IV. Rosie (Editado).

Cuando las noches son de té y los días de lluvia

 

Rosie estaba conformada por rumores.

No era doloroso anticipar el porqué de tal afirmación. Tampoco era fácil de negar. Todo en ella estaba construído por la forma en que las personas hablaban de ella. Podía ser un camaleón, una pintura en Louvre, podía ser una simple fuente donde las personas depositaban toda su fe un par de peniques. Podía ser el deseo culposo de un adolescente, un mesías, un anticristo, una voz confortable, una rosa con los pétalos más suaves. Demonios, incluso podría ser un ángel, así como ese título puesto por Vogue en un artículo repetitivo de internet con su interacción con Olivia Rodrigo: "Ella es ángel"

Podía ser una expectativa. Podía ser… Un sueño febril.

Todo en ella se sentía hecho por las esperanzas que las personas tenían. Eran narraciones exageradas de hazañas que ni siquiera eran verdad. Como si los bardos que coreaban sus canciones en Twitter, en verdad pensaran que todo eso artificial que veían en las pestañas de su computadora eran reales. 

Nunca sería así, ¿Qué maldita decepción se llevarán al ver lo que se oculta al final del pasillo?

La cara monstruosa, la cara destruida y vacía que hay dentro suyo. No era más que una perra* que se podía desarmar y que podían convertir a su gusto. 

Sus detractores siguen construyendo grandes fortificaciones con sus deficiencias, siguen recolectando piedras con las cuales lapidar. No era necesario que lo hicieran, ella misma estaba consciente de sus defectos; en toda su vida no ha habido peor enemigo que sus propias espinas.

Pero ahora tiene que lidiar con la letra escarlata cosida en el peto. Tiene que lidiar con miles de rumores que podrían generarle un desastre de relaciones públicas si hace un movimiento equivocado. No es más que un ser que tiene la observación milimétrica de miles de ojos y eso vuelve más cansado enmascarar su corazón.

Rosie sabía que un rumor de citas llegaría en algún momento… No había forma de que no llegara. Incluso si no interactuaba con nadie, incluso si se mantenía alejada, sacarían cualquier cosa por debajo de las piedras. Pensó en la lista de chicos que podrían ser señalados; posiblemente ese chico de Stray Kids, porque compartieron una mirada cortez, o ese chico de BTS al que le quitó pedazo de confeti del pelo, porque le parecía molesto tener que verlo de esa forma y no podía evitar que sus dedos actuarán cuando algo no le estaba pareciendo. Tal vez incluso a ese tipo de NTC, hay rumores en Tik Tok donde hablan sobre ellos compartiendo publicaciones en espacios similares. Podría incluso ser emparejada con alguno de sus bailarines o alguien de su staff. 

Nunca pensó que fuera señalada de estar con una mujer.

¡Una mujer!

No cuando habló de sus valores cristianos y que su imagen evocaba pureza en vez de corrupción.

"Ellos sin duda se había pasan pasado"  llegó a pensar esa vez, después de recobrar el aliento perdido; cuando la tez amarillenta por el miedo dejó su piel.

Lisa había estado ahí cuando se enteró. Por alguna razón siempre estaba ahí cuando la catástrofe se metía por dentro de las uñas de Rosie. Ella misma fue el heraldo que anunciaba su sentencia. No fue para nada divertido, a pesar de que irónicamente lo fue para muchos. 

La tailandesa se presentó en el viejo apartamento que Rosie compartía con su hermana mayor Alice, antes de que tuviera que mudarse lejos de ella, al no soportar la mirada que le daba; como si tuviera lepra. Una de las primas de Lisa había señalado en un chat grupal que compartían con sus otros primos, un rumor que estaba circulando por todo internet, esparciéndose como si fuera pólvora a punto de encenderse. Al ver el título, sin siquiera entrar en el artículo; Lisa fue invadida por terror puro. Tanto que nubló su sentido e hizo que corriera ocho pisos para buscar a Rosie, no pensando en las consecuencias que podían causarle recorrer ese tramo de escaleras. 

Ella lo entendía, después de muchos años, casi una década, Lisa haría cualquier cosa por Rosie. No había forma de que Rosie respondiera de manera contraria. A pesar de sus peleas constantes y su alta competitividad en su época de aprendices, ambas estaban unidas, unidas por haber sobrevivido a la calamidad.

Nadie nunca la cuidaría de la forma en que las chicas lo hacen.

Y si su forma de amor y lealtad, era correr ocho tramos de escaleras, ¡Joder… Lisa lo haría cien veces más si fuera necesario!

No podría olvidar la mirada de Lisa. La forma en que sostuvo su mano e hizo una incisión limpia y concreta: << Hay un rumor de citas de tí con una mujer >>. 

Todo esa fracción de minuto se detuvo. Pensó que que todos se habían enterado, ¡Mierda!, ¡Ellos se habían enterado…!

Su visión comenzó a volverse niebla y sus pulmones se emanciparon de aire. 

 

No era ajena al miedo. Estaba acostumbrada a lidiar con él. Tuvo miedo muchas veces. No había forma en que no entendiera cuando estaba ahí, respirando amargamente en su nuca. Tuvo miedo ese día en que su familia la dejó en los dormitorios, en que todos excepto Alice no se giraron hacía atrás; tuvo miedo cuando tenía cinco y la oscuridad era tan densa que le asfixió el pecho; también cuando sus emociones, los olores, comenzaron a abrumar con más fuerza.

En ese momento temió lo peor. 

Su cabeza estaba llena de imágenes modificadas de manera psicodélica: los ojos amenazadores del CEO, en el quinto piso del edificio; las reacciones desaprobatorias de su familia, el dolor a sentir su espalda fría otra vez. Su estómago se revolvió ante la idea de tener que ver desfilar a Gyeong con ese alambre de púas en su lengua, reclamando la filtración de lo que pensó era una historia sobre algodón de azúcar.

