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Miro sus ojos una última vez antes de que desaparezcan, Taeyeon acelera mientras Yuqi se despide con emoción de mí y su abuela, la mujer más amable que he conocido, me observa con cariño desde el asiento trasero del auto. En cuestión de segundos desaparecen y el silencio del vecindario me hace entrar en razón.

Levanto el rostro al cielo y contengo un suspiro.

Mis emociones de hoy habían sido como un viaje en montaña rusa; miedo, alegría, alivio, decepción, diversión y consuelo. Había sentido todo aquello en menos de doce horas que estaba exhausta emocionalmente. Me pregunto si todo realmente ha terminado…

—¡Tiffany!

El llamado de Irene hace que pierda el hilo de mis pensamientos, volteo en su dirección y me estremezco en culpabilidad al ver su rostro preocupado. Por unas largas horas había olvidado todo y me había sumergido en el cálido ambiente de la familia de Taeyeon.

Muerdo mi labio…

¿Cómo había podido olvidar a mi hermana?

—Joohyun…

La veo caminar hacia mí y contengo el instinto de cerrar los ojos, sé que está enojada por mi desaparición repentina y por no contestar sus llamadas en todo el día. Bueno, eso fue más que nada porque apagué mi teléfono para desconectarme del mundo, además, quise evitar mis ansiadas ganas de hablar con Sophia.

—¡¿Cómo se te ocurre irte de esa forma y sin avisar?! —explota en cuanto está a unos pasos de mi —. Y sobre todo… —sus ojos ahora echan chispas—, ¡¿Qué significa eso de qué estás saliendo con Taeyeon?! —cuestiona entre dientes—. Creí que… ¡Dios, hermana! ¡¿Qué sucedió exactamente?!

Me toma de las manos y todo ese fuego en sus ojos desaparece, frente a mí sólo está una preocupada niña, una dulce persona a quien inconscientemente lastimé. Unas inmensas ganas de llorar me cierran la garganta y, sin pensarlo dos veces, jalo a Joohyun hacía mí y me hundo en un necesitado abrazo. Me aferro a lo más real que existe en mi mundo: mi hermana. Cierro los ojos y suelto las lágrimas que no habían salido en los brazos de Taeyeon, ese dolor que me había aguantado porque, sencillamente, creí imposible lo que estaba sucediendo. Estaba aliviada…

Aunque también rota.

Ansiaba saber si todo lo que había sucedido el día de hoy no había sido un sueño, quería comprobar realmente si Joon me había repudiado como todas aquellas crueles personas y que había sido Kim Taeyeon quien me había salvado.

¿Cuándo habían cambiado los papeles?

En cuestión de horas mi realidad se había derrumbado y todo en lo que creía había sido destruido; la chica de quien creía que había abusado de mí se había convertido en mi héroe, en la luz de mi semana en penumbras. Además, al probar sus labios había recordado parte de esa noche.

Había sido yo quien había sucumbido a mis deseos.

—Fanny, ¿por qué estás llorando? —sus manos comienzan a acariciar mi cabello—. ¿Acaso esa salvaje te hizo daño? Si es así deberíamos decirle a nuestro padre que…

—No… —susurro en su cuello—. Ella no es una salvaje, Joohyun, ella no es quien creí que era.

—¿Qué?

Respiro profundamente controlando mis lágrimas antes de hablar.

—Ella me salvó, ¿acaso no…?

—Si, por supuesto que vi el espectáculo —dice con obviedad—, es más, estoy segura que toda la escuela vio como la temida chica te besó y te metió media lengua en la garganta dejando en claro que nadie te debía tocar.

Siento mis mejillas arder pese al llanto y cierro los ojos con más fuerza tratando que la vergüenza se vaya, ella no me había metido la lengua.

—¿Es-estaba toda la escuela ahí? —cuestiono con timidez.

Si me percaté que había muchas personas ahí, pero no creo que toda la escuela haya sido testigo de… de mi beso con Taeyeon. Lo único de lo que fui consiente fue de Joon y su repudio, me había causado tanto dolor que no pude hacer otra cosa más que salir de ahí con ella, tomar su mano con fuerza me había ayudado a no caer de rodillas y llorar.

Mi primer amigo me había dado la espalda.

