Capítulo Diecinueve (FINAL)

VERDADERO AMOR (ADAPTACIÓN TAENY)

ULTIMO CAPÍTULO\ (•◡•) /

*

*

*

 

 

 

 

 

—No hacía falta que llamaras al timbre, ¿sabes?

 

Tiff hizo pasar a su invitada, sin quitarle ojo de encima al pequeño y bonito ramo de flores que llevaba Taeyeon. Esta siguió su

mirada y se lo tendió.

 

—Son para ti. Y sinceramente, no me parecía muy de cita usar mi llave.

 

—Bueno, supongo que entonces tendré que ser una buena anfitriona y ofrecerle a mi invitada algo de beber mientras acabo de

retocarme para la velada.

 

Taeyeon la repasó con la mirada y silbó por lo bajo, dejando bien clara su opinión sobre el aspecto de Tiff aquella noche.

Llevaba unos pantalones negros ajustados que le marcaban las piernas tonificadas y una camisa blanca sin mangas para

compensar el ligero cabestrillo que llevaba por la clavícula.

 

—Si crees que puedes mejorar lo que veo, adelante, pero a mí me parece imposible. ¿Me sirvo yo algo mientras tú haces lo

que tengas que hacer? No hace falta que finjamos que no conocemos la casa de la otra.

 

Tiff, sonrojada tras el cumplido de Taeyeon, aprovechó la oportunidad para recuperar el aliento en la otra habitación mientras

su cita se servía en el mueblebar.

 

— ¿Sería maleducado por mi parte beberme el whisky que te queda en nuestra primera cita? —le preguntó Taeyeon.

 

—Un poco, pero si escondes la botella al fondo, segura-mente no me daré cuenta hasta dentro de un tiempo.

 

Ignorando lo rápido que le latía el corazón, Tiff se puso un poco de pintalabios color cobre y se miró en el espejo una última vez

antes de coger el bolso, echárselo al hombro bueno y volver a la sala de estar para rescatar el whisky.

 

— ¿Tienes mucha hambre? —le preguntó Taeyeon—. ¿O te importa que hagamos una parada rápida antes de la cena?

 

—No tengo mucha hambre todavía, solo me ruge un poco la bestia. ¿Qué tienes en mente?

 

 

—Te prometo que no tardaremos mucho, y luego cena-remos de maravilla. He reservado en el Abacus.

 

—Fantástico. Yo te prometo que no convertiré la cena en una crítica culinaria.

 

—Lo he elegido por su menú degustación. No te preocupes, lo probarás todo sin tener que pedir un plato de cada.

 

Tiff sonrió de oreja a oreja. Era muy cómodo estar con alguien que la conocía tan bien. Un rato después, se le agrió la sonrisa

al darse cuenta de que dejaban el coche en el parking reservado del Sue Ellen’s. A lo mejor Taeyeon no la conocía tan bien

después de todo.

 

—Taeyeon, ¿qué hemos venido a hacer aquí?

 

—Será un momento, te lo prometo. Entra conmigo unos minutos.

 

«Qué romántico», refunfuñó Tiff para sí.

 

Se había vestido de punta en blanco para entrar en un bar apestoso. No eran ni las ocho de la tarde, y debería tener diez años

menos y unas cuantas copas más encima para sentir que encajaba en aquel lugar. Sin embargo, una mirada fugaz a la

expresión suplicante de Taeyeon descartó aquella línea de pensamiento y Tiff se obligó a bajar del coche.

 

—Esto no es lo que había imaginado para nuestra primera cita —murmuró, al tiempo que le daba la mano a Taeyeon.

 

Era demasiado temprano para que cobraran entrada y, una vez dentro, Taeyeon la llevó a una de las mesas que había cerca

de la barra. Tiff no pudo evitar fijarse en que Taeyeon atraía la atención de todas las mujeres que esperaban a que las

sirvieran. Pese a la multitud, la camarera con aspecto más masculino se deslizó entre las dientas y acudió junto a Taeyeon al

punto. 

 

Se inclinó para preguntar qué deseaba su dienta. Al ver el intercambio y el modo sutil en que la camarera se arrimaba para

susurrarle a Taeyeon, Tiff sintió que la invadían los celos.

 

¿De verdad Taeyeon la había llevado allá para que la viera coquetear con otras mujeres?