Cosas que nunca de los nunca deberían ser reveladas. El secreto que un ilusionista guardó con celosía hasta la tumba; como creía Jisoo.

Jennie hablaba más de sus secretos como si fueran el botín de unos ladrones; Lisa pensaba que era más una apuesta mortal.

Rosie pensaba que podían ser sólo uno de los lados de los antihéroes.

"¡Jennie unnie fue por Jisoonnie, a su casa, ya viene en camino, ok, tenemos que respirar un poco!", Lisa intentaba por todos los medios detener el ataque de pánico que estaba comenzando a suscitarse. Recuerda demasiado bien, las lágrimas en las esquinas de sus ojos, la sensación de estar apunto de sufrir un infarto.  Los ha tenido desde que era pequeña. El alivió en cambio, anestesió sus huesos agarrotados al decidir armarse de valor para revisar que tan malo era el artículo.

Era un rumor de citas, uno tonto, una broma, una maldita broma.

Y el nombre de Gyeong no estaba en ningún lado.

Las lágrimas igual se expulsaron de la comisura de sus ojos con ardor. Su pecho tembló. Odiaba la forma en que el corazón seguía condensando ese dolor, odiaba la forma en que un corazón roto de un primer noviazgo tardío parece incurable. Odiaba tener que esconder en su bolsillo las piezas de ella misma que quedaron esparcidas sobre el suelo. Pretender que la sonrisa en cada fotografía era de felicidad, sin poder llorar abiertamente. Regañándose a sí misma cuando tuvo la tentación de arrastrarse hacía ella.

Dos años después estaba aliviada de tener su dignidad intacta.

Rosie se merecía algo mejor. Ella misma lo repetía cuando se sentía vacía y escuchaba canciones de Sam Smith y Adele como si significaran algo. El álbum de Red se desgastó tantas veces que lo reprodujo, rememorando los momentos en que se sintió bien, que sólo eran una ilusión, porque no es lindo ser manipulada por alguien que se presenta con la sonrisa de un ángel. Merecía alguien que no la tratara de la forma en que Gyeong lo hizo. Alguien que la viera lejos de los rumores, lejos de todas las caras del dado que podía interpretar con eficiencia.

Se merecía un amor que no quisiera destruirla.

Sintió que el aire volvió una vez que observó el nombre de Bae Suzy al lado suyo en ese tabloide.

Sus mejillas se desangraron ante la forma en que la risa Lisa escandalosa hizo un eco en la sala.

Era Bae Suzy, su único rumor de citas.

[...]

Bae Suzy.

¡Suzy!

"Eso resultó doblemente irónico", señaló Jisoo cuando Jennie y ella la aplastaron en un abrazo reconfortante.

Rosie en realidad era una gran seguidora de Suzy desde que debutó en Miss A.

Nunca lo ha confesado abiertamente al público; pero, uno de sus primeros acercamientos al K-pop fue gracias a Suzy.

Sucedió a los trece años. Era una de esas tardes lluviosas de julio. Rosie recuerda haber estado mirando fijamente a los ojos de una salamandra en una de las esquinas de la pared, mientras la voces de su tutor en la grabadora hacía eco. Había un ruido placentero en el crujido que emitían las bocinas, mientras las hojas de con resoluciones matemáticas estaban esparcidas a su alrededor. En la ventana al lado de su cama las gotas reventaban, y las frazadas color crema estaban tan suaves que no podía dejar de tallar las plantas de sus pies contra ellas. En ese tiempo sentía que la vida era menos complicada de lo que lo era ahora que es adulta. Pensar en Melbourne es como pensar en un bálsamo para las heridas. Fue su hogar antes de Seúl y después de Auckland. Su pequeña y enorme ciudad costera, con el clima ambivalente y las fachadas victorianas del centro. Esa tarde en que la salamandra intentaba comunicarse con ella, Allie — así es como llamaba a su hermana mayor — había irrumpido como otras tantas veces con su vieja laptop raspada de la parte superior de la pantalla. Siempre lo hacía cada vez que encontraba algo emocionante. Se ponía junto a ella en la cama y veían lo que sea que traía.

Esa vez fue un video de Youtube:  "Oye, Rosie, debes de mirar este grupo de K-pop". Recuerda que su respuesta fue un fruncimiento honesto de cejas. No es que odiaba el K-pop. Sino que la mayoría de las veces su hermana siempre venía con el grupo de chicos en turno, que hacía que sus hormonas adolescentes se revolucionaran. Allie siempre quiso que a Rosie le interesan los chicos; así podrían hablar sobre River Phoenix, Leonardo Di Caprio o Bratt Pitt. Sin embargo, Rosie fue un alien que por accidente había sido teletransportado a la tierra cuando era bebé. Nunca le interesaron los chicos, ni siquiera le interesaba nada más que la música y esa salamandra con la que estaba teniendo una guerra de miradas. Allie pensaba lo contrario, pensó que Rosie podría ser más normal si sólo empezaba a fijarse en chicos. Por eso lo intentó de todo. Hasta intentar hacer que se enamorara de Tom Felton. Nunca resultaba, ninguno de los métodos de empujar a Rosie con los chicos funcionaba. Ellos mismos creían que era rara — y era una verdad incómoda —. Había cosas más importantes, es lo que pensaba. Por ejemplo esa salamandra que no ha dejado de mirarla fijamente o el tener convencer a su madre que le deje escuchar ese cassette de David Bowie. Incluso estar atrapada en sus propias ensoñaciones era más importante. Vuelve a precisar que la salamandra en ese momento era muy importante. 

