La abogada se giró un poco hacia su amiga.
—¿Así que llevando el trabajo a casa Irene? —preguntó conociendo muy bien como era su amiga en cuanto al trabajo. —Pobre chica, en su primer día. —Se compadeció MoonByul de Solar.
—Cállate MoonStar. —Le pidió Irene mientras le sacaba la lengua. —Y disculpa Solar por no presentarte adecuadamente a Byul, es que ella llega como un vendaval y no le da tiempo a uno de ser educado. —Dijo mirando de reojo a su amiga quien al escucharla, se llevó una mano a su pecho como si sus palabras la hubieran herido profundamente. Irene volvió a sacarle la lengua.
     Todos rieron ante el gesto malcriado de Irene. MoonByul tomó un trago sonriendo y aprovechó el momento para mirar sobre el vaso un poco más a Solar, quien de nuevo había vuelto su atención al archivo. Luego de tomar el trago y bajar el vaso,seguía contemplando a Solar. Está levantó la cabeza de pronto y se encontró con esa mirada color cafe que la había cautivado. Sorprendida infraganti sonrió a Solar y se volvió hacia Irene. 
       —Y bien, ¿Qué vamos a cenar? muero de hambre. —preguntó pasando su mano sobre su estómago para dar énfasis a sus palabras.
       —Byul, no sabía que vendrías a casa. — respondió Irene sin despegar la vista de los documentos que tenía entre sus manos.
        —Tu esposo me invitó. —Dijo MoonByul mirando impasible a Irene. Ésta miró a su esposo quien de pronto estaba muy interesado en unos libros. Irene, negó con la cabeza sonriendo mientras volvía su mirada hacia MoonByul.
        —Como siempre tengo comida para ti, lo que no se es si será suficiente, —Dijo Irene. — comes demasiado.
     Solar escuchaba la conversación y se sintió inmediatamente fuera de lugar, no sabia que fuera tan tarde. Se había concentrado tanto en el trabajo, que no se había percatado de la hora. 

       —Ya es tarde, es mejor que me marche, — Dijo Solar mientras colocaba unas carpetas de nuevo en el archivo y se levantaba. —si me dices dónde hay una parada de autobuses, te lo agradeceré Irene.
       —No, por favor, vete en taxi y lleva la factura a la compañía, yo me encargaré que te reembolsen el dinero. —Le dijo Irene.
     Solar se sonrojó notablemente, no tenía suficiente dinero para pagar un taxi, pero no planeaba decirlo ante estas personas.
       —Me da un poco de temor tomar un taxi sola, así que prefiero el transporte público.
     MoonByul no paso por alto la expresión azorada y sonrojo de Solar; no por algo era tan buena abogada. Sabia leer a la gente, por eso intervino inmediatamente.
       —Solar, por favor, permíteme llevarte a casa. Por aquí no pasa el transporte público y ciertamente es muy tarde para que te vayas en taxi, no es bueno para la imagen de la compañía ponerte en ese riesgo. —Dijo tratando de sacar a Solar de la situación sin ponerla en evidencia.
     MoonByul miró a Solar pidiéndole tácitamente que aceptara la propuesta. La pasante volvió a sonrojarse.
       —Bueno, ya que Byul te va a llevar a casa, cena con nosotros Solar, por favor. —Le pidió Irene. A Solar no le quedó más que aceptar.
       —Espero no sea una molestia. —dijo Solar. —No, por favor, sólo denme unos minutos para dar las instrucciones a María en la cocina. — Dicho esto Irene salió de la habitación en dirección a la cocina.
     Solar se giró hacia MoonByul sonriéndole casi tímidamente y agradeciéndole también, tácitamente, su gesto.
—Byul, voy por otro whisky, ¿Te apetece otro? —Ofreció SuHo.
—Por supuesto. —Le contestó MoonByul devolviéndole el vaso ya vacío. —¿Quieres algo de tomar Solar? —No, muchas gracias. —respondió sonriéndole amablemente.
     SuHo también salió de la habitación.
     MoonByul no podía dejar de mirar a Solar, la mujer era bella, demasiado bella. Tenía un cuerpo moldeado por los dioses, todo estaba en su lugar y en buenas proporciones. Con sólo mirarla sentía que su cuerpo se tensaba.
     Parecía una chica honrada, y también orgullosa; pudo decir que necesitaba dinero para pagar el taxi y Irene se lo hubiera dado pero no se fue por ese camino. MoonByul estaba segura de que se habría ido caminando sino se hubiera ofrecido a llevarla. Era humilde, pero no estaba dispuesta a usar eso para ganar puntos en el trabajo, ni tampoco para inspirar lastima.
     Solar había vuelto a sentarse y revisaba unos documentos mientras MoonByul permanecía en silencio en la habitación; estaba consciente de su presencia y que la mujer la miraba de vez en cuando, aunque intentaba disimularlo. Solar lentamente se giró hacia MoonByul, un poco para sacudir la leve inquietud que la mirada de la abogada le producía.
     MoonByul la miraba a los ojos, esos ojos cafes como la miel mas pura y apenas pudo reaccionar cuando Solar le habló.
       —Gracias, le agradezco mucho su ofrecimiento, no quería causarte molestias. —Dijo Solar tímidamente.
       —No, por favor, —MoonByul descarto el agradecimiento con un gesto con la mano. —nunca es una molestia llevar a alguien que lo necesita a su casa, además sería muy poco responsable dejarte ir sola a esta hora.
       —Yo sé por qué lo haces, te diste cuenta, ¿Verdad? —Dijo Solar mirando a los ojos a MoonByul con orgullo.
     Astuta como todo abogado, MoonByul cubrió de nuevo las evidencias.
       —No sé de qué hablas, —Frunció el ceño para hacer más consistente sus palabras.