 

La camarera trajo dos Coronitas, las dejó delante de Taeyeon y le hizo un gesto con la mano para darle a entender que

estaban invitadas, antes de volver a colarse bajo la barra y meterse en la cabina del pinchadiscos. Tiff apartó la mirada en

cuanto Taeyeon volvió a la mesa, porque no tenía el menor deseo de que se le notaran los celos y seguro que los llevaba

escritos en la cara. Taeyeon, con las dos cervezas en la mano, le pidió que la siguiera a la terraza y se sentaron en unas sillas

de malla metálica. Tiff, que no podía aguantarse más, abrió la boca para preguntarle por qué estaban pasando su primera cita

en un bar, pero Taeyeon se le adelantó.

 

— ¿Te acuerdas de la primera vez que vinimos aquí?

 

La pregunta cogió a Tiff a contrapié y tuvo que pararse a pensar en aquellos recuerdos tan lejanos.

 

—Claro que sí. —Alzó su cerveza y añadió—: En aquellos tiempos no bebíamos más que Coronitas, pero teníamos que

convencer a las bolleras mayores de edad para que nos las comprasen.

 

Taeyeon sonrió.

 

—Así es. ¿Pero te acuerdas de la primera vez?

 

Hubo algo en la expresión anhelante de su rostro que impulsó a Tiff a escarbar aún más en su memoria. Cuando le vino el

recuerdo, se puso colorada. Había besado a Taeyeon justo allí, en aquella terraza, a las pocas horas de dejar tiradas a sus

citas para el baile, cambiarse de ropa y colarse en el bar.

 

—Ah, creo que ya me acuerdo.

 

Tiff esperaba una sonrisita provocativa por parte de Taeyeon, pero en lugar de eso, Taeyeon la miró con intensidad y le

relucieron los ojos de deseo al inclinarse hacia ella.

 

—Tiff, ¿podemos volver a intentar ese beso?

Tiff movió los labios para responder, pero sin emitir sonido alguno. El primer tierno roce desató una oleada de recuerdos,

reales e imaginarios. El primer, y hasta el momento único, beso como amantes que se habían dado había estado lleno de

deseo y lujuria. Poco después había dado muchas vueltas a los sentimientos que había despertado en ella aquel primer roce,

porque deseaba más. Luego vino la tristeza del amor no correspondido. Con el tiempo, sus sentimientos se habían

difuminado y se había acostumbrado a la idea de que Taeyeon y ella nunca serían nada más que amigas. Desde entonces, se

había propuesto encontrar a otra persona con la que compartir aquellos sentimientos.

 

Pero no lo había logrado.

Se había acercado, pero el rango y la profundidad de lo que sentía por cualquier otra nunca era lo mismo. Al besar a Taeyeon

esa vez, sintió que el fuego la consumía. No había nada que pudiera separarlas. Su sólida amistad, que hasta entonces había

sido una fuerza limitadora, solo haría que su amor fuera invencible.

 

El descubrimiento de aquella nueva intimidad fue brusco para Tiff, que levantó la mirada y vio que Taeyeon le sonreía, no de

manera socarrona, sino sencillamente feliz. Tiff le devolvió la sonrisa y se miraron la una a la otra. En ese momento, Tiff

escuchó la canción que estaba sonando y sonrió todavía más. El pinchadiscos estaba poniendo canciones de los ochenta y

aquella en particular le traía muchos recuerdos. Aunque era más fácil escuchar a White Houston en los bares para hombres,

Tiff recordaba que cuando estaba en la cresta de la ola ponían a Whitney en todas partes. «How Will I Know»  resultaba de lo

 más apropiada como música de fondo para su primera cita de verdad con Taeyeon, y Tiff se descubrió  cantando la letra.

 

—Sonaba esta canción la primera vez que me besaste —le dijo Taeyeon.

 

Tiff dejó de cantar la letra y miró a su compañera, maravillada de que recordara algo así.

 

— ¿Ah, sí? —preguntó, dándose una colleja interna por responder algo tan bobo.

Taeyeon asintió, sonriente.

 

—Sí, lo recuerdo todo de aquella noche. Cómo ibas vestida, lo que dijiste, cómo fue besarte. Entonces no sabía Jo que sé

ahora.

 

— ¿Y qué sabes ahora?

 

—Sé que puedo confiar en mi corazón.

 

— ¿Y qué te dice el corazón ahora mismo?