Antes de ponerse a protestar. Mientras Allie pausaba la grabación de la voz de su tutor el señor Bishop. Decidió acceder a ver el vídeo para volver con prontitud a la salamandra. 

¡Estaba incluso por ponerle un nombre!

Rosie puso su almohada sobre sus piernas para que la laptop no le quemara la piel. Al momento en que su hermano puso play y el negró pasó a convertirse en imágenes en movimiento supo que esa vez era diferente. En el escenario había cuatro mujeres y por alguna razón su respiración se enganchó cuando comenzaron a bailar. Verlas ahí fue como sellar su destino.

Esa fue la primera vez que supo de la existencia de Suzy. Fue como si todo cobrara sentido en su mente dispersa. Incluso la salamandra pudo importarle poco. Sus ojos estaban fijos en el video de una presentación de Bad Girl Good Girl, que ni siquiera se atrevió a parpadear. Incluso si intentó fingir que su cuerpo estaba frío no pudo detener la ráfaga de fuego que cobró sentido en sus entrañas. 

Estaba hipnotizada por la forma en que las miradas la sublevaron hacía apretar sus dedos contra la sabanas. Intentó pensar que el rubor en sus mejillas no tenía nada que ver con ellas. 

Pero esa noche de gratis insomnio, todos dormían, ella repetía el vídeo en su propia computadora. Luego se puso a llorar al sentir la culpa acorazada contra ella. 

Otra vez estaba pensando en las chicas de la manera en que debería pensar en los chicos.

Ese fue uno de sus primeros despertares y lo detestó.

Al menos las cosas en su cuerpo no se pusieron tan salvajes como cuando Lauren Jauregui y sus ojos verdes hicieron acto de presencia en su vida.

Crecer apesta, Rosie lo sabe, crecer sabiendo que eres diferente a todos los que te rodean lo es más.

¿Ella era el problema?

Tal vez, suspira. Además, ella era la extraña en todo caso. La chica no podía soportar la textura del aguacate, ni la textura de las etiquetas en la ropa.

Aunque… Tenía trece años de edad.

Era muy joven aún.

No debió culparse por sentirse así.

Eso es lo que piensa ahora que es adulta.

Y sin importar el sentimiento nauseabundo, siguió mirando videos de Miss A en secreto. En las madrugadas era cuando sus verdaderos deseos salían a flote. Por alguna razón tenían razón cuando decían que la tentación al pecado siempre ganaba más que el camino de la rectitud.

La culpa siguió ahí moliendo sus huesos. Pero, al menos, su cabeza poco a poco fue pasando de una obsesión a otra. Tenía la manía de que algo la atrapara por poco tiempo y luego terminaba por aburrirse.

Tampoco sabía que dos años después ya estando establecida en Seúl… Las cosas volverían más duras.

Aun con su vida ajetreada de aprendiz, siguió observando a la distancia el trabajo de Suzy. 

Quiso pensar que si alguien le preguntara sobre sus modelos a seguir dentro de la industria coreana — la cual desconocía en ese tiempo —, podía responder que era Suzy y nadie se quejaría de ello. Tampoco es como si alguien le hubiera preguntado. La verdad es que otra vez en aquel tiempo estaba volviéndose a excluir. Siempre fue reservada con sus compañeras, por miedo a decir algo tonto o fuera de lugar. No le gustaba ser honesta y tener que admitir muchas cosas. Las personas siempre tienden a ver a otras de una manera diferente cuando sucede. No quería responder preguntas y preguntas; sobre sus manías, sobre la ansiedad, sobre el sentimiento de contrariedad, sobre la falta de aclimatación a los cambios repentinos. 

Rosie era una chica rara en Melbourne. La hermana menor de Alice Park, la chica bonita y guay de décimo grado. No estaba sola, pero… 

En Seúl al menos pudo conseguir relacionarse con otros aprendices. Con Jennie, por ejemplo con quien se pegó como si fuera un patito extraviado; con Jisoo que después de superar el impacto de su belleza, se convirtió en la persona con la cual sentarse al lado en los periodos de descanso o en los salones abarrotados de gente. Y después Lisa, con quien salía los fines de semana a comer fuera o jugar en arcades. Fueron tiempos remotos y muy crueles. Rosie no quería volver a ellos, aunque eventualmente volvían en forma de pesadillas.

Al menos en ese tiempo aún se aferraba al recuerdo de Vanessa; como si eso pudiera traerle algún tipo de consuelo angustioso. Como si la vida fuera Love Story de Taylor Swift, como si Romeo y Julieta no fueran dos idiotas.

Vanessa era una chica pelirroja con salpicaduras de café en la piel. Se sentaba en el pupitre de al lado en su clase de pre-álgebra en séptimo grado. Fue cuando la transfirieron a esa nueva escuela secundaria a la que todo mundo en su casa decían que era la mejor opción para ella. "Te hará muy bien Rosie, va a hacer las cosas más fáciles". No entendió por qué. Sin embargo, era una escuela católica y tenía que usar un uniforme como tal. Había misa cada lunes y tenía que recitar un Padre Nuestro y un Ave María antes de cada clase. Rosie lo encontró extraño y cuando le preguntó a la madre superiora de su clase de inglés, ella la reprendió y la mandó a la capilla a hacer penitencia rezando cinco veces el Padre Nuestro. Mientras hacía eso, pensó que todos estaban equivocados, porque no se sentía diferente al estar ahí. Detestaba olor a cera e incienso. Era angustiante ver una figura de un tipo agonizando en una cruz, era contradictorio ver como hablaban de Dios esto y Dios aquello. Y cuando Allie la encontró en la hora del almuerzo esa vez, la cogió de la manga y le dijo que no volvería a abrir la boca para quejarse de algo que le molestara. "Déjalo pasar", dijo al ver la rojez en su mano con preocupación. Rosie le dijo que no quería estar ahí, Allie le dijo que sus padres no podrían permitirse otro cambio abrupto de escuela a mitad del año. Así que hizo caso a su hermana regañadientes. Mantuvo la boca cerrada.

