“Demoraste mucho.” LuHan le sonrió a MinSeok ladeando un tanto la cabeza con sus dos manos en sus bolsillos.

“Lo siento, supuestamente KyungSoo iba a venir con sus pruebas pero no apareció nunca. Bueno, esperé 15 minutos, no puedo decir que soy un esperador de primera.”

“¿Esa palabra siquiera existe?”

“No lo sé. Pero acabo de inventarla.” Dijo MinSeok llevando su índice a su propia nariz picándola y brindándole esa pequeña sonrisita torcida que solía poseer. El corazón de LuHan saltó. Vaya que ese chico había terminado por poner su mundo de cabeza. Recordaba que su madre le había dicho que el amor de verdad era difícil de encontrar, que era imposible enamorarse de la noche a la mañana, sin embargo, por alguna razón, el estar con MinSeok, era como estar en una especie de cuento de hadas en el cual todo era ridículamente perfecto. ¿En qué momento le había empezado a gustar MinSeok? Porque si bien cuando chocaron la primera vez, le había llamado la atención, pues… LuHan no estaba seguro en qué momento empezó a gustarle.

Bueno no era como si hubieran pasado mucho tiempo juntos. ¿Acaso era una de esas ocasiones en las que simplemente chocaban y de repente el amor los golpeaba con un mazo de madera como en los dibujos animados antiguos? Cómo le gustaba Tom&Jerry… Esperen, MinSeok estaba hablando, ah ¡Rayos rayos rayos! ¿Qué estaba diciendo?...

“Y así es como se obtiene queso gratis. Interesante ¿No?”

“Ah… Sí sí. Mucho.” Dijo LuHan asintiendo con la cabeza.

“No escuchaste nada ¿No es verdad?”

“Ah… No no.”

“Eso supuse.”

Ambos se pusieron a reír y MinSeok con una sonrisa le dio un suave codazo en sus costillas al menor, haciendo que ambos se miraran y con un “PFFFT”, se pusieran a reír cual par de idiotas.

“Ahh… ¡Bueno! ¿Y cómo iremos BaoZi?”

“Pues había pensado en bus.” Cuando MinSeok dijo aquello, LuHan lo miró con los ojos enormemente abiertos, y fue en ese momento en el que se arrepintió de haber dicho aquello. Una persona con el calibre de LuHan obviamente no iba a querer subir a un autobús cualquiera ¿Quién querría? MinSeok tragó saliva, e incluso abrió su boca para decir que podrían ir en taxi o algo por el estilo (aunque todo el dinero que había ahorrado en dicha semana se le fuera en un transporte privado), sin embargo una sonrisa emocionada se pintó en los labios de LuHan. De acuerdo, MinSeok no había contado con ello.

“¡¿Como en los buses de las series de televisión y dibujos animados?! ¡¿Iremos de paseo?!” MinSeok simplemente atinó a entrecerrar sus ojos y a mirarlo confundido, LuHan era tan… inocente. Y de hecho le gustaba que fuera así. Cuando lo vio por primera vez, gracias a su bonito rostro habría creído que era un chico bonito más que se creía lo máximo, sin embargo, no lo hacía, era fresco, era cool, divertido, transparente, MinSeok no debía de fingir ser alguien que no era y sentía que LuHan podía también ser él mismo. A veces se preguntaba cómo era que podía estar con SeHun y Kai en la misma habitación sin que explotara la tercera guerra mundial, y es que él era tan… lindo y dulce.

Subieron al bus. Y fue cuando se sentaron cuando MinSeok recordó que no tenía ni la más mínima idea de cómo llegar al lugar, oops. Oh bueno, recordaba que SuHo le había indicado qué carro tomar y dónde bajarse, era un centro comercial algo alejado de la Universidad, por lo que sabía que nadie los vería y no tendrían inconvenientes, SuHo realmente estaba ayudando mucho a MinSeok para no ser descubierto. Bueno, aunque éste pensara que él y LuHan tenían una especie de rara relación homoual. MinSeok le había hecho prometer a la ‘omma’ del grupo que no dijera ni una sola palabra de su salida. Con suerte la promesa sería cumplida.

“Rojo”

“Verde.”

“¡Rojo, rojo, rojo!”

“Verde…”

“Ese no es verde, MinSeok…”

“¡Sí lo es!”

“Es celeste…”

“¡YAH, Hay pocos autos verdes en Corea del Sur! ¡No es justoooo!” Gritó el mayor colocando sus manos en el cuello de LuHan y fingiendo que lo ahorcaba mientras éste cerraba fuerte sus ojos y fingía atoro moviéndose de adelante para atrás. Eran un par de payasos en efecto, y tal vez esa era una de las cosas que más disfrutaba LuHan del tiempo que pasaban juntos…

Cosas tan pequeñas como contar autos de tal color o ver las nubes que pasaban e imaginar posibles formas de éstas… o siquiera escuchar una canción en la radio y ponerse a mover la cabeza cual idiotas fingiendo conocer Metallica (cuando claramente no sabían qué rayos estaban escuchando), eran los pequeños detalles que hacía que ambos chicos adoraran esa extraña y muy divertida relación que tenían. El más alto sostenía una sonrisa realmente enorme en sus labios mientras el otro hablaba, y el más bajo no podía evitar arrugar su nariz y hacer caras raras al hablar a lo que el otro lo miraba.

