Capitulo 9

Ajuste de cuentas (Adapt. Taeny)

Gimnasio Fit Life, Roheibeth, Oregón.

Como entrenadora personal, a Tiffany le parecía esencial dedicar su atención a las nuevas clientas al cien por cien. No todo lo que decían le resultaba fascinante —casi siempre obtenía la información que deseaba en los primeros segundos de la conversación—, pero sabía que muchas veces le ocultaban cosas después de conocerla. Como si creyesen que la decepcionarían si le confesaban que lo que les importaba era tener buen aspecto, no estar en forma. El motivo que le impedía concentrarse en su trabajo era el mismo que la había estado agobiando la última semana: no había vuelto a saber nada de Kim Taeyeon. En el fondo tampoco lo esperaba, pero le fastidiaba haber mantenido relaciones con ella y, al mismo tiempo, la atormentaban los recuerdos de lo magníficas que habían sido.

La sesión de dos minutos en la cinta de correr terminó, y su nueva clienta potencial parecía un poco sofocada, pero no exhausta. A Tiffany le pareció raro, porque en el impreso informativo había declarado que llevaba años sin hacer ejercicio de forma habitual. Tiffany observó su cuerpo y se fijó en el sujetador deportivo y en los shorts ceñidos a los muslos. Llevaba zapatillas de correr, no el típico «calzado deportivo» que se rompía a los pocos meses de usarlo.

—Gran trabajo —reconoció Tiffany y le dio una toalla limpia a la mujer cuando descendió con elegancia de la cinta. Normalmente no sometía a las clientas nuevas a un ejercicio tan duro, pero le había parecido que aquella mujer podía aguantarlo. Sin decir nada, asintió cuando Tiffany le comentó que la haría correr durante dos minutos en la cinta inclinada.

Su nueva clienta —Tiffany omitió el nombre provisionalmente y luego se enteró de que se llamaba Jessie— sonrió y se secó la frente, aunque no había sudado mucho.

Jessie le sonrió.

—Uff, tengo ganas de vomitar. —Tiffany frunció el entrecejo. No tenía pinta de ir a vomitar. En realidad, parecía en muy buena forma física. Tiffany, inquieta, sintió un leve cosquilleo cuando Jessie contempló su cuerpo sin disimulo, esbozando una sonrisa que Tiffany interpretó como una insinuación.

—¿Recuerdas dónde están las duchas? —Tiffany nunca se había sentido tan desbordada. Había recibido atenciones de sobra por parte de los hombres. Las mujeres eran otra historia, y la que tenía delante sin duda era muy atractiva. Pero aunque Tiffany no se hubiese impuesto el principio de no salir con clientas, tampoco habría aceptado la invitación de aquella mujer. Estaba demasiado reciente el asunto de Taeyeon. Además, había algo en Jessie que le desagradaba. A Tiffany le daba la impresión de que era demasiado perfecta.

—Sí, lo recuerdo. ¿Y tú? Dijiste que yo era tu última clienta. ¿Me acompañas?

Tiffany se puso colorada. Habían avanzado desde las insinuaciones sutiles hasta lo más obvio demasiado rápido. ¿Ocurrían cosas así? No según su buena amiga Palmer. Palmer decía que, si Tiffany quería echar un polvo de vez en cuando, tendría que tomar la iniciativa, porque encajaba demasiado bien en las etiquetas que a las lesbianas les gustaba adjudicarse. Tiffany no había tenido el valor de contarle lo ocurrido con Taeyeon. Palmer no entendería que buscase algo más que o.

Palmer le había preguntado, pero Tiffany sólo le había dicho que Taeyeon y ella tenían asuntos pendientes. Le habría gustado resolverlos, pero le daba la impresión de que el o había dado al traste con todos los planes. Aún se excitaba al recordarlo, pero confiaba en que las cosas fuesen distintas si se le presentaba otra oportunidad.

—Me refería a la ducha de al lado. Además, estoy muerta de hambre. Quería invitarte a cenar.

Tiffany se libró de responder gracias a un sonoro y alegre saludo. Nick entró luciendo una sonrisa que habría derretido el corazón de la mayoría de las mujeres heterouales. Tiffany suspiró.

—Lo siento, llego tarde —se disculpó.

—Hum, Jessie, éste es mi... marido. —Se volvió hacia Nick y explicó—: Jessie acaba de tener su primera clase conmigo.