Luego de un rato se acostumbró a todo. Resultó que era mejor que su antigua escuela secundaria y la escuela primaria. Los maestros solían odiarla y se quejaban con sus padres en las reuniones anuales alegando que era un caso perdido. No le gustaba para nada las miradas desesperanzadas contra su futuro, como si fuera una enferma terminal a la que tenían que enviar a cuidados paliativos. Lo gracioso de todo aquello fue que cuando Blackpink despegó, se enteró que había estado presumiendo haberla tenido de alumna. En esa escuela nueva no hicieron eso. Al menos se preocuparon por ayudarle a aprender el temario cuando tenía dificultades para hacerlo. 

Vanessa, por otro lado, nunca la hizo sentir de esa manera. Siempre tuvo la paciencia para lidiar con Rosie. La ayudaba cada vez que se perdía entre los pasillos, cuando no quería ir sola al baño de mujeres, cuando tenía dudas sobre lo que estaba en la pizarra. Era una persona de buen corazón, eso dijo su madre cuando le dijo sobre Vanessa. Sobre todo porque a veces Rosie estaba tan perdida que no entendía cuál era el camino para seguir. 

Incluso pensar en Vanessa, ahora, después de años sin saber de ella, aun hace que se le caliente el corazón. En ese tiempo su estómago se llenaba de salamandras que caminaban con sus pequeñas patas haciéndoles cosquillas, como cuando se metían dentro de sus zapatos. 

Luego el sermón contra las banderas color arcoíris en la iglesia a la que asistía con su familia hizo que su mundo se desmoronara. La idea de ser castigada por la sensación de tranquilidad que Vanessa le otorgaba en medio del caos acelerado en su cabeza, le hizo perder el sueño. Una época difícil que intentó remediar con todas sus fuerzas: se unió al coro y participó en un sinfín de actividades de la iglesia. Se forzó tanto en ver a los chicos como inconscientemente veía a las chicas.

Sólo tenía doce años esa vez.

Ahora sabe que no debía estar preocupada por eso.

Entonces una vez en el grupo de teatro en que participó como actividad extracurricular se topó con Elijah Evergreen.

Él tocaba la guitarra y su afición más grande era el teatro musical. No era como los otros chicos de su clase, era amable y sensible. Se llevaron tan bien que fue raro tener una conexión especial con un chico. 

Allie incluso comenzó a burlarse de ella diciendo que Elijah era su novio. 

En respuesta no le quedaba nada más que tragar saliva y asentir con incomodidad. Era fácil decirle al mundo que Elijah le gustaba. 

Cuando no era verdad. 

Fue su primera mentira.

El alivió en los ojos de su hermana hizo pensar que fuera correcto esconderse dentro de un armario en busca de la remota Narnia de C.S Lewis.

Nadie parecía feliz con la idea de que Rosie estuviera cubierta por brillantina color arcoíris. 

Así que empaquetó todos sus sentimientos por Vanessa en cajas; como empacó después la forma en que se quedaba quieta mirando a Kiera Knightley; como también lo hizo con los ojos de Lauren Jauregui quemando dentro de su estómago o la forma en que Bae Suzy se veía preciosa con esa sonrisa de conejo. 

Se dedicó a obrar bien para intentar ganar puntos que la salvaran de quemarse en ese lugar cavernoso al que todos decían pertenecían las personas libres como ella.

¡Entonces tuvo un novio!

No hacían cosas que los novios hacían; como besarse o tardar discutiendo quien colgaba primero — no era para nada práctico, Rosie sólo colgaba y ya —. No. Sólo se daban la mano de vez en cuando, porque hubo un tiempo en Rosie destetó tocar las manos sudorosas de las personas. 

Hubo veces en que tuvo que forzarse a sostenerle la cadera con ligereza. Sobre todo cuando montaba en la parte trasera de la bicicleta que siempre traía consigo para recogerla de sus prácticas como animadora.

Elijah Evergreen era un gran chico. 

¡Le enseñó a tocar la guitarra! 

Así que era una persona muy importante en su vida.

Solían hacer música sentados en el suelo de moqueta en la casa de él. Ella tocaba el teclado eléctrico y él la guitarra acústica. Siempre hacían covers. Sus favoritas eran las de Duran Duran, Elton John, Taylor Swift o el álbum de Spirit de Leona Lewis.

Llegó a querer a Elijah, en serio lo quiso mucho.

Sin embargó tampoco fue como su familia lo aprobará demasiado. Rosie en serio batallaba mucho para tener la aprobación de todos, para aparentar ser normal en todos los sentidos. Pero, no funcionaba.

Ni siquiera era bien visto por su congregación de la iglesia coreana. Y todo ese escandaloso drama se debía a la falta de sangre coreana en Elijah Evergreen. 

Elijah era alto, de piel oscura, delgado y de hombros anchos porque practicaba natación desde los cinco años y competía de manera regional. A Rosie le gustaba torcer los pequeños rizos adheridos a su cráneo en la parte superior de su cabeza. Sus yemas de los dedos parecían animadas por las texturas. El resto de éste, estaba desvanecido, desde la nuca, hasta los lados posteriores. 

Fue su padre quien terminó por ceder dos semanas después de que lo presentó a la familia. Y aunque su madre lo desaprobara totalmente, nunca lo contrarió para nada. "¡Sólo quiero que seas feliz!", le había dicho. Rosie le dijo que lo era, con Elijah era feliz. Pero su madre parecía dudosa, como si supiera algo más que no quería mencionar. 