       —hay una linda chica que necesita llegar a casa y yo puedo llevarla. Es una de las cosas que mi padre me enseño. —Concluyó MoonByul sonriéndole coqueta a Solar y guiñándole un ojo.
     Esto definitivamente no lo decían ninguna de las revistas que Solar había leído. Moon Byul Yi era un caballero con armadura y todo, además tenía los ojos azules más lindos que había visto en su vida, profundos y serenos como el mar.
 

       —No es bueno espiar. —Le susurró SuHo a Irene al oído.
Irene se sobresaltó.
       —¡Me asustaste tonto! —Le dijo está golpeándolo en el brazo y también susurrando. — además, no espío, sólo trato de entender qué pasa. Te confieso que inicialmente pensé que Byul estaba tramando algo y me molestó mucho, esa chica es buena de verdad, pero ahora que lo veo bien, actúo de muy buena fe.
       —Vamos Irene, deja de hacer de cupido, MoonByul puede encontrar el amor sola. —Le dijo a Irene sabiendo de la insistencia de su esposa por meter a MoonByul en una relación seria. 

       —SuHo, por favor, MoonByul no puede encontrar ni sus pantaletas sola y menos el amor.

       —No sé amor, creo que MoonByul usa calzoncillos. —Dijo SuHo y sonriendo.
Irene lo golpeó de nuevo, pero esta vez en el hombro por su intento de chiste. Luego de esto entró en la habitación donde estaban Solar y MoonByul:—Bueno chicos, a comer, la cena está servida.
 

     El comedor era grande y muy bien decorado con un estilo clásico pero sencillo que dejaba ver dos cosas: el buen gusto de Irene y, claro, la inversión de una buena suma de dinero.
     La comida estaba caliente y el olor hacia despertar todos los sentidos. Irene estaba sirviendo el plato de SuHo. Solar hacía lo propio con el suyo cuando miró a MoonByul; pudo notar de inmediato que la mujer de ojos azules esperaba a que Irene terminara de servirle a su esposo para que le preparara su plato. Aunque le pareció tonto y algo malcriado, comprendió que era una mujer acostumbrada a que la atendieran, incluso a Solar le sorprendió que no viniera alguien a servirles la comida, porque de segura que Irene no había cocinado, así que supuso que era para mantener su intimida y entonces, casi sin darse cuenta, lo hizo. Ella tomó plato de MoonByul y comenzó a servirle, no se dio cuenta de lo que había hecho hasta que puso el plato frente a la abogada, quien la miraba algo perpleja.

       —Si algo no te gusta, puedes dejarlo en el plato. —Le dijo Solar a MoonByul. Fue cuando realmente se dio cuenta que todos la estaban mirando y enseguida se sonrojó frenéticamente. 

     Para sacar un poco del apuro a Solar, MoonByul dijo:

       —Eso es imposible mi querida Solar, yo como de todo, —Le aseguró. —muchas gracias. — Sonriéndole y definitivamente mostrándole agradecimiento con la mirada.

     Después de eso, Solar no se atrevió a levantar sus ojos del plato y sólo se preguntaba por qué había hecho eso, pero no lograba encontrar ninguna respuesta.
 

     La cena había terminado entre risas y comentarios sobre trivialidades del trabajo y la vida diaria de los cuatro. Luego habían tomado un café y, finalmente, MoonByul y Solar, al ver lo tarde que era, se dispusieron a partir.
     Irene y SuHo las despidieron en la puerta agradeciéndoles la compañía y pidiendo que se repitiera la ocasión. MoonByul y Solar se dirigieron al auto.Solar admiró en silencio el auto deportivo, azul oscuro de dos puertas. Los vidrios eran completamente negros. Solar no sabía nada de autos, pero ese definitivamente era un carro de lujo. En su momento SuHo había felicitado MoonByul por la adquisición de su Aston Martín Volante, Serie One-77
     MoonByul le abrió la puerta del coche a Solar, algo que la sorprendió gratamente y subió al auto. Por dentro, el coche era todavía más lujoso y hermoso, para ella era casi una nave espacial.
     MoonByul cerró la puerta y dio la vuelta al auto para tomar su asiento. Al acomodarse, presionó un botón y del frontal del auto se desplegó una pantalla.—¿Me das tu dirección para colocarla en el GPS, por favor? —Le pidió a Solar que miraba la pantalla totalmente embelecida. Esta tardó unos segundos en responder.
       —¿Qué tal si te digo dónde está la pada de autobuses más cercana? —Preguntó Solar sintiéndose preocupada. —No puedo imaginar un auto como este paseando por mi calle.   MoonByul se rió.