—Oh, encantado de conocerte. —Nick extendió la mano y Jessie se la estrechó, aunque a Tiffany le pareció notar cierto aire de fastidio en la mujer.

—Me voy a duchar. Si cambias de idea en lo que respecta a la cena... —Sonrió de nuevo, despejando cualquier duda que Tiffany pudiese tener sobre sus intenciones.

Jessie se alejó, y Tiffany y Nick se quedaron mirándola. Nick fue el primero en hablar:

—¿Qué coño ha sido eso?

—Estaba a punto de preguntarte lo mismo —dijo Tiffany, sin apartar la mirada de las duchas.

—Nunca había visto una insinuación tan descarada. Y delante de mis narices. —Nick torció el gesto—. No se lo has contado a nadie, aparte de tu madre, ¿verdad?

—Sólo a Palmer, y está tan contenta de que por fin, me divorcie de ti que no haría nada por estropearlo. Por cierto, llegas bastante tarde. Tenías que haber venido hace dos horas.

—Lo siento. —Nick se inclinó y le dio un beso en la mejilla—. Pero más bien parece que llego demasiado pronto. ¿Vas a tirártela?

Tiffany añadió un poco de peso al saco de arena que puso sobre el hombro de Nick.

—Te dejo solo. Tengo papeleo que resolver. Deja las pesas en su sitio cuando acabes, y no pongas la música a todo volumen.

Tiffany estaba a punto de llegar a su despacho cuando Nick le gritó:

—No te olvides de lo de mañana. He reservado mesa para las siete y media en ese restaurante francés que le gusta a mi madre.

Tiffany lo miró, dando a entender: «¿Cómo iba a olvidarlo?» y siguió su camino.

—¿Eh? ¿Estás segura de que quieres hacer esto, Tiffany? Ya sabes que por mí todo puede continuar como hasta ahora. —Nick retorció una toalla entre las manos. Tiffany se fijó en su expresión de ansiedad. Hacía mucho tiempo que lo conocía. Era uno de sus mejores amigos. La había ayudado cuando su madre no pudo y le había hecho un regalo que compensaba la tranquilidad mental que ella le había aportado en los últimos años. Pero Tiffany necesitaba una vida propia. Y comprendió que su marido se daba cuenta al ver su cara.

—Ojalá pudiese, Nick, pero no puedo seguir así. Sabes que siempre...

La repentina sonrisa de Nick la dejó sin palabras.

—Lo sé. Sólo quería comprobarlo.

Tiffany le devolvió la sonrisa, aunque con menos entusiasmo, y fue hasta su despacho. Los dos sabían que aquello era lo mejor. No tenía sentido vivir en una mentira, pero iba a resultar doloroso. A pesar de las buenas intenciones de Nick, estaba segura de que Barb y Arnult Horvejkul harían todo lo posible por incordiar.

Tiffany no tocó los papeles. Sus pensamientos vagaban entre la temida cena con sus suegros y Taeyeon.

La arrancó de su ensimismamiento la sensación de que alguien la estaba observando. Levantó la vista, esperando ver a Nick en la puerta.

Pero se encontró con su nueva dienta, Jessie, que llevaba blusa blanca, corta, y una falda que dejaba al descubierto sus largas piernas. Tiffany apartó los ojos del estómago desnudo de la mujer.

—Hola, Jessie. ¿Tienes alguna duda? —Las pesas resonaron por encima del ruido de la música, cargada de efectos graves, que Nick utilizaba para hacer ejercicio.

—Sí. Me ha parecido oportuno cerciorarme de si se te ha abierto el apetito mientras me estaba duchando.

Tiffany dejó el bolígrafo a un lado y contempló a Jessie. Sin duda, era muy guapa, y Tiffany tendría que haberse sentido halagada, pero había algo raro en aquella mujer. Tenía demasiado interés. Parecía de las que no aceptaban un no por respuesta. Aunque llevaba varios años al margen de los ambientes de chicas, Tiffany nunca había logrado ligar con una mujer fuera de los lugares abiertamente gays desde que había dejado el ejército. A ella no le ocurrían cosas como aquélla, pero tampoco había sido normal lo de hacer el amor con su obsesión del instituto en un vestuario del gimnasio. «¡Sí, y qué bien había salido!»

—Si cambias de idea, tienes mi número en el impreso. —La sonrisa de Jessie cuando se volvió para irse indicaba que esperaba que Tiffany cambiase de idea, lo cual la fastidió y la empujó a actuar.

