El viernes por la mañana Byul estaba en la oficina con Solar hablando de sus preparativos para la boda. Ninguna de las dos quería esperar mucho, así que estaban buscando algo sencillo, algo cómodo para ellas que evocara sus gustos y las más sinceras nostalgias de amor que las representara; a fin de cuenta era su boda y solo importaba que ellas las disfrutaran y, que además, se pudiera organizar en pocas semanas.

Estaban felices en medio de tantos problemas. Byul estaba besando a Solar, como adoraba sus labios y en ese momento la secretaria de Byul anunció la llegada de Bo Ram.

Cuando Bo Ram entró a la oficina ya nada de los planes de boda estaban sobre el escritorio y Solar y Byul estaban a cuatro metros de distancia la una de la otra.

—Solar, no es a mi quien debes darle esta propuesta es a Irene, así que ese tema véalo con ella. —Le dijo Byul en un tono frío.

—Está bien, será como usted diga. — Respondió Solar simulando tristeza.

Cuando Solar estaba saliendo de la oficina Bo Ram la detuvo y le dijo en voz baja:

—Toca saber perder Solar. Byul siempre te quedo grande, se necesita una mujer como yo para retenerla.

Solar respiró hondo y salió de la oficina muy molesta, quería matar a esa mujer, en el camino se encontró a SuHo.

—¿Qué pasa Solar? ¿Por qué tan molesta? —Le preguntó SuHo.

—Es esa víbora de Bo Ram, me tiene harta. —Le respondió Solar entre dientes para contener su rabia.

 

Bo Ram se rió.

—No te preocupes, justo iba a la oficina de Byul, estamos listo. —Le dijo con suficiencia. — Yunho viene en camino con la caballería, ya tiene la orden de aprensión en sus manos y tengo dos oficiales de seguridad en la puerta de la oficina del tío de Byul.

Solar asintió satisfecha.

—¿Me consigues un oficial de seguridad por favor? —Le preguntó Solar. —Claro, sin problemas. Minutos después Solar entró en la oficina de Byul con el oficial de seguridad, se acercó hasta donde estaba Bo Ram y le dijo:

—A ti es la que te queda grande una mujer como Byul, —Le puso el dedo índice en el pecho de la mujer. Bo Ram estaba sorprendida. —Y para que lo sepas, Byul va a ser mi esposa y no me da la gana que ande contigo, ni siquiera por un negocio. —Solar dio un paso más para acercarse a Bo Ram, pero esta retrocedió. —Tu no podrías hacerla feliz nunca y mucho menos complacer a Byul como lo hago yo, perdiste tu oportunidad así que ahora toma tus cosas y sal de mi compañía… ¡¡¡Ya mismo!!! —Le gritó Solar.

 

Byul se había quedado pasmada por la escena que estaba viendo y cuando Solar termino de hablar, sonrió orgullosa. La pasante estaba defendiendo lo suyo.

Bo Ram se giró hacia Byul.

—Byul, ¿Vas a permitir que esta pobretona me hable así? —Le preguntó Bo Ram con cierto temblor en la voz y alejándose un paso más de la mujer.—Me caso Bo Ram, lamento que te enteres de esta forma, pero tampoco era que tú y yo tuviéramos algo serio. Ya escuchaste a mi futura esposa. —Le dijo Byul.

Bo Ram se quedó boquiabierta, el sorpresa era tanta que no logró moverse, pero Solar la sacó de su letargo.

—¡¡Fuera dije ya!! —Le volvió a exigir con firmeza. —Oficial saque a esta mujer de la compañía. —Le ordenó Solar al oficial que la había acompañado a la oficina.

El oficial confundido miro a Byul buscando una aprobación o negación de su parte.

—¿Qué espera? Haga lo que dice mi futura esposa. —Le dijo Byul.

—¡¡Te vas ha arrepentir Byul, hablare con tu tío!! —Gritaba Bo Ram mientras salía de la oficina. Solar se fue detrás de ellos, quería asegurarse que esa mujer saliera de la vida de Byul, ya mismo y para siempre.

—Te dije que era una fiera. —Le dijo Byul. —¡Guao! Ahora si te creo. —La señaló con el dedo. —Tu estas… —Luego pasó ese mismo dedo por su cuello como si fuera un cuchillo. Byul se rió asintiendo. —¿Y te casas? —Preguntó SuHo. —Si, lo hago. —Le respondió Byul feliz. —Suerte amiga, Irene también es fiera y soy feliz, bienvenida al club Byul.

—Gracias SuHo se que seré muy feliz y yo también espero serlo con Solar..

 

 

Yunho entró en el edificio de BM & Asociados y se dirigió directamente la oficina de Byul donde ya estaba reunidos Irene, SuHo, Solar y ella. —Lástima que no me esperan así para las fiestas. 

—Dijo Yunho al entrar.

—Tranquilo que tenemos despedida. —Le dijo su amigo SuHo estrechándole la mano. —Byul se casa. —Le anunció.

