Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 19

Perdida ©
Please Subscribe to read the full chapter

—19—

Taeyeon

 

Sujetarla por los brazos y obligarla a que me diga qué demonios se cree que está haciendo, no me funciona del todo, Jessica es autónoma y cuando se siente amenazada prefiere enmudecer. La niña sale despavorida en apenas ropa interior, no fue capaz de mirarme cuando pasó a nuestro lado, simplemente abandonó la habitación sin decir adiós.

—¡¿A qué demonios estás jugando, Jessica?!

Se suelta de mi agarre y me da una mirada desinteresada. La figura de su cuerpo semidesnudo se endereza en su esplendor, como una hermosa escultura. No hay vergüenza y mucho menos apuro por cubrirse, la he visto tantas veces desnuda que da lo mismo si se pasea delante de mí así.

—¿Acaso te importa? —se sienta al borde de su cama y se cruza de piernas—. Que yo sepa, dejé de ser tu escape cuando decidiste revolcarte con… —hace un gesto de desdén—, esa.

—Jes…

—No, Taeyeon. —Agita la cabeza de un lado a otro—. ¿Crees que soy de piedra? ¿Olvidaste lo mucho que te amo? —En un rápido movimiento se ha puesto de pie y camina hacia mí hasta acorralarme contra la pared—. Tú… —encaja su dedo en mi pecho—, ¿quién te crees para jugar con mis sentimientos? No soy una puta, Taeyeon, tampoco una estúpida muñeca con la que puedes divertirte.

La quietud de mi cuerpo y la niebla en mi cabeza, me hacen ver a la mujer delante de mí con más claridad. Esa mujer es la viva imagen de la desolación y desamor. Una vez más he hecho daño a alguien que quiero.

—Lo siento… —atino a decir.

Cuando era pequeña, una vez corté una flor muy bonita porque quería dársela a mamá, pero cuando se la entregué solo recibí una sonrisa sin entusiasmo. Pregunté si no estaba feliz con la flor y ella me respondió que el gesto era hermoso, sin embargo, las plantas también tenían vida. Ese día observé el floral con atención.

Poco después mi madre se acuclilló a mi lado y dijo; “Cuando una flor te parezca hermosa, no la lastimes cortándola. Su belleza ayuda a que otros seres también vivan. En su lugar cuídalas y dales amor, notarás que se pondrán mucho más hermosas”

Jessica es la flor y sus sentimientos son el tallo que he ido arrancando sin piedad.

Envuelvo mis brazos alrededor de ella y recibo unos golpes porque no quiere que la abrace, pero después de haber luchado se derrumba en mis brazos. Llora como una niña que ha perdido a algo importante.

—No importa lo que suceda más adelante, Jessica, porque siempre querré volver a ti…

Restriega su rostro en mi hombro empapado de sus lágrimas.

—Yo sé que ya no volverás, Tae —dice—. Amala mucho más de lo que deseo que me ames a mí. —Su rostro se eleva hasta poder mirarme a los ojos—. Hoy dejaré de ser la piedra en su camino.

El rose de sus labios con los míos es apenas un beso, el último beso que ella me dará.

 

Camino con las manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta, necesito un trago porque extrañamente me siento miserable. Saludo a los motociclistas charlando y fumando en el exterior del bar antes de adentrarme.

—Pero qué cara… —ignoro la burla en su voz y solo me siento en el banquillo.

—Dame un trago fuerte —pido.

Byul frunce el ceño no muy convencida del todo.

—¿Pasó algo?

La veo dejar el trapo con el que secaba unos tarros para darme más atención.

Suspiro cansada. Estoy en mi límite, toda la mierda me esta llevando hasta el fondo y es tan frustrante que no pueda chasquear los dedos para poner todo en orden o, al menos, regresar al pasado para impedir toda la tragedia.

—¿Acaso no es suficiente con lo que pasa?

Moon se recarga en la barra detrás de ella agotada también. No han sido días favorables para ninguno, en especial para ella que tiene que repartir su tiempo entre este trabajo temporal y su provechosa carrera como matona.

Sung Jo se ha puesto más exigente que nunca antes y todos sus trabajadores lo recienten con largas jornadas.

La policía ha patrullado los alrededores de mi casa y nuestras escuelas en busca de algo sospechoso, porque se había reportado a un hombre con gorra y cubrebocas transitar por los alrededores. Entonces fue cuando Yuqi habló al fin.