Su padre convenció al resto de la congregación también. Dijo que probablemente su relación con Elijah era una especie de ‘fase momentánea’, y que llegado el momento Rosie se casaría con un chico coreano o parcialmente caucasico.

Eso ayudó que él fuera los domingos a la iglesia. Siempre iba para darle ánimos cuando tenía que tocar el piano en el coro. Él siempre alzaba los pulgares hacía arriba cuando la veía montada en una pequeña tarima junto al resto. Otras veces ayudaba tocando la guitarra. Hubo momentos donde simplemente ambos eran espectadores, sentados en las incómodas bancas, en primera fila, para disgusto de las ancianas a su lado.

Nunca se besaron, nunca pensaron en otra cosa que no ver videograbaciones piratas de musicales; Funny Girl, Waitress o Wicked. Sin duda amaban Wicked. Él siempre dijo que ambos eran como Elphaba y Glinda, pero que tenían la química de Elphaba y Fiyero. A veces a él le temblaban los labios cuando hablaba sobre entender lo que era tener la piel verde donde muchos parecían no tenerla.

Estar con Elijah la calmaba, incluso pudo relajarse y llegar a pensar: ¡Diablos sí puedo quedarme con él, con él tener novio es fácil, incluso podríamos casarnos!

Él se reía de eso y asentía mientras saboreaban el caramelo de las palomitas y se dedicaban a componer juntos. Porque no eran novios, eran mejores amigos con P de platónicos.

Y Bae Suzy seguía siendo su actividad de media noche.


 

 [...]

 

Su primer beso no fue Elijah, ni tampoco fue su primer amor como todos pensaban.

Su primer amor fue Vanessa y cada vez que repetía Anne With an E en Netflix en sus días libres, se acordaba de ella al ver a Anne.

Su primer beso no fue con Elijah. El nombre de su primer beso fue Kate O’Conell, una de sus compañeras del equipo de animadoras. La había tomado del cuello en una fiesta de pijamas alegando que debían practicar para no quedar como tontas cuando los chicos las besaran.

Como fue un juego, una práctica, no se sintió mal. 

No hasta que regresó a casa al otro día después de la escuela: vomitó. 

Su madre se preocupó por eso y como ya estaba siendo una mentirosa compulsiva dijo que fueron demasiado dulces la noche anterior. 

Sólo recibió un regaño por eso.

Rosie podía acostumbrarse a tener a Elijah a su lado en todo momento. Podía acostumbrarse a los discursos de odio con todos los que sacudían banderas arcoíris. Incluso si ella misma llegaba a odiarlos y a odiarse. 

Se daba tanto asco, cada vez que una chica linda le sonreía.

Eso fue hasta que… Después de una de esas prácticas pesadas en su época como porrista, Elijah llegó por ella. Ambos fueron por un helado a la heladería donde trabajaron medio tiempo en el siguiente verano. Se sentaron en la acera intransitada con una bola de helado cada quien. Entonces él lloró como un niño roto, un pequeño que se había perdido en medio del Mall. Lloró y Rosie no sabía qué hacer. Él le dijo… Él le dijo lo que no quería escuchar. Elijah tenía brillantina dentro de las venas y podía sostener una bandera arcoíris metido dentro de su guardarropa. Le dijo que todo era una farsa, creía que no podía amarla completamente, la amaba, pero no como merecía ser amada.

¿Qué sabía Elijah de lo que significa un amor merecido?

Rosie no sabía qué era el amor, era una niña que temía por sus sentimientos.

Tampoco sabía cómo consolarlo, no sabía cómo reaccionar cuando un novio  confiesa que besó a ese chico lindo de la escuela pública.

Pensó en correr, llorar, hacer un escándalo, maldecirlo, decirle a toda su familia que había sido ultrajada. Pensó en la nube de polvo que dejarían las suelas de su zapato…En cambio lo atrajo contra su cuerpo, abrazándolo y lloró con él.

Lloró porque también dentro de ella estaba ese desfile de banderas arcoíris.

Nadie lo supo. ¿Por qué complicarse la vida contándolo?, ¿Por qué terminar si funcionaba de todas maneras?, ambos estaban sujetos del miedo, ¿Por qué no combatir juntos el terror?

Así es como siguieron juntos como si fueran fugitivos pero sin ser Bonnie y Clyde.

Sostuvieron sus manos con temblor conteniendo el amago de tristeza ante los sermones de la iglesia. Nadie parecía entenderlo, lo involuntarias que eran sus emociones.

Ellos no controlaban a quienes amaban.

Pero al menos se tenían.

Eso hasta que Rosie tuvo que hacerle caso a su padre.

Y se quedó sin la única persona que en ese tiempo la llegó a ver de verdad.

Su Elijah.

Fueron los sueños a los se aferró, antes de que fuera el orgullo y el miedo a regresar con las manos vacías de la guerra. Estaba harta de desfilar cada mes, cada semana hacía la muerte, de la sólo sobreviven cuatro de mil. No había otro lugar a donde ir, estaba harta de que nadie tuviera fe en que podía hacerlo. Encontró consuelo en tres personas que la hicieron sentir amada, que le dieron  la familia en la que pudo cobijarse y fueron quienes la abrazaron cuando Gyeong rompió su corazón hace casi cuatro años.

Creó su propio hogar.

Sobre todo Lisa, era su roca.

Rosie puede rememorar con exactitud cuando ella le habló de su relación con Jennie. 

Esa noche, esa medianoche, no durmió. Después se apresuró a la azotea para llamar a Elijah y entonces por fin tuvo el valor para vomitar el: “Y-Yo también…” como si él entendiera a lo que se refería.

A Lisa entonces le contaría sobre Melbourne, sobre Suzy, sobre Lauren, sobre Kiera, sobre Vanessa, Kate y Elijah. Sobre la iglesia, sobre las expectativas. Nunca había sido tan honesta y nunca había llorado de alivio. Después de Lisa sería Jennie y después de Jennie sería Jisoo. Rosie no tenía que mentirles. Podía ser esa chica que se estaba buscando así misma, después de extraviarse por mucho tiempo.

