Capitulo 12

Ajuste de cuentas (Adapt. Taeny)

—Esta noche soy tuya. Puedes hacer o decir lo que quieras. Déjate llevar. — Taeyeon alzó las manos sobre la cabeza y cruzó las muñecas. Tiffany las ató con un cuidado ceremonioso.

Taaeyeon la contempló mientras Tiffany se despojaba del vestido, deslizando las tiras sobre los hombros y los brazos.

Recordó la misma expresión de pasión contenida en su rostro mientras la espiaba a través de la ventana. Taeyeon apretó los dedos y soltó un gemido. El cinturón ataba sus manos con delicadeza. Podía liberarlas sin dificultad.

El vestido cayó al suelo, formando un charco de tejido negro entre los pies descalzos de Tiffany.

—¿Dónde están tus bragas? —preguntó Taeyeon, atónita.

—Las he dejado en la guantera del coche. Estaba muy excitada cuando venía hacia aquí. —Si Tiffany no se hubiese mostrado tan avergonzada, Taeyeon habría pensado que aquel comentario pretendía provocar una determinada reacción. Una oleada de calor asfixiante ascendió desde las plantas de los pies de Taeyeon hasta su cabeza.

La cama se hundió cuando Tiffany se sentó con las manos entrelazadas recatadamente entre las rodillas. A Taeyeon le gustaba que Tiffany no manifestase ninguna prisa y procuró calmar sus propios nervios. También ella sabía ser paciente.

No estaban pendientes del reloj ni nada por el estilo. Tiffany se levantó y, al coger la botella de champán, el agua se derramó por el borde de la cubitera, pero Taeyeon no apartó la vista de su perfecto y redondeado trasero. Todo su cuerpo era perfecto, incluso las plateadas marquitas del elástico que brillaban en sus costados. Taeyeon se preguntó a qué sabrían. Tiffany buscó una toalla. Encontró una pequeña, que Taeyeon había dejado sobre la mesita, y la utilizó para descorchar la botella de champán. Sonrió y le ofreció una copa a Taeyeon, arqueando una ceja.

—¿Celebramos algo? —preguntó Taeyeon, reparando de pronto en su propio cuerpo.

Había estado desnuda ante mujeres en otras ocasiones, pero nunca exhibiéndose de aquella manera. Tiffany no respondió y mantuvo la vista clavada en el pecho de Taeyeon, como si estuviese perdida en sus propios pensamientos. A pesar de todo, Taeyeon  no se sentía incómoda. Levantó el pecho, deleitándose en sus pezones erguidos a causa de la excitación. La expresión de Tiffany le indicó que ella también se estaba deleitando.

—Vas a derramar el champán —advirtió Taeyeon con una sonrisa. Tiffany se sobresaltó y enderezó la copa mientras se acercaba a la cama, poniendo la pelvis frente a la cabeza de Taeyeon.

Taeyeon la contempló con avidez, inhaló el aroma a cítricos y humedeció los labios.

—¿Tienes sed? —preguntó Tiffany con ternura.

—Sí, pero no de champán.

Tiffany dejó el champán sobre la mesa y se acercó a ella con un esbozo de sonrisa.

—Me parece increíble estar junto a ti de esta manera.

—Estaba pensando lo mismo. No siento la menor timidez.

—¿Ni la más mínima?

—Bueno, tal vez un poquito.

Tiffany bebió un sorbo de champán, acariciando el cuerpo de Taeyeon con los ojos.

Al recordar su corazón desbocado mientras la espiaba a través de la ventana, Taeyeon estiró lentamente las piernas y las abrió. Tiffany se disponía a coger una fresa, pero frenó en seco.

—Lo has hecho a propósito —susurró.

—No sé a qué te refieres. —Taeyeon dibujó con las caderas un ocho imaginario, mientras arqueaba la espalda y se humedecía los labios. A Tiffany se le cayó la fresa en la copa de champán y se oyó un plof.

—¡Mierda! —Taeyeon se rió mientras Tiffany  miraba con cara de susto la fresa e intentaba pescarla.

—¿Te hace gracia? — Tiffany recuperó la fresa y la deslizó sobre los labios de Taeyeon.

—Sí, claro que me hace gracia. —Taeyeon lamió las gotas de champán—. Me parece que el champán se ha enfriado demasiado.

