Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 14

Perdida ©
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—14—

Taeyeon

 

La pelota golpea el techo repetitivamente, como mis pensamientos golpean contra mi cerebro. No he podido arrancarme de la cabeza su expresión de la tarde. Sus ojos no brillaron cuando me vieron y tampoco me mostró esa sonrisa sincera, más bien parecía herida y ha causado mucho más enfado en mí. No quería hacerle ver lo afectada que me dejó la conversación con mi psicóloga y luego su presencia repentina.

Atrapo la pelota cuando cae y me siento en la cama.

Sé que hay muchas cosas que no comprendo del todo, incluso tomándome las pastillas. El tema de las emociones sigue siendo tan complejo e inentendible. Comprendí del dolor cuando mi madre murió, de la desolación cuando pensé que estaba sola en el psiquiátrico, del cariño cuando a base de paciencia mi abuela empezó a cuidarme…

Gustar… ¿qué abarca esa palabra? Es cuando algo o alguien te agrada, pero el gustar que mi psicóloga usó tiene implícito el atractivo físico.

¿En verdad me gusta ese corderito de esa manera?

—¿Puedo dormir contigo? —Yuqi asoma la cabeza por la puerta entre abierta. Trae ese largo camisón blanco que la abuela hizo para ella y arrastra consigo el peluche desgastado que una vez mamá le regaló.

Rápidamente alejo los pensamientos de Tiffany para abrirle espacio a mi hermanita. Palmeo mi propia cama para dejarla entrar y ella pronto entra a las sábanas.

Su sonrisa es suave y nítida. Me observa un instante antes de dar con la pelota en mi mano izquierda.

—Hermana —dice en voz baja—. ¿Unnie no te agrada?

Trago saliva antes de que ella note algún cambio de ánimo en mí.

—¿Por qué lo dices?

—Tú no la miraste como lo has hecho, hermana. —Toma mi mano libre en la suya—. Y unnie parecía triste. ¿Pelearon?

Su calor ablanda mis terminaciones y caigo en la sinceridad de su inocencia. La niña que prometí cuidar y amar está creciendo demasiado rápido, tanto que a veces lo olvido.

Lanzo la pelota lejos y me meto bajo las sábanas, quedando frente a ella.

Nos miramos en silencio y me dedico a detallar sus facciones. Se parece tanto a mamá que me cuesta no recordarla.

—¿Tanto te agrada? —Asiente contra la almohada.

—Me agrada porque unnie te hace ver diferente.

Frunzo el ceño, curiosa por su respuesta.

—¿Diferente?

Vuelve a sonreír, pero esta vez se acurruca contra mí.

—Unnie hace que TaeTae deje de creerse un monstruo.

¿Realmente lo hace? ¿Es eso lo que ve Yuqi cuando ella está con nosotras?

No respondo, solo me limito a envolver mis brazos alrededor de ella y dejar que duerma. Necesito tomar distancia de ese corderito rebelde.

La mañana se vio prometedora con el desayuno de la abuela y el olor a café despertando mis sentidos. No fue hasta que reparé en la presencia de una ostentosa mujer sentada en una de las desgastadas sillas de la pequeña mesa, que me di cuenta de que había una visita inesperada.

Su impecable vestido veraniego, con unas enormes flores amarillas y un sombrero Floppy blanco descansando en una de las sillas, me hicieron cuestionar el motivo de su visita.

Con la corbata del uniforme deshecha en mi cuello —aguardando para que la abuela hiciera el nudo y acomodara mi camisa blanca—, me acerqué. El cabello todavía me goteaba de las puntas y sabía que la abuela me daría esa mirada de reproche por no secarlo adecuadamente. Lejos escuchaba el trajín de Yuqi mientras trataba de encontrar sus zapatos y acomodar su mochila. Es una rutina habitual en casa.

—Buenos días —llamé la atención de las dos.

La abuela sonrió cariñosa y se acercó para besarme la frente, después dio una suave palmadita en mi hombro como una queja por mi cabello.

En la silla, la mujer elegante miraba con atención y una gran sonrisa a labios cerrados.

—¡TaeTae! —Sus brazos se abrieron apenas se puso de pie y no pude evitar el inminente abrazo asfixiante en el que me atrapó.