 

—Que vamos a volver a perdernos la cena en el Abacus.

 

El loft de Taeyeon estaba más cerca y condujo deprisa. Lo único que dificultaba su habilidad al volante eran las caricias

urgentes de su excitada acompañante. Mientras subían al ático en el ascensor privado, Taeyeon murmuró un agradecimiento

quedo contra los labios de Tiff, feliz de que el ascensor estuviera reservado para su uso. No tenía ni idea de cuánto rato habían

pasado dentro, retorciéndose de deseo y necesidad antes de que Tiff la agarrara de la mano y la llevara al loft. Taeyeon echó

una mirada circular y Tiff, que lo notó, sonrió.

 

— ¿Quieres asegurarte de no haber dejado ropa tirada por ahí?

 

Azorada, Taeyeon respondió:

 

—Querida, me conoces lo bastante bien para saber que nunca dejo la ropa tirada.

 

De hecho, en lo que pensaba era en que mi casa se ve algo fría comparada con la tuya. Tiff paseó la mirada por la estancia,

miró a Taeyeon a los ojos, la atrajo para sí con el brazo bueno y le habló con afecto.

 

—Tu casa es perfecta, igual que tú: esbelta, sólida, preciosa. Representa las mejores facetas de tu personalidad. No

cambiaría un solo detalle.

Taeyeon se derritió ante eso.

 

—Pero podría ser un poco más cálida.

 

Tiff la abrazó con más fuerza y le rozó los labios con los suyos, cada vez con más pasión, hasta que sus lenguas se

entrelazaron, presas del deseo. Le metió la mano por debajo de la camisa y le acarició la espalda antes de cogerle un pecho.

Entonces le pellizcó el pezón, ya endurecido, y la miró a los ojos.

 

—Yo diría que empieza a hacer un poco de calor aquí, ¿no crees? —Cuando Taeyeon asintió, añadió—: ¿Qué te parece si me

enseñas la cama y vemos qué se puede hacer para calentarla?

 

Taeyeon, consciente de que ya no tenía el control de la situación, obedeció a Tiff, complaciente, y la guio a la cama, que estaba

en una tarima en un rincón de la estancia.

 

Ella había contado con que aquella noche sería la primera de varias «citas», una serie de veladas en las que cortejar a Tiff y

convencerla de que se enamorase de ella. No tenía ni idea de que Tiff, tan centrada siempre en el romance, se la llevaría a la

cama en la primera cita. La tentación luchaba con la voz de la prudencia en su interior y Taeyeon detuvo la mano que le

desabrochaba la camisa.

 

— ¿Tiff?

 

— ¿Sí? —Tiff no levantó la mirada y siguió besando cariñosamente el cuello y el lóbulo de la oreja de Taeyeon.

 

—Tiff, oye, mírame. —Esta alzó sus ojos soñadores hacia Taeyeon, que resistió el impulso de perderse en la promesa de

placer que latía en sus profundidades—. No tenemos que hacer esto esta noche. Quiero decir, si no estás preparada,

podemos esperar. Quiero que nuestra primera vez sea tan romántica como en tu historia de amor favorita.

 

—Ah, cariño, no he leído ninguna historia de amor que sea más romántica que esto.

 

El asombro de Taeyeon fue sincero.

 

— ¿No crees que follar conmigo en la primera cita es muy poco romántico?

 

—Taeyeon, lo que vamos a hacer no es follar, es hacer el amor, lo cual no pasa en la mayoría de las primeras citas. Creo que,

a nuestra manera, hemos estado saliendo la mayor parte de nuestras vidas, como si hubiéramos esperado todo este tiempo

para estar juntas de verdad.

 

Taeyeon sonrió ampliamente.

 

—Guau, si lo pones así, ya tardamos.

 

—Ahí está la Taeyeon que conozco y amo. Ahora quítate la ropa y prepárate porque te voy a comer entera. Tengo un montón de

novelas eróticas escondidas entre las novelas románticas y estaba esperando probar algunos movimientos nuevos con la

persona adecuada.

 

Taeyeon se quitó la camisa y dijo:

 

—Estoy empezando a cogerle cariño a tu colección de libros.

 

—Considera esto una lectura privada.

