Cap. 2

Una adicción llamada Lee Chaerin
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La oficina me esperaba a las ocho de la mañana, como cada día.

En la puerta, bajo mi nombre. « Sandara Park » y el de mis dos compañeros del o masculino, decía « Director de proyectos » Nos llamaban « Fondos de directores de proyectos » El trabajo representaba en mi vida bastante más de lo que yo estaba dispuesta a admitir. No me sentía a gusto cuando estaba lejos de la oficina durante mucho tiempo, como por ejemplo durante las vacaciones o las bajas por enfermedad, y siempre me alegraba muchísimo de volver a sentarme en mi mesa.

Muchas veces, sólo el trabajo me había ayudado a superar mis crisis personales.

-¡No sé ni dónde empezar! ¿Dara has visto todo esto? –Mi colega Daesung manifestó sus habituales lamentos en cuanto me vio,  yo sonreí, aunque involuntariamente. A pesar de que mis colegas y yo no teníamos nada en común en el terreno personal, lo cierto es que me caían bien, lo cual hacía que trabajar juntos fuera muchísimo más fácil.

-Bueno, Dae, no eres el único que tiene un montón de cosas que hacer. Estamos todos hasta el cuello de trabajo.

Mi respuesta estuvo a la altura de sus expectativas, lo mismo que el resto de mi comportamiento habitual. Aquel era nuestro ritual diario: él sólo me escuchaba a medias, de la misma forma que yo prestaba muy poca atención a sus comentarios sobre cómo se presentaba el día, o bien los contestaba de forma inercia.

Todo servía para darnos la sensación de estar muy unidos, y no nos distraía en exceso. En lo profesional, estábamos muy atareados con dos proyectos tan distintos, que raramente manteníamos una conversación profunda.

Mi otro colega Seungri entró por la puerta con su habitual sigilo y me vio.

-Buenos días Sandara. –Dijo, lo cual era, como yo ya sabía por experiencia, el inicio de una conversación de trabajo. Y no me decepcionó. -¿Ya le has echado un vistazo a lo que te dejé en la mesa?

Me giré y descubrí su informe abandonado sobre la pila de papeleo que se amontonaba en mi mesa. Negué con la cabeza.

-No, todavía no. –Dije. –Yo también acabo de llegar. –Me acerqué a la mesa y le eché un vistazo rápido al informe. -¿Has adaptado el plan, como acordamos ayer?

Él asintió.

-Y también he introducido en el anteproyecto los cambios que querías. Creo que así reduciremos tu proyecto en unas doscientas horas de mano de obra. Ya lo verás en el esquema del proyecto. He impreso una copia de la nueva versión.

-Muy bien. –Le sonreí, aunque con un gesto un tanto ausente, pues mi mirada ya se había desplazado hacia el siguiente papel. Mi mente era un hervidero de propuestas y soluciones alternativas. Tenía puesto el chip del trabajo.

A lo largo del día, el trabajo demostró ser una distracción muy eficaz que me impidió pensar en las experiencias de la noche anterior. Por la noche, sin embargo, sufrí una autentica tortura.

Mirara donde mirara, veía su cara, sus ojos, su forma de mirarme; a veces veía también sus manos y la forma en que me había… No, mejor no pensar en eso. Deseaba verla, pues no podía dejar de pensar en ella. Me sentía como una adicta que estaba pasando por el síndrome de abstinencia. No me hubiera extrañado nada que alguien hubiera intentado venderme droga de camino a casa.

Enamorada de una a… ¡Increíble! Planeé con todo detalle nuestro siguiente encuentro.

Transcurridas un par de semanas, me iría a dar una vuelta por la ciudad y me encontraría casualmente con ella. Nos saludaríamos cordialmente, compartiríamos un banana Split en una heladería cualquiera y charlaríamos sobre nuestras experiencias en común.

-¿Te acuerdas de lo mucho que disfrutamos del o aquella noche?

Y luego quedaríamos para tomar café otro día. Una amistad bonita y sin complicaciones. << ¡Pues sí que estamos apañadas. –Me dije. –Dentro de un par de semanas ya estaré muerta! >>

Aquella última noche apenas y pegué ojo cuando llegué a casa. Con el ajetreo que tuve en el trabajo aquel día, casi ni me cuenta de que apetito también se había reducido considerablemente, pero después fui consciente de que ni siquiera había ido a comer con Daesung y Seungri como de costumbre.

