Tres

𝙔𝙐𝘼𝙉𝙁𝙀𝙉 | » Vkook

-¿Quién eres?

-Mi nombre es TaeHyung.

-Oh, yo soy – no logra terminar la frase, ya que es interrumpido por la otra voz

-Jeon JungKook, lo sé, llevo mucho tiempo esperando a por fin poder hablar contigo.

 

14 horas antes.

JungKook se ha levantado repleto de energía, por primera vez en muchas semanas, no tiene nada de trabajo. Tiene el día libre para hacer lo que quiera, hoy no le ata nada a la pantalla de un ordenador o a la lente de su cámara. Así que, aprovechando que se ha levantado temprano, ha salido a correr como casi todos los días, ha pasado por un Starbucks para pedirse un café que se ha ido tomando mientras caminaba de regreso a su casa. Ya allí, se ha duchado y se ha cambiado de ropa para volver a salir y no pisar su hogar por lo que resta de día.

Se ha propuesto ir a visitar a su amigo HoSeok en la hora de su descanso del trabajo para invitarlo a comer, aunque antes de eso, va a pasear y quizá entre a alguna que otra tienda de ropa para renovar su armario con un par de prendas nuevas, quizá tres o cuatro. Después va a tomarse la tarde re relax, alquilará una bici y montará mientras recorre el río Han y sus alrededores.

Todo está pensado al milímetro y, aunque le gusta que vengan planes nuevos, hoy espera no salirse de su agenda, porque todo tiene que ser tranquilo y agradable, nada de sorpresas.

Su amigo Hoseok lleva a su lado desde que inició la universidad, prácticamente fue su primer amigo y eso que había dos cursos de por medio. Se conocieron porque el mayor lo vio bailar en el día cultural donde se presentan los distintos cursos complementarios, JungKook no aceptó ser parte del programa de baile, pero aun así entabló amistad con HoSeok y fue alguna que otra vez a verlo bailar.

Ahora, después de tres años, Jung HoSeok ha logrado abrir una academia de baile con su socio, Park JiMin, a quien JungKook a penas conoce, pero lo poco que ha hablado con él ha podido notar que es un gran hombre. El sueño del mayor es lograr ser coreógrafo de alguien importante, pero el haber logrado crear su propia escuela de baile a tan temprana edad, eso ya le hace tener su nombre en boca de muchos.

-Qué pasa Hobs - Ambos se saludan como usualmente hacen, con un saludo que solo ellos dos conocen.

-Que hay Kook.

Ponen rumbo al restaurante favorito de ambos, un lugar donde sirven las mejores hamburguesas de todo Seúl, claro, todo a criterio de ellos. Es increíble como una buena hamburguesa grasienta, con sus patatas y su refresco puede subirles tanto el ánimo. Si fuera por ellos repetirían, pero saben que comerse otro monstruo de esos no es bueno para su cuerpo, así que intentan que al menos las patatas les dure el máximo tiempo posible.

-¿Qué tal el trabajo? ¿Alguna noticia?

-No, el último correo que recibí fue hace dos semanas y decía que iban a estar llamando a gente para una segunda entrevista, que me mantuviera atento por si me llamaban.

-¿Y nada?

-Nada - Ambos suspiran. JungKook logró hacer una entrevista para una de las más grandes compañías de Marketing del país, la primera entrevista parecía haber sido todo un éxito, pero poco a poco sus esperanzas se están acabando.

-No te de desilusiones, hay muchas empresas que seguro estarán encantados de tenerte. Está bien pensar a lo grande y querer trabajar en lo mejor de lo mejor, pero Kook, hay pequeñas empresas que son incluso mejor y que solo necesitan un pequeño empujón para igualar a las grandes, estoy seguro de que ese empujón eres tú, pero debes seguir echando currículum y no esperar a que suceda un milagro.

Tiene toda la razón, porque tampoco puede seguir viviendo de los montajes de bodas y pequeños proyectos que de vez en cuando le encarga alguna empresa en particular. Porque al final, no son contratos, son trabajos de autónomo que a la larga o le sale muy bien, o le sale muy mal, no hay término medio para eso.

-Lo sé, solo voy a esperar unos días más y seguiré buscando.

No pueden estar mucho más tiempo juntos, por lo que, de nuevo, JungKook se encuentra solo y de camino a ninguna parte.

Por otro lado, aquella persona se encuentra sentada frente al río Han, con el puente Banpo a su derecha y grupos de amigos y familiares disfrutando del día soleado con el que se han despertado. Hoy no está muy animado, aunque casi nunca lo está. Su día a día se basa en estar de mal humor, a veces echa de menos su anterior vida, pero no puede negar que lo que tiene ahora no está bien, porque si lo está, lo que pasa es que está solo. Lleva solo mucho tiempo.

Hizo algo para acabar donde está ahora, pero no se arrepiente de ello, lo haría una y otra vez, aunque no hace falta porque eso perdurará para siempre, irá con él de la mano hasta que llegue el fin, porque siempre hay un final para todo, solo tiene que esperar pacientemente, pero de momento disfrutará cada día que pase.

No siempre ha sido así, no lo malinterpretéis, él es un chico alegre y muy carismático, pero con el pasar de los días, años, décadas, siglos, es poco probable que uno se conserve tal y como era al principio, más si tienes que esperar a que llegue el momento que tanto estás ansiando. Lo único que queda es paciencia, lo demás puede desbordarse y marcharse igual de rápido como vino.

Una pelota llega a sus piernas, la observa para después subir la mirada y ver como una niña de unos seis años, viene corriendo hacia él con sus dos coletas rebotando con cada zancada. Alarga los brazos para cogerla y dársela a la pequeña que, con una pequeña sonrisa le murmura un "gracias" mientras sus ojos se cierran formando dos medias lunas, eso le hace sonreír. La inocencia de los niños siempre le ha gustado, verlos crecer hasta convertirse en adultos, verlos aprender desde caminar, hablar, enfrentarse a los problemas de adultos que nadie jamás te enseña, solo la vida y una vez te enfrentas a ellos.

Su sonrisa se borra cuando, a lo lejos, ve pasar al chico que lo mantiene en este mundo. Pronto vuelve a sonreír como un tonto, es el efecto que aquel chico tiene sobre él, no puede remediarlo, es un bobo enamorado y solo él, puede hacerle sonreír así.

Muchas otras veces se habría marchado o, al menos, intentar pasar desapercibido para no tener que cruzar miradas con él, porque está seguro que más de una vez lo habrían hecho si no fuera porque desaparecía de escena antes de que eso ocurriera. Sin embargo, ese día, no hace nada, tan solo se queda ahí viendo como poco a poco se va acercando, sumido en su propio mundo, con la mirada al frente y sin intenciones de girar la cabeza para mirar en su dirección.

Pero ahí está, como si algo o alguien le hubiera avisado de su presencia. Sus pies frenan sus pasos y gira la cabeza para encontrarse con él, porque siempre ha sido así, es imposible evitarlo, siempre habrá algo que hará que se vuelvan a encontrar.

JungKook está muy confundido, su intención era caminar los cincuenta metros que le separan del puesto de alquiler de bicis, pero ahora se encuentra caminando hacia el chico que ha podido observar en cada una de sus fotografías, aquel chico atemporal. No entiende bien que es lo que le ha hecho frenar sus pasos, era como que algo tiraba de él mientras decía su nombre, pero nada sonaba ni nada tiraba de este, ha podido ser su imaginación, pero gracias a eso ahora está a punto de encontrarse con el sujeto que, por una parte le causa temor, pero por otra le hace estar más relajado que nunca.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet