—Buenas tardes, —Saludó Irene al grupo de pasantes que se habían reunido en la oficina de reuniones. —hoy es el primer día de sus pasantía, son sólo seis semanas, pero van a trabajar duro. Ahora son quince personas, para las pasantía largas solo quedaran siete y luego veremos qué pasa—. Les explicaba. —Serán asistentes de las distintas gerencias y rotaran cada semana, los distribuiremos en cada una de las áreas y me reportaran a mi y a la Gerente de Recursos Humanos, por supuesto.
     La Gerente de Recursos humanos se levantó y dijo:  —Les pagaremos las pasantía y gozaran de seguro durante estas semanas, además tendrán el almuerzo gratis en el comedor.

     Se escuchó un murmullo en la sala producto de la alegría de los pasante al escuchar estas noticias, pero todos se tranquilizaron rápidamente porque sabían que las pasantías no estarían fácil. Comenzaron a nombrar a los pasantes y enviaron los dos únicos pasantes hombres al área de los abogados; a algunas chicas no les agradó la idea, pues querían estar en el área de Moon Byul Yi, Se corría el rumor de que era el camino fácil para quedarse dentro de la empresa, pero Solar sabia que no era así, por lo que había leído, MoonByul se cansaba rápido de sus conquistas.
     Al llegar su turno de saber a qué área sería asignada, Solar quedó muy contenta, pues iba a trabajar en el área de Irene, justo donde quería comenzar, se dijo a sí misma. 

     Tanto los gerentes que asistieron a la reunión como los pasantes, salieron uno a uno de la oficina de reuniones para dirigirse al área que le había sido asignada; los gerentes a sus respectivas oficinas.
      La oficina de Irene estaba ubicada en el lado este del piso y tras la reunión volvió rápidamente a su puesto, pues tenía trabajo importante que hacer y muy poco tiempo. Previamente le había pedido a quien sería su pasante, Solar, que le buscara unos documentos en una de las gerencias que quedaban en el piso inferior.inferior.   En ese momento, Irene, estaba sentada tras su escritorio y a través de los cristales tenía una vista completa de los cubículos donde a diario el personal desempeñaba las tareas asignadas. Cada una de esas personas representaba un eslabón en el éxito de la empresa.

       Miraba a través de los cristales cuando vio a Solar salir del ascensor y dirigirse a su oficina, apenas había cruzado un par de palabras con ésta. Aprovecho para detallar un poco más a la joven mientras se acercarse a su oficina. Iba vestida formalmente, aun así pudo notar que era una persona humilde, pero su ropa estaba impecablemente limpia, lo que denotaba el carácter de una persona que se tomaba el trabajo en serio.
     Cuando Solar finalmente llegó a la puerta de su oficina fingía estar concentrada leyendo un documento. Al escuchar un toque en su puerta levantó levemente la vista e hizo un gesto que le indicó que podía pasar.
     Solar se adentró en la oficina hasta colocarse detrás de las sillas de visitante que franqueaban un enorme escritorio color caoba.
     —Buenos días, Sra. Bae, para presentarme oficialmente, soy Kim Solar, y aquí tiene los documentos que me pidió. —Trató que su voz sonara firme y confiada, mientras le tendía una carpeta a la gerente. —Quiero que sepa que estoy a su total disposición y espero me indique cuáles serán mis tareas para ponerme ahora mismo a trabajar en ellas. —Dijo Solar a Irene mirándola a los ojos.
     —Buenos días Solar, —Contestó la gerente con tono amable y sonriéndole a la mujer parada delante de ella. —soy Irene Bae. — Dijo mientras se levantaba y le tendía la mano a Solar. Está se movió rápidamente para estrechársela.

