Celebración del décimo aniversario de la promoción del instituto Roheibeth.

A Taeyeon le pareció un buen plan. Todo iba muy bien hasta que noto un hormigueo en el clítoris. En cuanto ocurrió tal cosa, mejor le hubiera sido olvidar viejos demonios y mandar al infierno la celebración del decimos aniversario de su instituto. Disfrutaba de buena posición había montado su propio negocio al licenciarse en la universidad y se había reinventado mental y físicamente ¿Qué le importaba que aquella gente se enterase de lo bien que le había salido todo? Se había pasado más de una hora entre ellos sin que nadie la saludase Si , los vio murmurar mientras intentaban identificarla.
Y le pareció que uno de ellos, un tipo bajo rechoncho, con pecas en la nuca y unas gafas que parecían de saldo la reconocía. 

A Taeyeon no le molestaba que no la reconociesen y que no la saludasen. La mujer del corte de pelo asimétrico, con un vestido negro corto y zapatos de tacón a juego, era muy distinta a la chica de largos cabellos, flaca y en mala forma física de diez años antes. Taeyeon no se había puesto un vestido o una falda hasta su segundo año en la universidad, y por eso le gustaban tanto. Se sentía como si se hubiese disfrazado. En realidad, no le hacía falta disfrazarse para asistir a una reunión del instituto. Si les hubiesen preguntado una semana después de graduarse, dudaba que ninguna de aquellas personas hubiese identificado a Kim Taeyeon en una rueda de reconocimiento.

Se había refugiado en un rincón, donde, con la espalda apoyada en la pared, se dedicaba a observar a personas, a las que apenas reconocía, que se dirigían con aire nervioso al gimnasio. El hormigueo en el clítoris comenzó cuando vio en la entrada a una deslumbrante castaña vestida con una camisa blanca y pantalones negros. A Taeyeon la sorprendió su excitación. «Es increíble. Nada durante meses y de repente se despiertan todos mis sentidos al ver a Tiffany Hwang, precisamente.» Taeyeon ignoró su tendencia a esconderse tras el pelo que se había cortado años atrás y la miró sin disimulo.

La foto que le habían dado de Tiffany Hwang no le hacía justicia. En la imagen no se veía su aire de confianza al inclinarse para dar su nombre a la mujer de la mesa de inscripciones. Una foto no podía acelerar el corazón de Taeyeon como se aceleró al ver la sonrisa de Tiffany mientras se ponía su etiqueta de identificación. Tiffany dijo algo a la esposa del antiguo delegado de su clase mientras se colocaba la etiqueta en la camisa, sobre sus generosos pechos. «¡Oh, Dios, ayúdame! ¿Cómo había olvidado algo así?» Taeyeon recordaba que los pechos de Tiffany eran más pequeños que los suyos. No era plana, ni mucho menos, pero estaba muy lejos de aquel par perfecto que Taeyeon tenía ante sí. «¿Un par perfecto? ¿Qué diablos...? No olvides con quién tratas y por qué estás aquí.»​

Tiffany sonreía y hablaba con la gente que se le acercaba, pero sin integrarse en ningún grupo. De vez en cuando alzaba la cabeza y recorría el lugar con la vista, como si estuviese buscando a alguien o creyese que la observaban. Taeyeon apretó la mandíbula y se apartó de la pared, pero dejó de moverse cuando Tiffany la miró. La sonrisa que adornaba la cara de Tiffany desapareció. A Taeyeon se le aceleró el pulso mientras miraba a los ojos de la única persona que esperaba que la recordase. Desde aquella distancia Taeyeon notó que el rostro de Tiffany cambiaba de color. « ¿Se había ruborizado?» La Tiffany que ella recordaba nunca se ruborizaría. Taeyeon se​ dio cuenta de que estaba muy excitada, a pesar de que hacía mucho tiempo que no sentía algo tan intenso. Tiffany no hizo ademán de dirigirse a ella, pero, a juzgar por su reacción, era evidente que la había reconocido. El plan, si realmente tenía alguno, se había ido al garete. No sentía lo que había esperado sentir. ¿Dónde estaban la furia y la justa indignación?​

—¿Kim Taeyeon? ¡Eres la última persona del mundo que esperaba ver en esta farsa!

De mala gana, Taeyeon desvió la vista de Tiffany para fijarse en un par de alegres ojos verdes. El brillante cabello de color rojo era nuevo, pero la expresión traviesa bastó para que Taeyeon reconociese a Lara Coulter, su compañera de laboratorio en el instituto y miembro, como ella, del grupo menos popular.

—¡Qué vestido tan bonito, Tae! ¿Tú también te has operado?

—¿Operado? —Taeyeon se miró los pechos—. No, son míos.

—¿De verdad? —Lara se acercó a ella y miró el interior del escote—. Preciosos, pero no me refería a ellos, sino al LASIK. ¿A qué es lo mejor para no tener que seguir usando gafas bifocales?

—Sí, es fantástico. —Taeyeon estiró el cuello para localizar a Tiffany, que se había escondido en alguna parte.

Taeyeon se centró entonces en Lara y se relajó al darse cuenta de que su amiga había cambiado mucho en un sentido y muy poco en otro. El carácter teatral de Lara se había desarrollado. Llevaba el brillante pelo rojizo recogido en lo alto de la cabeza y completaba el peinado con unos largos pendientes de margaritas multicolores. Milagrosamente, Lara había logrado encontrar un vestido que tenía casi todos los colores de los pendientes. Cuando estudiaba en el instituto, su pelo era negrísimo, a juego con su sombra de ojos y el lápiz de labios. Siempre había llamado la atención, pues era la única estudiante gótica de la clase.