Ni comer, ni dormir…

¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una persona en esas condiciones?

Con la descabellada esperanza de encontrármela << Por casualidad >>. Esa misma tarde, Salí del trabajo a las cinco en punto y vagué sin rumbo fijo por las calles. Y también me tomé un banana Split, pues hasta el destino se merece una oportunidad.

Me di por vencida cuando empezó a oscurecer. Una vez en casa, no hice más que dar vueltas en la cama; tuve la sensación de que acababa de cerrar los ojos, pero en realidad ya era de día.

Hice café, me lo bebí, hice más café y también me lo bebí. Mis nervios me lo agradecieron con un temblequeo incontrolable. En dos días no había comido nada, excepto el banana Split. Tomé el teléfono, llamé y dije que estaba enferma, pues en esas condiciones no me veía capaz de trabajar. Tampoco quería salir otra vez a pasear por la ciudad, porque eso me induciría a seguir buscándola, así que me dediqué a recorrer mi apartamento como un tigre enjaulado: del balcón a la ventana y de la ventana al balcón.

Consulté el reloj: eran las ocho de la mañana. Demasiado pronto para llamar a alguien como ella. Esperé hasta las nueve y luego busqué la tarjeta con su número de teléfono. La llamé a las nueve y cuarto. Seguramente aún dormía, debido a esa tendencia suya de acostarse a las tantas…

Contestó diciendo: Habla CL ¿que desea? Me pareció que estaba bien despierta. Yo me presenté diciendo mi nombre, un poco menos despierta que ella.

-¿Sí? –Dijo, en tono de expectación. –Me gustaría… -No sabía muy bien que decir. -¿Podría…? –No quería concertar una cita con ella, al menos no oficialmente.

-¿Quieres venir? –Me preguntó con mucha tranquilad. –Sí. –Aquella era la parte más difícil. Expulsé aire ruidosamente. -¿Cuándo? –Me preguntó, en el mismo tono de tranquilidad.

¡Ahora mismo si puede ser! Por supuesto, no podía decírselo así, y por ese motivo dije:

-¿Hoy? –Traté de imitar su tono de voz, pero a ella le salía mucho mejor.

-Está bien, me parece bien. ¿A las once? –Esperó mi respuesta. –En realidad, tenía pensado ir a la ciudad ahora y… -Dije. –No. –Rehusó con firmeza. –Antes de las once no puedo.

¡Eso significaba que probablemente estaba con una clienta, o la estaba esperando! ¿Se puede estar celosa de una a? Yo sí.

Antes de ser capaz de contestar, tuve que tragarme el nudo que se me había formado en la garganta.

-Está bien, pues entonces a las once. –Dije, con una voz más o menos normal, o por lo menos eso pretendía.

Colgó sin decir ni Pío. ¡Decididamente, no estaba sola! Mi imaginación se dedicó a torturarme con imágenes de su habitación. Mientras ella hablaba conmigo, probablemente había otra mujer desnudándola, acariciándola, besándola… Pero yo me habría dado cuenta ¿no? Su tono de voz era muy tranquilo, aunque eso no significa nada. << Es una puta, no siente nada cuando… >> ¿En serio? Yo no lo recordaba así.

El minutero del reloj parecía contar horas en lugar de minutos. Cada vez lo miraba, tenía la sensación de que apenas se había movido. Me cambie de ropa por lo menos cinco veces, aunque tampoco es que hubiera muchas combinaciones posibles en mi armario, solo camisas y pantalones de varios estilos. Casi no tenía faldas ni vestidos. Primero, los vaqueros me parecieron demasiado informales;  luego los pantalones de pinzas me parecieron demasiado formales; la camisa a cuadros de franela era demasiado rustica y la de seda, demasiado sensible al sudor.

<< Pero bueno, ¿A dónde te crees que vas? ¡No de verdad! Te comportas como si tuvieras planeado acudir a una especie de cita. ¿Ah, sí? >> Bueno, en realidad me sentía incapaz de clasificar aquel encuentro. Tenía la sensación de estar comportándome como si me dirigiera a una cita romántica, y en realidad me sentía así, pero mi mente tenía las cosas más claras: No se trataba de eso. Era, simplemente, una cita en la que yo pagaba y a cambio recibía o.

