“¿Y no vas a explicarme qué hacías sobre ese chico con tus labios sobre los suyos?” Preguntó Kris mientras miraba a Kai apoyar carne congelada contra su mejilla. En efecto, estaban en la casa de Kai. El moreno vivía cerca a la casa de SeHun, a un par de cuadras de la misma, o más bien… del PentHouse de SeHun. Gracias a la cercanía con la Universidad, el chico había podido ir nuevamente a casa luego de haber sido encontrado por Kris, arrodillado en el suelo abrazándose el estómago y quejándose del dolor. Por su lado, Kris atinó a no decir nada y ayudar a su amigo hasta llegar a su motocicleta y llevárselo a casa.

El chico de cabellos castaños le dirigió una mirada curiosa a su rubio compañero que yacía mirando fijamente una de las hermosas decoraciones de la sala del joven, vaya, que la madre de JongIn fuera una diseñadora de interiores era genial, lo que no era muy genial era el hecho de que el arte moderno era algo que simplemente jamás entendería. JongIn se tiró hacia atrás aún sobre su sofá mirando al techo. “Ya te dije que no lo besé.”

“Pues ya te dije que lo vi todo. Tendrás que explicármelo tarde o temprano, porque cuando Hun se enter-”

“¡SeHun no se tiene que enterar de nada!” Exclamó JongIn mientras fruncía el ceño y volteaba de inmediato su rostro a Kris, uno claramente enfadado. Dios, ni siquiera se podía imaginar la reacción de SeHun cuando se enterara de que había besado a otro chico.

“Y entonces ¿Por qué lo besaste?” El moreno fue sacado de sus pensamientos en el momento en el cual dicha pregunta terminó por llegar a sus oídos, haciéndolo nuevamente pisar tierra. De acuerdo, por más que moría por darle una explicación lógica a sus acciones… debía admitir que… simplemente no podía, tal vez era eso que TaeMin le había dicho más temprano.

“No lo sé…” Murmuró despacio mirando esos enormes ventanales de su edificio.

Era ya tarde, y el sol se ocultaba, La puerta del otro cuarto yacía abierta, dejando que de la terraza entrara algo de fresco aire y moviera los cabellos de ambos. Kris no decía mucho, pero cada que abría su boca y decía cosas en serio, realmente lo dejaba pensando cual idiota… Cómo odiaba cuando el rubio pensaba… Soltó la carne congelada dejándola caer sobre la mesa de café de la sala, por lo menos su mejilla ya no dolía como antes.

“¿No lo sabes? ¿O es que no quieres saberlo?” Preguntó el rubio volteándose y cogiendo su lata de soda que había dejado descansando en la mesa del comedor, empezando a beber un poco de ella al notar lo perdido que estaba su amigo.

“No es eso, es que… simplemente me gusta molestarlo, pero cuando me topé con él y sus cosas cayeron, simplemente me tomó por sorpresa, no esperaba que se le cayera todo ¿Sabes? Además ni fue mi culpa, él era el que andaba corriendo por ahí.” Murmuró con algo de desprecio y cruzando sus brazos.

“Uh, ya veo.”

“¿Y no vas a decir nada más?”

“Pues parece que quieres que lo diga, pero no te gustará mucho, porque si tengo que serte sincero, esperaba que esto fuera más un brotalk más que una intervención de niñas.” Dijo el rubio mirándolo sin poder evitar sonreír, sí que era divertido ver a JongIn así de desesperado y vaya que lo disfrutaría mientras durara.

Por su lado, el moreno estaba entrando en crisis, y notaba claramente lo bien que se la estaba pasando Kris, resopló entrecerrando sus ojos y no diciendo nada, sólo esperando a que el gigantón hablara. Kris se arregló sus cabellos cerrando sus ojos y pasando sus dedos por los mismos.

“Mira, si adoraras molestarlo, no te habrías preocupado tanto en arreglar las cosas con él persiguiéndolo por doquier.”

“No entiendo…”

Facepalm. Kris suspiró profundamente mirándolo a los ojos ¿Y luego se atrevían a decir que él era el bobo del grupo cuando JongIn podía ser así de denso? Rodó sus ojos acomodándose bien sobre su sitio.

“A ver, canelita, tú dices que lo odias ¿No?”

“Ahá…”

“Por lo tanto, si lo odiaras, el verlo llorar te haría feliz ¿No?”

“Sí…”

“PERO…”

“¿Pero qué…?”

“Pero si tanto lo odias como dices ¿Por qué te preocupaste tanto en ir a arreglar las cosas con él?”

Kai frunció el ceño mirándolo a los ojos y con los brazos cruzados musitando un “Sigo sin entenderlo…”, y fue ahí cuando Kris explotó haciéndole una de sus muy famosas y faces.

“Que no lo odias, sólo no sabes cómo acercártele y por eso utilizas los golpes para llamar su atención. En el fondo te preocupa que esté bien.”

“¡¿ESTÁS LOCO?! ¡¿CÓMO MIERDA ME GUSTARÍA UN CHICO?!”

“No. Ese eres tú que se le tiró encima a besarlo.” Terminó por decir el rubio riendo un poco y sí, burlándose de las ridículas reacciones del moreno.

“¡Y-YO NO ME LE TIRÉ ENCIMA!”

“Oh cierto, lo siento, lo tacleaste al pobre. HAHAHAHAHAHAHA.”

“Idiota.”

“¿Yo? Ese eres tú porque ni siquiera te puedes dar cuenta de lo que sientes.”  Y aquello era divertido, sí, era divertido para Kris; según él, él mismo tenía total control de sus sentimientos y sus acciones, no era como LuHan, que seguía lo que los demás hacían, no era un tonto inseguro como ChanYeol, no era impulsivo como Kai ni irascible como SeHun, de hecho, hasta se sorprendía del hecho de que tuviera tanto control de sí mismo y no hubiera terminado en dirección alguna vez por las ridículas payasadas que sus amigos hacían. Se consideraba como un ser neutral, y de una u otra forma, más libre que los demás. Tomó algo de gaseosa aún riendo.

“No se lo digas a SeHun por favor…” Susurró el moreno relamiéndose sus labios y arqueando sus cejas a lo que se mordía el interior de su mejilla ocasionalmente. Kris pudo notarlo, Kai tenía miedo, temía a que SeHun se enterara y lo excluyera o hiciera su vida un martirio, vaya, en verdad tenía suerte de no temerle a Hun, supuestamente LuHan era mayor que él y le temía al maknae del grupo tanto como Kai, por su lado, él no lo hacía y era realmente un alivio… Aunque aquello no significa que iría por ahí contando sus intimidades… ¿No?

“¿Sabes? Ser homoual no es malo.” Kai lo miró con los ojos bien abiertos y con clara preocupación en su corazón, por Dios, Kris hasta ya casi podía escuchar los fuertes latidos de su corazón. “Digo, follarse a un chico o a una chica es lo mismo, se la metes y ya. No veo cuál es el problema.” Terminó por decir levantándose de hombros a lo que el asustado chico de piel morena lo miraba atento.

“¿Ah no…? Digo, ah… No. Yo-… KyungSoo no me gusta.”

“Yo no he dicho que te guste.” Declaró Kris mirándolo con un rostro serio. “Yo sólo digo que ser homoual no es malo, el o es o y es bueno y ya. Lo que importa es pasarla bien y ya. Deberían de todos ustedes entender eso ¿Lo saben?”

“¿Y tú eres gay?”

“No. Pero me he acostado con chicos.”

Y fue ahí que la mandíbula se le cayó al canelo. “¡¿QUÉ, CUÁNDO, CÓMO, DÓNDE, POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ NO NOS DIJISTE?!” Kris lo miró tranquilamente y volvió a levantarse de hombros, al parecer Kai estaba entrando en una especie de crisis nerviosa, la cual… él no llegaba a comprender completamente.

“¿Y por qué no le dices a Hun que te gusta KyungSoo?”

“Touché…”

“Eso. Mira, es tu vida, no tienes por qué dejar de hacer cosas que te gustan por el miedo al qué dirán.”