Su padre había aparecido. Estaba tan asustada que lloraba en el regazo de mi abuela y nos pedía perdón por habernos ocultado eso.

Mi pequeña hermana no tenía la culpa de nada, ella es una victima más de ese hombre.

—Va por la casa —Byul pone una botella entera de ron y al lado un vaso con hielo—. Bebe todo lo que quieras, cuidaré de ti —asegura con una sonrisa reconfortante.

Sirvo el primer vaso y observo el líquido fijamente.

Una vez mi padre llegó borracho a casa, pero era diferente, él estaba muy feliz y no paraba de cantar. Mi madre sonreía y yo solo los miraba sin entender nada. El plato delante de mí seguía con la comida intacta porque no tenía apetito y mi padre comía con ganas.

De pronto toda esa felicidad se escapó. Golpeó la mesa con fuerza y me señaló con repudio. Dijo que yo era un parasito que chupaba su buena fortuna, una basura que ni siquiera podía comer lo que él llevaba a casa para que mi madre estuviera feliz. Sujetó con fuerza mi camisa roja y me sacudió varias veces mientras me gritaba.

No obstante, mi atención estaba en mamá, quien preocupada trataba de hacer que él me soltara. Recibió una fuerte bofetada que la tiró al suelo. No fue un impedimento para levantarse y luchar por su hija.

Él me golpeó como castigo, pero no podía sentir dolor, lo único que me molestaba era ver a mi madre siendo lastimada.

En un descuido tomé la botella de licor y la estrellé en la cabeza de mi padre. Mamá lanzó un grito cuando lo vio caer al suelo y la sangre brotando de su cabeza. Él estaba bien, porque apenas fue consiente de que yo le había estrellado la botella, se abalanzó sobre mí.

—¡Maldita bastarda! —Gritaba una y otra vez y presionaba mi cabeza contra el piso.

—¡Jaeho, no! —Imploraba mi madre.

No estoy del todo segura cómo es que mi madre logró apartarme de él, solo recuerdo su rostro aliviado diciéndome que me escondiera y empujándome lejos de la sala. La ultima vez que miré, era ella quien recibía mis golpes.

—¿No piensas responder?

Doy un sorbo a mi bebida antes de mirar el remitente.

«Corderito».

Rechazo la llamada y apago mi teléfono. Lo que resta de este día, es para hundirme en mi miseria.

 

¿Qué rayos acaba de pasa? ¿En verdad perdí mi oportunidad para vengar a mi madre?

—Espero te guste mi regalo… hija.

Respiro profundo en busca de aire. Trato de mantenerme de pie y sostener su mano en su lugar, si él saca la navaja empezaré a desangrarme. Sin embargo, ese es su plan; dejarme tirada en medio de una calle vacía, sin opción de ser ayudada.

La sorna en su voz es maquiavélica, incluso su sonrisa es cruel.

Seguramente ha estado siguiéndome y ha aguardado pacientemente por esta oportunidad única. Lo admito, es admirable su diligencia por cumplir su promesa de terminar con mi vida.

Observo el torbellino de sus pupilas dilatadas y extasiadas, lo esta disfrutando de una manera inimaginable, quizás lo ha estado planeando desde el momento que despertó del desmayo y se vio esposado en la camilla. Él sabía desde que me vio por primera vez que terminaría con mi vida.

—¡Oye tú!

Ese grito hace que de un tirón saque la navaja y salga corriendo. Inmediatamente la sangre brota de mi abdomen, manchando mi camisa y la chaqueta. Mis manos presionan la herida y lentamente me deslizo por la puerta del auto sin fuerza.

Moonbyul lo sigue, lo sé porque alcancé a percibir su silueta.

Fui sorprendida con la guardia baja por los vasos de ron que me bebí toda la tarde. Byul me ayudó a llegar al auto y regresó por las llaves; las había olvidado. Ninguna pensó que él estaba en las sombras esperando por su oportunidad de oro.

Tan pronto me recargué y cerré los ojos, escuché unos pasos acercarse a mí, pensé que Byul había llegado ya.

Estaba tan equivocada. Tan solo un segundo después de sentir la presencia delante de mí, abrí los ojos de golpe al ser acribillada por una navaja. Ahí estaba mi padre, con una sonrisa sórdida y maliciosa, presionando con fuerza sin piedad alguna.