Taeyeon no entendía por qué la habían invitado. Su único afán había sido no desentonar, aprobar y pasar totalmente inadvertida. Lo había conseguido en gran parte, salvo con Tiffany Hwang.

Taeyeon se inclinó para dar a Lara «el abrazo de niña buena con el cuerpo separado», pero Lara la rodeó con los brazos y la besó directamente en la boca. Taeyeon parpadeó y retrocedió.

—¿A qué ha venido eso?

Lara se encogió de hombros.

—Siempre me he preguntado cómo sería besar a una mujer, y tú eres una de las pocas lesbianas que conozco. Taeyeon torció el gesto.

—¿Cómo sabes que soy lesbiana? Lara arqueó las expresivas cejas y Taeyeon reparó en que también se las había teñido.

—¿Acaso no lo eres? Taeyeon suspiró.

—Sí, claro, pero ¿cómo...?

Taeyeon percibió un movimiento por el rabillo del ojo y se volvió. Tiffany estaba muy cerca, con una extraña expresión en el rostro. ¿Había visto cómo la besaba Lara? Y si lo había visto, ¿qué? Taeyeon se sintió angustiada por una pregunta para la que no tenía respuesta. Recordó haber experimentado una sensación similar en el instituto, en las escasas ocasiones en las que había hablado con Taeyeon. Con gran alivio vio que alguien se ponía delante de Tiffany e impedía el contacto.

—Vaya, antes odiabas el gimnasio y ahora parece como si vivieras en él.

—¿Qué? Ah, sí, hago un poco de ejercicio.

—Ya, un poco. Yo apenas aguanto Tres minutos de abdominales. Me gusta tu peinado. El corte asimétrico te sienta de maravilla, pero podrías hacerte unas mechas.​

Toma mi tarjeta. Vives en Portland, ¿no? —Taeyeon asintió—. No hace falta que pidas cita. ¿Cuándo vuelves a casa?

—Aún no lo he decidido. Pensaba quedarme el fin de semana.

—¿En Roheibeth? ¿Y para qué? Yo regreso a Portland mañana temprano.

Taeyeon iba a dar la misma explicación que había dado en su empresa sobre la necesidad de tomarse unas vacaciones, pero su atención se centró de nuevo en Tiffany. La recordaba como una figura amenazante y nunca habría imaginado que se convertiría en una mujer tan hermosa. Taeyeon reconoció la sonrisa. Jamás se la había dedicado a ella, pero la forma de mirar, de ladear la cabeza mientras escuchaba, incluso la blancura de sus dientes le resultaban familiares. Era como si los años se hubiesen esfumado y ambas estuviesen otra vez en el instituto.

—¡Caray, qué guapa es! —susurró Taeyeon.

Lara siguió su mirada hasta la pareja que mantenía lo que parecía ser una conversación íntima en el centro de la estancia.​

—Sí que lo es.

Taeyeon miró a Lara y, luego, a Tiffany.

—Parece como si ese tipo se le fuese a echar encima.

—¿No estará perdiendo el tiempo? Siempre creí que era homoual.

Taeyeon no miró a Lara cuando respondió:

—Está casada.

—¡No me digas! ¿Estás segura de que no es lesbiana?

«Ni la menor idea.» Taeyeon se esforzó por no manifestar su irritación.

¿Cómo se había enterado Lara de algo así, y ella no? En el instituto siempre había pensado que Tiffany era heteroual. Nunca se la había imaginado teniendo ningún tipo de relación, a menos que se contasen como tal las burlas, los empujones y las malas caras. Diez años antes había dos clases de alumnos en el instituto de Roheibeth: los maltratadores y los que llevaban el dinero de la comida en dos bolsillos, para que así les quedase algo con que comprar una bolsa de patatas fritas. Tiffany Hwang era su maltratadora, su torturadora, la única persona que no había logrado arrinconar en lo más profundo de su memoria a pesar de los años transcurridos.

—Chica, bebía los vientos por ti —comentó Lara.

—¿Por mí? La expulsaron por mi culpa, ¿te acuerdas? Me odiaba, y el sentimiento era mutuo.

—Creo que ahora se te presenta la ocasión de hablar de ese sentimiento mutuo. Viene hacia aquí.

A Taeyeon se le paralizó la lengua antes de responder. En efecto, Tiffany iba hacia ellas. Su mirada directa no dejaba lugar a dudas: tenía un objetivo, que era Taeyeon.

—Me ha encantado verte. Espero que mantengamos el contacto. Hasta luego.

Taeyeon iba a decirle a Lara que no se marchase, pero su amiga ya se había perdido entre la multitud, ebria y tambaleante.

Taeyeon miró hacia la derecha, sonrió, saludó a alguien que no conocía y procuró disimular su nerviosismo. ¿Por qué tenía tanto miedo? Había pasado mucho tiempo y las cosas habían cambiado. Ella había cambiado. Ya no era una adolescente flacucha y torpe, atormentada por una agresora mucho más fuerte e increíblemente alta.

—Hola, Taeyeon. Seguro que no te acuerdas de mí, pero...​

—Claro que me acuerdo —se apresuró a decir y le sorprendió la frialdad de su propia voz. Tiffany se puso pálida cuando Taeyeon añadió—: ¿Crees que diez años bastan para olvidar todo lo que me hiciste?

Continuara .......

#I4thWin!

Primer capitulo solo quiero decir que esta historia no es tan larga y espero que les guste gracias por los up y suscriptores xD