XVII. Rosie.

Cuando las noches son de té y los días de lluvia

31/12/21

Querida Jangmi.

Lo entiendo.  

Con amor, Suzie.

Siete semanas más tarde después de esa nota es su cumpleaños número veinticinco, veintiséis si usa su edad coreana. Pero le ha gustado fingir que tiene veinticinco desde el año anterior; tal vez porque se niega a envejecer o porque le gusta el número, porque es un tercio del número cien.

Y lo mejor de su cumpleaños es que está con todas las personas en verdad le importan, su familia: Lisa, Jennie y Jisoo.

Estaba bastante conmocionada cuando las vio llamar a su puerta a las 3 AM. Lisa la saludó con un par de botellas de soju empuñadas en ambas manos y Jennie llevaba un pastel pequeño con veinticinco velas que Jisoo luchaba para encender. Dijeron que querían estar con ella cuando el sol bañara los edificios con su luz; tal vez recordar la primera vez en que supieron que eran las cuatro. Tocando canciones con la guitarra y cantando incluso sin preocuparles sin afinar.

Le pareció un gesto tierno que incluso con su apretada agenda se habían dado el tiempo para pasar el día con ella. Las cuatro juntas.  Es improbable de cierta manera que salgan a cenar todas; así que Rosie agradece ser arrastrada fuera de casa y que Jennie haga una reservación en un restaurante aparatoso de comida gourmet, por tiempos sólo para vivir una experiencia entre chistes malísimos por parte de Lisa y bromas tontas por parte de Jisoo.

En honor a ella pidieron una botella de vino rosado, "el más costoso, por favor", Jennie dijo al camarero con una sonrisa animada, provocando una ola de bulla por parte del resto de las integrantes. Como si Rosé fuera una temática, Jisoo pide que uno de los platos sea Rosé Pasta y la mesa estalló en carcajadas cuando ven la forma en que es puesto frente a ellas; completamente deconstruido y muy alejado a lo que parece una pasta normal. "Es tan disruptivo como debes de ser tú" , Lisa le dice apretando su manos encima de la mesa.

Luego de que la cena finalice con un postre súper raro el cual hace que se le trabe la lengua al intentar pronunciarlo. Jennie pide un segundo de silencio. La plática ligera sobre sus proyectos personales de este año se detiene. Jennie parece verdaderamente una bomba de tiempo a punto de estallar en sentimentalismo provocado por las luces, cálidas, del silencio y de esos tres parejos de ojos que la miran, como lo hicieron desde ya hace muchos años. Rosie observa como la copa alzada tiembla y las comisuras de sus labios se mueven de manera oscilatoria.

— Estoy feliz, de que estemos las cuatro juntas hoy.

Es en ese momento cuando chocan copas que Rosie se da cuenta que no importa lo que pase el día de mañana, sólo quiere que ellas estén ahí.

Después de esa cena, deciden que quieren seguir celebrando. Tal vez impulsado por acabarse esa botella y después pedir un Merlot. Van entonces a un club de Jazz que pertenece a un conocido de Jennie, cuyo nombre es borroso ante el alcohol que las hace gravitar. Terminan bebiendo daikiris en una sección VIP privada. Un balcón sellado con vidrios polarizados. Bailando torpemente las canciones. Lisa termina enseñándole a una borracha Jisoo a hacer un twerk. Rosie está tan perdida, moviéndose al ritmo de la música, abrazando a Jennie por la espalda, animando a su unnie. ¡Jisoo!, ¡Jisoo!, ¡Jisoo!, ¡Jisoo!, las tres corean. Luego cada una hace un paso extraño y potencialmente mortal en sus condiciones. A Rosie le gusta hacer ese pasito ruso del baile de Rasputín que aprendió jugando Just Dance cuando era aprendiz. Entonces la animan diciendo:  ¡Rosie!, ¡Rosie!, ¡Rosie!, ¡Yeah, yeah, yeah!

Piensa que tal vez es su cumpleaños favorito. No se había reído, bailado y bebido tanto en mucho tiempo. Tal vez porque no tiene que pretender ser Rosé, sino que está fuera de las máscaras de concreto.

En años anteriores, desde que sus padres y Alice llegaron a Corea del Sur, solía pasarlo con ellos. Era una pequeña cena amena, pero, limitada de todas las libertades al actuar. Simplemente cuidando sus modales y respondiendo preguntas. Allie la animaba siempre sacando una botella de soju cuando sus padres se iban. Tal vez extrañaba un poco esa incomodidad familiar. Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo, Rosie más se hacía a la idea de que tal vez no volverían nunca a su vida.

Incluso si su hermana estaba arrepentida no podría olvidar lo fácil que fue echarla a la calle.

Cuando habló de eso en una de sus sesiones de terapia con la señorita Ha, ésta le dijo que perdonar no significaba que todo iba ser borrón y cuenta nueva; las cosas no iban a cambiar de la noche a la mañana. Todo llevaba un proceso, que tiene que vivir lentamente, "Es como preparar una infusión de manera milimétrica u hornear una tarta con los ingredientes desde cero", le había dicho. Rosie en respuesta asintió y siguió manipulando el cubo infinito que Suzie le había regalado por navidad.

Habían dejado de verse después de hablar sobre lo sucedido en Melbourne. Rosie no se sentía segura de empezar una relación con ella, no con todo lo que sucedió. Y Suzie estaba abrumada siendo bombardeada por los efectos colaterales de las mentiras de Dispatch. Así que volvieron a lo que eran antes. Dos extrañas compartiendo una mesa circular en las reuniones que Hyeri organizaba. Tal vez ya no se ignoraban como antes. Había muchos momentos en que entablaron conversaciones educadas, la mayoría eran breves.  Pero, echaron raíces dentro de su pecho. Rosie llegaba y saludaba a toda la mesa, pensó que no era discreta al darle su sonrisa más brillante; pero, se le pasaba, porque Suzie parecía menos apesadumbrada cuando Rosie le sonreía.

No iba a borrarla de su existencia. Incluso de vez en cuando se escribían. Pero era eso: Mensajes esporádicos.

Eso no significaba que había cortado lazos con el resto de Bae’s. Al parecer cuando Bae te adopta es para siempre. Jimin y ella seguían hablando, no a diario, pero sí seguido.  A veces terminaba jugando una partida de “Calabozos y Dragones” por Skype con la banda de alborotadoras de Minjeong, Aeri, Ningning y Jimin, por supuesto. Bin, Binnie — como Rosie comenzó a decirle — y ella tampoco había perdido contacto. Se comunicaban constantemente, sobre todo planificaban verse en junio cuando Rosie atendiera un evento de Tiffany & Co., aún no estaba nada confirmado, sobre todo por el ‘posible’ comeback grupal.

"Tendría unos días libres, unnie, tal vez me des un recorrido", Rosie le dijo en una de sus muchas llamadas. "Genial, iríamos a Universal Studios donde grabaron Harry Potter", Binnie le prometió una vez.

Su relación con Hank también había mejorado bastante, en ese lapso de tiempo. Habían estado yendo juntos a algunas clases para afianzar sus lazos. ¡Incluso Jisoo unnie y Dalgom iban con ellos!,  también comenzaron a pasear los cuatro dos veces a la semana: Los lunes y los miércoles. Su unnie siempre fue una de las personas con las que más se entendió en la banda, de manera pacífica y sin derramamiento de sangre como ocurría con Lisa. Cuando todo el mundo la veía como un bicho raro, Jisoo le decía: "Vamos a ser bichos raros juntas"

Unas semanas más tarde también se le adhería a su grupito de paseo una amiga muy querida para Rosie: Kim Go-eun.

Lo divertido de esos paseos era ver como ambas unnies comenzaron a tener una rivalidad insana por el amor de Dalgom, que pareció hechizado por las caricias y los bocadillos de Go-eun unnie. Era sin duda toda una pandilla de aventureras por los parques de zonas residenciales de la ciudad. A veces Jennie y Lisa se unían junto a Kuma y Love. Kai solía ir en una carreola y era divertido ver como Lisa terminaba tirando de ella mientras Jennie estaba pegada como una garrapata contra Jisoo que se retorcía, intentó separar a Dalgom de Go-eun unnie.

Ya no estaba tan deprimida como antes. No estaba empolvándose en un rincón. Ahora estaba moviéndose. Estaba bien. A pesar de que los cambios suelen golpearla con fuerza. Una vez que ya procesó el hecho de que nunca había perdido a su familia, sino que siempre estuvo con ella, pudo sentirse menos agobiada.

Eso no significaba que todo el tiempo estuviera alegre; había veces en que estaba triste y que pillaba unos días libres se quedaba enrollada por las frazadas de su cama junto con Hank mirando Netflix, comiendo bocadillos hasta que anochecía. Luego salían a pasear para que el aire ponzoñoso de la ciudad esfumara por un rato cualquier punzada negativa.

El dolor estaba ahí, no lo sanaría tan fácil. Pero, al menos no sangraba como antes.