—La mayoría —contesta Joohyun con suavidad—. Y estoy segura, hermana, que los que no pudieron ver están más que enterados de la noticia… —se detiene y la siento tensarse—. Algunos estaban grabando.

—¡¿Qué?!

Me sobresalto, no puedo creerlo, siento que voy a empezar a invertirla y me aparto de Joohyun de inmediato en un intento de controlarme.

—Mia me envió un mensaje con el video adjunto, al parecer, lo empezaron a circular en cuanto se fueron de la escuela. —Se acerca a mí y pone sus manos en mis hombros, sus ojos brillan reconfortantes—. No debes preocuparte de eso por ahora, podemos resolverlo mañana con ayuda de… —sus labios hacen una mueca de disgusto— de la salvaje y terrorífica enana esa.

Muerdo mi labio, puedo ver en su mirada su desagrado por Taeyeon.

—No es tan enana —admito con un suspiro.

Ella frunce el ceño y parpadea con notoria perplejidad, el agarre sobre mis hombros se afloja por un instante.

—No sé si debería preocuparme por eso —dice soltándome—. Ella te hizo daño, hermana, además…

Se calla de inmediato y su mirada se transforma en una llena de miedo, por primera vez veo a mi pequeña hermana tan aterrada, mi dolor se ve reducido a nada y mi instinto de hermana mayor me hace atraerla hacía mí para envolverla en mis brazos con suavidad, no quiero verla de esa forma, tan asustada como un pequeño ciervo. No sé lo que ha sucedido y me enojo conmigo misma por no haberme percatado antes, me sumí tanto en mi dolor que descuidé a Joohyun, a mi hermanita que prometí cuidar.

—Lo siento —digo con voz temblorosa y culpable—. Se supone que yo debo cuidar de ti y… y en estos días tú eres quien ha cuidado de mí. He sido sólo una niña llorona, me cegué tanto que me olvidé de cuidarte. Sé que también la pasaste mal por mi culpa y eso me hiere demasiado, yo no quería que…

—Shh, Fanny, no sigas —me calla apartándome de sus brazos. Mis ojos y sus ojos se enlazan, siento una extraña calidez cuando sus dedos pasan por mi rostro secando mis lágrimas. Había comenzado a llorar sin darme cuenta—. Mi abuela dijo que la familia está en las buenas y en las malas, tú eres mi familia ahora, eres mi hermana y te protegeré sin importar qué. No me importa si eres mayor que yo, aun así, enfrentaría al mundo si ellos intentan dañarte.

La sinceridad y determinación de sus palabras hacen estremecer a mi corazón, mis lágrimas fluyen esta vez sin dolor o tristeza…

Estoy conmovida.

No puedo creer que Joohyun me quiera tanto.

 —Joohyun… —sonrío con felicidad—. Gracias por ser mi hermana.

Ella abre un poco los ojos con sorpresa antes que sus mejillas se tiñan de un adorable color carmesí, me sonríe tímidamente de vuelta y dice:

—Te quiero mucho, Fanny.

No contesto, abrazo nuevamente a mi querida hermana y disfruto de la sensación; los recuerdos se van de mi mente, mi dolor por Joon se esfuma al igual que la alegría y confusión de ser salvada por Taeyeon.

Después de un largo día, al fin estoy en casa.

—Y yo te quiero mucho más, Joohyun.

Estoy con mi querida hermanita.

Luego de una ducha y una promesa de hablar mañana sobre los acontecimientos de ayer, me acuesto en mi cama con la mirada enfocada en el techo. Aún hay miles de cosas en las que tengo que pensar, sin embargo, solo por esta noche quiero cerrar los ojos y dormir. Mi cuerpo agotado me grita por un descanso, incluso mi mente parece darme tregua y acepta dejarme libre de pesadillas.

Suspiro.

Me giro y tomo el teléfono de la mesita de noche que esta junto a mi cama, lo enciendo y espero unos segundos hasta que aparece la pantalla de inicio con el fondo de una foto que me había tomado con las chicas. Sabía que era el momento de llamarla, es mi mejor amiga, sé que en ella puedo confiar y desahogarme… pero no quiero preocuparla.

«Estás a salvo ahora» mi subconsciente susurra motivándome a hacer la llamada. Aprieto el teléfono entre mis manos; Sophia ha sido mi amiga desde hace años, no debería dudar, no puedo seguir evitándola.

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