—¿Jessie?

—¿Sí? —Jessie dio la vuelta con una expresión rebosante de confianza, que crispó los nervios de Tiffany—. Estoy casada y, aunque no lo estuviese, no salgo con dientas.

La sonrisa desapareció y Jessie bajó la cabeza en un gesto de rendición. Tiffany cogió el bolígrafo, decidida a resolver el papeleo, pero no logró escribir ni una palabra. Dejó de nuevo el bolígrafo sobre la mesa y extendió las manos con las palmas hacia arriba. De repente, se vio entre las piernas de Taeyeon, apartándole los muslos mientras intentaba borrar el recuerdo de lo mal que se había portado con ella en el instituto. Tiffany oyó el alegre saludo de despedida de Nick. Si Jessie respondió, hasta ella no llegó la respuesta. Aquella mujer no la tentaba.

¿Por qué había olvidado todas las precauciones con Taeyeon? Había arriesgado demasiado por una sola noche. Taeyeon se frotó la frente. No creyó que fuese sólo una noche. Esperaba más y, mientras, aprovechó lo que se le ofrecía. Era una de las cosas que creía superadas; y, sin embargo, una mirada, un destello del pasado la convertían de nuevo en la niñita asustada que la emprendía a golpes con lo primero que no estuviese en condiciones de devolvérselos.

«¡Maldita sea, Tiffany! Se supone que lo habías superado.» Sintió que la invadía la tristeza y deseó recibir un abrazo de la persona que más quería en el mundo. «Si no puedes manejar una aventura de una noche, ¿cómo vas a enfrentarte a los padres de Nick cuando se enteren del divorcio?» Con sólo pensarlo le daban ganas de llorar. Tenía que volver a casa. Tenía que insistir en que valía la pena, pasase lo que pasase.

Tiffany estaba inclinada hacia delante, con la frente hundida entre las manos, cuando sonó el teléfono de la mesa. Frunció el entrecejo cuando se iluminó el diodo electrónico. No reconoció el número y pasaban de las ocho de la tarde. Era normal desviar la llamada al buzón de voz. Su madre siempre se olvidaba el móvil en la coci-na de su casa. ¿Y si era ella, que la llamaba desde el teléfono de una amiga? Si ocurría algo y Tiffany no respondía a la llamada, nunca se lo perdonaría.

—Fit Life, soyTiffany.

—Hola.

Tiffany reconoció la voz deTaeyeon, pero no contestó inmediatamente. Toda la ansiedad y la confusión desaparecieron.

—Hola, ¿qué tal? —dijo, dulcemente.

—Me sorprende que aún estés trabajando un viernes por la noche.

—Tenía papeleo que resolver. Los horarios interminables son el único inconveniente que tiene trabajar por cuenta propia. —Taeyeon sofocó una risita que hizo sonreír a Tiffany.

—Sé muy bien a qué te refieres. Yo también tengo mi propio negocio.

—¿Cómo has conseguido mi número? Taeyeon dudó.

—Lara me habló de tu gimnasio en la fiesta.

—Oh. —Tiffany iba a decir algo, pero cambió de idea, aunque en el último instante se decidió—: Me sorprende tu llamada.

—¿De veras? ¿Por qué?

Tiffany hizo una pausa. Temía ponerse en evidencia si le decía a Taeyeon que había tardado mucho en llamarla.

—Ha pasado casi una semana.

—Lo sé y lo lamento. He tenido muchísimo trabajo.

—¿Estás trabajando ahora?

—No te llamo para hablar de trabajo. Pero sí, más o menos.

—Me alegra saber que no soy la única que trabaja un viernes por la noche.

—No, claro que no. Sin embargo, preferiría estar en tu gimnasio a estar aquí.

—No parece que escatimes el tiempo para ir al gimnasio. Tiffany percibió el placer en la voz de Taeyeon.

—Gracias por el cumplido. Empecé en la universidad. Me encanta. Ayuda a descargar la tensión del trabajo.

—¿Qué es lo que haces, exactamente? —Taeyeon tardó en responder y Tiffany se apresuró a disculparse—: Lo siento. No pretendía curiosear. Acabas de decir que era algo muy tenso.

—Tranquila, no pasa nada. Tengo una empresa de seguridad. El noventa por ciento del trabajo son asuntos empresariales. Violación de software, malversaciones de los empleados y cosas por el estilo.