 

Tiff se sentó enfrente de Taeyeon y le deslizó los labios por el abdomen desnudo, lamiéndola hasta alcanzar los sensibles

pechos. Le rodeó un pezón con la lengua hambrienta y le acarició el otro hasta que se le puso duro como una piedra. Taeyeon

arqueó la espalda y le acercó el pecho, deseosa y ansiosa de recibir las amorosas atenciones de Tiff. Rodeándola con los

brazos, le aflojó el cabestrillo y le quitó la camisa delicadamente. Luego tiró de ella para que se tumbara en la cama y se puso

encima, hasta que sus pechos se rozaron ligeramente. Permaneció sobre Tiff y se movió a lado y lado, disfrutando de cómo el

más mínimo roce y la caricia más suave prendía chispas de placer entre las dos.

 

—Más cerca, más cerca —la urgió Tiff.

 

—Hay que ir con cuidado, cielo. Todavía no tienes bien las costillas.

Tiff respingó.

 

—Taeyeon, quiero sentirte contra mí. Podría correrme ahora mismo.

 

—Ah, no. Eso sí que no. Quiero sentir nuestra primera vez.

 

Taeyeon se estiró y tomó un cojín de seda. Se lo colocó debajo de la cabeza a Tiff y se inclinó un poco para besarla en los

labios enrojecidos. Tiff se enredó con ella y la atrajo hacia su cuerpo, retorciéndose bajo ella en busca de su clímax.

Taeyeon se apartó delicadamente, indicó sus intenciones y Tiff asintió con una sonrisa fantasiosa. Se dio la vuelta y puso una

pierna a cada lado de la cabeza de Tiff. Entonces descendió sobre la almizcleña esencia de su amante y recorrió con la lengua

el interior de sus muslos, encantada con los espasmos y sacudidas que le provocaba.

 

Pronto sintió que sus propios muslos temblaban de placer y ya no pudo distinguir si la fuente de la vibración eran las caricias

dadas o las recibidas.

 

Se dejaron llevar por el poder de las caricias combinadas y se centraron en el o de la otra al unísono. Al principio sus

lametones fueron suaves, pero fueron subiendo de intensidad a medida que provocaban y masajeaban con la lengua. Cuando

el placer y la pasión mezclada se desbordaron, la suma de sensaciones fue más allá de todo dique de contención. Se agitaron

y convulsionaron en la cima del mundo, tratando ambas de resistir solo un poco más, perdidas en la intimidad que habían

anhelado desde hacía tanto tiempo.

Finalmente, el alivio se las llevó y se rindieron a la oleada de placer que les recorrió las venas. Con gritos parejos de ansia

consumada, llegaron juntas al clímax.

 

— ¿Qué día es?

 

Tiff abrió un ojo, luego el otro y volvió la cabeza hacia la voz. Se diría que las palabras habían surgido de un revoltijo de pelo

rubio en la almohada que había junto a ella. Feliz al recordar la víspera, Tiff respondió:

 

—Elige uno. Cualquier día. Es uno bueno.

 

El revoltijo de pelo rubio volvió a la vida cuando Taeyeon se incorporó y se desperezó para recibir al nuevo día y a la luz del sol

que se colaba por las cristaleras del loft. Alargó la mano hacia un interruptor que había en la mesita de noche y cerró

las persianas. Tiff gruñó.

 

— ¿Por qué las bajas? Hace un día precioso ahí fuera. Taeyeon se inclinó para darle un beso de buenos días a Tiff y le

contestó:

 

—Cariño, ¿no te parece que ya dimos bastante el espectáculo anoche?

 

—A buenas horas, mangas verdes...

 

—Los mirones solo lo tienen gratis la primera vez. Tengo planeadas ciertas cosas para ti esta mañana y no me apetece

compartirlas con nadie que busque alegrarse el día tras las ventanas.

 

—Entendido. —Tiff le devolvió el beso.

 

—Volviendo a mi pregunta original, ¿qué día es?

 

—Es domingo, querida. ¿Por qué? ¿Has quedado con algún bombón?

 

—Por supuesto que he quedado con uno. Ahora mismo lo tengo en la cama.

 

Tiff se arrimó al cuerpo desnudo de Taeyeon, regocijándose en el calor de su piel y con miedo de lo que estaba a punto de

decir.

 

—He invitado a las chicas a almorzar hoy.

 

—Vaya, hace días que no compro. No tengo ni idea de lo que vamos a ponerles.

Tiff le dio un codazo en el costado.