—Lo siento. Creí que no ibas a venir.

—Hum, está bien así, ¿no crees? — Tiffany extendió su copa y Taeyeon se estiró para beber un sorbo. Un reguerillo se escurrió por la comisura de sus labios.

Necesitaba las manos para limpiarlo, pero Tiffany dijo:

—Deja que lo haga yo.

Los labios de Tiffany rozaron su mejilla y, a continuación, su lengua siguió el frío rastro del champán hasta el cuello de Taeyeon. Siempre le habían dicho que tenía un cuello demasiado sensible, pero el contacto de Tiffany era tan firme que no le hizo cosquillas y, a la vez, era tan suave que provocó que su cuerpo se arquease de placer.

La cama se movió y, antes de que Taeyeon pudiese reaccionar, Tiffany se puso encima de ella. Hubo un prolongado y lento espacio de tiempo en el que los cuerpos de ambas encajaron, pezón contra pezón, cadera contra cadera. Los cabellos de Tiffany se esparcieron sobre la cara deTaeyeon y la cegaron por unos momentos.

Cuando Tiffany levantó la cabeza, la conmovida expresión de su rostro indicó a Taeyeon que ambas sentían lo mismo. El miedo amenazaba con vencer a la excitación, pero Taeyeon arqueó el cuerpo y Tiffany parpadeó, rompiendo el hechizo. Taeyeon movió las caderas debajo de ella, obligándola a seguir sus movimientos, diciéndole que le gustaban sus besos. Tiffany deslizó las manos bajo los omóplatos de Taeyeon y se introdujo entre sus piernas.

—Espera. De lo contrario me correré enseguida —avisó Taeyeon.

—No importa. Te deseo.

Taeyeon habría protestado si hubiese tenido fuerzas. Las manos de Tiffany sobre sus caderas la empujaban. Intentó retroceder para prolongar el momento.

—No, nada de eso —dijo Tiffany y, entonces, todo se precipitó. Taeyeon comenzó a quejarse, pero sus palabras murieron antes de ser pronunciadas. Tiffany contemplaba con fascinación el hueco entre sus piernas. Taeyeon trató de juntar las rodillas, pues se sentía totalmente expuesta.

El movimiento interrumpió el hechizo que dominaba a Tiffany, la cual alzó la vista con una expresión que hizo que Taeyeon olvidase su vergüenza y cualquier otra cosa que no fuese Tiffany Hwang.

—Preciosa —exclamó Tiffany, con una voz ronca de pasión.

El primer beso habría bastado para que Taeyeon se corriese, si no hubiera sido porque se mordió el labio inferior a modo de distracción. Cuando Tiffany abrió la boca y la tomó, llenándola con el clítoris de Taeyeon, hubo un instante en el que ésta creyó que Tiffany iba a devorarla. Le gustaba, le apetecía que lo hiciese, despegó los labios para implorarlo, pero sólo emitió gemidos de placer.

Cuando creyó que no habría más momentos culminantes, Tiffany acarició la abertura de su , solicitando entrar.

El placer fue tan intenso que Taeyeon dejó de mover las caderas. Todo lo hacía Tiffany: la levantó y la movió al ritmo adecuado. El placer velaba su rostro mientras flexionaba los músculos para situar el cuerpo de Taeyeon en el ángulo perfecto.

La dificultosa respiración de Taeyeon se interrumpió momentáneamente cuando el o curvó los dedos de sus pies y le hico arquear la espalda en una postura casi dolorosa.

Cuando Taeyeon se recuperó, vio que Tiffany se hallaba con la cabeza apoyada en su cadera, sujetándole la mano. Taeyeon se movió, pero Tiffany no alzó la vista como cabría esperar. Cuando por fin la miró, Taeyeon se quedó muda ante la expresión lujuriosa de Tiffany: la pasión velaba sus ojos e hinchaba sus labios. Tenía el rostro mojado de sudor o del deseo de Taeyeon.

—Podría continuar haciéndolo toda la vida —dijo, y a Taeyeon le pareció que se le agarrotaba el corazón.

—Ven aquí. — Tiffany se mostró reacia a moverse. Al fin se instaló en la cama, con intención de acostarse junto a Taeyeon—. No, más arriba.

Tiffany frunció el entrecejo, confundida.

