Los rayos de sol calientan su rostro, la brisa marina mueve su cabello, el olor del agua salada se cuela por sus fosas nasales, así como el sonido de las olas rompiendo se cuela por sus oídos. Nunca ha estado arriba de un acantilado y le maravilla la vista que tiene desde ahí, a pesar de que solo ve un horizonte lleno de agua, sin embargo, esas vistas le dan la sensación de libertad que tanto ansiaba sin saberlo.

Vuelve a cerrar los ojos, esta vez para inspirar hondo, llenar los pulmones de aire limpio y expirar liberando el estrés del día. Siente la presencia de TaeHyung a su lado, pero aun así no abre los ojos, vuelve a repetir su pequeño ritual hasta cuatro veces más, hasta que se siente lo suficientemente relajado.

-¿Por qué me has traído aquí? – pregunta mientras abre los ojos y dirige su mirada hacia la izquierda, donde se encuentra el ahora castaño.

-Como agradecimiento por haberme hecho abrir los ojos, sin ti y tu golpe de realidad seguramente seguiría viviendo en mi mundo de ensueño.

-No, estoy seguro de que no. Eres lo suficientemente fuerte y listo como para tarde o temprano haberte dado cuenta, al fin y al cabo eres un Guardián.

-Ese es el problema, que no soy un Guardián, dejé de serlo hace mucho tiempo -. Su voz se rompe al decir aquello, ya se lo nombró antes, pero no le hizo mucho caso, pero esta vez es diferente porque puede notar el dolor en el tono de su voz.

-¿Y qué eres?

-Nada, no soy nada, solo soy un ser castigado con vagar solo en la tierra, alejado de su trabajo y de los suyos, repudiado y desterrado para siempre.

JungKook no dice nada, TaeHyung tampoco. Cada uno tiene la cabeza en una cosa, JungKook procesando lo que acaba de escuchar, imaginándose el porqué de lo ocurrido. TaeHyung luchando con el impulso de gritar y descargar tanto la ira y tristeza contenida.

-Eres TaeHyung, es lo único que importa. Da igual que seas o no un Guardián, tienes un nombre y eso te hace ser persona, te hace ser alguien y es lo único que debe importar ahora mismo.

-Por mi culpa no tienes a nadie que te proteja, te castigaron al igual que a mí y eso fue muy injusto de su parte porque quien menos culpa tiene, eres tú.

-¿Para qué necesitaría otro Guardián si tú ya estás velando por mí?

-Porque tengo unos límites que me son imposible cruzar.

-En estos 23 años no me ha ocurrido nada gracias a ti, lo que tienes es suficiente para mantenerme a salvo y guiarme por el mejor camino.

Ambos no lo saben, mucho menos JungKook, pero esta conversación los unirá con una fuerza tal, que ni el peor de los presagios podrá quebrantar esa unión. Gracias a dejarse mostrar tal y como son verdaderamente, les ha hecho ver que vale la pena estar al lado del otro –aunque TaeHyung no pensaba irse a ningún lado. JungKook, por el contrario, seguía teniendo sus dudas en todo esto, a penas conocía –conoce- al castaño, pero que se haya mostrado tan vulnerable, tan abatido y le haya confesado su mayor secreto, ha hecho que confíe en él y que, al menos pueda abrirse para añadir un amigo más a su grupo cercano.

Vuelve a reinar el silencio entre ambos, uno que han buscado y que no necesita ser roto de momento. Necesitan un tiempo en paz, para digerir todo aquello y calmarse un poco. Todo es un poco abrumador, cada quien está pasando por diferentes situaciones, pero con una cosa en común, caminan entre la verdad para lograr entenderla y que sus vidas puedan seguir de la manera en que ellos quieren.

Acaban de, por fin, abrir los ojos.

Se han sentado juntos, brazos rozándose y piernas colgando hacia un abismo repleto de agua. JungKook no siente miedo, sabe que no le va a suceder nada estando con TaeHyung al lado, ya lo ha comprendido. No significa que ahora vaya a comenzar a hacer cosas peligrosas que tienten a la muerte, o a algún daño, pero sabe que, al menos, tiene un colchón que amortiguara su caída si algo sucede.

-¿Estabas dispuesto realmente a pasar por manos de un hipnotizador?

La pregunta llega justo cuando el sol es cubierto por los cirros que poco a poco comienzan a adueñarse del cielo. El mar sigue igual de calmado que cuando llegaron, aunque poco a poco una pequeña brisa se está haciendo notar, esperando el momento indicado para subir de categoría.