Años después debutarían las cuatro. En ese tiempo en que Lisa y Jennie decidieron terminar su relación.Sin saber que agrietaron los soportes que les mantenían en pie a todas. Sobre todo cuando Jennie y Kai comenzaron a encontrarse. Rosie vio cómo su amiga se apagaba como si fuera una bombilla que se fundía después de años de luz intensa.

Recuerda haberse puesto a llorar.

 "¡Se supone que yo debo llorar!", se quejó Lisa.

"El día que mi corazón se rompa tú vas a llorar por mí!", le gritó en respuesta.

Eso pasó. 

Lisa fue su llanto. 

Esa vez estaba completamente pasmada como para mirar los muros llenos de la sangre de aquella hemorragia que no pudo detener en su pecho.

¿Y Suzy?

Rosie nunca podría olvidar la primera vez que la conoció.

La admiró por muchos años, no podría no olvidar ese septiembre de 2017. Sonriéndole, causándole el detenimiento de todos sus órganos vitales.

No había forma de no describir a Suzy, no sin que fuera como un dulce sueño febril de un verano cruel. Su corazón reventaba sus tímpanos.  Suzy era preciosa, no había forma de no decir lo contrario. Desde la armonía que se creaba en su rostro, nariz recta y la curvatura de sus cejas, incluso esos dientes de conejo. Rosie estaba encogida, convertida en piedra, había conocido los ojos de Medusa. Era un completo estupor. Ese vestido ceñido a su figura no dejaba mucho que desear a la pobre imaginación de la neozelandesa. Lo peor fue su sonrisa, la sonrisa demoniaca. No había forma de poner en marcha el bombeo de sangre en su pecho. No había forma en que su boca funcionara algo coherente. Se sintió tan insegura de sí misma. Comparada con Suzy, Rosie se volvió a sentir esa chiquilla de trece años, que usaba lentes para la miopía y apenas podía detener los largos ratos de dispersión. Volvió a ser la nerd de la que muchos se burlaban sin excepción y ahora presumen haber sido amigos —cuando no lo eran—. Lo peor fue que estaba eufórica, su presentación acaba de finalizar, aún estaba recuperando el aliento y lo volvió a perder. Su cuerpo entero estaba transpirando y se sentía tan avergonzada por la forma en que cabello estaba desordenado. No estaba para nada decente, no se sentía adecuada para enfrentarse a la persona que hizo detener sus defensas cuando era una chiquilla que se descubre a sí misma.

Así no soñó conocer a su tonto enamoramiento.

Se había vuelto a meter tanto en su cabeza que apenas pudo procesar que todo mundo estaba dando una reverencia de saludo.

Lo peor es que tenía un serio problema cuando se trataba de chicas lindas.

Se ponía estática y no podía decir una palabra, ni pensar con claridad. Su mente frenética aceleraba su ritmo y apenas podía procesar lo que sucedía. Ni siquiera era capaz de mirarlas a los ojos. Un completo y maldito desastre. Esa fue una de las razones por las que a veces se ponía distante con el resto de aprendices con quienes compartía el dormitorio. Tardó un buen rato en tener una conversación decente con  Jisoo y Jennie —a pesar de que éstas intentaron abrazarla desde el principio—. Sin duda de una u otra forma estaba avergonzada. Su mayor admiración frente a ella, luciendo como debería lucir un ángel y ella como un ciervo atrapado contra las luces de los faros.

¡Puta vida!, pensó.

Jisoo fue la que tuvo que espabilarla para volver de regreso a la realidad. Fue justo cuando su manager las estaba empujando lejos de Suzy, cuando notó esa mirada de extrañeza que le hizo sentirse peor. Ni siquiera había sido educada, ni siquiera pudo decir hola. Su manager estaba riñéndola y ella no podía dejar de ver el suelo mientras Lisa la abrazaba por la espalda, percibiendo tal vez la tristeza que le inundó.

Incluso pensó que podía escabullirse al vestuario de Suzy. Tal vez ir a presentarse y disculparse por no haberla saludado adecuadamente. 

Rosie ya estaba pensando una excusa, tal vez decir que se quedó impactada, tal vez que a veces le pasaba que se perdía un poco su mundo— lo cual era cierto—, no quería ponerse en vergüenza diciendo que por muchos años tuvo un tonto enamoramiento por ella. Eso sin duda sería penoso. Al menos quería verse menos idiota, más a la par de Suzy. Que pensara en ella… ¡No!, Suzy ni siquiera le prestaría atención, Rosie sólo era una chica más de cientos de chicas debutadas ese año. Olvidable, eso era Rosie, olvidable, la gente tendía a olvidarse de ella, Abigail había dejado de escribirle mails contándole sobre sus aventuras en la universidad, Vanessa se había esfumado tan pronto como abandonó Melbourne. Elijah estaba más concentrado en sus propios problemas. Incluso Alice vivía sus propias aventuras de las que Rosie podía sólo fantaseaba tener. Todos se olvidaron, desde el coro, hasta el grupo de porristas, los maestros sólo pensaran  en ella como ese lastre en sus zapatos que tuvieron que aguantar por la tarifa que pagaba su padre por clases extras.

Estaba tan metida lacerándose a sí misma, enterrando las uñas en sus rodillas que sólo cuando su manager negó la petición de Jennie de ir a saludar a Suzy fue que se dio cuenta que había sido un fiasco. Es normal… ¿No?, ponerse nerviosa cuando conoces a tu cantante favorito. Suzy no era su cantante favorita — esa era Leona Lewis —, pero fue de sus primeras influencias en el K-Pop que en verdad le capturaron. Quizás no sería la belleza que Corea tuviera que ofrecer para el mundo, pero quería ser tan amable y dedicada como ella.