—¡Que bueno! —Abrazo a su amiga y luego a Solar. —Conozco un lugar para despedidas de solteros que te va a encantar, tienen de todo, hasta para regalar y hacen unos bailes. —Yunho levantó sus pulgares y asintió con picardía.

—Me convenciste Yunho. —Dijo Byul entusiasmada.

—Un momento, nada de despedidas para ti Byul. —Dijo Solar.

—Es la tradición Solar. —Se excusó Byul con fingida inocencia.

—Tranquila Solar, me encargare de la tuya. Te daré una despedida que nunca olvidarás. — Dijo Irene para hincar a su amiga.

—De acuerdo Solar, no habrá despedida para ti ni para mí, Irene es peligrosa. — Sentenció Byul.

Todos rieron. 

—Bueno el tema está muy interesante, pero vamos a lo que nos reúne hoy aquí y no es precisamente una boda. —Dijo Yunho ya tomando su papel de autoridad.

—Quiero hablar con mi tío antes que se lo lleven, quiero entender por qué él hizo algo como esto. —Le pidió a su amigo. Este asintió. —Es una rata. —Masculló Irene. —Yo se que para ustedes está muy claro que se comporte así, pero es mi tío y quiero darle la opción de explicarme por qué lo hizo. Y también quiero pedirte que salga sin esposas de la empresa, por mas que sea es mi tío, es un Moon. —Pidió Byul.

—Me parece bien, —Dijo Yunho. — ayudará mucho en su caso que se entregue pacíficamente.

—Byul, sabes que esto estará en juicio por un tiempo, se congelaran algunos bienes, nada que no te deje operar la empresa. —Le aclaró SuHo.— Cuentas con el apoyo de Irene que tiene un buen peso en la empresa, pero algunos accionistas pueden querer marcharse. —Le advirtió.

—Sabes qué SuHo, compra las acciones de los que se quieren marchar, eso les dará seguridad a los que se queden y me da la posibilidad de invertir. —Le dijo Byul. SuHo asintió. —Compra también para nosotros, —Le dijo también Irene a su esposo. —esta es una empresa familiar y pues estamos creciendo SuHo… estoy embarazada.

Byul abrazó a una muy sonriente Irene y la felicitó, mientras Solar sostenía a un tambaleante SuHo que acababa de tirar al piso todo lo que tenía en las manos y se había quedado mudo.

—¡Que buena noticia, voy a ser tía! —Dijo Byul muy contenta. —Es una maravilla escuchar algo tan lindo en estos días tan duros.

SuHo, ya un poco recuperado, se acercó a Irene y le tomó la mano.

—Irene, me has hecho el hombre más feliz del mundo, pero ¿Cómo? Me dijiste que no habíamos tenido suerte este mes. —Le preguntó su esposo.—SuHo, ¿Necesitas que te lo expliquen?

Estas mal amigo. Le dijo Yunho palmeándole la espalda. —Muchas felicidades a los dos.

—Es que me realicé la prueba con muy poco tiempo y por eso salió negativa, —Le explicó. — pero me he estado sintiendo mal y pues la repetí. Confirmado mi amor, vamos a tener un bebé.

—Soy tan feliz mi amor. —Dijo SuHo que alzó a Irene por lo aires de pura felicidad.

Todos reían al contemplar la felicidad de pareja.—Muchas felicidades, son muy afortunados por este regalo que les ha dado Dios. Espero que me dejen ser tía de este bebé. —Dijo Solar mientras le daba un abrazo a Irene.

—Claro que si. —Le dijo Irene mientras le devolvía el abrazo.

—Ustedes tienen unas manías tan extrañas, están por meter preso a Se Yoon y celebran un embarazo. —Dijo Yunho sonriendo.

—Tienes razón, —Intervino Byul. —iré a hablar con mi tío. Por favor esperen afuera listo para arrestarlo en caso de que las cosas no resulten como espero, luego celebramos la llegada del nuevo miembro de la familia.

Avanzaron todos a la oficina de Se Yoon, aunque Byul no perdía la esperanza de que su tío se entregara tranquilamente, Solar no pensaba lo mismo. Ese era un hombre que le gusta mucho el poder del dinero, así que esto no le iba a gustar nada. 

—Byul, entrare contigo. —Le dijo Solar cuando Byul estaba a punto de entrar a la oficina.

 —Claro que no. —Dijo Byul.

—No te dejare sola, o entro contigo o dejas que la policía se encargue. —Le pidió Solar. 

Byul sabía que Solar no iba a ceder.

 —Está bien, eres muy terca mujer. — Masculló Byul.

Yunho se acercó a la abogada.

—Byul, llévate esta grabadora, métela en tu chaqueta, sería bueno que lo hagas confesar. No creo que lo necesitemos, pero nunca esta de más tener todo cubierto. —Le dijo Yunho.

Byul tomó la grabadora, la encendió y se dispuso a entrar en la oficina de tu tío junto a Solar. 

 

Se Yoon al escuchar que se abría la puerta de su oficina, levantó la vista.

—Hola Byul. —La saludó su tío cuando la vio entrar.

—Hola tio.

—¿Qué te trae por aquí? —Le preguntó recostándose del todo en su silla.