—Yo también quiero saborearte. Tiffany se sentó a horcajadas sobre el pecho de Taeyeon, mirándola con gesto interrogante.

—Sube un poco más. — Tiffany obedeció, apoyándose en la cabecera de la cama. A Taeyeon le gustaban las flexiones del estómago de Tiffany cuando se movía. Le gustaba la embriagadora mezcla de su olor a almizcle y del aroma de su champú—. Para ahí. — Tiffany se quedó quieta—. Baja un poco más. — Tiffany siguió sus indicaciones hasta que Taeyeon sintió el sedoso calor de la mujer sobre su pecho. Se deshizo del cinturón y abrazó la estrecha cintura de Tiffany —. También tú eres hermosa. Siempre me pareciste hermosa.

Taeyeon arqueó la espalda, acercando los pechos a los de Tiffany, y frotó los duros pezones contra el clítoris de Tiffany. Ambas gimieron a la vez y Taeyeon cerró las piernas para contener la urgencia que sentía. En sus pechos relucía la líquida evidencia de la excitación de Tiffany. El aroma resultaba embriagador. Tiffany había actuado como si no esperase correspondencia y se había equivocado. Era lo que más deseaba Taeyeon.

Taeyeon se colocó detrás de ella, acomodó las almohadas y echó un vistazo a su rostro, teñido de placer.

—Ven, Tiffany.

El primer contacto de la lengua sobre los labios las dejó sin habla, pero Tiffany reaccionó enseguida y sus caderas se entregaron al consabido balanceo. Jadeaba cada vez con mayor intensidad, mientras Taeyeon separaba sus labios mayores en busca de la piel suave y delicada. En un primer momento, Taeyeon procuró no utilizar los dientes, pero se dio cuenta de que a Tiffany le gustaba que lo hiciese. Le acarició y le frotó el culo, deleitándose en los pliegues de sus nalgas.

Una fina capa de sudor las cubría, y el ruido de sus cuerpos mojados se mezcló con los tenues gemidos de Tiffany.

Taeyeon alzó la cabeza y hundió la lengua en las profundidades de Tiffany, mientras con la yema del dedo buscaba otra abertura, menos dispuesta a acogerla. Esperó varios segundos, prodigando suaves caricias, derrochando paciencia, hasta que Tiffany se arqueó y la aceptó con un placer que indicaba que se hallaba a las puertas del o. Taeyeon movió el dedo y la lengua. El grito de Tiffany resonó en la habitación y las envolvió. Ver a Tiffany fascinaba a Taeyeon: todos los músculos tensos, los cabellos revueltos y la boca abierta en un gesto de éxtasis.

Tiffany se tumbó detrás de Taeyeon, dibujando una línea en su mentón con la yema del dedo, mientras el otro brazo yacía bajo su cabeza. Taeyeon se encajó en la curva de su cuerpo. Le parecía que, si decía algo, rompería el hechizo, el mundo real se materializaría y las separaría.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Taeyeon con un perezoso susurro.

—En que si alguien me hubiese dicho en el instituto que acabaríamos así, no lo habría creído. Taeyeon se rió.

—Seguro que le habrías dado una buena tunda. Tiffany sonrió.

—Lo dudo. Me habría conformado con amenazarle.

—Pues yo no lo dudo.

—Taeyeon, sé que te lo hice pasar muy mal. No pretendo disculparme, pero me costaba mucho hablar con la gente.

—Por lo que recuerdo, se te daba muy bien hablar con todo el mundo menos conmigo. — Tiffany no percibió la menor acusación en las palabras de Taeyeon. Su tono era adormilado, sereno, saciado, igual que los sentimientos de la propia

Tiffany. «Déjate llevar. Sólo tienes que perderte en el aroma, en las sensaciones, en el recuerdo de estar con Taeyeon.» Todo aquello acabaría muy pronto. Taeyeon se marcharía al día siguiente. Aunque aceptase mantener el contacto, no duraría mucho y al final su relación moriría sola. ¿Relación? No era una relación. Se trataba sólo de o. ¿O no?

—Eso no es cierto, Taeyeon.

—¿Qué no es cierto?

Mejor se quedaba callada. Taeyeon no tardaría en dormirse.

—Me costaba mucho hablar con casi todo el mundo, y especialmente contigo.