Y cuando todos estaban hablando de Suzy y Rosie estaba decaída en su asiento, junto al espejo, una de las asistentes de su estilista comenzó a decir estupideces. Despotricar contra Suzy, tachandola diciendo que era una chica tonta y frívola, hablaba sobre cómo sólo era una cara bonita que no se merecía tal éxito, incluso dijo que alguien había dicho que solía ser abusiva con las miembros restantes de Miss A, restregándoles su popularidad en la cara. No paraba de decir que solía venderse a los inversionistas y por eso tenía éxito. Lo que más hizo oscilar de ira a Rosie fue cuando comenzó a compadecer al pobre e inocente Lee Minho, hablando de que había sido muy ingenuo cayendo en los encantos de una arpía, como lo era Bae Suzy.

Se supone que debía quedarse callada y no decir nada. 

Así como Allie le había dicho años antes, así como sus managers siempre les decían; tenían que comportarse incluso tras bastidores. 

Pero Rosie, Rosie estaba enfadada. 

Quizás Suzy no supiera de la existencia de Rosie más allá de sólo ser la chica insolente que ni siquiera le dirigió un simple saludo. Para Rosie, Suzy fue importante en su proceso de crecimiento. Al menos comparado con antes, Rosie ya no se sentía tan culpable en esas épocas por ver presentaciones de Miss A.

"¡Oh, vamos, está pasada de moda, ¿Qué tiene de especial la actuación de Suzy?, ella sólo es una cara bonita!, además…Miss A se separó por su culpa", repitió bastante molesta poniéndose de pie. Luego agregó: "Pues ella es muy especial, Suzy-sunbaenim es una persona muy especial, es amable, paciente y a pesar de verse agotada se ha esforzado muy duro para que esta noche salga perfecta!, es hermosa, por eso Minho-sunbae esta con ella, sólo un tonto no querría salir con ella. ¡Tiene mucho talento y quizás no sea una gran actriz pero lo será!, ¡Te lo va a demostrar porque Suzy-subaenim es genial, es EL PRIMER AMOR DE LA NACIÓN, eso es mucho!".

Sólo se volvió a sentar completamente estupefacta de lo que acababa de hacer. Le acaba de gritar a un miembro del staff que podía traer consecuencias malas para su imagen y sólo pudo ver la cara divertida de Lisa frente a ella. 

Si no fuera porque Jisoo era muy diplomática y supo limpiar su mierda, las cosas pudieron haber salido muy mal.

De alguna manera tiempo después agradecería a Jennie por haber convencido a la administración que esa chica evitará trabajar con Blackpink en un futuro. Ni siquiera sabe cómo los convenció, pero Jennie era bastante buena haciendo que todos se pusieran de su lado. Incluso si en esa época no tenían ni voz ni voto, incluso si aún les falta ese voto, pueden tener un poco de voz.

La cosa es… Eso no impidió que Rosie siguiera entrando en pánico cada vez que se topaba o estaba en el mismo lugar que Suzy.

Cada vez antes de entrar a Orange Island, cafetería donde se veía con Hyeri y su grupo de amigas, siempre se repetía que sería el día en que pudiera tener una conversación normal con Suzy, al menos unas palabras. Pero cada vez que cruzaba la puerta sus rodillas temblaban y no había forma de verla a la cara sin exponer lo mucho que estaba atraída por ella. No quería que la viera como un bicho raro, se esforzaba mucho por ocultar su ualidad en Corea del Sur, sabiendo que era un lugar no muy amigable con las banderitas color arcoíris. Sólo quería proteger su imagen y la del grupo. Era una idiota.

Eso hasta la fiesta temática que tanto Hyeri como su novio  Jun-yeol habían organizado. Se suponía que no debía haber asistido.  Sus padres insistieron en que debía estar en la cena familiar, Allie tenía un gran anunció. Rosie pensó que tal vez ya no estaban tan molestos con ella. Sin embargo, todo resultó ser una mierda. Estaba tan conmocionada como adolorida que lo único que se le ocurrió fue hacer un disfraz improvisado con las cosas que tenía a la mano. Se sentía ridícula, pero Jennie le dijo que la gente nunca la vería ridícula si vendía falsa seguridad. << La gente sólo ve lo que tú quieres enseñarles, lo que quieren ver de ti>>, dijo aquella vez cuando tenían diecisiete y esa chica nueva se había burlado de ella diciendo que era demasiado fea como para encajar en el grupo pre-debut. Jennie la había sentado en el tocador del baño y la había maquillado. Jennie le enseñó lo que era la confianza consigo misma.

No recuerda muchas cosas de esa fiesta. 

Recuerda los vestidos vaporosos, el instante en que estaba tan triste pero tuvo que guardar la convulsión de su llanto para hechizar al resto de la audiencia. Piensa en los postres en los que zambulló su amargura, en el champán que la hizo danzar con sus pies de manera ligera. Suzy estaba ahí, bellísima y esta vez… no podría olvidar el baile que le pidió. La forma en que sus ojos se hablaron por primera vez. Fue un simple roce de manos, lo que hizo eclosionar todo lo preestablecido con sus nervios asépticos.

Y ahora en la maldita madrugada estaba ahí, intentando que las lágrimas acumuladas en sus ojos no explotaran. No quería verse tan patética. No cuando Suzy estaba sentada a su lado, escuchando todo lo que tenía que decir.

Esperó en medio del silencio mortal hasta que Suzy por fin pudo rectificar sus propios sentimientos.

— Supongo que te debo una disculpa —, le dijo haciendo que Rosie le miraba con incredulidad.