 

—Sabes que me refiero al restaurante, boba. Llegarán a las once.

Taeyeon miró el reloj de la mesita de noche.

 

—Son las diez. Si las llamas ahora, seguramente las pillarás antes de que salgan. — Al mirar a Tiff a la cara, se interrumpió—.

Ah, ¿quieres ir?

 

—Un poco.

 

—No te sentirás rara por lo de anoche, ¿verdad?

Tiff, que al principio se quedó atónita, supo que tenía que explicarse si no quería que Taeyeon llegara a las conclusiones

equivocadas. La abrazó y susurró:

 

—Me siento de muchas maneras después de lo de anoche: querida, satisfecha y entusiasmada, entre otras. Rara no está en

la lista. Por poco que me apetezca vestirme y compartir este rato con nadie más, quiero ir. En parte porque les prometí que

estaría, pero sobre todo porque quiero contarles lo nuestro, a no ser que tú no quieras que lo sepan.

 

La carcajada de Taeyeon fue prueba de su alivio porque Tiff no se arrepintiera de la nueva intimidad entre ambas.

 

—No te vas a quedar a gusto hasta que arruines mi reputación de mujer objeto. Tendría que haber sabido que querías

pillarme desde el principio.

 

Tiff le dio un golpe con la almohada.

 

—No creo que tengas que preocuparte por tu reputación. Puedes seguir siendo una mujer objeto, pero a partir de ahora serás

solo mía. Si lo de anoche demuestra algo, tenemos juego suficiente para mantener la llama durante toda la vida.

 

—No lo olvides. Pues si vamos a ir a almorzar, será mejor que nos demos prisa. — Taeyeon se quedó de pie al lado de la

cama—. Tenemos una hora y una sola ducha.

 

*

*

*

 

—Bueno, Tiff. Supongo que ya no necesitarás leer tantas novelas románticas — comentó Yuri, cogiendo uno de los libros de la

colección que tenía Tiff debajo de la silla.

 

Taeyeon interrumpió la respuesta de Tiff con una pregunta.

 

— ¿Sabes? Mientras estabas en la cama, empecé a leer la novela que estabas leyendo. ¿Cómo se titula?

 

Vidas perdidas, amores perdidos.

 

—Eso. Bueno, he de decir que no me pareció demasiado romántica. Tiene unas escenas de o geniales, pero no parece

que las dos protagonistas vayan a acabar juntas.

 

Sus diferencias son irreconciliables.

 

—Acabarán juntas —afirmó Tiff, con total seguridad.

 

—En serio, no lo creo.

 

—No solo acabarán juntas, sino que vivirán felices para siempre.

Taeyeon negó con la cabeza.

 

—No lo veo.

 

—Cariño, es una novela romántica. Las protas siempre acaban juntas. Si no, no sería romántico.

 

— ¿Así de fácil?

 

—Ah, no es siempre fácil, pero siempre es inevitable.

 

— ¿Quieres ser mi coprotagonista? —preguntó Taeyeon con una sonrisa.

 

Tiff se la devolvió.

 

—Ay, cariño, hemos sido coprotagonistas durante mucho tiempo.

 

—Entonces supongo que todas sabemos cómo termina esta historia —concluyó

 

Taeyeon, e ilustró la afirmación con un beso apasionado.

 

Al sellar con los labios la promesa de su amor, Tiff la miró a los ojos y vio a la mujer a la que había buscado desde el principio:

 

SU FUTURA ESPOSA.

 

 

 

FIN.

 

 

 

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Comments

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saramarmota #1
Chapter 19: ESTO GRITA EPILOGO
abi-21 #2
Chapter 19: Fue una historia genial!, Gracias x compartirla :D
Sosha-kun
#3
Chapter 19: Me divertí mucho leyendo esta historia, ¡gracias!
LectoraLemon #4
Chapter 19: Esto fue una historia bonita ... saludos
Taeko85 #5
Chapter 19: Me encanto la historia y el final, lastima que se acabo. que linda pareja hacen Taeny. Gracias por compartir esta historia.
naidum #6
Chapter 19: Muy buena historia!!
saramarmota #7
Chapter 19: yayyy me encanto esta historia
ailyn2111 #8
Chapter 19: Yeyyyy me a gustado mucho :3 gracias
loveless_colors
#9
Chapter 19: Awww muero de amor *-* muchas gracias por compartirnos esta historia :3