     —Mucho gusto. —Le contestó Sofía sonriéndole ampliamente.
     —Por favor siéntate, —Le indicó una de las sillas. Solar volvió a sonreírle mientras se sentaba y observaba cómo Irene volvía elegantemente a tomar asiento frente a ella.
      —A ver Solar, ¿cuántos años tienes? —Le preguntó.
La pregunta sorprendió a Solar pensaba que iban a hablar de trabajo.
      —Tengo 24 años. —Respondió a pesar de sentirse algo desubicada.
      —Bien, yo tengo 30 años, apenas unos pocos más que tu, así que por favor, no me llames señora, dime solo Irene. —Le pidió. Solar sonrió. —Está bien. —Vamos bien entonces. —Le dijo Irene mientras se recostaba en su silla. —Antes de comenzar, primero que nada, quiero que me cuentes cuál área de la compañía es la que más te gusta y por qué quieres estar aquí.
       Solar se lo pensó un poco, era una pregunta sencilla para ella pero debía responder con propiedad y seguridad para dar una buena impresión, nunca se tiene una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión. “Y ante esta mujer, mucho menos”, pensó.
     —Justamente esta es el área que más me gusta, Irene. Me alegró haber sido asignada para las primeras semanas, y creo que esta es la mejor compañía publicitaria del país, pretendo ser la mejor, así que para serlo, definitivamente, tengo que empezar por aquí, con los mejores. —Fue la respuesta de una nerviosa, Solar. Puso su verdad sobre la mesa. ¿Sonaba ambiciosa? Tal vez, pero tenía sus objetivos claros. No pretendía pasar por encima de nadie, sólo quería trabajar y demostrar su talento. Aquí tenía una oportunidad de hacerlo, así que la iba a tomar.
          A Irene le complació la respuesta de la pasante, personas así era las que necesitaba en la compañía para hacerla exitosa, sólo faltaba ver que tan duro estaba dispuesta a trabajar y si tenía talento, ella estaba dispuesta a pulir ese diamante.
       —Muy buena respuesta. —Dijo Irene, asintiendo levemente con la cabeza y sonrisa de satisfacción. —Bien, vamos a comenzar revisando una campaña, así que necesito que busques cierta información lo más rápido que puedas porque en la tarde vamos a trabajar desde mi casa. Estoy remodelando y necesito estar en casa. Esta campaña es muy importante y no puedo dejar pasar el día, así que prepara todo lo que te voy a indicar y a la una nos vemos aquí para salir a mi casa. — Dijo la gerente de publicidad mientras sacaba papeles de la carpeta que le había traído Solar y hacia anotaciones en una libreta.
       A Solar la mujer le pareció algo arrogante, a pesar de que ésta tenía la reputación de ser una mujer justa y amable con todo el mundo. Darle esas órdenes sin preguntar si quiera si estaba de acuerdo en trabajar fuera la compañía. Ni siquiera sabía si eso podía hacerse. No quiso preguntar en el momento porque temía comenzar con una mala situación sus pasantías, además, la gerente debía saber si estaba bien o no, así que espero pacientemente a que Irene le diera la información.
       De inmediato se ubicó en el cubículo que le había sido asignado frente a la oficina de la que sería su jefa y comenzó su búsqueda. No le resultó fácil porque no tenía idea por dónde comenzar, pero aun así, se las arregló para conseguirlo. Afortunadamente, la secretaria de Irene era muy diligente y amablemente la ayudo a orientarse con lo que necesitaba.
A la una en punto, después del almuerzo, Irene llegaba a su oficina y encontró a Solar esperándola ya. Desde allí, partieron casi de inmediato a casa de Irene.

      Al otro lado de la compañía estaba MoonByul trabajando con SuHo.

       —Esto no está bien SuHo, —Decía MoonByul. —no es posible que tengamos que invertir en estas cosas, tenemos que automatizar y vendorizar las operaciones, yo puedo ajustar todo lo legal pero esto es una perdida de dinero y una responsabilidad que no debemos asumir, para eso están otras empresas.
       —Yo recomendé lo mismo Byul, pero tu tío no quiso oir nada al respecto, solo me dijo: “SuHo, aún eres un niño, mira y aprende. Así se ha hecho durante todos estos años, no lo vamos a cambiar ahora”. MoonByul se dejo caer en su asiento sabiendo que si su tío se había cerrado ante el tema, no serviría de nada insistir.
           Con algo de frustración se mesó el pelo.

        —Llevamos toda la tarde trabajando en estos y no existen suficientes cláusulas que nos protejan, si algo sale mal vamos a perder mucho dinero.

        —Mira Byul, es tarde ya y estamos cansados, además seguir adelante no nos servirá de nada, todo nos lleva al mismo lugar, es un camino sin salida. O tu tío nos escucha y acepta cambiar las cosas o en algún momento no vamos a poder proteger del todo la compañía y como dices, vamos a perder mucho dinero. — SuHo estaba cansado de tratar de enderezar las cosas en la compañía, pero con Moon Se Yoon a cargo, era muy difícil. —Vamos a casa, te invito a cenar. Dejemos esto a un lado y hablemos en casa de nuestros negocios e inversiones, vamos muy bien. Tu capital ha subido bastante y sería bueno que le demos una buena mirada, tenemos que ver el modo de protegerte a ti y a la Irene.