— ¡No, yo, yo fui la que fue grosera! —, se apresuró a decirlo.

Suzy negó con una sonrisa deslizándose en sus labios.

— Maldita sea —, susurró lo suficiente para que Rosie escuchara. — Si hubiera sabido que estabas nerviosa, créeme no hubiera pensando mal de ti. Saque conclusiones precipitadas, así que discúlpame.

Rosie negó: — No, no, no, me diste muchas oportunidades y ni siquiera pude acertar ninguna. ¡Yo fui la que se comportó horrible!

No se atrevía ni siquiera a mirarla a los ojos. Ese había sido el problema desde un principio, entonces intentó verla. La encontró con esa mirada intensa que le estaba haciendo deshacer los nudos que ataban las cajas que contenían sus emociones más sinceras.

Chaeyoung —, su estómago comenzó a cosquillear cuando Suzy tomó sus manos haciéndola que la mirara a los ojos. Inhaló con fuerza.

— Lo siento mucho, sunbaenim.

Se puso súbitamente de pie haciendo una reverencia de noventa grados.

Chaeyoung —, Rosie observó cómo Suzy se cruzaba de brazos bastante sería.

— Yo…

— Me disculpo, yo también —, Rosie quiso parar a Suzy que con firmeza también se inclinó en una reverencia similar.

— ¡N-No es necesario, sunbaenim!

— Lo es —, alegó con dureza.

Eso hizo que Rosie se pusiera más nerviosa, ¿Quién no se pone nerviosa?, Bae Suzy estaba poniendo sus manos sobre sus hombros mirando directamente dentro de ella.

— Yo…

— La próxima vez, pensaré antes de prejuzgar a alguien —, aseguró con convicción mientras Rosie negaba sin poder contener las lágrimas.

— Yo debo de dejar de ser tan rara.

— No eres rara, entiendo, si yo hubiera conocido a alguien a quien admirara… Supongo que, no sé, ¡Me hubiera puesto igual que tú!

Volvieron a la fragilidad del ruido blanco. Antes de que Rosie pudiera no hacer otra cosa que agotadamente apoyar su frente contra el hombro de Suzy. ¿Cruzó la línea?, pensó. Su cuerpo se tensó como el de un gato apunto de atacar. En cambio, no pensó que el primer amor de la nación fue compasivo. La sujetó entre sus brazos con delicadeza con la que trata a las margaritas pisoteadas en medio del pavimento. Pudo sentir su dedos cepillar su cabello con cuidado mientras la arrullaba de vuelta en el sofá.

— Sólo, volvamos al inicio —, le susurró al oído—, como en The Scientist de Coldplay.

— Me gusta cómo suena eso —, dijo en un sollozo mientras se sorbía los mocos. — Perdón, soy muy sensible.

— Lo sé —, escuchó a Suzy suspirar mientras acariciaba su espalda y ella se tensaba como un gato.

— La próxima vez que nos encontremos, te voy a hablar, te voy a ver a la cara todo el rato y sólo te hablaré a ti. Voy a ser menos gay panic y más valiente.

— Está bien, no pensemos en mañana, sólo, por este momento, hay que quedarnos así, ¿No se siente cómodo? —, preguntó mientras ambas permanecían recostadas en el sofá.

— Oh, Jimin se va a reír tanto mañana.

— Jimin, créeme es el menor de tus problemas.

Quizás tenía razón.

Al menos años después, Rosie pudo dormir tranquila. Quizá había esperanza para una niña de doce años atormentada por lo que el resto del mundo piensa.

Rumores, sólamente.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!
TorresMendoza
Espero que les guste.

Comments

You must be logged in to comment
nishichan
#1
Nice
Kookkne
#2
Chapter 11: Pero qué fue todo este capítulo??? LMAOOO mi estado de ánimo se elevó diez veces con cada cosa que iba leyendo JSJS
Kookkne
#3
Chapter 10: Así que los Bae han pasado por muchas cosas eh, y también son otra cosa, pueden ser tan impactantes en cuanto a su apariencia como también su personalidad. Suzy ha pasado por mucho, espero que paso a paso vaya aprendiendo a sobrellevar todo mejor. Por otra parte autor(a), admito que me quedé en esta historia porque (aparte de lo interesante que es) tiene una etiqueta wenrene, en este cap ese pequeño atisbo de lo que pudo suceder entre las dos me dejó intrigada, tengo curiosidad por saber que fue lo que sucedió entre ellas (aunque también *inserta meme tengo miedo* porque suena a que sucedió algo que no es bonito). La tía Yeol es otra cosa, la parte en la que habla de la ardilla JSJS. A la espera del próximo capítulo 👀
Rose_124 #4
Chapter 9: Mi favorita historia en el momento
Kookkne
#5
Chapter 9: Wow cada vez se vuelve más interesante esta historia, me gusta. Admito que me sorprendió ver que era escrita en español, son escasos los trabajos en nuestro idioma así que me gusta la sensación de saber que el contexto lo puedo entender completamente sin tener la barrera de leer todo en un idioma extranjero y que maneja significados distintos.

Hasta el momento el desarrollo es genial y ver cómo de "odiarse" a luego terminar en una relación para llegar hasta este punto dónde Rosé está conociendo a la familia Bae es un crecimiento que hace que quiera seguir viendo que sucede después. La parte final de este capítulo JAKSK el próximo se ve prometedor, estoy impaciente por la prox actualización autor(a). Gracias por compartir esta historia :D
Noemami123xd #6
Chapter 3: Excelente historia!! Espero tener otro capitulo, tu forma de escribir me encanta!
Pmon21 #7
I loved it, I look forward to the next chapter
ettrrr #8
Chapter 3: No suelo comentar estas cosas pero me sorprendió no ver ningún comentario. Está muy bien escrito, sigue así!