       —Pues imagínalo chica lista, porque eso va a pasar así que dame tu dirección. —Le volvió a pedir. Solar se atrevió a mirar a la abogada a la cara y al ver la determinación de la mujer, se dio cuenta que Moon Byul Yi no jugaba, así que no valía la pena discutir. Rendida, le dio su dirección.
     Una vez que MoonByul la cargó al sistema del GPS, se desplegó un mapa que le indicaría que dirección seguir para llevar a su auto hasta la casa de Solar. La pasante no sabía por qué, pero esperaba que su novio no estuviera esperándola en casa.

     El auto rugió y aceleró a una velocidad que supera por mucho el nivel permitido. “Esta mujer está loca —pensó Solar—, quiere matarse y a mí con ella también”.
     Solar fue presa del pánico.
       —¡Por dios, baja la velocidad! —Gritó Solar, sosteniéndose casi fieramente de donde podía, a pesar de estar clavada en el asiento del auto. MoonByul giró la cabeza y sólo le sonrió.
       —Manejo muy bien, tranquila. —Le aseguró.—No, no, no, baja la velocidad, por dios,
vas demasiado de prisa. —Volvió a pedirle Solar a MoonByul con desesperación.

     Entonces lo que Solar no esperaba, ocurrió. MoonByul bajó la velocidad. No era nadie para que una miembro de la familia Moon hiciera caso a una petición de ella.   Lo que esperaba era que la abogada la bajara de su auto y le dijera que se fuera en caminando si así lo quería, pero la mujer de ojos azules no solo bajo la velocidad, sino que además, tendió su brazo derecho y le tomo la mano, tratando de tranquilizarla.
      —Tranquila, estás conmigo, —Le dijo MoonByul sonriéndole amablemente. —¿Te parece bien así? —Había bajado la velocidad del auto notablemente.
     Una corriente eléctrica recorrió el brazo de Solar, aturdiéndola por completo. Imaginó que era por el susto de la alta velocidad, así que trato de sentir la tranquilidad que el toque de MoonByul había tratado de transmitirle. No le dio importancia a la cálida y fuerte sensación que había recorrido su cuerpo segundos antes.
     Llegaron a casa de Solar bastante rápido. MoonByul detuvo el auto e intentó bajarse para abrirle la puerta, pero Solar la detuvo sujetándola por el brazo, no era seguro para ella bajar de un auto así en su calle.

       —Por favor no te bajes, —Le pidió Solar a la abogada. —se abrir la puerta del auto y además, no es seguro para ti.
     —Sé que sabes abrir la puerta. —Le dijo MoonByul y sonriéndole —Y te agradezco la preocupación. Sabría defendernos a ambas, pero no quiero causarte más angustias de las que ya te causé por mi manera de conducir. —MoonByul pareció bastante apenada por esto último. —Así que está bien, no bajaré del auto, pero si esperaré a que entres a la casa. Solar que ante eso no iba a haber argumento alguno.

       —Está bien. Bueno, gracias por traerme, no sabes cuánto te lo agradezco. —MoonByul le sonrió.
       —No tienes que agradecerlo Solar. Me alegra traerte a casa segura. —Le dijo MoonByul a Solar mirándola con intensidad. Solar de pronto se sintió turbada. 

       —Buenas noches, MoonByul,  hasta mañana. — Dijo Solar  intentando mostrar una tranquilidad que no sentía.

       —Buenas noches Solar dulces sueños. Solar le sonrió y finalmente bajó del auto. Cuando salió se preguntó si debió despedirse con un beso en la mejilla, pero luego pensó que no era buena idea, supondría un abuso de confianza. Moon Byul Yi era la abogada en jefe de la compañía donde ella llevaba a cabo sus pasantías, debía saber mantener cada cosa en su lugar.
     MoonByul esperó a que Solar entrara a la casa para poner en marcha el auto. Mientras conducía a casa iba pensando en Solar. No podía dejar de pensar en ella, pero también se dio cuenta que tal vez para la chica conocerla, no fue definitivamente lo mismo. “Ni un beso de despedida me dio cuando se bajó”, pensó MoonByul torciendo el gesto.

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​Hasta la próxima  actualizacion beibes :V