Capítulo Cuatro

VERDADERO AMOR (ADAPTACIÓN TAENY)

 

—Qué locura de semana —suspiró Tiff, mientras se quitaba los zapatos y se dejaba caer en el sofá de la sala de estar.

 

Normalmente solo trabajaba los días laborables, pero Nicol Jung había estadofuera de la ciudad el fin de semana, porque

tenía un viaje planeado desde mucho antes que la tórrida ola de calor apareciera en el parte meteorológico. Las

sofocantes temperaturas instaron a los residentes de Dallas a huir de sus abrasadoras cocinas y desplazarse en

manada al fresco y relajado restaurante Lakeside. Tiff no se fiaba de dejar a su gerente adjunta sola al frente de tanta

gente, ya que tenía menos experiencia, así que estuvo trabajando desde primera hora hasta el cierre, tanto el sábado

como el domingo. Aunque agradecía que el negocio fuera viento en popa, también se alegraba de que la semana hubiera

acabado y de que Nicol volviera a estar al pie del cañón el lunes por la mañana.

 

No pensaba hacer nada de nada, salvo hacer el vago en ropa interior durante los dos días siguientes. Puede que hiciera

el esfuerzo de salir de casa para ver a Taeyeon. El relajado almuerzo de la semana anterior se le antojaba muy lejano y

no había vuelto a saber nada de ella. Se imaginaba por qué: seguramente Taeyeon se pasaba el día respondiendo a

los correos acumulados con su aventurilla internauta. Tiff se levantó del sofá y fue a la cocina a por una copa de vino. La

había reformado hacía varios años, cuando rediseñó toda la casa; tenía ollas y sartenes de cobre colgadas del techo,

complementadas por una cocina Viking y un horno empotrado. Los numerosos armarios de cocina exhibían una

colección de colorida vajilla Fiesta y reluciente cristalería Riedel.

 

Tiff sacó una copa de uno de los armarios y cogió una botella de Santa Margherita de la nevera para vinos que tenía en

la encimera. Se sirvió una copa generosa de pinotgrigio y encendió el equipo de música Bose. El último disco de las

Indigo Girls empezó a sonar y llenó la estancia con sus melodías desenfadadas. Tiff se sentó en la robusta mesa de

madera de la cocina y dio un sorbo refrescante de vino mientras contemplaba las luces parpadeantes de su ordenador

portátil. Llevaba toda la semana sin leer su cuenta de correo personal y sabía que tenía mensajes nuevos. No estaba

segura de por qué había aplazado el momento de leerlos. Sí, había estado liada en el trabajo, pero no tanto. Y tampoco

era que fueran a saber que tenía harina en el pelo y la camiseta manchada de salsa de frambuesa mientras respondía.

 

Abrió la tapa del portátil y la pantalla volvió a la vida. Al principio se había mostrado recelosa respecto a dar su cuenta

de correo personal en la página web, porque suponía que se le llenaría la bandeja de correo no deseado o, aún peor, la

seguiría algún acosador electrónico. Pero en verdaderoamor.com usaban un sistema confidencial y nadie tenía acceso a

su dirección de correo. Dependía enteramente de ella dársela a alguien cuando se conocieran. Inició sesión en su

cuenta y escaneó sus mensajes antes de ocuparse de un par de correos rutinarios. En ningún momento perdió de vista

las respuestas de verdaderoamor.com, que la esperaban como si fueran un campo de minas. Insegura sobre lo que

estaba a punto de detonar, se planteó borrarlos todos y borrar su perfil. ¿Era sensato exponer su ordenada vida a los

caprichos del destino? Inspiró hondo y se dispuso a averiguarlo.

 

Querida Chica del Lago:

Me gusta tu nombre. Supongo por tu perfil que vives cerca de alguno de los lagos que rodean Dallas. Yo también y me encanta. Adoro la pesca y paso todo mi tiempo libre en mi barca, a ver si cojo una buena pieza. Busco a una mujer a la que no le asuste el sol, sepa ponerle el cebo al anzuelo o quitarle las escamas al pescado. Cocinarlo, eso sí, es algo que podemos hacer juntas. ¿Qué te parece? ¿Te apetece ir de pesca fuera de la red?

Espero saber pronto de ti.