Finalmente, el reloj marcó las once menos quince minutos. No creo que apreciara en especial el hecho de que yo llegara demasiado pronto, y la verdad es que yo vivía justo en la otra esquina, así que esperé cinco minutos más. Cuando llegué a la puerta, faltaban un minuto para las once. Llamé al timbre y durante un espantoso segundo pensé que me había dado plantón y no estaba en casa.

Después, sin embargo, oí pasos. ¿Y si era otra clienta de la que se estaba despidiendo? No, no sería capaz de hacerme eso… ¿O sí? Cuando se abrió la puerta, apareció ella. Sujetó la puerta y se hizo a un lado.

-Pasa. –Me dijo.

Al pasar junto a ella, me llegó un perfume muy fuerte. Me pareció incluso más alta que la otra vez, lo cual no era de extrañar teniendo en cuenta los zapatos de tacón de aguja que llevaba.

Evidentemente, estaba vestida para recibir clientas: Llevaba una falda naranja, sujetada a ella por unos tirantes en sus hombros “CHANEL” se leía en ellos, unos zapatos que por lo menos la hacían diez centímetros más alta, medias negras y una blusa de manga larga negra. Definitivamente, su atuendo no era el de una a, pues muchas mujeres salían a la calle vestidas así, pero me imaginé lo atractiva que le habría parecido con esa ropa a la mujer que acababa de marcharse, me imaginé como le había bajado esos tirantes…

Avanzó unos cuantos pasos. -Me maravillo verla caminar sobre aquellos zapatos. –Me señaló el sofá.

-Siéntate y tómate algo, si quieres. –Sonrió. –Supongo que te sentirás más cómoda si me cambio de ropa.

La observé mientras se alejaba y desaparecía tras una puerta que había a la izquierda. Me di cuent

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Comments

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Tamtam45 #1
Chapter 23: Me encantaria que hicieras segunda parte, esta hermosa la historia
mariajoo #2
Chapter 23: As una segunda parte
Yukisoralenali #3
Chapter 2: Mmm que puedo decir tu forma de narrar es genial, la historia es diferente, fresca, sale del contexto habitual quien se imaginaria a una CL de a, por lo general la ponen como la chica mala que es popular y eso; pero tu historia deja algo diferente y significativo no todo sera hermoso en la vida siempre habra problemas con la pareja, me encanto tu historia y he leido tus otras historias, realmente no tengo mucho tiempo leyendo fanfic y todo eso a lo mucho tendre 2 meses es muy poco, pero me gustan tus historias son geniales; no cualquier persona tiene un talento como el tuyo, tu don para imaginar es impresioante, me encantaria que nunca dejaras de escribir historias y mas CHaera XD jajaja
Te has ganado una fan incondicional de verdad no dejes de escribir, imaginar y soñar, eres buena y espero muchas historias tuyas, te estare esperando eb esta pagina y cambias el lugar de publicacion avisa por fa para seguirte
Att: una nueva fan que te la has ganado incondicionalmente
liizzyLee #4
Chapter 23: Alecchi tiene mucha razón y coincidió totalmente con mi opinión, pero yo no lo abría hecho mejor ....
Adore el fic ya lo leo por 2° ves..... felicidades :3
unicornis #5
Chapter 23: Muchas gracias por escribir esta historia, por favor tráenos más historia y seguire tus otros fics :)
Gracias y saludos :D
Yvetth #6
Chapter 23: Ame el cap Lizie la vdd ha sido una gran historia
Y ya estoy esperando los otros fics
mariajoo #7
Que libro es?? Me podrias desir el titulo original
danielamorales
#8
Chapter 23: Queeeee!?! Acabo!?!? Porque!!!!?!?!,.....bueno mejor me calmo .....Gracias por esta magnifica historia....esparare con muchas ganas otras historias chaera !!!!
yulpage #9
Chapter 23: queeeee!!!!??? acabó??? TnT voy a morir en serio...
shdgsdhfghdf te amodoro(?) la adaptación simplemente es perfecta, espero que sigas escribiendo y actualizando tus demás fics; soy una fiel seguidora <3 :3