En ningún momento Se Yoon saludó a Solar, era como si no existiera.

—Estoy en compañía de mi futura esposa. —Dijo Byul señalando a Solar que permanecía a su lado. Sin embargo, el hombre no la miró.

—Byul, ya hablamos de eso y fui bastante claro con las consecuencias, esa actitud de niña malcriada no te llevara a ninguna parte.

—No pienso darte explicaciones de lo que voy a hacer. Vine a que me las de tu a mi. —Le dijo Byul con determinación en su voz y su mirada. Tomó la mano de Solar, el calor de ella le daría la fuerza que necesitaba.

—Byul, estoy ocupado así que di lo que tengas que decir, recoge tus cosas y sal de mi empresa. — Le dijo su tío.

Byul sonrió con ironía.

—Ese es justo el punto, que esta no es tu empresa, es mía tu robaste mis acciones y ahora van a regresar conmigo. —Lo atacó Byul.

La expresión en la cara de su tío cambió, se veía que no se lo esperaba, pero rápidamente tomo el control de nuevo.

—No se de que hablas Byul, te críe como una hija cuando tus padres murieron y ahora por quien sabe que cuento que escuchaste vienes a reclamarme.

—No fue un cuento, y me cuidaste por conveniencia. Yo de tonta no revise nada, pero ahora tengo las pruebas, los documentos que confirman que tú tomaste mis acciones para tu beneficio.

Se Yoon la miró fijamente, su cara comenzaba a ponerse roja.

—Por favor Byul, no se de qué me hablas. No se cómo puedes decirme algo como esto, soy prácticamente tu padre. —El hombre sabía que teclas presionar en Byul.

—¡¡No te atrevas a compararte con mi padre!! —Le gritó la abogada. Se Yoon se sorprendió. —Tu solo te aprovechaste de una muchacha inocente, —Hizo una pausa. —pero ¿Sabes qué tío? Ya no lo soy más. —Le dijo y se acercó al escritorio del hombre. Solar la siguió, pero permaneció un paso detrás de ella.

—¡Esta empresa no es ni la sombra de lo que era antes! —Atacó Se Yoon y golpeó el escritorio con su puño. —yo la trabajé, la saqué adelante, tu la habrías destruido persiguiendo cualquier faldita idiota que vieras. Eres una cabeza hueca, ¡¡hubieras destruido el trabajo de tu padre!! —Le gritó Se Yoon.

 Byul retrocedió un paso.

 —¡¡Usted no tiene derecho a hablarle así!! —Intervino Solar.—Byul se ha sacrificado por esta empresa, trabaja duro por ella. Era solo una niña cuando sus padres murieron, usted sencillamente se aprovechó de eso, no merece ni siquiera estar en este edificio. —Le dijo Solar.

—Definitivamente te juzgue mal pobretona, sacaste tus cuentas y dijiste aquí tengo mi mina de oro. —Se levantó de la silla. —¿No ves Byul que se aprovecha de ti? —Le preguntó a su sobrina mientras señalaba a Solar.

—¡Ella es mi mujer y confío en ella como no puedo confiar en ti! —Le dijo levantando la voz. —Eres un ladrón que te aprovechaste de la desgracia de mis padres. Te queda grande sentarte en el escritorio de mi papá. —Le dijo con desprecio. —¡¡¿Por que tío?!! Dime, ¡¡¡¿Por qué me robaste?!!! —Le exigió Byul.

—Esto lo merecía más yo que tu papá. Él se quedaba con todo siempre, tenia una suerte de los mil demonios. —Le gritó a modo de explicación. —Yo vi primero a tu madre, pero cuando ella lo conoció se olvido de mi. La familia de tu madre le presté el dinero a tu padre para sacar adelante esta empresa porque nosotros teníamos apellido, pero estábamos quebrados. —Hizo una pausa, Byul lo escuchaba, pero no era suficiente justificación para ella. —Tu mamá no solo era bella, si no que tenía dinero y apellido, todo lo que yo busqué y tu padre se lo quedó. —De pronto se quedó absorto en sus pensamientos con la mirada fija en el escritorio. —Lo adoraba, nunca comprendí que vio en él. —Dijo Se Yoon lleno de amargura.

—¿Por eso me robaste? ¿Por que mi madre nunca quiso nada contigo? —Le preguntó Byul llena de incredulidad.

—Si me hubiera querido, si tu padre no se mete en mi camino, pero él solo me dio unas pocas acciones como premio de consolación. Cuando murieron fue solo una reivindicación de las cosas. La empresa quedó en mis manos, me toco cargar contigo porque lamentablemente no estabas en el auto con ellos, —Eso golpeó a Byul. —pero te acepté, te críe. —La señaló con gesto despectivo. —Tus acciones las tomé como pago por tomarte como mi hijo.

Byul no lo podía creer, su estómago estaba revuelto, sentía nauseas. Toda la explicación era un asco.

—Me mandaste a un internado que se pago con el dinero de mis padres, —Le Echó en cara. —nunca me viste y sólo me llamaste cuando lo necesitaste. —Le dijo Byul.