Tampoco estaba hablando con Elijah. Rosie estaba molesta con él, por la forma insensible en que manejó todo el tema de Suzie después de Melbourne. Supo que Suzie la estaba pasando mal, había estado intentando limpiar el odio y las personas dentro de la industria no dejaban de decir que había engañado a Minho. Lo peor fue que alguien en PANN hizo una lista con “todos” los hombres con los que se acostó. Los medios replicaron y muchas veces  Management Soop y su departamento jurídico tuvo que tomar acciones legales por difamación.

Elijah no dejaba de justificar sus comentarios sobre servir el té, diciendo que sólo la estaba protegiendo. En realidad hacía todo lo contrario la lastimaba, porque le dolía ver que Suzie estaba teniendo que soportar la hostilidad de la prensa y los usuarios. Al que sí estaba siguiendo era a Connell. Hablaban de vez en cuando y era bastante genial saber que estaba de vuelta en su vida.

Incluso si aún era invierno, podía sentir que febrero era piadoso con ella.

[...]

— Creo que Lisa-yah perdió la movilidad de sus piernas —, Rosie indicó mientras se apoyaba torpemente en una Jisoo bastante fastidiada que ponía los ojos en blanco luchando con estabilizar lo que para ella creía era una ardilla gigante.

— Bebieron demasiado y sus cuerpos son tan altos que les pegó más duro.

— ¡Eso no es cuando eres un enano, como tú! —, Lisa espetó completamente embrutecida por el alcohol.

— ¡Lalisa Manobal, retracte ahora!

— Pero, ¡Nini! —, Lisa protestó mirando a su novia con un puchero mientras se subían dentro del auto de la compañía con ayuda del manager de Jisoo.

— Sólo quiero ir a casa y es todo… — Rosie suspiró pegando su frente contra el cristal frío cuando ya estaban todas dentro de la furgoneta sanas y salvas.

— Entonces vamos a casa, ¿Vamos al dormitorio?, ¿Qué tal una película?

— Lisa, apenas puedo mantener los ojos abiertos —, Jennie se quejó.

— ¡Yo aún tengo energía!

— Aun eres demasiado joven, Jendeukie, pensé que si salías con Nalalisa te robarías algo de su juventud, pero veo que te quitó la poca que te quedaba —, Jiso se burló haciendo que Rosie estallara en una carcajada que la hizo lagrimear.

Jennie ordenó: — Oppa, por favor llévanos al dormitorio.

— Que se note que es nuestra pequeña dictadora, jendeukie.

— ¿Quieren que lleve ibuprofeno mañana? —, el manager de Jisoo preguntó mirándolas con diversión desde el espejo retrovisor.

— Sí, no es mucha molestia y quizás, el desayuno.

— ¿Café y donas?

— ¡Gracias, hombre, mi salvavidas por siempre! —, Jisoo chilló dejándose entrever que no estaba completamente sobria. 

— Chu, ¿Puedo robarme a tu manager? —, Jennie pidió sacudiendo el abrigo de Jisoo unnie como si tuviera cinco años nuevamente.

— ¡No!

— Oppa, me portaría mejor que Jisoo.

— ¡Oppa ni se te ocurra hacerle caso!

Él manager de Jisoo sólo se rió.

— Oppa te compraría regalos costosos y no te pegaría.

— Sin duda eso suena tentador, pero… Prefiero seguir trabajando para ella.

— ¡Eso!

Jisoo celebró victoriosa.

Al llegar al edificio del dormitorio grupal, el manager de Jisoo ayudó a  llevar a Lisa dentro. La terminó dejando con suavidad sobre el sofá, bajo la mirada atenta de una Jennie celosa. En todo el camino en que oppa cargaba con Lisa en su espalda, sudando frío por lo aterradora que era Jennie; Rosie y Jisoo se encargaron de echarle más leña al fuego. Se burlaron a diestra y siniestra. Jennie apretaba muy fuerte sus brazos contra su pecho con un puchero infantil cuando oppa por fin se marchó diciendo que vendría al medio día con el desayuno y el ibuprofeno. Lo gracioso es que Lisa estaba tan ebria que no se dio cuenta de eso y Jennie posiblemente estaría enojada con ella el resto de la mañana.

Al final  no tenían ganas de ir a sus habitaciones lo que hizo que se acurrucaran en el sofa, como los viejos tiempos cuando estaban tan agotadas como para poder arrastrarse a sus camas. Usaron sus abrigos como cobijas y durmieron enredadas de manera casi antinatural con una película de Disney de fondo.

[...]

El domingo celebró con Ashley y Joan. Salieron a comer a un restaurante de Pho en la noche. Parte de ese rato animado estuvieron poniéndose al día con sus vidas. Rosie estaba con la agenda inactiva la semana siguiente, así que pensó en entrar en un taller de alfarería, sólo para regresar a ese lugar a donde Jisoo y ella fueron para uno de sus vlogs de 24/365 with Blackpink. Joan parecía más interesada que Ashley, que se negó porque iría a Nueva York a modelar para una campaña de ropa. El resto de la cena Rosie se la pasó con dolor de mejillas por tanto reírse de las ocurrencias de sus amigas.

En vez de finalizar su noche ahí, porque tenía un horario, Joan la convenció de ir a una fiesta que estaba orquestando una amiga suya. No conocía a esta persona en especial, sólo atrapó a Joan decir que era una influencer que estaba comenzando a hacer vlogs en Youtube. 

— No sé, no conoceré a nadie —, Rosie se quejó mientras se subían en el auto de Ashley.

— Vamos, si te sientes incomoda nos vamos de regreso, es domingo y yo también tengo trabajo mañana así que tampoco beberé —, Ashley dijo pacientemente mientras Rosie mascaba sus labios indecisa.

— Quizás encuentres a una nueva conquista, se extraña a Infielsé

Rosie entornó los ojos, pero al final asintió.

No les abrió la amiga de Ashley. Pero el chico que les abrió se quedó impresionado de verla ahí. Rosie no conocía nadie, pero todo mundo la conocía, lo que la hizo estar tragando saliva y estar parada torpemente en una esquina pegada Ashley. A veces no le gustaba salir a este tipo de fiestas por la  misma reacción. Se sentía como cuando Alicia cuando comía ese pastelillo que hacía sentir gigante. Así que no se emborrachó libremente como con las Pinks. Pero después de un rato cuando el resto de los invitados se acostumbraron a que estuviera ahí tuvo un buen momento. La fiesta no era explosiva y la música fue a un volumen moderado por los vecinos del edificio.

Había una chica bastante guapa que estuvo coqueteando de manera discreta con ella.  Y Rosie quizás pudo haber correspondido al coqueteo de manera discreta. Hasta pudo haber aceptado el ofrecimiento de ir a un lugar más privado, pero, no lo hizo.

De hecho, al final se fue a casa.

En el auto con Ashley, Rosie revisó su teléfono. Estuvo bastante ocupada la semana entera de su cumpleaños, así que se dedicó a responder los buenos deseos. Fue educada al agradecerle a Elijah su felicitación. Después respondió los mensajes de Em ‘s, Connell y Abigail.  También los de IG de las gemelas Simi y Haze de las cuales no es que fuera tan cercana y la mayoría de las veces siempre salía porque Jennie estaba ahí o estaba posando por obligación para una foto que colgaron en sus redes sociales.  A Lisa no le agradaban mucho, en realidad no le agradaban la mayoría de los amigos que Jennie tenía en L.A., y aunque era muy vocal al respecto no nunca le pidió a unnie que se alejara de ellos: Es su maldita vida y ella elige como vivirla. 

Había un montón de celebridades que L.A. que Rosie conocía. Como Moises, Jaden y Olivia, que le agradaban, pero no es que fueran amigos íntimos. Todos ellos conocían sólo a Rosé y no a Rosie, la Rosie que siempre tiene miedo de mostrar porque las personas creerían que es un alien, extraña, a veces ajena y con una nariz bastante delicada. Esbozo una sonrisa al ver el SMS de Talia, quizás es la única persona de USA con la que ha estrechado una buena amistad. Le dijo que esperaba verla pronto en París.

Por último dejó la felicitación de Suzie para el final. Le envió un mensaje deseándole feliz cumpleaños con una autofoto bastante rara; su rostro envuelto de manera apretujada en una capucha abultada cubierta de nieve.

Rosie rió entre dientes por eso escribió una respuesta apresurada. Lo último que sabía es que estaba en Alaska filmando. Y eso fue porque salió en su Feed de IG.

— ¿Qué te hizo ponerte así de feliz? —, Ashley la interrogó mientras conducía.

Ni siquiera lo pensó cuando dijo: — Suzie.

[...]

— Entonces… voy a salir en un nuevo proyecto fílmico — Jisoo exhaló de manera dramática y muy sobreactuada mirando a Hank y a Dalgom interactuar con un grupo de perros que les doblaba el tamaño.

Rosie la miró un segundo de manera detenida y después se encogió de hombros.

— Oh, eso es genial, Unnie.

Jisoo frunció las cejas ante la reacción desinteresada de Rosie.

— ¡Aigo, al menos pone más ánimo! —, se quejaba haciendo un puchero.