Taeyeon permaneció en silencio tanto tiempo que Tiffany creyó que se había dormido. Continuó hablando porque necesitaba hacerlo. Tenía que liberar las palabras o seguir fingiendo.

—Era demasiado joven para entender mis sentimientos. Me enamoré de ti como una loca, Taeyeon. Y no quería ser lesbiana. Mi padre... decía que los homouales eran unos enfermos. Así que creí que lo que sentía al verte estaba mal. ¿Taeyeon?

Tiffany se movió y la miró. Las leves pestañas ensombrecían las mejillas de Taeyeon, cuyo aliento había adquirido la cadencia del sueño. Tiffany se relajó.

Daba igual. Seguramente a Taeyeon no le interesaba nada su complicada niñez y mucho menos su complicada vida de adulta. Lo único que la reclamaba estaba en casa, alejada de todo. Era su única bendición. Había cometido muchos errores, pero, con un poco de suerte, su hija nunca se enteraría.

Taeyeon se despertó cuando notó que Tiffany  se levantaba de la cama antes del amanecer, pero fingió un profundo sueño. No era su intención dormir con Tiffany, aunque, a decir verdad, tampoco deseaba mantener una conversación seria. Si Tiffany se sinceraba, también ella tendría que hacerlo, y no le apetecía despedirse para siempre. Aún no. Taeyeon oyó a Tiffany en el cuarto de baño, pero continuó inmóvil. Sabía que era una estupidez no levantarse, no disculparse, hacerse la dormida, pero algo la mantenía clavada a la cama. No, no era una sola cosa Tiffany la había hecho demasiado feliz, estaba casi dispuesta a olvidar que aquélla era la misma persona que la había maltratado en el instituto, la misma persona que deseaba hacer el amor con ella a pesar de estar casada. Al oír el sonido de la ducha se dispararon sus aprensiones. No, hacer el amor no. Aquello no había sido hacer el amor. ¿O sí? ¿Cómo diablos podía saberlo?

«Pero se va a divorciar.

¿Y eso lo arregla todo?

¿Desde cuándo soy tan mojigata?

Yo no he hecho ninguna promesa. ¿Qué me importa a mí que Tiffany engañe a su marido?

Sí que me importa. Y ahí está el problema.»

Taeyeon se alegraba de tener el pelo largo, porque así le cubría la cara. Oyó cómo Tiffany se sentaba ante la mesa y el ruido que hacía al escribir una nota. Era un alivio que se fuese. Se sentía demasiado confundida y culpable para mirarla en aquel momento. Le pareció que Tiffany se acercaba a la cama y la imaginó de pie, con aquel precioso vestido negro, los zapatos en la mano, el pelo suelto y... ¿cuál sería la expresión de su rostro? Taeyeon no se movió cuando los labios de Tiffany rozaron la comisura de su boca. Apretó los puños bajo las sábanas, negándose a responder, a pesar de que su cerebro le exigía a gritos que dejase de ser una cobarde y le preguntase a Tiffany por qué se marchaba tan pronto. Permaneció completamente inmóvil mientras la presencia de Tiffany se difuminaba. La puerta se abrió y hubo una larga y silenciosa pausa. Imaginó a Tiffany mirándola antes de cerrar la puerta.

Tiffany entró en su casa y se dirigió a una pequeña habitación situada al fondo del pasillo. Se detuvo en la entrada y contempló la pequeña figura encogida bajo las sábanas. Sonrió por primera vez desde que se había despertado entrelazada a Taeyeon. A Olivia le daba miedo la oscuridad. Creía que cubriéndose la cabeza con las sábanas se protegía de los monstruos ocultos entre las sombras. Al principio, Tiffany temía que se ahogase, pero su madre le aseguró que no le ocurriría nada.

Cuando Tiffany decidió tener un hijo, su mayor preocupación fue la salud de la criatura. Y, por primera vez en su vida, empezó a cuidarse. Si no hubiese sido por Olivia, tal vez no habría convertido su afición a la gimnasia en un medio de vida. La sonrisa de Tiffany se extinguió. Olivia era la prueba de que su padre estaba equivocado. No era una mierda ni una fracasada. Una fracasada no habría hecho algo tan perfecto.

La siguiente visita que hizo Tiffany fue a la habitación de su madre. La puerta del dormitorio de Olivia, estaba abierta, aunque la niña solía dormir profundamente.