—Esas acciones no podían ser de una niña idiota como tu. —Le dijo torciendo el gesto. —Y si, las robé, pero yo las merezco más que tu. Te pareces tanto a tu padre, —Le reprochó. —eres tan arrogante y con tanta suerte como él. Tienes a Bo Ram, una mujer de clase loca por ti, hasta esta pobretona —Señaló a Solar. —se ve que muere por ti, ¿Cómo puede una invertida como tu tener dos mujeres como ellas locas por ti? —Preguntó incrédulo.

Byul sintió lástima del hombre.

—Tío, estas mal, estas enfermo de poder. — Le dijo negando con la cabeza. Ya no aguantaba más, quiso zanjar todo de una vez. —Mira, la policía esta afuera, te llevaran detenido por robo. —Se Yoon tragó saliva. Conocía lo suficiente a su sobrina para saber que hablaba muy en serio. —Te recomiendo entregarte en forma pacifica y te pondrás las esposas en el auto policial, no habrá escándalos. Es todo lo que puedo hacer por ti.

—¿Llamaste a la policía? ¿Para arrestarme a mí? Eres una basura. —Le dijo con desprecio.

Con un rápido movimiento, Se Yoon sacó un arma de su escritorio y le disparó a Byul. Todo paso muy rápido.

Solar había estado esperando cualquier acción del tío de Byul, así que estaba muy alerta y apenas lo vio sacar el arma se lanzó sobre Byul y la tiró al piso cubriéndola con su cuerpo. Para ella todo fue en cámara lenta. Para Se Yoon fue muy rápido, pero se quedó en shock por unos segundos, el tiempo suficiente para que los oficiales de la policía entraran a la oficina y le quitaran el arma. Rápidamente lo inmovilizaron, le pusieron las esposas y lo sacaron de la oficina.

Byul sólo escuchaba las voces lejanas de SuHo y Irene llamando a una ambulancia y diciéndole que todo estaría bien, pero ella solo veía el cuerpo de Solar en sus brazos. Se miró las manos y vio sangre en ellas. Era de Solar de su amada Solar que no se movía, no la miraba. Estaba como dormida en sus brazos.

—¡¡¡Solar!!! —Gritó Byul estremeciéndola para intentar despertarla.

Fue un grito desgarrador que le salió del alma, no podía creer lo que estaba pasando. Debía ser un sueño. Una pesadilla. Necesitaba despertar, no podía estar perdiendo lo que más ama de nuevo. No esta vez. Volvió a gritar su nombre con toda su alma, le pidió a Dios que la salvara, que se la llevara a ella, pero no a su amada. Ella tenía que vivir, tenia una vida por delante.

“¿Por qué Solar? ¿Por qué eres tan terca? Esa bala era para mi no para ti”.

Las lágrimas inundaban su rostro.

—Solar por favor mírame, despierta mi amor, estoy aquí, soy Byul. —La estremecía con cuidado esta vez, pero Solar seguía inconsciente. — Dios por favor, no me la quites, no te la lleves a ella también, dame una oportunidad de ser feliz. Yo la amo, la amo con todo mi corazón. —Decía Byul mientras lloraba.

Todos miraban la desgarradora escena sin saber qué hacer.

—Solar mi amor quédate conmigo no me dejes, yo te amo. —Volvió a decir Byul y la abrazó mientras lloraba.

—Yo también te amo. —Pronunció Solar con una voz quebrada y apagada.

—¡¡Mi amor!!! —Byul sonrió. —Estas bien, te pondrás bien. —Le dijo Byul mientras la acunaba en sus brazos.

Solar trató de moverse pero su brazo le dolió y se sintió mareada. Sin embargo, su cuerpo estaba respondiendo y eso era lo que importaba, no podía dejar a Byul no podía dejarla sola de nuevo.—No te muevas Sol. —Le pidió. —

¡¡¡¿Dónde diablos están los médicos? ¿La ambulancia?!!! —Gritó Byul desesperada.

—Están llegando. —Le dijo Irene. — Cálmate Byul, ya van a atender a Solar.

Solar permanecia en el suelo sostenida por la abogada.

—Cálmate mi amor, estoy bien creo que solo me desmaye. —Le dijo Solar —Solo me duele el brazo. Byul no podía parar de llorar, escuchaba la voz de Solar, pero necesitaba que la revisara un medico, sólo así ella podría confiar en que estaba bien. En ese momento entraron los paramédicos y se acercaron a Solar.

—Señora, es necesario que se aleje de ella para que podamos atenderla. —Le pidió unos de los hombres.

—Ven Byul, —Le pidió Irene tomándola del brazo. —vamos a dejar al señor revisar a Solar.

Byul se levantó no muy convencida, pero aceptando que Solar necesitaba atención.

Un par de minutos después los paramédicos daban su diagnóstico.

—Vamos a trasladarla a una clínica. — Anunció un paramédico. —Parece que la bala le dio en el brazo entró y salió limpiamente, pero es necesario que verifiquemos todo, así que necesitamos llevarla a una clínica.