BuenaPieza

 

Tiff se rio a carcajadas. ¿De verdad BuenaPieza había leído su perfil antes de escribirle? Tiff clicó en el enlace del perfil

de su admiradora. Había varias fotografías de una joven butch, de complexión atlética y esbelta, en posturas diversas,

con la intención aparente de ilustrar lo capaz que era manejando barcos y aparejos de pesca. Vale, no estaba mal, pero

lo que Tiff entendía por pasar un buen rato no incluía meter gusanos y bichos en un anzuelo y pasarse horas sentada a

la espera del pez gordo de turno. Fue a borrar el correo, pero se detuvo. No le interesaba la pesca, pero quizá tenían

otras cosas en común. A lo mejor debería contestarle y ver qué tal. Pero ¿y si a aquella mujer solo le interesaba la

pesca? Tiff preferiría que le clavaran lanzas en la cabeza antes que escuchar batallitas de pesca.

 

Mientras pensaba, sonó el teléfono y la salvó de tener que decidir nada. Contestó y se sintió aliviada al reconocer la voz

de Marty, su hermano mayor.

—Hola, Tiff. ¿Qué tal?

 

—Pues mira, dándome la gran vida —bromeó ella.

 

—Lo imaginaba. Siempre te dije que el restaurante sería la puerta a una vida llena de lujos. ¿Qué haces con tanto

tiempo libre? —la pinchó Leo.

 

Los dos sabían de lo que estaban hablando, porque sus padres habían llevado un restaurante en Dallas Este durante

años. Tiff, Marty y sus demás hermanos habían pasado muchas horas después de clase y los fines de semana

haciendo de camareros, lavando platos y ayudando en la cocina. Cuando acabaron la universidad, sus hermanos habían

jurado no volver a poner el pie en un restaurante a no ser que tuvieran reserva, pero Tiff había adorado cada segundo de

la experiencia. Cuando terminó la carrera de Empresariales en la Universidad de Texas, volvió a Dallas Este para llevar el

restaurante tras la jubilación de sus padres.

 

Se quedó destrozada cuando sus padres murieron en un accidente de coche antes de poder hacer todo lo que tenían  planeado. Con su muerte, los buenos recuerdos del trabajo que habían compartido se hicieron demasiado dolorosos. Las paredes del restaurante se le caían encima, así que lo vendió y compró el terreno en donde pronto abriría el Lakeside Bar Terraza y Grill. Canalizó el dolor de la perdida en su nueva aventura profesional y halló consuelo en continuar con el legado de sus padres de servir a los vecinos de Dallas que buscaban buena comida en un buen ambiente.

 

— ¿Qué puedo hacer por ti, hermanito? —preguntó.

 

—Kahi quería que te preguntase si vendrás al cumpleaños de Junhui.

 

Tiff se acordó de que su cuñada le había enviado la invitación por correo, pero ella se había olvidado de contestar.

 

—Este sábado no, el otro, ¿verdad?

 

—Sí. Hemos alquilado una casa hinchable y haremos barbacoa en el jardín. No tienes que cocinar, servir ni lavar platos,

lo juro.

 

—Me encantará ir —aseguró Tiff—. Ya sabes que siempre hago acto de presencia como tía favorita. ¿Qué le compro?

 

—Cualquier cosa que tenga que ver con Spiderman le gustará. Me alegro de que puedas venir; hace tiempo que no te

vemos.

 

—Lo sé. Es verano —dijo, a sabiendas de que no tenía que explicarle a su hermano cómo era la temporada más

ocupada del año.

 

—Trae a quien quieras, si te apetece —añadió él—. ¿Sales con alguien?

 

—Muy sutil, Leo. No, no salgo con nadie. Si te parece bien a lo mejor llevo a Taeyeon. Creo que últimamente echa un

poco de menos a la familia.

Taeyeon estaba virtualmente sola y dependía de la familia Hwang desde el instituto, cuando su madre libró una larga

batalla contra el cáncer. Tiff recordaba pasar numerosas noches abrazando a su amiga mientras la señora Kim yacía en

la habitación contiguancon los trabajadores de la clínica que la ayudaban a hacerse a la idea de su inexorable muerte.

Entre medio de las agotadoras visitas al lecho de su madre, Taeyeon había pasado muchas horas en casa con Tiff.

La vida en el hogar de los Hwang era ajetreada pero relajada. Los padres de Tiff siempre habían querido que los amigos

de sus hijos se sintieran como en casa, y como  resultado la casa siempre estaba llena de adolescentes. Tiff sabía que

para Taeyeon los Hwang eran como unos segundos padres y que su casa era la suya. Ya en la universidad, las cosas

no cambiaron y Taeyeon pasaba muchos fines de semana en casa de Tiff, haciendo la colada y comiendo comida

casera. Tantos años de familiaridad habían otorgado a Tiff la capacidad de leerle la mente a su mejor amiga. Percibía

cuándo Taeyeon estaba rememorando la pérdida no solo de su madre, sino también de los padres de Tiff. Por esa

razón, Tiff decidió que le convenía pasar el día con la familia Hwang.