Todo parecía perfecto en aquellos momentos.

“Quiero eso. Gánamelo LuHannie~” Repetía MinSeok mientras le hacía cosquillas manteniéndolo de espaldas a él, sin embargo, antes de que éste pudiera apretar el botón táctil de uno de esos juegos del PlayLand del centro comercial, PlayLand que por cierto estaba diseñado para niños.

“¡Entonces deja de hacerme cosquillaaaas!”

“Apft. Nena.”

“Tú más.”

Ambos se miraron y se rieron. Obviamente perdió el juego, y LuHan se excusó diciendo que la pantalla táctil no era ‘tan táctil’, mientras MinSeok parecía mover la boca murmurando ‘bla bla bla’s sin sentido.

“¡BaoZi! ¡Subamos esa roca, ESCALEMOS!”

“¡Pero-!”

“ES-CA-LE-MOS.” Una dulce mirada de posó en MinSeok, y éste tuvo que aceptar, no por la ternura de su mirada, sino porque sentía que LuHan era como uno de esos animes que se veían dulces pero escondían un cuchillo en su espalda y estaban listos para asesinar. Oops.

“Va a ser divertido.”

“Si tú lo dices…”

“¡No seas miedoso! Además ¿Qué mejor que hacerlo conmigo?”

MinSeok apretó sus labios mirando con indecisión esa enorme roca y viendo cómo un joven se le acercaba a LuHan y comenzaba a colocarle los cinturones de seguridad mientras le explicaba brevemente qué debía de hacer. Al parecer apretar el botón rojo era todo lo que debía de hacer. Woof. Sentía miedo, pero… LuHan en parte tenía razón… ¿Qué mejor opción que hacerlo con él? Recordaba que cuando estaba en el pueblo, JongDae, perdón, Chen (¿Por qué rayos se corregía el pensamiento?) le había dicho que experimentaran cosas nuevas, sin embargo, por alguna extraña razón nunca había aceptado hacer canotaje o cosas por el estilo. Pero por más que quisiera convencerse de que escalaría aquel lugar porque quería… había algo dentro de él que le decía que no lo hacía realmente por eso, sino porque LuHan quería… Y lo más curioso de todo era que… no le molestaba en lo absoluto.

“Sólo tenemos que apretar el botón rojo de ahí arriba.”

“No creo que pueda hacerlo LuHannie…” Murmuró MinSeok mirando a LuHan acercarse a la roca mientras cogía los pedazos de plástico colorido que sobresalían de esa enorme roca falsa… serían más o menos unos 20 metros o algo así. Dios… ¿Y qué pasaría si se caía? Sin embargo, todas sus inseguridades se desvanecieron en el momento en el que LuHan lo miró a los ojos.

“No pasará nada. Confía en mí.”

Sus rodillas temblaron, pero despertó de su estado de hipnotismo en el momento en el que sonó una fuerte campana de inicio. El juego había empezado y LuHan había comenzado a subir entre risas. MinSeok se apresuró a acercarse a la roca aferrándose de ella cual idiota.

“¡Dijiste que confiara en ti y subiste primero!”

“¡Mienteeees, el juego había ya empezado~!”

“¡Tramposoooo hahahaha!” MinSeok se puso a reír y terminó sorprendiéndose a sí mismo cuando vio que estaba subiendo rápidamente. Frunció un poco el ceño por la sorpresa, sin embargo sacando la lengua con una sonrisa se puso a subir más y más rápido, hasta que finamente pasó a LuHan. “¡Te voy a ganaaaar te voy a ganaaaar!” Estaba más o menos a unos 4 metros de la campana cuando en eso… Un grito.

“¡Ahhh!”

MinSeok volteó y lo que pudo ver fue a un LuHan que mantenía sus ojos cerrados y se mantenía aferrado de una sola roca. MinSeok se rió agitado. Sudor caía por su frente y su corazón yacía agitado y… vaya, sus mejillas ardían. “¿L-LuHan? Hahaha ¿Qué estás haciendo?” Preguntó parpadeando un par de veces.

“Y-Yo c-creo que le temo a las alturas…” Dijo agitado y tragando saliva con los ojos bien cerrados.

“Entonces avanza, terminemos y tirémonos para atrás, el chico dijo que sólo debíamos de tirarnos para atrás y bajaríamos despacio por las cuerdas.”

“¡NO!” LuHan abrió sus ojos arqueando sus c