— ¡Oh mi gran unnie eso suena tan genial! —, Rosé dijo mientras hacía refresh a su feed en un foro de PANN que hablaba de Suzie de manera despectiva. Estaba a punto de escribir algo en su defensa cuando recibió un puñetazo ligero en su bicep. — ¿Enserio me vas a pegar?, ¿Sabes que te doblo el tamaño?

— ¡Eres la primera en saberlo y ni siquiera me pones atención!

— Suenas como Jennie unnie.

— No soy tan pegajosa, sabes que me resulta repulsivo.

— Esa es mi unnie distante —, Rosie arrulló antes de abrazarla por un lado.

Jisoo se retorció como un gusano hasta zafarse de su agarre.

— Es un proyecto secreto y en una semana va a ser la lectura del en voz alta. Luego casi de inmediato comenzaremos las grabaciones. Por suerte no va a toparse con el Comeback, si es que llega a suceder en Julio.

— Debes de estar emocionada, por eso, entonces.

— Lo hago, va a ser divertido. Es un rol distinto a Young-ro.

— ¿De qué trata?

— Es una sorpresa, Pasta, no pienso arruinarlo. Sólo tienes que contratar HBO —, Jisoo le guiñó el ojo antes de correr hacía los perros que estaban siendo intimidados por el mismo San Bernardo que una vez hizo volar Hank.

Pasaron el resto de la tarde juntas. Jisoo siempre la consentía mucho. Desde que comenzaron a ser cercanas en su época de aprendices, solía sacarla a pasear y comprarle medicinas. Lisa se burlaba diciendo que la trataba como si fuera su mascota y entonces cuando Jennie la llamaba desde su habitación para que le trajera el cargador de su iphone, Rosie replicaba que ella era igual. Jisoo incluso contrabandeó dulces para Rosie aquella vez que descubrieron su alijo secreto en su almohada. 

Cenaron en una pequeña carpa ambulante antes de regresar a casa. Jisoo no volvió a hablar sobre su ‘proyecto’ secreto. Pero, si le contó que Dior estaba mirando la posibilidad de organizar un desfile en Seúl a finales de abril.

— Sería genial que ustedes vinieran, pero entiendo que sus contratos no las dejen hacerlo.

— Te mandaré mucha fuerza desde casa. Creo que tengo el día libre ese día, así estaré animando en mi cuenta de  Twitter.

— Oh, eso sería genial. Gracias Pasta. Igual no pases mucho tiempo ahí, sabes lo caótico que es.

Rosie asintió sabiendo a lo que se refería.

Había otra cosa que estaba molestando un poco en su cabeza. Pensó que sería buena idea compartirlo con Jisoo. Así que tomó una enorme bocanada de aire para tener valor.

— Unnie.

— ¿Sucede algo Chae?

— Me enteré que mis padres se van a divorciar.

La expresión de Jisoo se suavizó al instante.

— ¿Estás bien?

— Creo que es lo mejor, digo, cuando era niña solían discutir mucho. Papá no es un mal tipo, pero es algo desgastante y mamá siempre buscaba complacerlo. Como en Mad Men —, Rosie se rió mientras se limpió un par de lágrimas, pensando en el matrimonio de Donald Draper y Betty Draper.

— ¿Has hablado con ellos?, ¿Alice? —, Jisoo preguntó con bastante cautela temiendo hacerla sentir fatal.

— Alice me avisó. Me dijo que no me sintiera mal al respecto, que no tenía nada que ver conmigo. Mamá se cansó de pensar que papá dejaría de ser tan demandante.

— Chae…

— Estoy bien, unnie, a veces me siento confundida con toda esta situación de mierda y eso me hace sentir triste. Pero, mientras más pasa el tiempo, menos duele y la señorita Ha dijo que está bien no estar bien. No tengo que fingir conmigo misma que soy feliz y no me tengo que forzar a siempre tener una actitud positiva. Tengo que ser real.

Bueno, siempre que te sientas sola puedes tocar a mi puerta. Tendré dulces y un espacio vacío en mi cama —, le dijo lo mismo que años atrás cuando Jisoo la encontró llorando en su litera del segundo edificio al que se movieron en su tercer año como aprendiz.

Rosie sonrió tallando el rastro de lágrimas fuera de su rostro.

— Lo sé, nunca me fallas.

— Te quiero Chae —, Jisoo admitió antes de darle un abrazo.

— Yo también, unnie.

[...]

Suzie regresó de Alaska una semana después de su cumpleaños. 

A pesar de eso no se volvieron a ver hasta el jueves veinticuatro. Rosie había dejado de asistir a las reuniones de Hyeri en Orange Island Coffee con bastante frecuencia. Su excusa favorita que siempre le gustaba desempolvar cuando se reunía en privado con Hyeri era que estaba muy ocupada. Siempre había algo que hacer, si era de último minuto, si ya está predicho en su calendario. Había una sesión de fotos, un comercial que grabar, un demo que realizar, una publicación en IG de sus patrocinadores, alguna entrevista a la cual prepararse y realizar. Incluso ropa de ver con sus estilistas. El truco de Rosie para que Hyeri no se sintiera mal, era invitarla a comer el sábado para que despilfarrara sobre sus colegas o se quejara de algo que su novio hubiera hecho. Esta vez no pudo negarse, ni excusarse. Así que fue, al menos para que recordaran su existencia y que el barista no se olvidara de su habitual pedido de un caramel latte. 

Como cada vez que va al café llega tarde. Don-gun oppa parquea aun lado del lugar y le dice que se quedará dentro de la furgoneta esperándola. Rosie le dice que puede conseguirle alguna bebida y bocadillo. Pero él dice que no es necesario trajo sus propios bocadillos y se va a poner al corriente con una serie de Netflix que estaba viendo hace poco. Don-gun es una manager bastante agradable, tiene la cara rechoncha y unos ojos muy pequeños, parece un oso de felpa y suele ser de las personas que más tranquilidad inspiran cuando están cerca.

Rosie entra por la puerta de cristal y la campanilla resuena. Las personas ahí la ven brevemente. Algunos hasta dan una doble mirada para confirmar si es en verdad Rosé. Rosie ajusta su gorro acanalado que dice MANOBAL que está ceñido sobre su frente. Está algo nerviosa, siempre que tiene que interactuar con alguien se pone de esa forma. No es el ser sociable que todo mundo cree que es, sólo le gusta interpretar mucho ese papel. Camina a paso apresurado y juega con la correa metálica de su bolso YSL, que Anthony le había enviado como regalo de cumpleaños. Cuando llega ve a todas en sus asientos habituales. Hyeri en el centro, a la cual no duda en saludar con un abrazo muy fuerte, luego da un breve asentimiento a educado: Las hermanas Yang, Hana, Eung-cho, Jiyu…

Y una sonrisa natural brota de sus labios como si fuera una rosa floreciendo. ¡Suzie estaba ahí!, estaba mirándola de esa forma que hace que sus oídos escuchen la música que crea su corazón. Rosie siente incluso que sus manos se aprietan con más fuerza mientras sus pies dejan de responder. Se ve preciosa, más de lo que siempre ha sido. Se ha recortado el flequillo y su cabello es de un negro más intenso que contrasta con la pálidez de su rostro, sombreado por la visera de su gorra de los Yankees. La ropa que lleva es diferente a la del resto de la mesa, exceptuando a Hyeri. Es casual y algo vintage, casi como el estilo de Lisa. Ese hoodie verde albahaca, su jeans de corte recto deslavados y unos nike blancos.  Rosie se sienta en el asiento vacío a su lado y la saluda poniendo su mano en su hombre de forma efímera, con "hey" en un susurro que sólo ellas notan. Suzie responde de la misma manera y Rosie se siente especialmente feliz de verla; sobre todo porque este tipo de reuniones son demasiado cansadas.

La mayor parte del tiempo pasaron excluyendo a Suzie, como siempre. Hyeri y Rosie siempre trataban de integrarla. Sin embargo, Suzie tampoco cooperaba mucho. Sus respuestas eran cortas o monosilábicas. La mayor parte del tiempo se la pasó entre beber su espresso en dos sorbos o mirando la carta.  A veces Suzie le preguntaba a Rosie entre ellas, si quería algo. Rosie a veces se negaba, sin embargo, una vez decidió no pasar. Pidieron un waffle helado con una bola de nieve cada una. 

— ¿Es cierto que volviste con tu ex? —, preguntó una de las hermanas Yang.

Suzie elevó sus ojos con una mirada sombría: — No.

Rosie se quedó quieta, dejó de masticar. Todo el ambiente cambia por completo. Todos dejan de hablar sobre San Valentín. Rosie pasó su San Valentin con Hank, mirando Rom Com ‘s en alguna plataforma de Streaming, atrapados bajo las frazadas. Texteando con sus mutuals de Twitter sin que ellos sepan que es de la persona por la que llevaban hace cinco minutos babeando. A veces Suzie le mandaba un compilado de memes de gatos que Rosie puede usar con Lisa. 

"Que desagradable, ¡Juro que intenté ser educada!", escuchó musitar a la hermana Yang que hizo la pregunta; Rosie miró como otra de las chicas, cree que es Jiyu asiente concordando. El ánimos de Suzie parecía haber desplomado.