—Claro que si, llévenla a la clínica, la mejor. —Ordenó Byul. —No se preocupen por los gastos, voy con ustedes.

—¿El familiar directo de la señorita? — Preguntó el paramédico.

—Seré su esposa en poco tiempo y si me aleja de ella créame que quien necesitará una clínica será usted. —Dijo Byul entre dientes.

El paramédico tragó saliva, pero más allá vio amor en los ojos de Byul y la desesperación que sentía, no era el protocolo a seguir, pero no dijo nada y se fueron a la clínica.

 

Byul caminaba de un lado a otro, se sentía como un león enjaulado, nadie venia a decirle como estaba todo. Solar había entrado consiente hasta le dio un beso antes que se la llevaran, pero ella necesitaba estar segura. Se sentía tan inútil, esa era una de las cosas que el dinero nunca podría comprar y por eso su valor tan sugestivo, pero lo importante realmente era el amor, la familia tal como se lo dijo su padre.

Los padres de Solar entraron a la sala de espera donde estaba Byul.

—Ya decía yo que mi hija estaría mal contigo, —Soltó el padre de Solar en cuanto la vio. —si le hiciste algo te mato. —La amenazó.

Byul no estaba de humor para soportar al hombre.

—Que descaro el suyo de venir a decirme eso. —Le dijo con desdén. —Mire, en este momento no ando de buenas pulgas, no me haga que lo mande a meter preso de nuevo.

Después de eso el padre de Solar se apartó y se sentó en un sofá de la clínica malhumorado. Sin embargo, Byul no dejaba de pensar en que el hombre tenia razón, si Solar no hubiera estado con ella en este momento estaría bien, si le pasaba cualquier cosa a Solar nunca se lo perdonaría.

—¿Cómo está mi hija. —Preguntó la madre de Solar que se había acercado a Byul, pero pérdida en sus pensamientos no se había dado cuenta.

—Está bien, pero la están revisando y estoy desesperada porque salgan a confirmarme que todo esta bien. —Le respondió Byul.

La mujer asintió y bajó la mirada por unos segundos y luego la miró.

—Mire, usted parece quererla. Ella nos está pasando una pensión y se lo agradezco. —Le dijo en voz baja y con tono amable. —No quiero pelear con usted, pero comprenda que no era lo que esperaba para mi hija. —Le dijo la madre de Solar. 

Byul comprendió por qué Solar aunque no pagaba ningún gasto en la casa, nunca se compraba nada. Estaba enviando el dinero a sus padres.

“Es tan buena mi mujer, —Pensó Byul— y tan tonta también. Ella no necesita pasar ninguna necesidad. Esto es algo que tiene que quedar claro, pero no ahora después que Solar esté bien”.

—Mire, señora me casare con su hija, la amo con todo mi corazón, la cuidaré y le daré todo lo que necesite, pero sobre todo, planeo hacerla feliz por el resto de mis días. —Le dijo Byul. La mujer se sorprendió. 

—¿Casarse? Eso es pecado, totalmente pecado. —Le dijo la mujer casi horrorizada. 

MoonByul comprendía a la mujer.

 —¿Qué tal si nos olvidamos de ese pecado que usted nombra, felicita a su hija por su compromiso, deja de discutir con ella y yo triplicare esa pensión que están recibiendo? —Le ofreció la abogada. —Piénselo por favor. —Le pidió y se alejó un poco para dar por terminada la conversación.

La madre de Solar se fue a sentar al lado de su esposo justo cuando llegaba Jung Hwan sollozando y preguntando por su hermana.

—Tranquilo, está bien. Le aseguró Byul. 

—¿Pero por qué está aquí si esta tan bien? 

—Necesitan chequearla y eso me tiene loca porque no salen a decir nada y me siento tan impotente.

Jung Hwan pudo notar que Byul también estaba afectada por la situación.

—Disculpa, estoy alterado por la noticia, pero sé que tu también estas sufriendo mucho por esto. —Le dijo Jung Hwan. 

Byul asintió.

 —Pues si, lo estoy. 

—Mira, no es momento pero quiero que te quede bien claro. Adoro a mi hermana y si la lastima de la forma que sea, acabaré contigo. —El hermano daba la cara.

—No esperaba menos de ti, parece que eres el único que quiere a Solar de tu familia.  

Jung Hwan torció el gesto.

—Lo dices por mis padres de seguro. Mira, ellos la quieren solo que a su manera, —Le explicó. —viven en los cincuenta. Dales tiempo, entenderán y aceptaran, ya veras.

En ese momento salió una doctora. Les explico que Solar había tenido mucha suerte, que la bala había entrado y salido limpiamente de su brazo, que había perdido algo de sangre y que ahora se estaba recuperando.

—Doctora, ¿Podemos pasar a verla? — Pregunto Byul.

—Si pueden pasar, pero de uno en uno porque está algo débil.

Byul salió disparada hacía a la habitación de su amaba, necesitaba saber que estaba bien. El padre de Solar se movió para detenerla, pero Jung Hwan lo detuvo. 