        MoonByul también estaba cansada y necesitaba un buen trago para relajarse un poco y que mejor lugar que le hogar que habían construido SuHo y Irene, allí se respiraba paz, y también se comía la mejor comida de la ciudad.

      —De acuerdo, vamos, necesito un buen trago de whisky. 

         Mientras MoonByul conducía su Aston Martín Volante camino a casa de Irene, pensaba en los cambios que la compañía necesitaba y las mejoras que podía hacer. Tal vez podría comenzar desde cero, sus inversiones estaban por buen camino, pero descartó la idea casi de inmediato. Esa era la compañía que había fundado su padre, era el negocio de sus padres, tenia que trabajar en ella, ese era su deber. Algunas personas pensarían que por heredar algo se tenía todo arreglado en la vida, pero no era así, el nivel de responsabilidad y el compromiso que generaba era muy pesado de cargar.

         Cuando giró para tomar la entrada que la llevaría a la casa de Irene, los grandes portones aún estaban abiertos, lo que le indicó que SuHo había llegado antes que ella. Condujo por el largo camino mirando por el retrovisor cómo los portones se cerraban automáticamente. Se estacionó cerca de la entrada de la casa. Bajó del auto y caminó con paso firme a la casa.

        Irene y Solar estaban reunidas en la habitación que funcionaba como oficina cuando SuHo o su esposa necesitaban trabajar en casa.

        La puerta de pronto se abrió y Solar se quedó helada cuando una figura alta, de cabello rubio entró en la habitación y abrazó a Irene, le dio un pequeño beso en los labios. Solar enrojeció cuando vio el gesto. Identificó a la mujer como Moon Byul Yi, sólo la había visto en fotos. Era mujer hermosa con un estilo único, su cabello rubio con los ojos azules creaban un contraste implacable; su ropa de alta costura, la hacían ver muy elegante. Era una mujer con un cuerpo realmente envidiable, ella había podido ver muchas fotos en las revistas pero nada como tenerla frente a frente. Era sencillamente encantadora.      

         Detrás de ella entró SuHo.

     —Lo siento Byul, pero pierdes el tiempo, Irene no te corresponde. —Le dijo SuHo sonriéndole con odiosa autosuficiencia, mientras le tendía un vaso con whisky y hielo y le pasaba un brazo por los hombros a su esposa.
MoonByul torció el gesto, pero agradecía el vaso en sus manos.
     —Me di cuenta de eso hace mucho, pero cuidado o te la robo, —Le advirtió a SuHo mientras lo señalaba con el dedo índice y le sonreía malévolamente.
Irene se rio de la cara que puso SuHo ante la advertencia de MoonByul.
       Solar presenciaba la escena que se llevaba a cabo entre los amigos, pero su mirada estaba puesta en MoonByul, le gusto esa sonrisa tan natural de la mujer, sus ojos azules brillaban como dos estrellas. Era definitivamente dulce, como un niño en un parque.
         MoonByul de pronto se percató de la presencia de Solar en la habitación, que estaba un poco apartada porque revisaba unos archivos, así que de inmediato puso en marcha su coqueta galantería.
       —Que mujer tan bella tenemos aquí, —Dijo acercándose a Solar. Al escuchar tal expresión de la mujer de ojos azules, Solar sintió una llama recorrer su cuerpo y se sintió aturdida sin saber cómo reaccionar. —permítame ser un poco más educada que mis amigos aquí, —Señaló a sus amigos haciendo como que los ignoraba. Solar no pudo evitar sonreír ante la mueca de MoonByul y las caras de vergüenza de Irene e SuHo. —y presentarme. Soy Moon Byul Yi.
        Esta muestra una resperuosa reverencia seguido estrechó la mano de Solar y aunque sus palabras pudieran parecer y sonar a pura galantería, era exactamente lo que pensaba. La mujer en la habitación era una belleza, una rubia con un cuerpo bien proporcionado. Para MoonByul era imposible no babear teniendo a una mujer así en frente. Era tan sencillo perderse en esos dulces ojos cafes.
         “Que momentos escojo para decidir portarme bien, por Dios”, pensó MoonByul.
       Nerviosa por las palabras, mirada y presencia de MoonByul, Solar apenas pudo encontrar voz para responder.

     —Soy Kim Solar pasante en la compañía. —Le dijo sonriéndole amablemente a MoonByul.

Solar y MoonByul se presenta formalmente al fin.... oooooooohh ziiiiii!!! <3