Hyeri amonestó a las chicas. No parecía feliz de que estuvieran atosigando a Suzie. A Rosie se le quitó el apetito.

— Será mejor que me vaya, realmente ni siquiera sé para qué me molesto en venir.

Suzie tomó sus cosas de la mesa y le dio un breve apretón en el hombro a Rosé susurrando una despedida dulce.

Y la vio irse después de pagar su pedido.

— ¡Oigan en serio, sólo les pido que no sean desagradables con ella!

Hyeri estalló con furia.

— Ella empezó. 

— No, no lo hizo.

— Es que… ¿Cómo puedes ser cercana a ella?, es una chica demasiado… Fácil —, dijo Eung-cho.

Rosie simplemente no pudo soportarlo más. Tomó sus cosas y se fue sin despedirse.

Toma una gran bocanada de aire fuera del Orange Island Coffee y rebuscó cerca de la acera algún indicio del Bentley de Suzie. Sin embargo, no hay nada. Así que simplemente le resta importancia. Sacó su móvil del bolso y redactó, borra, redacta y borra un mensaje a medias para preguntarle si estaba bien.

Cuando Suzie le responde que estaba perfecta, tiene una mirada indescifrable y entonces vuelve a negar. Pide disculpas en su nombre y le envía un GIF gracioso. Así es como da por finalizada cualquier interacción con ella. Suzie lo ve y en la pantalla, justo al lado de donde está su nombre, aparece que está escribiendo  y está así por un buen rato hasta que no hay nada. 

[...]

Esa noche, no puede dormir. 

Da vueltas alrededor de la cama y se imagina a Suzie. Y es un recuerdo quizá que su neurona por fin logró conectar. Es Suzie, desnuda, piel pálida, pecho agitado, con rastros de sudor haciendo brillar su rostro. Es el cabello de Rosie tocando con sus puntas abiertas y dañadas, parte de la desnudez de su clavícula. 

El calor invade su carne, invade su vientre. 

Rosie mira el teléfono y comprueba la hora: 4 AM.

A la mañana siguiente tiene una sesión de fotos y después tiene que ir al estudio. Va ser un día pesado. 

Jennie y ella están reuniéndose con Teddy para componer. Él no les garantiza que las canciones salgan, pero, se queda cualquier cosa que signifique estar dentro de una sala insonorizada por un  buen rato, perdiéndose en la música que la hace sentir viva.

Al final se destapa las sábanas y se pone mallas para correr. 

Envía un mensaje al chat grupal sobre su salida nocturna, como siempre hace cuando sale por la noche. Hank viene con ella. Le pone la correa, ata sus cordones y se pone ese rompevientos adidas color verde sombra de poliéster. Mete su teléfono en una de los bolsillos laterales con cierres, algunos billetes, al igual que el estuche de su earpods y su identificación. 

Cuando sale del edificio con Hank pone la última Playlist que ha estado escuchando en Spotify; es una lofi de hip hop bastante popular entre sus mutuals de Twitter. Es bastante relajante y hace que sus hombros se destensen. Al principio se pone a calentar un poco y después comienzan caminando despacio. Desde que Lisa y ella son mejores amigas suelen correr juntas. Ayuda a descargar un poco la energía y cuando Lisa admitió estar ualmente frustrada corrieron con mayor intensidad hasta que sus pulmones se redujeron a cenizas.

No es como que Rosie recuerde mucho esa época. Jennie acababa de iniciar su relación con Kai y Lisa estaba pasando por una ola de racismo que dejó preocupada a todas las miembros. Ella misma estaba frustrada de toda la mierda en su cabeza. Gyeong había terminado las cosas con ella, haciendo que su corazón no fuera más que una rosa aplastada sobre el pavimento.

Ahora quizás pasa lo mismo otra vez: Está frustrada ualmente y no tiene ganas de acostarse con alguien. 

Así que se dedica a sentir el ritmo de la música con cada movimiento de sus piernas. Siguiendo a un Hank dispuesto a correr sobre una capa de nieve muy delgada. 

No sabe cuánto tiempo duran corriendo. Pero, luego termina caminando a una tienda de conveniencia para comprar un poco de agua para ambos. Tal vez un bocadillo. Saluda al tipo de la tienda con asentimiento y se mete en el pasillo de los frigoríficos. Hay una luz blanca que baña de manera antiséptica su rostro y se ve, en la puerta de cristal su propio reflejo. La capucha para correr elevada y algunos mechones rubios atravesados al lado de sus cejas. Sus pómulos parcialmente tapados por la mascarilla negra, pero con los vasos explotados por el esfuerzo físico. Hank se sienta quieto, con esa mirada recelosa que siempre ha tenido. 

A veces Rosie se pregunta qué le marcó tanto en su infancia que la hizo ser tan desconfiada de todo mundo. 

Su horario aún no está sobresaturado y tiene que pensar en una idea para cuando eso suceda. Necesita que Hank tenga a una cuidadora de confianza. Incluso estaba pensando en pedirle a la persona que lo  adiestró en su hogar si podía encargarse de Hank. Tenía una lista en una libreta pequeña que compró. Ahí puso los nombres de las personas a las que le confiaría a Hank. Siempre la trae consigo, por sí se le ocurre algo.

En esta ocasión la sacó para verificar.

  • Kim Jisoo.
  • Kim Jennie.
  • Lalisa Manobal (¡Mantenerla vigilada con las porciones de comida!).
  • Don-gun Oppa.
  • Lee Hyeri.
  • Kim Go-eun.
  • Joan.
  • Ashley.
  • Suzie.
  • Bob.
  • Jimin.
  • Bin.
  • La Tía Yeol.
  • Park Sooyoung.
  • ¿Alice?
  • ¿Mamá?

Sabía que una de las opciones más fáciles, si es franca, es sin duda Allie. 

Por más que odie a su hermana y sabe lo importante que es Hank para ella, y lo mucho que él la quiere. Había leído un artículo sobre paternidad compartida y los divorcios. Sabe lo mucho que le afectó a él, que Allie ya no sea partícipe de su vida. Rosie no confía en Allie, aunque le confiaría a Hank.  Tal vez en algún futuro cuando pueda soportar estar en la misma sala sin sentirse  rara, ni desagradable, quizás pueda volver  acercar a Hank a ella. Sabe que él la extraña, lo hace. Fue parte de su vida. Alice lo cuidó como una madre, mientras Rosie trabajaba y estaba ocupada. Se encargaba de alimentarlo, bañarlo, consentirlo, de pasar tiempo de calidad junto cuando los días eran de lluvia y las noches de té. 

Y tal vez Rosie le arrebató a su compañera. 

Tronó su cuello y tomó dos botellas de agua. Buscó un snack y luego caminó hacía la caja. No había casi nadie en la tienda. Había un par de personas ojeando la sección de ramen. ¿Tal vez un ramen caliente?, ¿Algunas croquetas para Hank?; al final reemplaza el snack saludable, por un ramen picante y un sobre de comida para perro. El encargado es bastante amable, la mira con aburrimiento mientras paga. Incluso le presta un cuenco para que Hank coma y otro para que beba agua. Dice que lo ocupa para dejarle comida a algunos perros de la calle. Eso hace que el corazón de Rosie se le ablande y entonces paga por una gran dotación de comida y agua. 

El cajero la mira con sorpresa por eso y parece demasiado feliz cuando terminan la transacción. Le agradeció en nombre de los chicos callejeros y Rosie le habló sobre un refugió que está cerca. Pasa los datos del refugio y prometió darse una vuelta para ver a los perros. Luego prepara el ramen y se sienta en una de las mesas y sillas de plástico, después de servirle el agua y la comida a Hank.

El ramen calienta su estómago y Hank parece disfrutar de la comida. 

El cielo ya empieza a desteñir su oscuridad y sabe que amanecerá pronto. Toma un par de fotos de Hank y luego de su ramen. Jisoo es la única que responde cuando las envía al grupo y Rosie pone los ojos en blanco y le dice que se vaya a dormir. Sabe que su unnie pierde el sentido del tiempo jugando juegos móviles, sobre todo últimamente porque está nerviosa al inicio del rodaje y no hay un Jung Hae-in al parecer que pueda aflojar la tensión en sus entrañas con una sonrisa torpe.

Piensa quizás en visitar a Jisoo más tarde. Que de navidad Jung-ho oppa le regaló Red Dead Redemption 2, para su XBOX. A Rosie le gusta mucho jugarlo. Su parte favorita es montar a caballo por agrestes campos, viéndose inmersa en el juego por completo. Tal vez pueda jugar nuevamente. Unnie no es tan tacaña con ella, como lo es con Jennie y Lisa, a pesar que también Lisa sea su consentida.

Cuando termina de comer, el alba ya aparece en el cielo. Así que tira toda la basura en su lugar. Le da los recipientes al encargado y agradece por su buena voluntad. Vuelve a prometerle que vendrá a visitar a los cachorros y después se va. 