—Meg…

Sus dientes relucieron de inmediato cuando me apartó de sus brazos. El olor de su perfume quedó en mi ropa, por lo que terminé apretando los labios.

—Tan encantadora como siempre —canturreó apretándome las mejillas.

Poco me importaba que me estuviera aplastando las mejillas, lo que quería saber era qué hacía en casa a esa hora de la mañana. Sin embargo, no tuve que esperar demasiado.

Tan alegre como siempre, contó los deseos que tenía de pasar unos cuantos días con nosotras lejos de la ciudad. Extrañada pregunté por qué repentinamente quería ir de vacaciones. Porque ella es una de las principales instigadoras para que mi asistencia escolar no se vea afectada y que mis calificaciones se mantengan en un margen de buenas.

Su respuesta carecía de una explicación complaciente, en realidad toda su palabrería se sentía inusual.

—Bonitas vistas, ¿no crees?

Sung Jo tiende un vaso con jugo de naranja antes de dejarse caer en el sillón a mi lado. No parece el típico gánster de todos los días. No lleva puesto esos trajes elegantes que lo hacen ver respetable y tampoco esa expresión mezquina.

Aquí es solo un hombre cualquiera, con pantalones cortos color caqui, sandalias y una camisa blanca de manga corta. Lo único que te hace dudar de su apariencia son los anillos.

Vuelvo la vista al frente cuando él lleva el habano a su boca.

—No sabía que tenían está casa.

Su risa me hace mirarle el perfil. Está relajado, tanto que me resulta un extraño.

—Digamos que les ofrecí una cantidad que no podían rechazar —hace el ademán de un brindis y guiña el ojo divertido.

Me recargo en el respaldo del sillón y contemplo la puesta de sol. Llevamos tres días aquí y Sung Jo llegó anoche, demasiado tarde como para haberme dado cuenta de que estaba aquí. Lo supe en la mañana, cuando escuché la risa cantarina de Megan acompañada por una más áspera provenir de la cocina. Parecían dos enamorados en plena luna de miel.

—Papá… —sigo acostumbrándome a llamarlo así—, ¿cómo supiste que Megan te gustaba?

Siento su mirada fija en mí y no me sorprende cuando da un ligero apretón en mi pierna para llamar mi atención. Sus iris claros bailan curiosos por mi repentina pregunta.

Reprimo el impulso de ponerme de pie e irme. Él no es Byulyi, ni Yuri y mucho menos Jackson, pero me pareció la persona adecuada para preguntarle sobre ese tema que sigue atormentándome la mente. ¿Qué se siente exactamente? ¿Lo que siento por Jessica es lo mismo que la psicóloga dice que siento por Tiffany? No sé y estoy entrando en desesperación por la incomprensión de estos sentimientos raros.

Sung Jo ama inmensamente a Megan, entonces primero tuvo que gustarle. Porque ellos se gustan de forma romántica, de esa que la psicóloga tomó la mayor parte de la sesión para explicarme.

—¿Hay alguien? —Frunzo el ceño con su pregunta y me limito a encoger los hombros—. Bien… —suspira resignado antes de volver a recargarse en su sillón—. Conocí a Megan casualmente en un semáforo, ella cruzaba la avenida con elegancia e ignoraba todos los ojos que atraía con su andar. Me pareció una mujer interesante y quise saber más de ella. —Da una calada a su habano—. Después de… —hace una pausa—, ella, no creí volver a interesarme en otra mujer. No quería el mismo destino una vez más, por lo que la observaba de lejos.

Su historia me hace pensar en Tiffany, en cómo aquella tarde su presencia cautivó mi atención en medio de tantas personas rodeándonos. La forma en la que nuestras miradas se quedaron prisioneras por largos segundos, se sintió como si el tiempo ralentizara su velocidad solo por ella. Y fue su expresión aterrorizada la que me hizo parar aquella casería sangrienta.

Repetí para mí misma que lo hacía porque el idiota había aprendido la lección, pero lo hice por ella. No lo entendí y tampoco la tensión en mi estómago.

Desde entonces la he observado, curiosa y cautivada de algún modo. Cuando sonríe el sol parece brillar mucho más y mi oscuridad se disipa. Toca su cabello en repetidas ocasiones, si está nerviosa su sonrisa tiembla y se vuelve más tímida de lo habitual. Es elocuente y lista. Es el tipo de persona que atrae sin esforzarse en ello.

