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Estoy agotada, tanto, que no puedo siquiera pensar en lo que mi terapeuta habla con Megan, solo puedo recostar mi cabeza en el respaldo del sillón a la espera de que podamos irnos de una vez por todas. El aire acondicionado no logra calmar el calor que corre por mis venas, siento que me incendio sinsentido alguno.

La secretaria me mira de soslayo de tanto en tanto, comprobando de que mi hiperventilación no se eleve demasiado.

Creí que hablar con la Dra. Park lograría calmar mi paranoia. No fue así. Saber que él escapó y que ha dado con nosotras, no hace más que hacerme anhelar nuestro reencuentro. Quiero verle la cara una vez más y demostrarle que no es nadie en esta vida, es un misero gusano de tierra que merece ser aplastado con aplomo.

Está vez quiero asegurarme de que muera, así haré justicia por la muerte de mi madre.

—Tae. —Destenso la quijada al escuchar la voz tranquila de Megan.

Extrañamente, saber que ella está conmigo me serena. De algún modo se siente como si mi madre estuviese a su lado susurrándole consejos para cuidar de su descarriada hija.

Megan es una mujer imponentemente hermosa, causa envidia por su aspecto sofisticado y acento extranjero. A primera vista parece una de esas mujeres arrogantes, presumida y narcisista. Cuanto se equivocan al juzgarla sin conocerla.

Es la gema que mi padre encontró en medio de tanta gente.

—Es hora de irnos, cariño.

Sonríe a labios cerrados; un gesto que me recuerda a mi madre.

Le dije a la Dra. Park lo que sentía cuando Megan estaba alrededor de mí. Su respuesta me hizo reír en ese entonces, pero ahora comienzan a cobrar sentido sus palabras: Ella es el reflejo de la madre que te fue arrebatada.

Acomodo mi uniforme cuando me pongo de pie y ella no tarda en pasar uno de sus brazos sobre mis hombros, otro gesto que mi madre solía hacer. Eso decía que me protegería de todo.

—Recuerda meditar lo que conversamos —introduce la Dra. Park. Asiento en su dirección y alcanzo a verle una sonrisa—. No olvides que puedes llamarme si tienes una crisis, Taeyeon.

Vuelvo a asentir sin mirarle a la cara. Hoy me siento vulnerable y solo quiero regresar a casa para verificar que Yuqi y la abuela se encuentren bien.

—Muchas gracias por todo, doctora. —Megan inclina un poco la cabeza, en una leve venia que mi terapeuta corresponde amable.

Las dos nos marchamos del edificio en silencio, incluso nos mantenemos así cuando el vehículo empieza su camino a casa de la abuela. Megan responde mensajes en su teléfono celular y yo me quedo contemplando el panorama exterior.

A veces olvido que ella también tiene una vida muy independiente a la de Sung Jo, quien estudió derecho por deseo propio y terminó tomando las riendas del negocio familiar. Fue así como mi madre y él se conocieron. Una vez intentó contarme esa historia, su gran historia de amor con mi madre, pero le pedí que guardara ese recuerdo para él mismo.

Mi madre apenas era una estudiante de primer año y él estaba en su último año de carrera, yendo a la mitad de su segunda profesión: administración de empresas.

Fue un amor intenso y apasionado, hasta que mi abuelo los descubrió y ordenó a mi madre terminar esa relación sin futuro. Los dos iban a escapar, Sung Jo de su legado y mi madre de su padre opresor que no le permitía ser feliz con el hombre que amaba.

El abuelo precedía de una familia muy bien posicionada que, con el movimiento de las nuevas generaciones, se fue desmoronando hasta llegar a la quiebra. El error del abuelo fue confiar en ese hombre infame que prometía riquezas y juraba falso amor a su hija mayor, creía que él podría ayudarles a no hundirse en la pobreza.

Entonces la historia de amor que mi verdadero padre tenía con mi madre, murió. Ambos fueron separados respectivamente por sus familias, sin darse cuenta que yo estaba de camino al mundo.