 

—Que se venga —dijo Leo—. Solo me preguntaba si ya tenías a alguien especial.

 

—Bueno, si te soy sincera, estoy buscando, pero es un proceso lento.

 

—Si buscas entre las cuatro paredes del Lakeside, apuesto a que sí que será lento. Tendrías que salir más.

 

—Supongo que crees que eres el primero en darme ese consejo tan sabio. No te preocupes, hermanito: he expandido

mi búsqueda por Internet. Soo Young me ha convencido para apuntarme a una de esas páginas de citas que hay en la

Red. De hecho, estaba leyendo el mensaje de una candidata cuando has llamado.

 

—Vaya, cuando decides ponerte, te pones de verdad. ¿Y cómo es esa candidata? ¿Por qué no la traes a la fiesta?

 

—Caramba, Leo, ni siquiera nos hemos conocido. Todavía no sé si le contestaré.

 

Por lo que veo pasa todo su tiempo libre pescando y no me imagino poniendo cebo en los anzuelos y limpiando

pescado.

 

— ¿Y vas a quedarte sentada esperando a que aparezca la mujer perfecta o también vas a escribirle tú a alguna?

 

—No me agobies, que apenas acabo de empezar con el experimento.

 

—El amor verdadero no llega por sí solo, hermanita. A veces tienes que salir a buscarlo. Y otras veces, incluso hay que

luchar por él. Tiff sintió curiosidad ante la convicción con la que su hermano pronunció aquellas

palabras, pero decidió no darle importancia.

 

—Cuanto sea el momento adecuado, sucederá. Mira papá y mamá. Ellos no buscaban el amor, pero lo encontraron la

primera vez que se miraron a los ojos.

 

—Se querían, eso está claro. Pero esa historia sobre cómo se conocieron no incluye todas las complicaciones —la voz

de Marty sonó algo tensa—. Muchas veces las parejas recuerdan con nostalgia el día que se conocieron. Quieren que

coincida con la fantasía del amor a primera vista en la que a todos nos gusta creer. Pero la verdad es que enamorarse

puede ser un proceso arduo. Y luego, a la hora de seguir enamorado hay un montón de baches y obstáculos en el

camino.

 

— ¿Quién eres tú? —preguntó Tiff, atónita—. No te pega nada decir algo así. ¿Has estado viendo el programa de

Oprah? ¿Desde cuándo eres un entendido en materia de amor?

 

Tras un instante de silencio, Leo contestó con voz queda:

 

—Desde que Kahi y yo estuvimos viendo a un consejero matrimonial el año pasado.

 

Tiff respingó.

 

— ¿Qué demonios? Creía que estabais locos el uno por el otro.

 

—Lo estábamos. Lo estamos. Pero la locura no siempre basta para sobrellevar el día a día. Toda la pasión del comienzo

se desvanece muy deprisa cuando tienes que hallar el modo de conjugar tu vida con la de otra persona. Tienes que

averiguar dónde están los límites. Créeme, si no trabajas en el compromiso de buen principio, al final tendrás

que hacerlo. No te lo puedes saltar.

 

Tiff pensó en todo lo que habían sufrido Leo y Kahi para tener a su hijo. Estaba claro que sus intentos por ser padres

habían hecho mella en su relación.

 

—Bueno, tú sí que sabes darme ánimos para que salga con alguien.

 

—Lo siento. Quiero que encuentres a la mujer perfecta, pero lo que intento decir es que la perfección es un estado

relativo y puede necesitar cierto esfuerzo por tu parte para alcanzarlo. Dales una oportunidad a algunas de tus

candidatas. A lo mejor te pierdes muchas oportunidades porque las cosas no parecen perfectas en un principio.

 

—Muy bien, anciano. Intentaré aprender de tu experiencia. Pero sigo creyendo que devolveré a la pescadora al mar.

 

—Entendido. ¿Nos vemos en la fiesta?

 

—Spidey y yo seremos puntuales.

 

Tras colgar el teléfono, Tiff decidió que contestaría al menos algunos de los correos que la esperaban en su bandeja.

Regresó al ordenador y clicó en el siguiente.

 

Una tal SinTonterías decía:

 

Tienes un perfil interesante. A lo mejor deberíamos conocernos. Creo que tenemos muchas cosas en común. A mí también me gustan los libros. Ya me dirás si te interesa. Corto y sin rodeos. Tiff intentó imaginarse a la mujer que la que había contactado a partir de las frases cortas y poco informativas de su mensaje, pero solo había una manera de hacerlo, así que escribió una respuesta. Gracias por tu correo. Me alegro de saber que también 'es una amante de la lectura. Me resulta difícil equilibrar todos los amores de mi vida: los libros, la bicicleta y llevar un restaurante, pero hago lo posible por dedicarles el mismo tiempo.