—Taeyeon… Taeyeon…

Si hubiese sabido que esto iba a pasar, habría estado sobria para enfrentarlo y terminar de una vez por todas con este calvario.

—Taeyeon… por dios, ¡reacciona!

Si tan solo lo hubiera sabido… habría preferido estar en otro lugar…

 

Tuve un sueño mientras estaba inconsciente, uno donde mamá estaba viva y jamás fue lastimada. Yuqi bailaba alegre para ella y la abuela y al terminar todas aplaudíamos su actuación, luego Moonbyul llegaba con su habitual entusiasmo. Mamá estaba complacida con todo, su rostro lo reflejaba… estaba radiante, brillaba con esa sonrisa tan genuina y hermosa.

Sentí su tacto una vez más y de pronto era esa niña que ella tanto protegía. Esa niña era diferente, era tan normal y alegre porque no estaba ese monstruo que las arruinó.

Sostenía la mano de mi madre, la seguía sin oponer resistencia y ella de vez en cuando giraba el rostro para mirarme sonriente, hablaba y reía mientras las dos nos adentrábamos a un jardín hermoso lleno de flores. Se sentía tan tranquilo que quería quedarme ahí con ella.

No obstante, la voz lejana de Tiffany me hizo voltear al camino por donde mamá y yo veníamos. El corazón se me oprimió. Estaba triste, muy triste.

—Puedes ir, cariño. Yo siempre te estaré esperando aquí.

Besó mi frente y soltó mi mano.

Entonces desperté.

Byulyi dijo que no llevaba mucho inconsciente, en realidad solo habían sido unos minutos, pero para mí fueron eternos. No le conté de mi sueño, tampoco de que la voz de Tiffany fue la que me hizo soltar la mano de mamá.

Me limité a escuchar a medias las indicaciones del médico y volver a casa en silencio.

Yuqi y la abuela se alarmaron al enterarse de lo que pasó e inmediatamente tenía a Megan y Sung Jo invadiendo mi habitación. Todos estaban preocupados por los alcances que había tenido Jaeho.

Cuando todos se fueron, decidí dormir un poco. No tuve mucho éxito, mi mente traía una y otra vez la imagen de mi padre y se imaginaba qué hubiera podido hacer de no haber estado un poco intoxicada por el alcohol.

Pasé todo el fin de semana recluida en mi habitación, la abuela y Yuqi exageraron la situación, prohibiéndome salir a menos que necesitara ir al baño.

Así es que cuando la mañana del lunes llegó, me sentí en libertad. Duró poco mi gusto. Megan mandó a su chofer para que nos llevara a clases, quitándome de ese modo mi autonomía. Indignada subí al auto, pero Yuqi estaba muy emocionada.

Para mí eso valía la pena.

Nada más llegar sabía que habría murmullos, todos se fijarían en el coche y quién bajaría de él, su sorpresa seria enorme al verme bajar a mí sola y no con Megan.

Como si fuera niña que proviene de una cuna de oro, esperé a que el chofer abriera la puerta y me ayudara a bajar. Acomodé mi uniforme sin mirar a nadie, pero muy consiente de que todos los pares de ojos estaban enfocados en mí.

—Aquí tiene, señorita. —Suspiro resignada y tomo mi mochila. Este hombre no tiene la culpa de nada, solo está haciendo su trabajo.

—Gracias, señor Lee.

Él me sonríe y hace una leve reverencia.

—Estaré aquí antes de que su última clase termine, señorita.

No espera una respuesta de mi parte, las indicaciones ya le fueron dadas mucho antes de que él mismo lo supiera. Cierra la puerta y aguarda a que yo entre a la escuela.

En la entrada Jessica me espera, trae unos libros en los brazos que parecen pesar un poco. Me acerco cautelosa, no sé cómo debería tratarla de ahora en adelante.

—¿Dónde te has metido? —Regaña.

Una sonrisa se me escapa, pues sigue siendo la siempre.

—En casa —encojo los hombros—, ¿quieres ayuda? —Sostengo sus libros sin esperar su respuesta.

Las dos caminamos por el pasillo plagado de cuchicheos hasta llegar a su casillero, es ahí cuando empieza su interrogatorio.

—¿Por qué tu teléfono sigue apagado? Ni siquiera responden en tu casa, ¿qué está pasando, Taeyeon?

Frunce el ceño expectante.