Hank ya no tiene tanta energía cuando caminan. Esta vez escucha un podcast de Taylor Swift. Están hablando sobre Sad Beautiful Tragic. Ella escucha el análisis de las lyrics, mientras camina cargando a su cachorro. Piensa en sus padres y sus entrañas se hunden por un momento.

El sol ya está un poco más alto cuando llega a su edificio y mientras se sube al elevador saluda a una de sus vecinas. Una anciana llamada Na In-soo. Suele darle siempre algunos tuppers con comida a Rosie alegando que trabaja mucho y quizás no tenga tanto tiempo para cocinar. Le recuerda mucho a la señora Sok. A veces Rosie se pasa por su casa o le ayuda con las compras. La señora Na, siempre es una buena compañía. La hace sentir tranquila con sus velas aromáticas olor lavanda y su té de menta. 

— Oh, hola, ¿Tuviste una buena caminata hoy? 

Rosie le sonríe asintiendo.

— Buen día, Ahjumma, ¿Usted salió muy temprano?

— No, no, vengo de casa de mi hija. Ayer cenamos juntas y me pidió que me quedara a dormir porque era muy tarde. Pero ahorita mismo tengo que hacer unos pendientes por eso regrese temprano. ¿Ya desayunaste?, niña —, la señora Na le preguntó.

Rosie asintió.

— Sí.

— Pensé en invitarte un poco de café, te ves agotada.

— Bueno, un buen café no se lo puedo negar. Hanki está cansado, así que lo dejaré en mi apartamento y bajaré para ayudarla con el café.

— No tienes porqué ayudarme, te lo estoy invitando. También tengo sobras de comida, ¿Cómo está tu semana?, ¿Tendrás tiempo para cocinar?

Rosie se quedó pensativa y buscó su cronograma en su teléfono.

— Hoy sí, pero estaré con una de mis unnies trabajando hasta la tarde y supongo que almorzaremos juntas, y después voy a visitar a otra de mis unnies y tal vez me quede en la noche en casa de sus padres, su madre, la señora Eunyoung cocina delicioso.

Rosie le contó bastante animada y casi pudiendo saborear la cena de los padres de Jisoo.

La señora Na parecía aprobar aquello.

— Me alegra que tengas un montón de unnies que te cuiden. Yo tenía un montón de unnies que me cuidaban también, sobre todo mi querida Ji-eun unnie —, dice con bastante melancolía, pero después parece sonreír animadamente. — Deja a Hanki descansando y no te tardes, ayer hice algunas tartas, no puedes ir a la casa de tu unnie sin algo en las manos sería de mala educación —, comenta cuando las puertas se abren. Le da una pequeña caricia a Hank adormilada contra su pecho y después le mira a Rosie con tanto afecto, que se siente feliz de que la señora Na viva un piso abajo.

Se despiden en una reverencia antes de que las puertas metálicas se cierren.

[...]

El café está muy dulce, como le gusta. La señora Na no pareció bastante emocionada por eso. Le advirtió que no usara tanta azúcar. Pasan un rato agradable y Rosie le ayuda hacer algunas compras por Amazon que olvidó hacer con su hija. Luego le da una bolsa de papel donde va empacada la tarta y le dice que se cuide mucho y regrese sana y salva la mañana siguiente.

Don-gun oppa, la está esperando dos horas después. Rosie desfila con Hank en su transportador. Su manager le habla de todas las cosas que van hacer y le pregunta si quiere desayunar o algún snack. Rosie le dice que desayunó y que tal vez quiera un starbuck para después. 

Él la lleva a la sesión de fotos. Las cosas son bulliciosas. Maeng no va formar parte de su equipo está vez. Su estilista hoy es Yu Nam-seon y se dedican un buen tiempo a discutir los últimos detalles de las prendas que va utilizar. También saluda a Yong-mi  su maquillista y le dice a Oppa que compre algunas bebidas para el staff como cortesía. Pasa el resto del día posando para la cámara, discutiendo brevemente con el fotógrafo y atrapada entre una bulliciosa turba de personas ocupadas. Es agotador y el café la mantiene en funcionamiento. Cuando se abruma un poco, Hank se encarga del control de daños. La idea de un perro, vino de la señorita Ha. Aunque le recomendó conseguir un perro de soporte emocional, Rosie no pudo evitar enamorarse de Hank a primera vista. Después de convencer a Alice de que Hank se quedara con ellas, ambas comenzaron a investigar — sobre todo Allie —, sobre cómo certificar para que sea un perro de soporte emocional. Cuando era más pequeña en Melbourne tenían un perro así, que solía ayudarla mucho con sus ataques de pánico y ansiedad o cuando tenía una sobrecarga sensorial. 

No pudieron terminar de hacer todos los arreglos necesarios en ese tiempo. Pero, Rosie por fin estaba terminando de certificar con ayuda de Jennie. La señora Ha ya había entregado su carta de autorización. Incluso Jisoo investigó a un grupo de otras personas de la industria que tenían perros de apoyo emocional. La empresa siempre cubría ese tipo de cosas, porque para ellos rompía la fantasía de lo que era un idol. Sin embargo, se enteró por ejemplo que Zero el cachorro de Kim Taeyeon tenía un certificado de soporte emocional, que permitía que ella lo llevara a todos lados y esa fue la razón por la que SM lo dejaba entrar a sus instalaciones o por qué Taeyeon-nim lo llevaba a sus eventos.

Al final de la sesión de fotos fue a The Black Label. Saludó al guardía de la recepción y camino con Hank siguiendola al lado. Jennie ya estaba en el estudio reservado y se encontró a Loren tocando algunos acordes, tirado sobre uno de los sofás de tres plazas. Parecían estar haciendo el vago mientras hablaban de sus predicciones para los Oscar.

— ¡Hey, traje bebidas! —, Rosie entró alegremente en la sala, haciendo que ambos sonrieran con cariño.

— Genial, iba a decirle que comprara algunos cafés —, Jennie se cruzó de brazos mirando a Loren bajo una falsa indignación.

Él le sacó la lengua de manera juguetona.

— ¿Algo nuevo?

Rosie dijo mirando la libreta de Jennie que estaba sobre una de las mesas.

— No, sólo una lluvia de ideas, lo de siempre —, Jennie se encogió de hombros.

— ¿Cómo has estado?

— Fui a una fiesta con las chicas hace una semana.

— ¿Aún tienes energía para estar feliz hoy?

Rosie sólo bufó ante el comentario de Loren que seguía tirado en el sofá.  Puso las bebidas sobre la mesa y tomó una de las sillas de oficina con rueditas para sentarse frente a su unnie.

— No estuve mucho tiempo ahí. Me fui cuando pensé que era hora de irme. 

— ¿Cenaste?
— Oh, sí Joan, Ashley y yo cenamos juntas, fuimos a un restaurante bastante sofisticado.

— ¡Oye a mi nunca me llevas restaurante sofisticados como lo haces con tus chicas! —, Loren bromeó.

Rosie se giró para sacarle el dedo medio.

— ¡Es que no eres una chica! —, Jennie se burló.

Los tres se rieron de eso. Aunque Rosie se ruborizó un poco avergonzada. Últimamente estaba poniendo mucho empeño en sus amistades de Seúl. Al igual que se estaba priorizando mucho. No quería sentir que tenían que cuidarla. Aunque claro le gustaba ser una malcriada, sobre todo por sus unnies. 

Pero, ella era una adulta y podía ser independiente.

Pasaron la tarde revisando algunos lyrics de Jennie, mirando con que acordes encajaban mejor. Teddy viene un rato después y estuvieron hablando sobre el comeback. No era una charla seria, porque no estaban el resto de las integrantes; existía cierta incertidumbre y Rosie sabía que para los fanáticos la espera era larga y hubo un miedo persistente dentro de ella, de ser reemplazada fácilmente. Es algo que solían decir mucho cuando eran aprendices, lo rápido que podían sustituirlas, lo complicado que era captar la atención de las personas y sobre todo hacer que se mantuvieran con ellas. Muchas veces los Blink le probaban lo contrario, las esperaban y ambos regresaban con más fuerza. Sin embargo, ¿Volverían otra vez?, cuando se sintió inquieta Hank se apretó contra ella, le permitió acariciarlo con esmero. Teddy hablaba de manera suave y le aseguraba  a Jennie que pasara lo que pasara, eran un éxito garantizado; sólo tenían que entregar un buen producto. La canción perfecta. ¿Acaso existía una canción así?, Rosie no lo sabía.  Al final del día no sabía muchas cosas y le costaba entender otras.

El sol ya estaba desangrándose afuera, cuando salieron del edificio. Se despidieron de Loren que se quedó un rato más en el estudio, hasta que su novia saliera de la universidad para pasar por ella.

— ¿Vas casa? —, Jennie le preguntó.

Rosie negó.

— Pensé en ver a Jisoonnie, tal vez quedarme a dormir.

— Genial. Tal vez vaya contigo, tengo que asegurarme de que Chu no se olvide quién es su favorita —, le dio una sonrisa arrogante que hizo que Rosie se riera.

— Entonces vamos juntas.