¿Qué más te gusta hacer y cómo aprovechas tú el tiempo?

 

Perfecto, se dijo. Nada como una pregunta para iniciar una conversación.

 

*

*

*

 

 

—Ocho mensajes. No está mal para no haberlo intentado siquiera —se dijo Taeyeon.

Dejó el ordenador portátil en la encimera de acero inoxidable de la isla de la cocina y fue a la nevera a por un tentempié. Había comido algo sin identificar hacía horas, en el hospital donde llevaba todo el día de guardia, y se moría de ganas de comer algo de verdad, aunque no tenía ninguna esperanza de hallarlo en su yerma nevera. La recibieron ordenadas pilas de agua embotellada Fiji, un solitario bote de albaricoque en conserva y unas sobras de hacía siglos envueltas en papel de plata, como si se burlaran de su hambre.

Gracias a Dios por la comida a domicilio, pensó, marcando el número de su restaurante tailandés favorito. Pidió lo de siempre, sopa tom kha gai y pad kee mao muy picante. Su siguiente parada fue el mueblebar, en donde se sirvió tres dedos de Glenmorangie. Se sentó en un taburete, junto a la isla de la cocina, dio un sorbo del suave whisky de malta y miró a su alrededor para comprobar de manera automática que su entorno estaba en orden.

Su loft ocupaba la última planta de un edificio ferroviario de Deep Ellum, un barrio a pocas manzanas del centro de Dallas. Por fuera, la fachada del edificio conservaba su aspecto rústico de alTiffén, pero el interior estaba totalmente renovado y lo único que había menos moderno era el ascensor antiguo con reja y las puertas de acero correderas que daban acceso a su apartamento. Su amplia casa tenía los techos altos y los suelos de madera de arce. Una de las razones por las que había comprado la casa era el enorme baño de mármol travertino. La mayoría de la gente pensaría que tener una ducha con seis jets a alturas y ángulos diferentes era excesivo, pero para Taeyeon darse un baño era una forma de relajación muy apreciada. No había nada comparable a una ducha con masaje o un largo baño en la bañera con hidromasaje tras un largo y estresante día con sus pacientes.

Para el observador casual, el loft casi parecía una casa piloto, ya que tenía muy pocas señales de estar habitada. Taeyeon había elegido muebles daneses y obras de arte modernas dignas de un museo que acentuaban el aire elegante de la vivienda. Toda su ropa y sus efectos personales estaban guardados en compartimientos personalizados a su gusto. No le gustaba el desorden, porque en su trabajo ya lidiaba con todo el caos que era capaz de soportar. El loft era su refugio, una zona tranquila donde podía cargar las pilas y escapar de las exigencias de los demás.

Taeyeon se volvió hacia el ordenador e inspeccionó sus últimos mensajes. Sin duda, sería más de lo mismo. Llevaba una semana borrando ofertas de mujeres que creían que lo de buscar un polvo sin complicaciones era broma o bien que era una mujer traumatizada que ocultaba sus anhelos tras un muro de indiferencia. Le parecía increíble cómo aquellas completas desconocidas se creían capaces de analizar a alguien a partir de un puñado de frases en una página web de citas. Se preguntaba cómo le estaría yendo a Tiff y si la perseguían las mismas mujeres cursis que querían dar largos paseos y encontrar un amor que no conociera fronteras.

Se detuvo en uno con un asunto inesperado, el primero que captaba su atención:

 

«¿Estoy lo bastante buena como PARA que me ates?».

 

Sin perder un segundo, click en el mensaje y devoró el contenido.

 

Querida Cara Bonita:

¿He captado tu atención? Tu perfil me ha parecido un soplo de aire fresco. Realmente, una se ahorra mucho tiempo cuando sabe desde el principio lo que se va a encontrar. Yo también voy a ser sincera: en cuanto veas mi foto creo que querrás conocerme. Podemos salir o quedarnos en casa. Te prometo que las únicas ataduras serán de satén.

Espero impaciente nuestra cita.

Malibu

 

Taeyeon buscó la foto de Malibu y esbozó una sonrisa lobuna al contemplar a la preciosa rubia de piel bronceada. Vaya,

vaya. Después de una semana de decepciones, no esperaba tener tanta suerte. Malibu era un pibón, eso asumiendo

que hubiera colgado una foto de sí misma en lugar de alguna modelo de un número antiguo de In Style. Según

el diminuto icono de la parte de abajo de la pantalla, Malibu estaba conectada, así que Taeyeon empezó a teclear su

respuesta. Un rato de preliminares electrónicos podía resultar divertido.

