo más opción que reír, pues le habían lanzado a la cara un gran pastel de verdad.
—La comida es parte del amor y es para los hogares, los niños, la familia.
—¿Qué quieres decir con eso Byul? —Llegamos Solar, estas sana y salva en tu casa. —Dijo Byul deteniendo el auto frente a la casa de la pasante.
—Muchas gracias Byul… por todo. —Gracias a ti Solar por regalarme este día. Solar se despidió de Byul con un beso en la mejilla y se bajó del auto. La abogada esperó a que Solar entrara a su casa para marcharse
Byul se fue a su casa aun saboreando los labios Solar. Definitivamente el día era excelente porque aunque Solar se alejara de ella, en un momento del beso, ella le correspondió y aunque no quería albergas esperanzas por eso, tampoco podía dejar de disfrutar en su mente los recuerdos de ese beso y los recuerdos de ese día tan especial. 

Cuando Solar entró a su casa se encontró con sus padres, quienes la estaban esperando para ver si había logrado solucionar el tema de la universidad.
—¿Qué pasó Solar, Min Hyuk te dio el dinero para la universidad? —Le preguntó su padre directamente.
—No, él no tenia, pero en el trabajo me hicieron un préstamo y pude hacer el pago. —No quería dar mayores detalles.
—Que bueno hija, me alegro. Estábamos preocupados por eso. —Le dijo su madre.
—Bueno, me voy a mi habitación, estoy cansada. Un día muy largo el de hoy.
Solar se fue a su habitación y se dejó caer en su cama, no podía dejar de pensar en ese beso. En el día, se había sentido tan feliz, tan viva y su cuerpo ardía en deseo tan solo con un beso. Esa mujer debía tenerla hechizada porque eso no era posible. No sabía cómo pudo resistirse. Ella sabia que Byul no daría un paso atrás ,sabia lo que quería, pero ella no sabia en lo que se estaba metiendo; solo tenia claro que esa mujer le encantaba, era casi un príncipe azul, sus padres la adorarían. Pero había solo por un pequeño detalle, era una mujer y eso lo cambiaba todo.
Ella no podía negarse que esa mujer le gustaba pero no podía permitirse sentir eso, tenia que sacarla de su cabeza, tal vez si lo repetía y lo repetía lo lograría. Sin embargo, esa noche soñó con MoonByul y sus dulces besos.

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Durante el día le subiré el capitulo 8.. Lo borre por accidente :') bye baibes!!!