No fue necesario que Oppa la llevara de regreso. Lo despidió diciéndole que Jennie traía el auto de su madre y que ambas iban a casa de Jisoo. Sólo sacó su maleta con la muda de ropa y algunas cosas de Hank, como la tarta de la señora Na. En el camino Rosie dormitoo un poco y fue Jennie quien le dio una sacudida cuando llegaron al edificio donde Jisoo vivía con sus padres, para despertarla. No estaban en el mis apartamento, porque sus padres vivían una planta más abajo. Pero, Jisoo iba ahí la mayor parte del tiempo.

— ¡Hola, omonim, somos nosotras! — Jennie gritó cuando abrió la puerta después de registrar el código de acceso.

La señora Eunyoung les dio una sonrisa brillante al verlas y las hizo pasar casi de inmediato. Se quitaron los zapatos en el pasillo y los reemplazaron con pantuflas de algodón. El lugar de la familia de Jisoo era bastante sofisticado y minimalista. La señora Eunyoung les estaba hablando sobre la cena de San Valentin que él y su marido tuvieron en Jeju, mientras Jisoo aparecía despeinada, con la cara hinchada y vistiendo ropa holgada. Tenía una especie de libreto apretado debajo del brazo y las saludó a todas con una sonrisa divertida, cuando las vio apoyadas sobre la barra de la cocina chismeando con su madre.

— ¿Pasó algo?

— Rosie posie y yo queremos mimos.

Ambas hicieron una expresión adorable  y Jisoo frunció las cejas con asco fingido. Su unnie como siempre odiando las cosas dulces.

— Traje tarta de fresa.

Jisoo pareció meditarlo y asintió extendiendo los brazos.

— ¡Vengan, hay mucho Chu unnie para todas!

Jennie y Rosie se rieron y saltaron a los brazos de su unnie. La madre de Jisoo las miró con diversión detrás de la barra.

El resto de la tarde ayudaron con la cena y cuchicheaban sobre la fiesta a la que Rosie había asistido.

— ¿Y te divertiste?

— Sí, pero, intentaron no ser ruidosos por los vecinos. Pedí que no me hicieran fotos y ruego que haya sido así, no quiero verme circulando en internet.

Jennie suspiró: — No me recuerdes, aunque el vídeo de tí haciendo un twerk en París nunca lo superare.

— No te preocupes, Chae, te queremos incluso si te cancelan por hacer un twerk en París en estado de ebriedad.

— Unnie, ¿Cómo vas con tu proyecto secreto?

Jisoo suspiró tallándose los ojos, su mirada bajó hacía el guión que en la portada decía:

 

( 1946, CHOSEON)

Por

Ka Ye Jin

&

Aji

Basado en la historia gráfica de Aji y Jonghyun.

V. 500.2.

Enero de 2021.

[email protected]

 

— El cast es bastante… Son un puñado de idiotas, pero, me siento bien, ¿Creo?, es mi segundo drama y la mayoría de ellas son actrices experimentadas.

— Chu, relájate, créeme, te vas a divertir.

— Sí, sin duda creo que las risas no van a faltar —, Jisoo puso los ojos en blanco. – Sólo quiero que se preparen para la cancelación que nos van dar en Corea cuando salga.

— ¿Qué tan malo es?

— Controvertido tal vez.

— Bueno, nunca estarás cancelada en nuestros corazones.

— Es bueno saber eso Jendeukie.

El padre de Jisoo llegó justo a la hora de la cena. Pareció bastante feliz de la visita de Rosie y Jennie. Incluso les pidió que bebiera una cerveza con él, ya que eran las únicas en la mesa que les gustaba la cerveza. Jisoo estaba tomando una copa de vino junto con su madre. Así que ellas lo hicieron. A lo largo de la cena le mandó fotos a Lisa presumiendole todo.  Los padres de Lisa vendrían a Seúl en unos días. Su amiga estaba preparando los últimos detalles junto a la madre de Jennie, ambas parecían bastante estresadas por ese hecho. La señora Kim iba a organizar una cena para todos ese día.

– Tu madre me está pidiendo que haga un postre para llevar.

— ¡Mamá está insoportable! —, Jennie gimió. — Ella y Lili. Dios, son una dupla bastante similar cuando se lo proponen, creo que me robó a mi mamá. Hoy Lili pasó por ella para revisar una nueva decoración de la habitación de invitados de su apartamento. Quiere remodelarlo porque Lego hizo un desastre. Y mi madre está ayudando.

— A mi me parece lindo que tu madre se lleve bien con tu novia.

Rosie chilló mientras se llenaba la boca de comida.

Jennie en cambio se volvió a quejar.

— No cuando se pone siempre de su lado en las peleas.

— Es que eres una idiota —, Jisoo respondió y su madre la reprendió por el comentario. Mientras el padre de Jisoo comenzó a carcajearse hasta que sus ojos se nublaron. 

— Rosie… ¿Cómo están las cosas con tu familia? —, la madre de Jisoo fue un tanto precavida al momento de decirlo.

Rosie tragó rápidamente un trozo de kimchi y contestó: — No sé mucho de ellos últimamente, así que… 

No supo qué más decirle, torció sus labios en una mueca quedándose en silencio.

— Igual si necesitas algo, no sé, ayuda con alguna cañería tapada o quizás poner un estante —, el padre Jisoo comenzó a enumerar con sus dedos.

— Oh, alguna receta o quizás incluso algún remedio para el dolor de estómago. ¡Dios tengo algunos dulces de miel con menta para la garganta!, sé que cantas mucho y no quiero que se te irrite.

La señora Eunyoung saltó de su asiento y se retiró hacía el pasillo, tal vez para buscar esos dulces.

— Oh, tal vez vayas a cambiar de sofá. Oh si se te daña el frigorífico puedo ayudarte a sacarlo. No es necesario contratar a desconocidos en estos días —, el señor Kim se ofreció con amabilidad. — ¿Jennie, tu madre y tú no van a cambiar algo?, o tal vez Lisa, segura que Lisa necesita ayuda con la decoración de la habitación de invitados.

— Compre muchas —, llegó la señora Kim y las repartió entre las chicas. —, estas son para Lisa, ah, también tengo té medicinal. Tienen que estar muy sanas, por los horarios.

— Sí vitaminas.

— Lo que mis padres quieren decir, es que, siempre puedes contar con nosotros, Chae —, es lo que Jisoo simplificó después de darle un sorbo a su copa de vino.

Sus padres afirmaron agitando su cabeza de arriba hacía abajo.

— Oh… ¡Muchas gracias! 

Se sintió tan conmovida que comenzó a llorar.

La cena estuvo bien después de eso. 

Jisoo distrajo la atención teniendo una pelea tonta con Jennie. Después, lavaron los platos y subieron al apartamento de Jisoo. Rosie jugó Red Redemption 2 mientras Jennie y Jisoo se servían algo de vino, mientras se ponían de acuerdo para salir juntas. Al final de la noche, estaba tan agotada que se quedó dormida en la cama de Jisoo, en medio de un sandwich humano entre sus dos unnies.

[...]

— Hey.

Suzie elevó sus ojos. 

Rosie no la había vuelto a ver desde el jueves pasado en Orange Island. Dejó de intentar asistir a las reuniones de Hyeri. Su presencia ahí no tenía sentido. Las hermanas Yang, ni Jiyu, Eung-cho, parecen importarle poco. La única razón por la que asistió era porque Suzie aparecería ahí, incluso si su asistencia se trataba de un juego de azar; donde no sabía si estaría ahí o no. Sale con Hyeri a menudo, solas, porque no cree poder soportar a nadie más. En ninguna de esa ocasiones se atrevió a preguntarle por Suzie. Por lo que abrió los ojos de manera cómica al verla sentada en una de las estaciones de cocina de su clase de repostería semanal. 

Era un jueves, tres  y marzo había entrado demasiado apresurado. Eso hizo que Rosie sintiera que el año se estaba erosionando muy rápido. En cualquier momento sin darse cuenta quizás estaría en la sala de ensayos preparándose para el comeback. Peleandose con Lisa por algun desacuerdo tonto y Jennie estaría lamentandose de manera dramática cada vez que Jisoo le pisara los pies al momento de trasladarse de una posición a otra. Eso le hizo extrañar la etapa de ensayos de los comeback. También le hizo desear con tantas fuerzas volver a pisar los escenarios. Sentir la energía que brotaba desde las puntas de sus dedos, hasta sus cuerdas vocales y se afianzaba en el aire que se apretaba en diafragma. 

— Hey —, Suzie saludó débilmente.

Se veía esteril, agotada, incluso parecía haber adelgazado más que la última vez. Las cejas de Rosie se movieron por preocupación e intentó mantener la compostura para no saltar y envolverla en sus brazos.

Suzie era como una de esas pequeñas estrellas que apenas se podía notar su tildar en el cielo de la ciudad.

— ¿Te encuentras bien?

Suzie le dio una sonrisa armoniosa que contrastaba con su aspecto Burtiano. 

— Sí, sólo, estoy cansada… —, bostezó. — Mis padres van a venir a Gwangju, así que decidí mover algunos compromisos para hacerme tiempo…

— Oh eso es bueno, espero que tengas un día agradable.