Tiffany, ahora que estaba en casa, la cerró.

—Estoy despierta —dijo su madre, aunque resultaba evidente por su tono de voz que no estaba muy despierta.

Tiffany  dudó y, luego, entró en la habitación.

—¿Cómo ha ido todo? —Suzanne Hwang se incorporó en la cama y se frotó los ojos. Con los negros cabellos despeinados y el rostro abotargado por el sueño, parecía tan inocente como la niña de cuatro años a la que cuidaba.

—Se lo han tomado increíblemente bien. Si no los conociese, diría que ya se lo esperaban.

—¿Crees que han averiguado lo de Nick? Tiffany se sentó en la cama de su madre. Se le había ocurrido que los Horvejkul sabían que Nick y ella eran marido y mujer sólo nominalmente, pero, cuando se lo comentó a Nick, éste se había reído.

—Nick cree que, si lo hubiesen sabido, habrían dicho algo.

—Tal vez, pero a veces es más fácil ignorar las cosas y esperar a que pasen.

—No creo que hubiesen estado tan tranquilos si lo hubiesen sabido.

—¿Y tú cita? Como llegas tan tarde, supongo que salió bien.

Tiffany se puso colorada. Su madre y ella habían arreglado su deteriorada relación cuando estaba embarazada de Olivia. De joven, Tiffany necesitaba una madre con la que hablar, alguien que la defendiese cuando su padre la insultaba tras encontrar sus recortes de revistas con fotos de mujeres pegados en la puerta de su armario. Aunque Tiffany aún no había superado la amargura que asociaba con sus últimos años en casa, había recurrido a su madre cuando supo que estaba embarazada. Y su madre, con gran sorpresa por su parte, reaccionó como una madre.

Abrazó a Tiffany y le prometió cuidarlas a ella y a la niña siempre. Y lo había hecho.

 

Tiffany  se levantó.

—Voy a cambiarme antes de que Olivia se levante y empiece a preguntar por qué su madre lleva el mismo vestido de anoche.

—Es un vestido precioso.

Tiffany esbozó una tímida sonrisa ante el cumplido de su madre y se alisó el vestido sobre las caderas.

—Me sentía bien con él hasta que Barb dijo que tenía los brazos demasiado musculosos.

—¿Y qué le pareció a Taeyeon?

Tiffany sonrió al recordar su mirada de admiración. Habría aguantado cien comentarios despectivos por parte de Barb Horvejkul a cambio de que Taeyeon la volviese a mirar de aquella forma.

—Creo que le gustó mucho.

—¿Hablasteis?

La sonrisa de Tiffany se desdibujó.

—Me parece que no desea hablar del pasado, y no quiero arriesgarme... —Se encogió de hombros—. En realidad, no la conozco, mamá. Me gustaría, pero no es buen momento. Ella vive en Portland, y yo aquí. Tengo que pensar en Olivia. A las mujeres como Taeyeon no les gustan los niños.

—¿Estás segura? Acabas de decir que no la conoces.

—La conozco lo suficiente como para comprender que, si quisiese hijos, ya los habría tenido. Es inteligente, decidida. — Tiffany hizo un gesto de indiferencia—.

Siempre lo fue. Y aunque aceptase probar, no quiero que Olivia le coja cariño y luego Taeyeon desaparezca de su vida porque la niña no encaja en sus planes. Olivia tiene una edad en la que ya echa de menos a la gente. Me ha preguntado dos veces por qué Nick no vive aquí.

—¿Estás preocupada por Olivia o por ti? Tiffany se inclinó, abrazó a su madre y, luego, se dispuso a marcharse.

—Por las dos.

 

Cuando Tiffany se fue, Taeyeon se quedó en la cama varios minutos, debatiéndose entre la frustración por no haber tenido el valor de despedirse de ella con un beso y la cordura de no haberlo hecho. Resultaba difícil no ir más allá del o. Si Tiffany se hubiese dado cuenta de que estaba despierta, habrían hablado, y habría tenido que contarle toda la verdad: por qué se encontraba allí y para qué la habían contratado. Taeyeon se levantó. Se ruborizó al sentir un hormigueo en los puntos sensibles y sonrió al  percibir el aroma de su propio cuerpo. No le importaría volver a la cama y revivir las experiencias de la noche anterior. Cogió la carta que le había dejado Tiffany y la leyó un par de veces para cerciorarse de que la entendía.