-No estoy seguro. Al principio sí, pero cuanto más me acercaba menos claro lo tenía.

-¿Cuál es la verdadera razón para querer conocer tu vida pasada?

Esta vez ambos se miran, parecen sincronizados porque lo han hecho a la vez. TaeHyung intenta averiguar las intenciones de JungKook, por qué esas repentinas ganas de querer conocer algo que quizá, lo más seguro, le confunda más.

JungKook por otro lado, busca la respuesta a esa pregunta. Parecía tenerla clara, pero cuanto más lo piensa menos claro lo tiene. Se dejó llevar por todas las dudas, preguntas y emociones que se agolparon en su cuerpo.

-Porque si de verdad quieres conocerla, puedo ayudarte con eso.

-¿Cómo?

-Puedo mostrarte mis recuerdos, en algún momento lograrás conectar con tú yo de ese momento y podrás ver, oír y conocer sus pensamientos.

-¿Como si me fusionara con él?

-Parecido sí, ten en cuenta que eres tú, pero en otro momento de tu vida, es algo que debes tener claro en todo momento si decides que quieres conocer quien eras antes.

-Hay un pero ¿verdad? – Siempre hay un pero y más en estas situaciones.

-Hay una razón por la que uno no puede recordar quien fue en su vida pasada. Una vez conectes con esta, tendrás flashbacks de momentos que viviste, puede llegar a ser tan real que creerás que te encuentras ahí mismo.

-¿Tan malo puede llegar a ser?

-Hay gente que ha salido herida o incluso ha muerto por eso.

Eso le hace replantear muchas cosas, no había pensado en las consecuencias que algo así podría tener, es más, no pensaba que las tuviera. Se ve capaz de poder soportar eso e incluso más, pero ha podido percibir la preocupación en el tono de voz de TaeHyung, indicándole que no está de acuerdo en su decisión de querer recordar quien era antes, así que por el momento va a hacerle caso aunque este no se lo haya dicho con palabras.

-Creo que tengo curiosidad por saber cómo era antes para que llegaras al punto de enamorarte, porque no es algo común ¿Verdad? – recibe un pequeño "no" de la parte contraria -. Que verías en JeonGguk para acabar tan perdidamente enamorado aun no habiendo interaccionado tanto como con los demás.

-¿Solo es eso?

-Bueno, también está la propia curiosidad humana de saber todo aquello que no debería conocer.

-Eres un caso único Jeon JungKook, en verdad no te pareces nada a quien eras antes.

-¿Y eso es bueno?

No recibe respuesta, tan solo una media sonrisa antes de observar su espalda. Si es bueno o es malo, no llegará a saberlo nunca, es JungKook y esto es todo lo que conoce, él sabe que es una buena persona, quizá podría llegar a ser mejor, ya que siempre lo piensa, todo el mundo pensamos que podemos ser mejores personas.

-Deberíamos volver, tu amigo debe estar preocupado.

-Claro.

Y tan rápido como llegaron, se fueron de allí gracias al agarre de la mano de TaeHyung. Esta vez no se siente tan mareado, pero aun así debe agarrarse con fuerza al hombro del castaño para poder recuperar el equilibrio y que el mundo deje de girar a su alrededor.

Han pasado horas, aunque han parecido minutos. El sol se ha ocultado entre los grandes edificios dejando tan solo los últimos rayos que logran colarse. Ninguno sabe que hacer realmente, ¿se va cada uno por su lado? Si es así, ¿volverán a verse? Es decir, ¿TaeHyung dejará verse ante JungKook de nuevo? No tienen una relación que les una, ¿son amigos?, sus encuentros han sido los más raros hasta ahora, su situación es extraña, ¿pero eso debe interponerse en que ambos puedan tener una amistad? TaeHyung no es más un Guardian, puede adentrarse en la vida de JungKook tanto como estos quieran.

-¿Te apetece ir a cenar?

Para sorpresa de ambos, es JungKook quien da el primer paso. TaeHyung, muy sorprendido, baja la mirada y moja sus labios, el cabello cae sobre su frente y cubre parte de sus ojos, puede haber estado entre los humanos durante mucho tiempo, pero desde hace mucho tiempo, nadie le ha propuesto ir a cenar.

-Me muero de hambre -. Dice levantando la mirada, su voz un tanto tímida pero con unos ojos tan feroces como siempre.