 

Malibu:

¿Satén? Yo habría dicho que te va más el cuero, y no suelo equivocarme en estas cosas. ¿Y si me dejas vestirte? *

Tengo un gusto impecable y muchas ansias de complacerte.

CB

 

 

Mientras esperaba a que contestase, echó un vistazo a los demás correos y abrió un mensaje de Tiff donde la invitaba a

la fiesta de cumpleaños de uno de sus sobrinos.

Contestó al punto, para aceptar. Le encantaba ser parte de la extensa familia Hwang y conocía a Jeremy desde que

había nacido. Justo cuando le daba a enviar, le llegó la respuesta de Malibu.

 

Me fiaré de ti en la elección de accesorios, pero esperaba que tus ansias por complacerme fueran más en la línea de

desvestirme. Bueno, vestida o no, seguro que te gustará el envase. Dime si quieres que nos veamos para

desenvolverlo. 

Te dejo, voy a dormir para mantenerme hermosa

 

.

Taeyeon estaba a punto de cerrar el navegador, cuando apareció una ventana informando de que Tiff estaba conectada.

Clicó para abrir una ventana de chat, la saludó y puso:

 

«Mira esta. Se llama Malibu. En su perfil pone "Cuando se pone el sol me gusta soltarme el pelo. Puedes acariciármelo mientras quemamos la ciudad". No solo es poética, sino que parece que es de las mías. Es entrenadora personal. ¿Qué te parece?».

 

La respuesta fue:

 

«No te ofendas, pero creo que tú sí que necesitas entrenamiento. Está buena, al menos por lo que se

ve en la fotografía, pero ¿de verdad solo te importa el exterior?».

 

—«No seas pesada» —tecleó Taeyeon a toda velocidad

 

—. «Me importan muchas cosas, pero como dije la semana  pasada, yo no busco el amor como tú. No lo necesito.

Todo lo que quiero es pasarlo bien mientras estoy de buen ver, y  pasarlo bien significa follar sin las complicaciones de

una relación

 

—«A lo mejor el problema es tu visión de las relaciones» —respondió Tiff

 

—.«Si tuvieras una actitud más abierta, a lo mejor te gustaba tener una. Mientras tu primer amor sea tu carrera, las

demás relaciones te parecerán una pérdida de tiempo

 

—«Mira quién habla. Tú no es que hayas tenido ninguna relación más allá del Lakeside desde hace años. Para ti lo primero es ese sitio, da igual cuántas mujeres romanticonas encuentres en Internet que quieran acurrucarse contigo delante de la chimenea. No me malinterpretes, me parece bien. Pero mi filosofía es "tú misma eres tu mejor compañera"».

 

La respuesta de Tiff llegó al tiempo que llamaban al timbre.

 

—«A ver qué consigues con eso

 

—«Espera»—tecleó Taeyeon. Fue a abrirle al chico del restaurante tailandés y regresó—. «Me alegro de haber hablado

contigo, amiga, pero ha llegado mi cena y estoy canina

 

—«Déjame adivinar: tailandés

 

—«Cómo me conoces

 

A Taeyeon se le hacía raro chatear con Tiff con sus seudónimos CaraBonita y Chica del Lago. Era como si fueran

extrañas.

 

—«Vamos juntas a la fiesta de Jeremy» —ofreció Tiff—. «Te paso a buscar

 

—«Hecho» —respondió Taeyeon. Iba a poner algo gracioso sobre triunfar con Malibu mientras tanto, pero Tiff ya se

había desconectado.

 

CONTINUARA......

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Comments

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saramarmota #1
Chapter 19: ESTO GRITA EPILOGO
abi-21 #2
Chapter 19: Fue una historia genial!, Gracias x compartirla :D
Sosha-kun
#3
Chapter 19: Me divertí mucho leyendo esta historia, ¡gracias!
LectoraLemon #4
Chapter 19: Esto fue una historia bonita ... saludos
Taeko85 #5
Chapter 19: Me encanto la historia y el final, lastima que se acabo. que linda pareja hacen Taeny. Gracias por compartir esta historia.
naidum #6
Chapter 19: Muy buena historia!!
saramarmota #7
Chapter 19: yayyy me encanto esta historia
ailyn2111 #8
Chapter 19: Yeyyyy me a gustado mucho :3 gracias
loveless_colors
#9
Chapter 19: Awww muero de amor *-* muchas gracias por compartirnos esta historia :3