Wow ¿Quién diría que Kris fuera tan bueno para dar consejos? Kai era un manojo de nervios, sus manos temblaban, su pobre labio inferior yacía más que abusado, su respiración era agitada y sus cejas no paraban de estar arqueadas. De acuerdo, ese día se había enterado de una serie de cosas que jamás habría imaginado, el primer lugar, Kris era… ¿Biual? Ya, eso; Kris era bueno con los consejos, a veces; y… que le gustaba KyungSoo…

“Te ves muy calmado ¿Sabes? Seguro de ti y todo eso…” Un nudo se plantó en su garganta y una de sus manos terminó por rodar a su rostro, acariciando el mismo suavemente hasta llegar a sus cabellos y comenzarlos a despeinar. “Yo… Ah… Pero es que tú… no entiendes lo que es sentirte confundido por que te guste alguien.”

“Tal vez sí, tal vez no. Quién sabe.” Fue lo único que dijo cruzándose de brazos. Normalmente aquella pregunta lo habría dejado con una sonrisa en sus labios, regocijándose por lo bien que le iba en su inexistente vida amorosa pero activa vida ual, sin embargo, antes de que se pudiera dar cuenta, ya una imagen había aparecido en su mente, y tenía un nombre… Tao. Cerró sus ojos frotándose los mismos con sus dedos mientras intentaba borrar esa imagen de su mente.

“Bueno… será mejor que tome un baño, mañana tengo una práctica de Ballet I, y no quiero llegar todo estresado.”

“¿Práctica?”

“Sí, como un examen ya sabes, recuerda que mañana empiezan los mid-terms. Tú también deberías haberlos empezado.” Dijo el moreno mientras se levantaba del sofá y cogía la carne medio congelada que había tirado en la mesa, para dirigirse a la cocina y entrar en la misma para dejarla en el refrigerador. Con un bostezo, Kai dejó a Kris totalmente solo en la sala.

Mierda…

Los Mid-terms. Los libros. Su ensayo. MIERDA.

“A-Ah, oye, Kai… Eh… ¿Puedo usar tu laptop? Yo… necesito hacer un trabajo.” Dijo Kris casi completamente congelado mientras se volteaba con los ojos completamente abiertos y tragando saliva con el fin de intentar aliviar ese enorme nudo que yacía en su garganta.

“No me digas que no hiciste ese famoso trabajo.” Terminó por decir el chico a lo que salía de la cocina sin camiseta. “Anda cógela, está en mi cuarto, puedes estar ahí. Yo tomaré un baño y estaré en el salón de baile ¿Si?”

“Vale.” Murmuró en dirección al cuarto de su amigo aún pensando en múltiples formas en las que podría terminar ese maldito trabajo. Oh Diablos… No lo podría terminar… Estaba seguro de ello, no tenía los libros, los había dejado en biblioteca, no tenía sus apuntes que había hecho con Tao ya que los había dejado en su cuarto la noche en la que fue literalmente tirado del mismo. No tenía… nada. Su madre… su madre tendría que trabajar para pagarle sus estudios en China, ya no tendrían el apoyo de su padre… ya no podría darle a su madre todas aquellas comodidades que deseaba dárselas.

Una fuerte mujer que había estado ahí para Kris siempre, llevándolo a las obras de su colegio, criándolo sola a pesar de las malas lenguas, faltando al trabajo para siempre recogerlo del nido, de la escuela, trabajando muchas madrugadas para poder darle algo de comer al día siguiente y muchas veces ella evitando el comer con el fin de cederle su palto a su bebé… Una mujer que apenas supo que no podría pagarle un estudio superior a su hijo… tuvo que acudir a múltiples préstamos bancarios, préstamos que ningún banco permitió por sus escasos ingresos.

Fue ahí cuando Kris decidió llenarse de valor y llamar a esa tarjeta que su madre guardaba desde que tenía memoria. Esa tarjeta que bien sabía que le pertenecía a su padre por todas las veces que había visto a su madre llorar con la misma en las manos… Si ella no se atrevería, él lo haría. Y lo hizo. Se le había dado una oportunidad, terminar su carrera en los 5 años exactos, ser heredero de la enorme compañía de su padre… y poder vivir tran