Paradójico.

Porque irónicamente, su amor floreció de una manera inusual.

—¿Por qué no se mudan a casa?

Espabilo al instante y la miro.

Mantiene sus ojos fijos en su teléfono, pero sé que me presta más atención que a las personas que responde en este momento.

Termino encogiendo los hombros.

—La abuela no estaría cómoda si no está en su casa.

La escucho suspirar con cansancio.

Honestamente, es una situación que nos mantiene agotados mentalmente por el simple hecho de que no sabemos en qué momento vaya a atacar.

—Taeyeon…

El coche se detiene.

Las dos nos miramos fijamente sin decir nada.

Cuando logré ser libre y absuelta de mis crímenes, Sung Jo propuso algo descabellado que hizo a mi abuela rabiar; le pidió que tomara su apellido. Yo me carcajee hasta que me dolió el estómago, porque en ese momento que lo dijo, no sabía que en realidad él era mi padre.

Park y Kim Sung Jo, ambos nos persuadieron para comprender que, si mi padre intentaba localizarnos, no daría con nosotras. La tía estuvo de acuerdo y la abuela no tuvo otro remedio que aceptar.

Sin embargo, antes de firmar cualquier documento nos dijo que el abuelo posiblemente se estaba revolcando en su tumba por haberse quitado su apellido y tomado otro. Al final, el abuelo no era tan malo como Sung Jo lo pinta. O quizás la abuela realmente lo amaba.

—Lo pensaré —cambio de opinión. Independientemente de lo que la abuela piense, sé que estaremos seguras en casa de Sung Jo—. Pero no menciones nada por ahora, por favor. Trataré de convencer a la abuela…

Megan aprieta los labios en una delgada línea, sin embrago, termina asintiendo.

Abro la puerta por mi cuenta, pero inmediatamente el chofer la toma para hacerse cargo. Bajo sin prisa y disimuladamente escaneo los alrededores en busca de algo inusual. Estacionado en la entrada esta mi auto junto con el Moonbyul.

Me alivia saber que no han estado solas.

Trato de enfriar mi cabeza antes de cruzar la puerta, necesito el control para no preocupar a Yuqi nuevamente y que la abuela crea que todo ha ido bien en mi sesión.

Escucho quejas de Yuqi antes de abrir la puerta, por lo que mi ceño se frunce en automático. No obstante, soy sorprendida cuando las dos intentamos abrir la puerta al mismo tiempo. Por escasos segundos el tiempo se detiene y no puedo evitar sumergirme en su rostro salpicado por un tenue rubor.

Dentro todos han callado o, quizás, soy yo misma excluyendo cualquier otra cosa que no sea ella. Necesito beberme su imagen con desesperación, lo necesito de tal manera que no comprendo.

Tiffany parece tener magia, porque al menos por unos escasos segundos, mi mente se ha enfriado. ¿Qué hace aquí? ¿Quién la trajo? ¿Cuánto tiempo lleva esperando? Porque sé perfectamente que ha venido por mí y no para ver a la abuela.

Aparto la mirada de ella en busca de la única persona que pudo traerla a casa, pero Byul solo agita la cabeza a una pregunta silenciosa.

Tenso la mandíbula cuando se le dibuja una sonrisa tímida en los labios. Esta nerviosa, lo sé porque ha tocado su cabello en un intento de colocar un mechón de cabello detrás de su oreja. ¿Por qué sigues aquí, corderito? ¿Acaso no hueles el peligro que acecha mi hogar? No estas a salvo, ¿cómo te lo hago entender?

—Hija, que bueno que ya has llegado —el tono de la abuela tiene alivio—. ¿Por qué no acompañas a Tiffany a su casa? Es muy tarde para que vaya sola. —Pide la abuela en ese tono preocupado. Ella también teme por mi corderito

No necesita pedírmelo, no la dejaría irse sola de aquí con ese asesino tan cerca.

—Claro.