 

—Solar, ¿Estas bien mi amor? —Le preguntó Byul y comenzó y tocarla para ver si estaba bien. 

Solar sonrió.

—Mejor ahora que siento tus manos en mi cuerpo. —Le respondió Solar.

—Solar, respóndeme, ¿Estás bien? —Volvió a preguntarle Byul muy sería.

Fue cuando Solar se percató que MoonByul estaba realmente preocupada y que verla no la tranquilizaba.

—Si cielo, estoy bien, de verdad estoy bien. —Le aseguró Solar.

Byul respiró profundo.

—Gracias a Dios. —Murmuró mirando al techo de la habitación, era lo más parecido al cielo que tenía cerca. Volvió a mirarla. —No me lo hubiera perdonado nunca.

—No fue nada amor, sólo me desmayé por el susto y no es tu culpa Byul.

—El susto y la bala Solar, —Soltó Byul. —va a pagar por atreverse a dispararle a mi futura esposa. —Los ojos de Byul hervían por la rabia.

—Escucha Byul, déjalo así. Vamos a ser felices, deja que la ley se encargue por favor.

Las palabras fueron interrumpidas porque entraron los padres de Solar y Jung Hwan con cara de “no pude hacer nada para detenerlos más tiempo”.

—¿No escucharon a la doctora? Las visitas son de uno en uno. —Les dijo Byul.

—Déjalos, —Le pidió Solar. —no pasa nada, estoy bien.

Byul con resistencia y enfrentando con la mirada al padre de Solar se apartó un poco.

—Hija, ¿Cómo estas? ¿Seguro estas bien? —Le pregunto preocupada su madre.

—Puedes regresar a casa Solar, estarás mejor con nosotros. —Dijo el padre de Solar.

Byul quería patear al hombre, pero tenia que soportarlo por Solar. Era su padre y a fin de cuenta ella lo quería.

—Hermanita, ¿Estas bien? —Le preguntó esta vez Jung Hwan. Solar sonrió. 

—Si, estoy bien.

Las palabras fueron nuevamente interrumpidas, pero esta vez por Irene, SuHo y Yunho que entraron a la habitación.

—Listo, el asunto esta cerrado. —Anunció Yunho de inmediato.

Byul asintió agradecida.

Irene y SuHo se acercaron a Solar.

 —Queremos que seas la madrina de nuestro hijo. 

Solar sonrió y comenzó a llorar de felicidad.

—Claro que si, con todo gusto. —Aceptó Solar.

—Bueno, como les dije antes, reuniones extrañas la de ustedes. —Dijo Yunho y Irene, SuHo, Byul y Solar rieron. —Ahora dame la grabadora Byul y me voy a seguir trabajando, no todos somos millonarios. —Byul le sacó la lengua mientras le entregaba la grabadora. —Me alegro Solar que estés bien y nos vemos en la boda porque ya me doy por invitado. —Le guiñó un ojo.

—Gracias Yunho, y claro que si, estas invitado. —Le dijo Solar.

—Tus padres y tu hermano también lo están. —Dijo Byul.

El padre de Solar guardo silencio aunque se le veía muy molesto.

—Si Solar, nosotros también iremos, —Dijo su madre mientras se acercaba a su esposo y lo tomaba del brazo. —a fin de cuenta somos tus padres. —Miró a Byul y asintió con agradecimiento. Byul le devolvió el gesto. Una silente tregua.

—Que feliz me hacen mamá, de verdad que si. —Dijo Solar que sabía que no sería fácil, pero era un inicio.

—Bueno hermanita, invita a algunas chicas guapas, no puedo seguir soltero toda la vida. — Intervino Jung Hwan guiñándole un ojo. Solar se rió.

Ahora fue el turno de entrar la doctora a la habitación y los sacó a todos indicando que la paciente debía descansar. Byul le dijo que no había forma que ella dejara sola a Solar y la doctora, muy compresiva, no puso resistencia en que se quedara. 

 

Había llegado la noche y Byul todavía estaba en la habitación de Solar. No había salido ni un minuto, afortunadamente Irene le llevó comida y un cambio de ropa. La que llevaba puesta estaba toda manchada de sangre.

La habitación era privada, con tv y todo lo que se podía tener en una clínica para hacerla lo mas cómoda posible para el paciente

Aunque Solar le insistió a Byul que se fuera a casa muchas veces para que descansara, ella se quedó.

—Byul, te estas durmiendo, lo sé. —Le dijo Solar.

—Dame un ladito, me acostare contigo.

—Pero si viene alguna enfermera se va a molestar, creo que no es permitido.

—Si te duele o te molesto no lo hago, pero no voy a dejar de acostarme contigo porque me regañe una enfermera.

Solar sabía que Byul no iba a ceder.

—Está bien cielo… Ven, acuéstate conmigo. —Le dijo y se hizo a un lado para darle espacio en la cama.

Luego que se acomodo lo mejor que pudo para no incomodar o lastimar a Solar, Byul le habló:

—Solar, mañana voy a salir. Voy a preparar muchos papeles para que los firmes, sin rechistar y sin preguntar, ¿De acuerdo?