—Tendría que haberme dado cuenta de que acabarías en algo relacionado con los ordenadores. Se te daban bien en el instituto. —Tiffany se arrepintió al instante de sacar a colación el instituto.

—Creía que no sabías nada de mí. —La sorpresa enterneció la voz de Taeyeon. Tiffany la imaginó sentada tras una mesa mucho más bonita que la suya.

—Sé algunas cosas. Lo siento mucho, Taeyeon. En aquella época no era capaz de comunicarme con la gente.

—Deja de disculparte, por favor. En realidad, no tuvo tanta importancia.

Tiffany apretó los dientes. Para ella sí que había tenido importancia. Había hecho daño. Siempre había querido conocer a Taeyeon, y seguramente había destruido cualquier posibilidad de conseguirlo. Otra de sus muchas malas ideas.

—¿Qué estás haciendo en este momento? —Aunque no parecía interesada en colgar, Tiffany percibió cierto cansancio en la voz de Taeyeon

—Estoy en mi despacho, entre papeles. ¿Y tú?

—Trabajando también. Mirando por la ventana y deseando estar en otro sitio.

—¿Algún lugar en especial?

—Tal vez. —Taeyeon soltó una risita.

Tiffany sonrió ante el tono de flirteo de Taeyeon.

 

—¿Cómo se visten las propietarias de gimnasios? Tiffany contempló su camiseta, que no hacía juego con los shorts.

—No puedo hablar en nombre de todas, pero yo llevo unos shorts muy cortos y monísimos, a juego con una camiseta sin mangas.

—¿En serio? —Taeyeon se rió con ganas—. ¿El calzado también hace juego?

Tiffany extendió las sucias zapatillas New Balance y asintió.

—Pues claro que sí. Lo mismo que el escudo de los calcetines tobilleros. El conjunto es deslumbrante. ¡Qué lástima que no puedas verme!

Las carcajadas de Taeyeon hicieron que Tiffany se sintiese muy bien por dentro.

—Apuesto a que estás estupenda. Tiffany  no supo qué decir.

—¿Y el pelo? ¿Lo llevas suelto o recogido?

—Hum, suelto —dijo Tiffany, retirando la cinta de la cabeza y arrojándola al suelo, mientras el pelo caía en cascada sobre sus hombros.

Taeyeon susurró un tenue «preciosa» que estremeció a Tiffany.

—¿Y qué me dices de ti? ¿Qué llevas puesto?

—Traje de ejecutiva.

—¿Pantalones o falda?

—Falda. Una falda cortísima.

Cierto matiz en su tono de voz le indicó a Tiffany que Taeyeon también estaba disfrazando la verdad.

—Así que cortísima, ¿eh?

—Huuum, y tacones.

Tiffany sonrió al imaginar las pantorrillas de Taeyeon sobre los tacones; luego recordó el roce de aquellas pantorrillas contra sus omóplatos y se puso colorada.

—¿En qué piensas ahora mismo? La voz de Taeyeon sonaba tan clara que a Tiffany le dio la impresión de que estaba a su lado.

—Estaba pensando en cómo me sentía con tus piernas sobre mis hombros.

El largo silencio hizo que Tiffany se llevase la mano a la frente y a la boca. «¡Mierda!» Pero Taeyeon habló con dulzura:

—No he sido capaz de borrarlo de mi mente.

El corazón de Tiffany dio un brinco de esperanza.

—¿Y podemos hacer algo al respecto?

—¿Al respecto de qué?

—De lo nuestro. Tal vez podríamos ver hasta dónde nos lleva.

Taeyeon no dijo nada y, cuando habló, parecía como si estuviese ante una cristalera. Tiffany la imaginó contemplando las luces de la ciudad con el teléfono pegado a la oreja. Sólo de pensarlo se sintió excitada de la cabeza a los pies.

—No sé si verte sería buena idea, Tiffany.

—¿Por qué no?

—Porque aún estoy pensando en lo que hicimos la última vez.

—¿Y te parece mal?

—Cuando me despierto sudando o estoy reunida con clientes, en lo único que puedo pensar es en mis dedos sobre tu cuerpo.

Tiffany respiró hondo, cerró los ojos y se abandonó al recuerdo.

—Tienes los ojos cerrados, ¿verdad?

—¿Cómo lo sabes?

—No los abras. Mantenlos cerrados. Imagina que estoy contigo.

—De acuerdo. —Tiffany cerró los ojos, obediente.

—¿Abrirías las piernas si te lo pido?