Taeyeon, siento marcharme de esta forma, pero tengo que ver a una clienta dentro de dos horas. Me cuesta mucho dejarte y por eso te escribo esta carta. Sé que soy cobarde, aunque seguramente estás acostumbrada a verme actuar así. Intenté explicártelo anoche, pero me dio la impresión de que no querías saber nada del asunto. Por desgracia, yo no puedo pensar en otra cosa. Si nos encontrásemos dentro de un año, tal vez todo sería distinto, pero en este momento mi vida es muy complicada. Seguro que para ti esto no pasa de ser una aventura divertida, pero yo no puedo permitirme el lujo de embarcarme en ese tipo de diversiones.

Lamento haberte tratado tan mal en el instituto. Sé que no tengo disculpa, pero en aquella época las cosas eran difíciles en mi casa debido a mi ualidad, y tú representabas lo que yo creía que había de malo en mí. Pensé que, tratándote con crueldad, dejaría de desearte. Pero fue peor, y ahora debo asumir también esa culpa.

 

Sé que tienes tu vida en Portland, tu trabajo y otras cosas importantes, pero, si algún día cambiase todo o si quieres hablar en serio de lo que hubo entre nosotras en el pasado, aquí estoy. No voy a escapar.

Tiffany.

Taeyeon dejó la nota sobre la mesa y se dirigió al baño para ducharse. Así que se trataba de eso. Tiffany le daba a entender, sin decirlo crudamente, que no volvería a verla.

Taeyeon contempló la toalla húmeda, cuidadosamente doblada, la colgó en el toallero y abrió el grifo de la ducha. Mientras se enjabonaba, insultaba a Tiffany con términos que ojalá hubiese conocido cuando estudiaban en el instituto. Se tranquilizó al darse cuenta de que estaba más herida que enfadada. En realidad, no tenía derecho a sentirse herida. Tiffany  se había limitado a hacer lo que debería haber hecho ella misma si las cosas hubiesen seguido por aquellos derroteros.

Taeyeon comprendió que había perdido la objetividad. «Si alguna vez la tuve, que no creo.» No debería haber ido allí. Había cobrado dinero por hacer un trabajo y se había acostado con una mujer casada cuya promiscuidad debía demostrar. ¿En qué lugar la situaba aquello? Taeyeon cerró el grifo, abrió la puerta y buscó la toalla. Cuando su mano rozó el tejido húmedo, se dio cuenta de que era la toalla que había usado Tiffany, pero de todos modos la cogió. La acercó a la nariz y cerró los ojos. No olía a Tiffany, sino al jabón del hotel. Taeyeon arrojó la toalla y cogió una seca. Se frotó el cuerpo con energía, apretando los dientes en un gesto de decisión.  Tenía razón: aquello había sido un error desde el principio. Era hora de darlo por terminado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Hola a todos mis lindos lectores :3 REGRESE!!!! ahora que ya me no hare la adaptacion del Intercambio :c terminare las otras y unas 2 nuevas que hare aparte de esta y 10 dias para T xD gracias por su paciencia y por no abandonarme :3

 

 

 

Los quiero ... PERDONEN SI HAY ERRORES xD

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 13: Que ha pasado? Porque desde el 2016 abandonaste la historia? Actualiza por favor es año 2020 y de seguro ya estas en mejor momento.
FlaCastro #2
Chapter 13: Graciiiiiias por actualizaaaar!!!! Estamos aqui atentoooos!! :3 :3 :3 :3
Enssei #3
Chapter 13: Ahh, no puede ser...
Drama dramita dramón, infaltable
Gracias por actalizar ♥
strawberryhearth #4
Chapter 8: gracias por continuarla. esta historia es muy bonita
KazKaz18 #5
Chapter 13: Como lo dejas ahí..... -.-
saramarmota #6
Chapter 13: hoooo margot
itaeyang9 #7
Chapter 6: Este capitulo me dejo sin aire ... lol
Gracias por el fic:)
FlaCastro #8
Chapter 12: Ooooh por Dios~ actualizanos pronto porfavooor~ amo esta historiaaa!! Porfavoor
saramarmota #9
Chapter 12: por que se quieren complicar tanto
LlamaAmerica #10
Chapter 12: Porque se complican tanto :'(