—Escucha, Jessica —empiezo, desviando la mirada lejos de ella. Necesito pensar en algo coherente que la deje tranquila—. Un idiota me apuñaló el día que estuve en tu casa.

—¡Por dios, Taeyeon!

Pronto la tengo revisando los lugares donde alcanza a ver. Acaricio su rostro para llamar su atención y niego tranquila.

—No deberías preocuparte por eso. Ya me ocuparé de él en su momento. —Claro que me ocuparé de ese dolor de cabeza—. No se lo digas a nadie —pido.

—Taeyeon… —sé que no me cree. Me conoce lo suficiente como para saber cuando estoy mintiendo con algo realmente serio—. Esta bien, no se lo diré a nadie. —Pega su frente con la mía—. No olvides que siempre estaré para ti, ¿de acuerdo?

Asiento antes de dejar un beso en su frente. Jessica sigue siendo ese lugar seguro al que puedo correr de vez en cuando.

Nos alejamos a tiempo, porque el timbre suena en el momento exacto que mis ojos la ven.

Presiona las carpetas con fuerza y gira en el pasillo, ignorando mi existencia.

—Ese idiota sigue al acecho —murmura Jessica fastidiada—. ¿No se cansa? —Aprieto las manos en puños, molesta con la sensación que inunda mi pecho—. No deberías preocuparte mucho, si causa otro problema me encargaré de él.

Palmea mi hombro y guiña antes de dejarme ahí.

Durante las primeras horas, sentí un leve escozor en la herida. Idiotamente acepté correr en la clase de deportes, omitiendo el justificante de salud que el médico me dio para esta clase. Mantuve mi ritmo como es habitual y eso provocó que el esfuerzo tirara de mi piel.

Cuando entramos a los vestidores no pude revisar si todo estaba en orden, tenía que cambiarme y volver a la siguiente clase.

Justo en este momento me arrepiento.

—Buenos días, profesor —todos miramos a la entrada curiosos. En la entrada hay un hombre un poco desalineado y parece buscar a alguien.

—¿En qué puedo ayudarle?

—¿Podría permitirle a la señorita Kim Taeyeon abandonar el aula?

Las miradas se enfocaron en mí de inmediato y los susurros volvieron.

—¿Usted es…?

El hombre sacó de su bolsillo una placa de policía. La sorpresa silenciosa me estaba provocando dolor de cabeza.

—Señorita, por aquí.

—Adelante —dice el maestro.

Recojo mis cosas ante la mirada atenta de mis compañeros y las preguntas que Yuri y Jackson quieren hacerme. Sigo al policía sin decir nada y él tampoco parece que quiera decirme algo.

Con cada paso que doy por el pasillo puedo sentir las cabezas asomarse para saber a quién se están llevando y entre es

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!
DorkyKawaii
No se preocupen. Sí habrá una segunda parte. ¡Pronto sabrán más!

Comments

You must be logged in to comment
yoonalim__ #1
Chapter 1: Todavía no entiendo la historia, cómo es, por qué hay peleas en la escuela y quién es realmente Taeyeon y no me gusta que Taeyeon fume, es tan repugnante.
yoonalim__ #2
parece interesante
ashleyurdiales24 #3
Woow yo ya creía muerta esta historia pero después recordé y la encontré aquí después de los problemas que hubo en wattpad ya no recuerdo que pasa en la historia así que voy a leer la de nuevo como de que no uwu, estoy feliz de leerla pero a la vez triste por que ya esta terminada:( pero bueno nunca es tarde byeee✨
CrystalG
#4
Chapter 21: AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!! esto es demasiado para mi corazon!!!
DEMONIOS AUTORAS QUE ESTABAN PENSANDO!!!!!!!!
No puedo con tanto!!!!

PD: Bienvenida de nuevo a casa DorkyKawaii :)
angeles48 #5
Chapter 21: Wow! Eso no me lo esperaba!
Espero por la segunda parte
Gracias por actualizar!!!
taenylovesnsd #6
Chapter 21: Y sigo en nada, espero la segunda parte si o si
Snsdmygirls #7
Chapter 21: Dime que hay otra parte un algo ihhh
Snsdmygirls #8
Chapter 21: Pero-como
Snsdmygirls #9
Chapter 20: Voy a llorar
Snsdmygirls #10
Chapter 20: AHH NO ME PODES DEJAR ASÍ