Parecía que pensar eso iluminaba los ojos de Suzie, porque su sonrisa se amplió.

— Tengo planeado llevarles un postre, así que por eso estoy aquí —, dijo rascando su cuello de manera tímida.

— Si necesitas ayuda con algo, puedes pedirmela —, Rosie se aseguró de decir, dándole una mirada más larga. Había un doble sentido en su oración que no sólo tenía que ver con el postre.

— No tienes que preocuparte por mí, estoy bien —, respondió de forma cariñosa.

— No podría no hacerlo —, dijo reverente. — Incluso si no estamos juntas, no puedo no preocuparme por ti.

— Es muy dulce de tu parte, Jangmi, pienso lo mismo. Incluso si no estamos juntas, puedes contar conmigo.

Eso fue lo último que dijeron antes de que la clase comenzará. El resto fueron sólo miradas de aquí y allá. Rosie jugueteando con sus dedos, tamborileando sobre la superficie metálica, hablando con Kim Go-eun que apareció un rato después disculpándose con la profesora. Suzie a veces parecía apunto de quedarse dormida y tenía los ojos vidriosos por el sueño. Rosie hacía uso de hiposensibilidad auditiva, lo que la hacía ser más ruidosa y descuidada.  Así mantenía Suzie tan alerta como el gato negro que a veces tenía adentro.

Cuando la clase finalizó y los postres estaban listos: un rico pastel de mil hojas. Rosie se dedicó a escribir una dedicatoria para la señora Na y su hija, sobre el empaque de cartón anudado por un mecate. Go-eun unnie le dijo que deberían ir a tomar un café juntas, había un lugar bastante nuevo a una calle de distancia llamado Yum Yum Coffee Bar.  Rosie aceptó la oferta. Se puso su chaqueta y se percató que Suzie estaba guardando sus cosas. Llevaba una mochila lisa de color azul marino sobre su hombro y su habitual gorra de los Yankees en la cabeza.

Decidió acercarse para despedirse y desearle que su viaje a Gwangju fuera un éxito.

— Suerte con tus padres —, le dio un apretón en el hombro.

— Gracias, igual ten un buen día.

Rosie le dio la espalda lista la irse, pero no pudo evitar girarse con torpeza para llamarla.

— ¿Suzie?

— ¿Sucede algo Jangmi? —, preguntó consternada.

— Por favor, cuando estés allá descansa mucho y recarga energía.

Rosie apretó fuertemente la agarradera de la bolsa de plástico donde estaba doblemente empacado su postre. Ni siquiera despegó los pies del suelo embaldosado.

— No te preocupes, ¿Sí?, sin duda mi madre va estar obligándome a descansar y va a tener una cena deliciosa —, le sonrió de manera dulce. 

Rosie exhaló.

— Está bien.

— Chaeyoung-ah, ¿Nos vamos? —, Go-eun unnie la estaba esperando inquieta desde el umbral de la puerta de cristal.

Rosie le dio una última mirada débil a Suzie.

— Bueno, te veo por ahí.

— Lo mismo digo.

[...]

La cena en casa de la madre de Jennie fue el viernes. Los padres de Lisa llegaron en la mañana. Posiblemente a las 8 AM, Rosie no estaba tan al tanto de todo el traslado de Incheon a Seúl, porque estaba en medio de la filmación de un comercial para su campaña con una marca de cosmética coreana llamada Sulwhasoo. Su manager le había dicho que tendría una entrevista en un par de semanas, para hablar sobre por qué le interesaba colaborar con la marca. Ella y su equipo de publicidad se habían reunido para darle la lista de preguntas y mientras practicaban le aconsejaron buscar en el baúl de los recuerdos, como lo hizo como para las campañas con Tiffany & Co., cuando Rosie le dijo que no usaba la marca, ni tiene  algún recuerdo con ella, el señor Yu, su publicista le dijo que mintiera, que creara una historia a partir de su madre usando los productos. "Lo que ellos buscan es que tu artífices sinceridad, así que apela al sentimentalismo barato que generan las relaciones madre-hija".  Rosie recuerda fruncir sus labios, pero, no dijo nada. Porque la mirada que le envió fue la misma que una de las monjas de su escuela católica, esa mirada, la cual Allie le advirtió era con la que tenía que quedarse callada y asentir. 

En la cena se enteró que fue Kim Jung-ho el hermano mayor de Jisoo quien recogió a los padres de Lisa. Al parecer su mejor amiga tampoco pudo ir por ellos, porque estaba grabando una campaña de MAC. Jennie tuvo que asistir a su madre con la cena, sobre todo ir a pelear a una concesionaria de vinos, porque al parecer habían entregado la cosecha italiana incorrecta. Su madre era perfeccionista y siempre que los padres de Lisa venían parecía ponerse bastante estresada intentando que disfrutaran de su estadía en Seúl. "Dice que lo hace porque quiere demostrarles lo mucho que apreciamos a Lili y lo mucho que desearía que fuera parte de la familia", Jennie externó una vez mientras estaban en el estudio. Rosie tocando algunas notas en teclado y ella borroneando un verso que le pareció soso.

 A su parecer los padres de Lisa están bastante satisfechos. La señora Bruschweiler no ha dejado de reír de las ocurrencias de Jisoo y sus padres. Rosie se ha encargado de traducir muchos de los chistes llenos de ironía de los Kim. El señor Bruschweiler halaga la comida y el vino. Es más serio que la madre de Lisa, pero es bastante blando según su mejor amiga. Cuando 'el banco de esperma' humano de Lisa decidió esfumarse de su vida, su padre fue una especie de sol en medio de la tormenta. Eso en unión con el baile le ayudaron mucho a lidiar con la sensación de sentirse incompleta: como un agujero negro en el estomago.

Los padres de Lisa siempre han sido buenos con ella. Y Rosie los ve como sus tíos lejanos, a pesar de que Chitthip y el señor Brucshweiler hacen que el resto de las integrantes los llamen, Mamá M y Papá M. Le gustó mucho el ambiente que se generó ameno, incluso vinieron los hermanos mayores de Jisoo con sus familias a cenar todos juntos.

Lo que más le gustó fue ver la sonrisa enorme de Lisa, ni siquiera le cabía en el rostro, era tan resplandeciente como la bombilla del comedor. La señora Kim no paraba de adular lo buena que era Lisa para Jennie y Jennie no dejaba de ruborizarse y sentirse avergonzada al respecto. Siempre buscaba el mayor contacto con su novia. Por eso la mayor parte de la cena, Jisoo y Rosie se  dieron la mirada que siempre se daban cuando veían a las chicas actuar de esa forma, una divertida y lista para guardar para futuras burlas.

Al final, consiguió paseó a casa por la hermana de Jisoo, Jiyoon y su esposo. 

Al llegar a su puerta se encontró desconcertada al notar un arreglo floral de rosas blancas en el suelo. 

Eso la hizo mantenerse bastante inquieta. 

Su primera reacción fue mandarle un mensaje a Suzie que supuso estaba Gwangju. No era el tipo de persona que enviaba flores. No últimamente cuando rara vez hablaban o se veían. Aún así quizás tiene la esperanza de que haya sido ella. Y no la persona de la cual sospecha. Las náuseas le invaden cuando recibe la negación de Suzie. Le pregunta si se encuentra bien y Rosie le dice que no del todo, pero que espera verla de nuevo cuando regrese a Seúl. 

Después de eso, envía un mensaje al grupo y a su manager. Jisoo le dice que no lo toque, por miedo a que hayan puesto alguna sustancia nociva y aunque Rosie cree que es pura paranoia suya lo hace. 

Jungho oppa termina regresando por ella y la lleva al lugar de Jisoo para pasar la noche por seguridad.

Rosie al principio no puede dormir, pero, luego le reconforta saber que la luz que brilla en el teléfono de Jisoo mientras se desvela jugando videojuegos está ahí.

A la mañana siguiente le avisan que el arreglo no tenía una sustancia química, ni nada peligroso. Su manager le entrega un sobrecito con una tarjeta. Y cuando ve quien la firma se queda completamente entumecida: Gyeong. 

Cuándo su manager le da el arreglo floral Rosie se niega a recibirlo, le pide directamente que lo deseche y habla con la administración del edificio para no dejar que nadie suba sin su permiso, ni deje nada sin su consentimiento frente a su puerta. Entonces, sus correos, sus paquetes son enviados directamente a YG y a pesar de lo cansino que es prefiere ir a recogerlos allá, donde se asegurarán de que todo esté en orden.

Los días siguientes los pasa con miedo de que Gyeong aparezca por su puerta o intente ponerse en contacto con ella. Llega al punto de decirle a Allie lo que pasó. La escuchó bastante molesta al otro lado del teléfono, pero le aseguró que Gyeong no la volvería a molestar jamás.

Una semana después, el viernes tiene su próxima clase de repostería. Suzie está de nuevo en su estación. Se ve más descansada, más viva, hay un color rosáceo en sus mejillas y ha vuelto a ganar el peso que pareció perder. Está más tranquila de que no luzca como un cadáver viviente como una semana antes. Aunque dentro de sus ojos hay algo que se refleja roto.