—… fue esa tarde cuando volvía del trabajo cuando lo supe. La mujer deslumbrante de la avenida me gustaba demasiado, tanto que inconscientemente empecé a cuidar de ella…

El cuerpo se me tensa, a sabiendas de que eso me pone en evidencia. No fue Yoona con sus suplicas lo que me orilló a salvarla. Fue cosa mía, el impulso molesto que sentía porque la estaban hiriendo, la súplica silenciosa de su mirada cuando nos cruzábamos.

Entonces… ¿ella me ha gustado desde el inicio?

 

Sin prisa bajo del automóvil de Megan y ella detrás de mí, las dos acomodamos nuestra ropa para quitar las arrugas y el chofer tiende la mochila para ayudar a ponérmela. Estar con ella es comportarme como una niña rica que no mueve un solo dedo, sigo sin entender porqué le gusta que haga eso.

Yuqi faltaría hoy a clases porque tuvo una pequeña reacción alérgica con las nueces del postre, olvidaron avisarle al cocinero que mi hermana tenía una alergia y evitara usarlo. Afortunadamente fue intervenida de inmediato.

Megan se coloca sus gafas de sol y yo me limito a confirmar si el nudo de mi corbata está bien. No soy buena atando la corbata, por eso la abuela se encarga de hacerla para mí o Yuqi.

—No, no. —Me da un pequeño manotazo y ahora son sus manos las que se encargan de acomodarme la corbata—. Mucho mejor.

—Gracias. —Sonríe como respuesta antes de tomar su bolso de manos del chofer.

—Vamos, no quiero seguir llamando la atención —dice acariciando mi mejilla con su dedo índice.

Frunzo el ceño.

—¿Y tocándome no llamas la atención?

Ríe divertida y sacude la cabeza.

—No es para tanto, cariño.

Suelto un resoplido bajo y decido seguirla. Se contonea como si fuera una modelo en pasarela, llamando la atención de todos los babosos que son sus fans.

No es un secreto que Megan Kim me acompañe de vez en cuando a la escuela y se vaya directo a la oficina del director para mantener una conversación confidencial sobre mí. No saben quién es ella exactamente en mi vida, porque de la noche a la mañana, un día cualquiera llegué con esta mujer pegada a mí.

Doy otro resoplido frustrado y sin que ella lo note, les lanzo miradas amenazantes para que dejen de mirarla. Sé que es inútil. Megan es una mujer llamativa, imponente, guapa y carismática. Es como si tuviera un imán para atraer las miradas.

Nos topamos con Yuri y Jackson en la entrada, pero ninguno se atreve a hablarme cuando ella está presente. Más adelante, en su casillero, Jessica se ve aliviada al percatarse de mi presencia, sin embargo, mantiene su distancia y simplemente me regala una sonrisa.

Escucho los cuchicheos de los chismosos y la voz curiosa de los nuevos sobre quién es la hermosa mujer que camina delante de mí.

—Parece que mi popularidad ha crecido, cariño —se jacta y me toma del brazo como si fuera una colegiala—. Me hace revivir aquellos días de escuela —dice emocionada.

Ruedo los ojos fastidiada, pero al fin llegamos a la oficina del director. Justo va saliendo riéndose y con él vienen Tiffany y su hermana.

Mi cuerpo se tensa y mis ojos entran en éxtasis por volver a verla. Contengo la sonrisa burlona que quiere bordear mis labios por su gesto sorprendido y cambiante, porque ahora aprieta los labios al percatarse de la presencia de Megan.

—Señor director. —Megan se hace notar.

—Señora Kim.

Inmediatamente hace una reverencia para ella y no puedo evitar reír silenciosamente por su repentina sumisión.

—¿Se encuentra libre? Quisiera ponerme al día sobre Taeyeon. —Una de sus manos se posa en mi espalda, para reafirmar su presencia.

—Claro, claro. Pase por favor, estás niñas ya se iban —les hace una seña con la cabeza y las dos lo miran confundidas—. Vayan a clases, después seguiremos hablando.

—Ah, claro —la hermana es la que habla y trata de llevarse a Tiffany, pero esta parece no querer irse—. Con permiso. —Inclina un poco su cabeza y arrastra a mi corderito por el pasillo.