—¿Qué papeles? —Quiso saber Solar. 

—¿Qué parte de no preguntar, rechistar, entre otros no comprendes? —Respondió Byul con fingida seriedad.

Solar se percató que la abogada bromeaba y le palmeó el brazo.

—¡Malcriada! Dime qué papeles son esos. 

—Derechos de decisiones si alguna u otra se enferma. Prepararé mi testamento y el tuyo, sección de acciones, derechos sobre hijos y algunos más que ahora no recuerdo. —Le explicó Byul. 

—¿Testamentos? ¿Acciones? —Solar no estaba preparada para tantas cosas. —¿Estás loca?

—Mira, cuando te hirieron no me dejaban entrar en la ambulancia, incluso si no fuera porque la doctora comprendió que somos pareja, ni información me hubieran dado y cuando dieron permiso de verte, tus padres estuvieron a puntos de entrar antes que yo. Si tenemos un hijo, al tener mi apellido, estaríamos cubiertos de una forma, pero necesito que tengas todos los derechos. —Hizo una breve pausa. —Por ejemplo, si yo muero tú debes heredar todo el dinero que a fin de cuentas será para nuestros hijos. Lo que podamos tener tu y yo será para ellos, así que tenemos que estar cubiertas, además quiero cederte una parte de mis acciones, es como firmar un acta de matrimonio, pero con más hojas.

—Byul, eres tan dulce. —Dijo Solar acariciándole una mejilla

 MoonByul vizqueó. 

—¿Dulce amor? —Resopló. —Soy abogado, no somos dulces.

—Si lo eres porque piensas en mi seguridad, en la familia. Estoy de acuerdo, pero sin la sección de las acciones. —Le dijo Solar.

—Solo unas pocas, tu necesitas sentirte dueña de la compañía. —De pronto Byul recordó algo. —Hablando de otra cosa, ¿Qué es eso de la pensión de tus padres Sol?

—Esas son cosas que yo debo atender, es mi responsabilidad. —Le dijo Solar.

—Se las triplique. —Dijo Byul con un tono que no admitía discusión.

—Byul no tengo trabajo ni sueldo, ¿Cómo lo voy a pagar?

—Lo pagaré yo, y si tienes sueldo, además de trabajo en la empresa de la familia y no discutas más. Vamos a dormir, estoy agotada. —Le pidió Byul mientras abrazaba a Solar con mucho cuidado de no lastimarla.

Se quedaron dormidas casi de inmediato, la una necesitaba el calor de la otra para sentirse completas y poder descansar. Mañana sería otro día y podrían revisar todas las cosas pendientes, pero ahora lo más importante era descansar.

 

 

Tal como había dicho Byul, a la mañana siguiente se fue. Eso le dio tiempo a Solar de hablar con sus padres que, aunque no estaban muy felices, se mostraban más receptivos con su relación.

En la tarde, Byul apareció con un montón de papeles y varios abogados. Si bien no estaba de acuerdo con todo lo que proponía Byul, entendió, tal como le había dicho Irene, ella era la abogado y sabia lo que era necesario hacer para que las dos estuvieran seguras, así que pues los firmó todos.

 

 

Solar se recuperaba rápidamente. Byul tomó la presidencia de la empresa, algunos accionistas se fueron por temor o porque sencillamente no soportaban a una mujer como Byul al mando. Irene y Byul invertían dinero comprando las acciones. SuHo seguía el juicio del tío de Byul detalladamente. Solar estaba encargándose de nuevos clientes, pero aunque estaban muy ocupadas, en la noche, en casa, planificaban su boda. 

Les costó tomar algunas decisiones de la boda que Solar siempre se las arreglaba para ganar sonsacando a Byul que disfrutaba mucho del juego, pues ella realmente solo tenia una condición y Solar la había aceptado sin problemas, pero era divertido ver a la mujer convenciéndola de cualquier forma, incluso con ropa interior. Ella seguía el juego de seducción de Solar para lograr la boda que quería, pero solo porque era muy divertido y excitante. Ella le daría todo lo Solar quisiera con tal de verla feliz.

 

 

El trabajo aumentaba y el juicio avanzaba, pero los vientos soplaban a su favor. El día de la boda estaba cada vez más cerca y Solar y Byul estaban radiantes de felicidad, tal vez eso era lo que hacía que todas las novias fueran tan hermosas, la felicidad de unirse con el ser amado.

Al fin, el tan esperado día había llegado. La condición de Byul era que lo realizaran en la playa. Solo los más cercanos estaban presente, Irene, SuHo, jung Hwan, Yunho. Los padres de Solar y algunos pocos compañeros de trabajo.

El menú estaba dispuesto de acuerdo a todo lo que le gustaba tanto a Byul: Camarones, langostas, mejillones, todo del mar. Vinos y whisky como bebidas principales. Había antorchas por todos lados, todo estaba de blanco. La decoración era impecable, todo se veía como recortado de una revista pensó Solar. Para el poco tiempo que habían tenido, todo estaba hermoso, aunque con tal de casarse con Byul, lo hubiera hecho debajo de un puente.