Espero a que termine de despedirse de la abuela.

—No deberías enfadarte, cariño. —Megan toma mi hombro para llamar mi atención—. Esa niña no sabe que pasa algo serio aquí, solo… —duda en decirlo, solo me observa cuidadosa. Suelta un largo suspiro y sonríe afectuosa—. Es una chica enamorada de mi TaeTae.

Quiero refutar sus palabras, sin embargo, la suavidad de su mano en mi mejilla me silencia.

—Deja de ser impenetrable, cariño. —Dice—. Porque ahora nos tienes a nosotros: tu padre, tu abuela, tu tía y yo. No volverás a estar sola, ahora seremos nosotros los que lucharemos tus batallas —parpadeo con el corazón agitado—. Y si tú también estás sintiendo cosas por ella, entonces no frenes esos sentimientos, cariño. No querrás tener arrepentimientos en un futuro.

Besa mi frente y me deja ahí con las palabras desvaneciéndose en el aire.

Durante el camino a su casa, pude percibir cierta tensión en sus músculos, algunas muecas en su rostro me incitaban a querer reír. Quizás quería hablarme, pero se sentía tan torpe y nerviosa que no pudo hacerlo al final.

—Hemos llegado. —Comunico, porque al parecer no lo ha notado.

Su expresión es realmente divertida

—Es cierto. —Dice desanimada.

Mis manos siguen sujetando el volante a la espera de que decida bajarse, entre más pronto me marche, ella estará totalmente a salvo. Estoy segura de que no me siguieron, pero esta vez no traigo a Moonbyul siguiéndome para verificar que todo esté bien.

—Taeyeon —tenso la mandíbula—. Taeyeon, ¿podrías verme, por favor? —¿Debería verla? Si lo hago, ella tratará de hacerme cambiar de parecer. Debes marcharte, corderito—. ¿Puedo besarte?

Mi cuello hace un crujido doloroso cuando involuntariamente la miro sorprendida, no esperaba que soltara una pregunta tan descabellada.

Presurosa toma mis labios en los suyos, lo hace de una manera dominante y demandante, como si deseara que yo bebiera de ese amor que profesa con naturalidad. Quiero apartarla, pero mis sentidos se han entumecido con el olor de su esencia, de ese suave perfume que transpira con su aroma natural.

—Lo volveré a decir, te amo —rosa sus labios contra los míos mientras me habla y cuando se aleja, hay una llama en sus dilatadas pupilas—. Realmente te amo, Taeyeon, no me importa lo malo que hayas hecho en el pasado, lo único que me importa es lo que hiciste para salvar a tu familia y lo mucho que haces para hacer feliz a Yuqi y a tu abuela.

—Tiffany, no…

Su dedo acalla mi intento por hablar.

—Shh, déjame terminar. —acaricia mi mejilla—. Amaré cada uno de tus demonios, besaré a cada uno de ellos y los protegeré por el simple hecho de que ellos son parte de ti…, y yo, Taeyeon, estoy completamente enamorada de ti. Así que no me alejaré, sin importar lo que hagas o digas, estaré a tu lado.

Me besa otra vez, con más lentitud que la vez anterior, provocando que mis entrañas se contraigan con cada caricia de sus suaves labios. Me deja en el limbo cuando se aparta, dejándome con ganas de mucho más.

—Nos veremos mañana, cariño —susurra contra mi oído con tono entusiasta. Besa mi mejilla y se marcha.

Una sonrisa divertida bordea mis labios mientras observo como menea sus caderas con incitación. Es un corderito muy travieso.

La abuela me contó que recibió varias llamadas extrañas durante la mañana que estuvimos fuera, en ocasiones era una risa tétrica y otras una respiración muy pesada. Desconectó la línea para evitar que siguieran llamando y que en una de esas ocasiones Yuqi respondiera. Ambas estamos preocupadas por ella, por su seguridad y queremos evitar que sepa más de la cuenta.