Rosie se acerca hacía ella y la ve sonreír acogedoramente.

— Hey.

— Hey.

— ¿Qué tal Gwangju?

Los ojos de Suzie parecen parpadear en lágrimas y se esfuerza por ocultarlas mirando hacía las luces del techo.

— No fue una buena idea —, su voz brota débil.

— Oh, lo siento mucho.

— No pasa nada, Jangmi —, esboza una sonrisa triste. — Yo termine con eso y creo que, es lo mejor que pudo haber pasado.

— Espero que sea así.

Suzie atinó a asentir.

Y Rosie apretó su mano sobre la superficie fría de la mesa de metal.

Ambas se quedaron mirando por un buen rato. Las lágrimas de Suzie pincharon sus mejillas y Rosie usó la manga del sueter negro con la R- estampada para limpiarlo como si fuera un cristal empañado por el frío.

— Jangmi…

— ¿Sí?

— ¿Todo va a estar bien cierto?

Rosie no sabía cómo responder. ¿Todo iba estar bien?, no lo sabía. Era lo mismo que le preguntaba a la señora Ha y sólo le decía que el tiempo cura cualquier herida, por más dolorosa y fea que este.

Tampoco responde, porque cuando iba a desbordarse en un palabrerío sin sentido, la clase comenzó.

Volvió a su estación y a ratos miró a Suzi cabizbaja. 

Poco a poco vio cómo recuperaba sus ánimos. Eso fue aliviador.

Ella misma se mantuvo ocupada hablando con Go-eun unnie sobre hacer macarons para los cachorros, en su siguiente paseo el lunes que viene. Jisoo había dicho que sería genial montar un picnic improvisado y todas parecían excitadas con la idea. Incluso Jennie y Lisa se unirían con sus cachorros en la expedición.

Rosie se distrajo tanto con ello, preguntando a la instructora que podían usar que los macarons no fuera malo para los cachorros. Al acabar la clase llevaba algunos paquetes de tiramisú que elaboraron en esa sesión. Hizo una lista de las personas a las que enviaría los postres.

  • Lisa.
  • Jennie.
  • Jisoo.
  • Su manager.
  • Teddy.
  • Loren.
  • Los padres de Jisoo.
  • La madre de Jennie.

Go-eun unnie y ella iban a volver a ir a Yum Yum Coffee Shop, sólo porque hoy era un día temático cachorros. Había un refugio de animales que se encargaba de cuidar a cachorros en situación de calle y ayer anunciaron una campaña en ese café para conseguir fondos. Como forma de incentivar no sólo la donación, sino que la adopción hicieron un día de cachorros. Así que estaban emocionadas por un Latte y un ser enterradas vivas entre miles de cachorritos bebés.

Como la otra vez pasó por la estación de Suzie para despedirse.

— Hey.

— Hey.

— ¿Vas a casa?

— Algo así, le daré esto a mi gerente para que los lleve a la oficina —, dijo mostrando las cajas con sus tiramisú que ella había hecho. — ¿Tú?

— Unnie y yo vamos a ir a tomar un café.

— Oh, entonces espero que se diviertan mucho —, expresó de forma muy sincera.

Rosie se puso algo nerviosa pensando y repensando en una cosa. Después de un rato decidió expulsarlo.

— Pensé… Pensé que tal vez te gustaría venir con nosotras. Unnie no es como las amigas de Hyeri… Tal vez, pasar un rato agradable y ponernos al día. ¡Hay cachorros bebés huérfanos adoptables de por medio!

Miró que Suzie parecía meditarlo y Rosie intentaba eliminar el rubor que ardía hasta en sus oídos y su cuello.

— Sí, digo, ¿Por qué no?, de cierta forma extrañaba ver tu cara mientras bebía mi espresso —, luego acuñó una sonrisa burlona mientras enarcar una ceja: — Además, no me puedo resistir a lindos cachorros bebés huérfanos adoptables de por medio.

Rosie se sonrojó gimiendo de vergüenza y  Suzie le sonrió de manera brillante.

Luego se pone en marcha como una locomotora sobreexcitada.

— Andando, ¡Oye Unnie!, tengo que presentarte a Su-ji unnie —, grita mientras tira de la manga de la sudadera de Suzie, arrastrándola tras  ella. 

Go-eun estaba esperandolas en el umbral. 

Había una sonrisa demasiado sincera cuando se acercaron a su encuentro. Hizo una reverencia de saludo que Suzie imitó un poco más cautelosa. Rosie recordó entonces que Go-eun había protagonizado un drama con Lee Min-ho e incluso había tenido rumores de cita. Sin embargo, ambas no parecieron inmutarse en ese hecho. Fue más por timidez e introversión que por la sombra del hombre detrás de ellas.

— Es bueno verte, de hecho.

— Lo mismo digo.

— No pensé que eras cercana —, Go-eun finge sorpresa para reprocharle a Rosie de forma exagerada. Jisoo unnie y Go-eun unnie tenían formas muy similares de comportarse y Rosie pensó que por eso ambas chocaban mucho y tal vez por eso Dalgom estaba enamorada de Go-eun unnie.

— Yo no pensé que está ardillita tenía otra actriz favorita —, Suzie pareció seguirle el juego haciendo un puchero completamente ‘ofendida’.

— Te entiendo, al parecer tiene preferencia por las actrices mayores —, Go-eun se burló.

Rosie se ruborizó avergonzada e intentó defenderse lo mejor que pudo.

— Para que conste, mi actriz favorita es Jisoo unnie.

Ambas actrices arrugaron sus cejas.

— ¡Aigo esta dongsaeng malagradecida! —, Go-eun le dio un empujón amistoso mientras comenzaban a caminar afuera. — ¡No pronuncies el nombre de satanás en vano!

— Ignora eso, unnie —, dijo mirando a Suzie. — Go-eun unnie y Jisoonnie tienen una guerra jurada por el amor de Dalgom, así que se han autonombrado némesis de la otra.

— Súper un enemies to lovers —, Suzie se encogió de hombros con una sonrisa irónica.

Go-eun se sonrojó ante eso y negó categóricamente ese hecho, nombrando todas las cosas por las cuales odiaba a Kim Jisoo.

— Creeme —, suspiró Suzie mientras las tres caminaban por la acera. —, he visto esa película antes y ya sé lo que va a pasar.

Rosie se rió mientras seguía apretando la manga de la sudadera de Suzie al caminar. Entendió a lo que se refería y estaba totalmente de acuerdo.

El sol estaba sobre el cielo despejado, la nieve se encontraba deslavada en el suelo, los peatones caminando ligeramente sobre las aceras adoquinadas. Suzie estaba ahí, riéndose con Go-eun unnie de algún mal chiste y Rosie pudo aspirar un aire ponzoñoso que exudaban las calles de la ciudad, que se sintió tan diáfano en sus pulmones que…

Por alguna razón se sintió feliz de estar ahí, viva.

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TorresMendoza
Espero que les guste.

Comments

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nishichan
#1
Nice
Kookkne
#2
Chapter 11: Pero qué fue todo este capítulo??? LMAOOO mi estado de ánimo se elevó diez veces con cada cosa que iba leyendo JSJS
Kookkne
#3
Chapter 10: Así que los Bae han pasado por muchas cosas eh, y también son otra cosa, pueden ser tan impactantes en cuanto a su apariencia como también su personalidad. Suzy ha pasado por mucho, espero que paso a paso vaya aprendiendo a sobrellevar todo mejor. Por otra parte autor(a), admito que me quedé en esta historia porque (aparte de lo interesante que es) tiene una etiqueta wenrene, en este cap ese pequeño atisbo de lo que pudo suceder entre las dos me dejó intrigada, tengo curiosidad por saber que fue lo que sucedió entre ellas (aunque también *inserta meme tengo miedo* porque suena a que sucedió algo que no es bonito). La tía Yeol es otra cosa, la parte en la que habla de la ardilla JSJS. A la espera del próximo capítulo 👀
Rose_124 #4
Chapter 9: Mi favorita historia en el momento
Kookkne
#5
Chapter 9: Wow cada vez se vuelve más interesante esta historia, me gusta. Admito que me sorprendió ver que era escrita en español, son escasos los trabajos en nuestro idioma así que me gusta la sensación de saber que el contexto lo puedo entender completamente sin tener la barrera de leer todo en un idioma extranjero y que maneja significados distintos.

Hasta el momento el desarrollo es genial y ver cómo de "odiarse" a luego terminar en una relación para llegar hasta este punto dónde Rosé está conociendo a la familia Bae es un crecimiento que hace que quiera seguir viendo que sucede después. La parte final de este capítulo JAKSK el próximo se ve prometedor, estoy impaciente por la prox actualización autor(a). Gracias por compartir esta historia :D
Noemami123xd #6
Chapter 3: Excelente historia!! Espero tener otro capitulo, tu forma de escribir me encanta!
Pmon21 #7
I loved it, I look forward to the next chapter
ettrrr #8
Chapter 3: No suelo comentar estas cosas pero me sorprendió no ver ningún comentario. Está muy bien escrito, sigue así!