—Hermanita estas muy bella, esa mujer tiene mucha suerte. —Le dijo Jung Hwan a Solar.

—La suerte la tengo yo Jung Hwan. —Le respondió Solar sonrojándose un poco.

Solar llevaba puesto un vestido blanco playero sin mangas que se ajustaba en la parte superior del cuerpo y luego la tela caía hasta tapar sus pies. Iba descalza y tenía en sus manos un buquet muy pequeño de rosas blancas. El cabello lo llevaba recogido ligeramente adelante y luego suelto. Solo unas pequeñas perlas y el anillo de compromiso la adornaban. Esta lista esperando sólo el momento de unirse a Byul.

Mientras, en la otra habitación, Byul estaba hecha un manojo de nervios.

—Casarse debería ser más sencillo, —Iba de un lado a otro de la habitación gesticulando con sus manos. —alguien debería escribir un protocolo para parejas homouales. No sé si salir primero, no sé si debemos llegar juntas, si la paso buscando por su habitación, no sabía si la podía ver o no. Solar no quería que ninguna de las dos nos viéramos y cómo se supone que uno se casa así. 

—Byul, tranquila. —Le dijo Irene. 

—¿Tranquila? Me caso Irene y no sé si voy a meter la pata.

—¿Tienes los anillos? —Le preguntó SuHo. 

—¿Anillos? —Byul fruncio el ceño confundida. —Mierda, no los tengo. Los debe tener Solar.—Dijo Byul palpándose los bolsillos.

—Aquí me los dio. Byul, ¿Será que por un día de tu vida puedes ser ordenada?

—Gracias Irene, no se que haría sin ti. —Llegar en ropa interior que fue lo único que pensaste en comprar. —La chinchó Irene.

 Byul le sacó la lengua.

—Sé que este conjunto le gustara. —Le dijo Byul sonriendo con picardía.

—No se Byul, creo que eso espantaría a los invitados, no es usual casarse en ropa interior. — Le dijo SuHo.

—Byul, eres como mi hermana. —Le dijo Irene emocionada. —Solar es lo mejor que has podido encontrar, estas bellísima y todo estará bien. Te deseo que seas muy feliz. —Luego la abrazo fuerte y la besó en la mejilla. Fue el turno de SuHo.

—Yo te felicito también Byul, espero que seas feliz y de regalo de bodas te mande a decorar la habitación matrimonial tal como me indicaste. — SuHo le guiño un ojo a su amiga. 

Byul torció el gesto.

—Si es un regalo, ¿Por qué lo pague yo? — Le preguntó. SuHo sonrió. 

—Touché.

Byul y Irene también se rieron.

—Gracias chicos. —Byul se dirigió a sus amigos. —Ustedes son mi familia. Solar y ustedes son lo único que tengo.

Tanto Irene como SuHo asintieron sonriéndole, sabían que las palabras y el cariño de Byul hacia ellos eran sinceros.

Byul estaba vestida también de blanco, era un conjunto playero de dos partes que consistía en una blusa sin mangas con botones frontales y un pantalón suelto, diseñados ambos en una tela suave medianamente transparente. Llevaba cabello suelto.

Byul seguía impaciente, finalmente no aguantó más y salió, esperaría a Solar en la orilla de la playa para la boda. No espero mucho tiempo, porque pocos minutos después Solar salió acompañada de su hermano. Byul se quedó congelada al ver semejante belleza.

Aunque el cura dictó una ceremonia muy hermosa, ellas apenas lo escuchaban, estaban mirándose la una a la otra y diciéndose con la mirada todas esas palabras que no pueden ser pronunciadas.

Llegado el momento, Byul colocó el anillo de bodas en el dedo de Solar y ésta hizo lo propio con Byul. Después de eso no soltaron sus manos por el resto de la ceremonia.

—Moon Byul Yi, ¿Aceptas a Kim Solar como esposa para amarla, respetarla y cuidarla por el resto de tu vida? —Preguntó el cura.

 —Si, acepto. —Respondió Byul con la voz algo temblorosa.

—Kim Solar, ¿Aceptas a Moon Byul Yi como esposa para amarla, respetarla y cuidarla por el resto de tu vida?

—Si, la acepto. —Fue la respuesta de Solar. El cura las declaró mujer y mujer. —Pueden besarse.

Solar y Byul unieron sus labios dulcemente. Todos aplaudieron.

Byul le habló en voz baja.

—Solar, ahora se como se siente ser inmensamente feliz. Te amo para toda la eternidad. —Le dijo Byul y le dio un beso fugaz. 

Solar le sonreía embelecida. 

—Tú me haces muy feliz Byul y yo también te amare por toda la eternidad.

Se besaron nuevamente, pero con mayor intensidad ya que ese beso cerraba una promesa. Una promesa de amor eterno que perduraría siempre en el corazón de Solar y Byul.

“Nos amaremos por siempre”

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

:V el final de esta historia sensualona gracias a aquellos que habeis comentado muchas gracias por aacompañame en esta corta historia los espero en la siguiente historia llamada REVENGE Chao beibes!!