—Sí.

A Taeyeon se le aceleró la respiración.

—¿Te masturbas cuando piensas en mí? Tiffany tragó saliva y se humedeció los labios.

—Sí.

—¿Cuántas veces?

Cuatro, me parece. Me cuesta... dormir.

—¿Y masturbarte te ayuda? —preguntó Taeyeon.

—Sí.

—¿Me harías un favor?

—Cualquier cosa —se apresuró a decir Tiffany.

—¿Te masturbarías ahora? Podrías imaginar que estoy contigo.

Tiffany abrió los ojos y contempló la oscuridad al otro lado de la ventana.

—Taeyeon, yo...

—Lo siento. No sé en qué estaría pensando.

—No te disculpes. ¿Me permites un segundo? —Tiffany dejó el teléfono sobre la mesa y fue hasta la puerta, la cerró y pasó el cerrojo. Se dirigía hacia la mesa para no hacer esperar a Taeyeon cuando un rayo de luz en la ventana le advirtió que sería mejor cerrar las persianas. Las cerró con el mando a distancia y cogió el teléfono.

—¿Taeyeon ?

—¿Tiffany?

—¿Qué quieres que haga?

Taeyeon no disimuló un profundo suspiro, y Tiffany imaginó los labios de Taeyeon sobre su cuello y sus hombros.

—¿Estás sentada ante la mesa? —La pregunta de Taeyeon sonó como un susurro íntimo al oído de Tiffany.

—Sí —afirmó Tiffany.

—Apártate.

—Pero hay una ventana.

—Está cerrada, ¿no? No te ve nadie, ¿verdad? Tiffany obedeció. Apartó la silla de la mesa y de los papeles que se amontonaban sobre ella.

—Ya está.

—¿Me prometes que mantendrás los ojos cerrados?

—Te lo prometo.

—Si estuviera ahí, te tocaría los pechos. Los cogería entre mis manos. ¿Lo haces tú? Dime qué sientes.

Tiffany sujetó el teléfono entre la oreja y el hombro para tener las manos libres y acariciarse los pechos. Sus pezones se endurecieron al pensar que Taeyeon la estaba tocando.

—¿Están duros?

—Desde que supe que estabas al otro lado del teléfono.

—¿Los estás frotando?

—Sí.

—Si estuviese ahí, te besaría. Sé que tienes los labios abiertos. Lo sé porque te oigo respirar. Me colocaría entre tus piernas y te besaría hasta que me rogaras que parase.

Tiffany separó las piernas, imaginando a Taeyeon entre ellas.

—¿Tiffany?—La voz deTaeyeon se tensó—. ¿Te quitas el sujetador deportivo?

Tiffany hundió un dedo entre los pechos, dispuesta a quitarse el sujetador por la cabeza, pero algo le dijo que se relajase, que prolongase el momento. Lentamente apartó un brazo y luego el otro antes de deslizar el sujetador sobre los pechos.

 

 

 

 

 

 

 

Continuara...............................

 

 

Lamento la demora :c mi lap se dio la dicha de tener un fallo y al querer restaurar hubo un problema y pum!!! todo se tuvo que formatear :´( (lo mas triste es que perdi todas mis fotos de mi TaeTae !!!! 

 

 

Espero que este capitulo lo compese xD 

 

Gracias por su apoyo y su paciencia ^^ besos 

 

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 13: Que ha pasado? Porque desde el 2016 abandonaste la historia? Actualiza por favor es año 2020 y de seguro ya estas en mejor momento.
FlaCastro #2
Chapter 13: Graciiiiiias por actualizaaaar!!!! Estamos aqui atentoooos!! :3 :3 :3 :3
Enssei #3
Chapter 13: Ahh, no puede ser...
Drama dramita dramón, infaltable
Gracias por actalizar ♥
strawberryhearth #4
Chapter 8: gracias por continuarla. esta historia es muy bonita
KazKaz18 #5
Chapter 13: Como lo dejas ahí..... -.-
saramarmota #6
Chapter 13: hoooo margot
itaeyang9 #7
Chapter 6: Este capitulo me dejo sin aire ... lol
Gracias por el fic:)
FlaCastro #8
Chapter 12: Ooooh por Dios~ actualizanos pronto porfavooor~ amo esta historiaaa!! Porfavoor
saramarmota #9
Chapter 12: por que se quieren complicar tanto
LlamaAmerica #10
Chapter 12: Porque se complican tanto :'(