Agito la mano en su dirección y le sonrío divertida.

—¿Gusta un café, señora Kim?

Con esa pregunta los tres entramos a la oficina con olor extraño.

 

Volví a mi elemento y a mi habitual hostilidad cuando Megan se despidió con un sonoro beso en la mejilla. Jessica limpió la marca del lápiz labial humedeciendo un pañuelo con el que siempre carga, en tanto, Yuri se mantenía recargada en una de las paredes del baño observando la dedicada labor de Jessica.

Les conté lo que pasó en esa semana y procuré omitir ciertos detalles que no eran necesarios decir. Al salir Jackson nos esperaba afuera con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, con esa sonrisa arrogante y cabello perfectamente colocado en su lugar.

Tendió una hoja doblada para mí y sonrió suspicaz. En ella detallaban quién era uno de los facilitadores de la información que le robaron a Tiffany y al fin podía cortar su cabeza.

Llegamos a la cafetería como de costumbre; Yuri y Jessica a cada lado de mí, y Jackson detrás con Hani tomados de la mano. Las charlas se detienen unos segundos, se encuentran expectantes por nuestros movimientos, pero todo vuelve a la normalidad cuando Yoona grita y alza la mano desde nuestra mesa habitual.

Me tranquiliza ver que Tiffany se encuentra ahí, tocándose el cabello y evitando el contacto visual.

—Ya lo encontré. —Jackson susurra a mi oído y observo hacia donde señala silencioso.

—Chicas, deberían adelantarse. —Digo a Hani y Jessica.

—No tarden —es entonces cuando Jessica suelta mi mano y se aleja a la mesa.

Yo giro sobre mis talones y sonrío con malicia. El nerd se encuentra solitario en una mesa e inmediatamente le robo la manzana de su charola para darle una gran mordida.

Mantiene la cabeza gacha y su cuerpo tiembla cuando me siento a su lado, Jackson sobre la mesa para mirarlo mejor y Yuri en frente. Han dicho que nuestras miradas juntas suelen ser mucho más atemorizantes y escabrosas.

Mastico lentamente la manzana dentro de mi boca.

—Dicen que puedes darme información, ¿eso es verdad?

Su rostro se alza y pronto rehúye la mirada.

—N-no… y-y-o… —tartamudea.

Río y doy otra mordida a la manzana. Me recargo en la mesa, colocando mis codos sobre ella para observar alrededor.

—Me caes bien —miento—. Y no quiero hacerte daño. El laxante no se repetirá, lo prometo.

Juega con la comida de su plato, ignorando mis palabras. Yuri saca un empaque de chicles y se lleva uno a la boca.

—Escucha, ami

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Thank you!
DorkyKawaii
No se preocupen. Sí habrá una segunda parte. ¡Pronto sabrán más!

Comments

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yoonalim__ #1
Chapter 1: Todavía no entiendo la historia, cómo es, por qué hay peleas en la escuela y quién es realmente Taeyeon y no me gusta que Taeyeon fume, es tan repugnante.
yoonalim__ #2
parece interesante
ashleyurdiales24 #3
Woow yo ya creía muerta esta historia pero después recordé y la encontré aquí después de los problemas que hubo en wattpad ya no recuerdo que pasa en la historia así que voy a leer la de nuevo como de que no uwu, estoy feliz de leerla pero a la vez triste por que ya esta terminada:( pero bueno nunca es tarde byeee✨
CrystalG
#4
Chapter 21: AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!! esto es demasiado para mi corazon!!!
DEMONIOS AUTORAS QUE ESTABAN PENSANDO!!!!!!!!
No puedo con tanto!!!!

PD: Bienvenida de nuevo a casa DorkyKawaii :)
angeles48 #5
Chapter 21: Wow! Eso no me lo esperaba!
Espero por la segunda parte
Gracias por actualizar!!!
taenylovesnsd #6
Chapter 21: Y sigo en nada, espero la segunda parte si o si
Snsdmygirls #7
Chapter 21: Dime que hay otra parte un algo ihhh
Snsdmygirls #8
Chapter 21: Pero-como
Snsdmygirls #9
Chapter 20: Voy a llorar
Snsdmygirls #10
Chapter 20: AHH NO ME PODES DEJAR ASÍ