Por la noche quiso dormir conmigo, extrañamente tenía bastante miedo de estar sola en su habitación. No me dijo algo más, simplemente se metió bajo mis sabanas y se abrazó a mí toda la noche.

En la mañana su entusiasmo no era el habitual y eso nos preocupaba aún más. ¿Qué estaba pasando con ella? ¿Qué nos estaba ocultando?

Byul llegó muy sonriente, pero al notar nuestros rostros y la tensión, su sonrisa se esfumó. Le expliqué lo que estaba pasando con mi hermana y le pedí que este día se ocupara de vigilarla de cerca mientras estuviera en la escuela. Accedió inmediatamente y llamó a alguien más para que vigilara los alrededores de mi escuela.

La policía apareció por la mañana en busca de pistas o algún indicio de amenaza. Interrogaron a la abuela y ella les contó de las llamadas. Los dos policías se miraron sospechosos y decidieron instalar un micrófono en la línea telefónica por posible intento de contacto.

Me fui tarde a clases, esperando que la abuela y los policías hubieran terminado de charlar. Prometieron que estarían monitoreando los alrededores en busca de algo sospechoso.

Quiero creer que lo harán.

Al llegar a la escuela, Yuri aguardaba por mí en el interior de su auto; ojos cerrados y brazos cruzados. Toqué el cristal de su ventana para llamar su atención y no hubo necesidad de hacerlo dos veces, quitó el seguro y me senté a su lado.

—Kim Hyun Ah. —Señala con la cabeza hacia un sobre amarillo dentro de la guantera—. Es hija de un médico corrupto que tiene ciertos lazos con la mafia del lugar —una sonrisa ladina se me escapa. La tengo en mis manos—. Supuse que te seria de ayuda. Jackson entró a la base de datos de la policía para averiguar sobre su padre y descubrió que fue detenido hace dos años por lavado de dinero, exonerado el mismo año por falta de fuentes y evidencia.

—Hicieron un buen trabajo, chicos.

Ella asiente.

—¿Quieres que nosotros nos ocupemos?

Observo la fachada de la escuela y reparo en que no puedo hacer demasiado con mi situación actual. Por el momento, lo único que me interesa, es encontrar al hombre que asesinó a mi madre y encargarme de él con mis propias manos.

—Háganlo.

Yuri vuelve a asentir y damos por concluido el tema, después ellos me dirán qué hicieron para intimidar a Hyuna.

—Hay un rumor de que Tiffany y Joon fueron vistos muy amistosos en el pasillo. —Frunzo el ceño—. ¿Quieres que le demos una lección?

Niego.

—Primero averiguaré si ese rumor es verdad.

Las dos entramos al resto de nuestras clases antes del receso, momento en el que fui a buscar a Tiffany a su salón. Aguardé a que la mayoría saliera del aula, incluida Jessica que fue sacada por Yoona, sin darle reparo a notar mi presencia.

Al asomarme Tiffany guardaba algunas cosas y Joon hablaba animado con ella, confirmando que el rumor es cierto.

—Hey, princesa. —Recargo mi hombro en el marco de la puerta y aguardo por su reacción.

Por el momento sigue quieta, posiblemente sorprendida y dudosa de que yo esté hablándole. Sonrío cuando observa en mi dirección por encima de su hombro, instantáneamente sus mejillas se tiñen de rubor y sonríe tímidamente.

—Tae… —Presurosa camina hasta mí—. ¿Qué haces aquí?

Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura para acercarla a mí.

—¿No puedo pasar por mi novia para ir a desayunar juntas?

Sus ojitos brillan emocionados.

—¡Por supuesto que sí! Recojo mis cosas y nos vamos.

Hace el intento por alejarse, llevando sus manos a mis hombros, pero no le permito apartarse. Observo a Joon con desafío y una sonrisa arrogante.

Entonces tomo sus labios en los míos con demanda y un hambre voraz, suelta un suave gemido de sorpresa que me hace apretarla más contra mi cuerpo. Mis manos se sienten