Seeing Blind

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El caso es que no ocurrió como pensaba o esperaba.

 

—¿Recibiste una carta?

 

Él solo asintió mientras seguía masticando. Tenía un leve rubor cubriendo sus mejillas y pese a que no era muy obvio, su amigo pudo notarlo al instante.

 

—Qué audacia… —suspiró Kibum, bastante divertido—. Y en el momento más oportuno, nada menos…

 

—Quizá pensó que no tenía clase… —intentó rebatir, pero sin mucho ánimo. Cogió otro bocado y enfocó su mirada en la mesa.

 

—Acabas de decirme que llegaste corriendo —contratacó con una ceja alzada—, además es tu último año, ¿cómo no ibas a tener clase? No la justifiques.

 

Sin mucho ánimo de contestar porque no quería ahondar en el tema, volcó toda su atención a su almuerzo. Pero por supuesto, Kibum no iba a dejarlo ahí.

 

—¿Y la leíste?

 

Vaciló un poco. Torció los labios e inclinó suavemente la cabeza, dudando realmente si debía contarle o no.

 

—No necesito que seas muy específico, yo respeto sus “sentimientos” —ironizó haciendo comillas con sus dedos—. ¿Fue muy cursi?

 

A ese punto, pese a que no quería ser grosero, decidió dibujar un límite. La mano con la que sostenía sus palillos estuvo a punto de estamparse contra la mesa, pero en su lugar, rendido, solo la dejó caer y por fin se animó a mirarlo a los ojos.

 

—Algo… —soltó una gran bocanada de aire y antes de continuar, pensó en qué palabras serían las más adecuadas para explicarse—. En realidad, estaba muy bonita. Tenía unos detalles­–

 

—Con esa cara no convences a nadie —desdeñó él, y le dio un sorbo a su botella de agua—. Suéltalo, Minho.

 

—No es que me moleste propiamente, de verdad aprecio el gesto, es muy dulce y requiere mucho valor… —Vio a Kibum rodar los ojos—. Es solo que sus palabras no… No suenan sinceras, ¿comprendes?

 

—A estas alturas, sería extraño que no lo entienda. Desde que nos conocemos me dices lo mismo o nada cuando alguien se te confiesa.

 

—¿Quién se le confesó a quién? —inquirió Jinki, quien se hizo espacio en la mesa en la que departían sus amigos. Jonghyun venía a su lado con su fuente entre sus manos—. ¿Minho al fin sentó cabeza?

 

—Lo mismo de siempre —suspiró Kibum—. Nadie es suficientemente bueno para él.

 

—Sabes que no es eso…

 

—Pero parece —se burló Jinki, robándole un enrollado de huevo de su almuerzo—. Supongo que es difícil lidiar con tantas confesiones. Y lo de sentar cabeza era broma, por cierto.

 

—Es solo que sus palabras me parecen un poco vacías —alegó luego de un instante, ya más seguro de qué sentía—. Me parece incluso un poco extraño que siempre digan básicamente lo mismo. —Jinki lo observó curioso y discretamente le robó otra pieza de su comida.

 

—¿Acaso esperas originalidad? —se sumó a las burlas Jonghyun.

 

—No sé por qué dices eso si tú eres muy bueno con las palabras —replicó esta vez Kibum.

 

—No sé si es culpa mía por no saber entender sus palabras o ver más allá de ellas, pero es como si repitieran la primera frase que escucharon en una película. No digo que sea algo necesariamente malo, pero…

 

—Entiendo el sentimiento —convino Jinki—. Si se me confesaran de esa forma, rechazaría a esa persona. Incluso ahora recuerdo la primera carta que recibiste… Fue cuando aún no conocíamos a Taemin. Justo teníamos clase juntos y llegaste al salón—

 

—Recuerdo que intentaste ocultarla en tu chaqueta, pero Kibum notó que sobresalía del bolsillo y además tu cara era un poema —interrumpió entre risas Jonghyun—. A propósito, ¿dónde está Taemin?

 

—Sigo sin entender cuál era el punto de esa carta si finalmente se le confesó terminada la clase. Lo peor es que era tan… tan falta de gusto…

 

—¿Quizá quería anticiparle sus intenciones?

 

—Pero en la carta nunca mencionó nada como eso.

 

—¡Yo nunca les cuento qué dicen exactamente! ¿De dónde sacas eso, Kibum?

 

—De la cara de espanto que pusiste cuando ella apareció detrás de la puerta cuando salimos de clase. Por los colores chirriantes que usó era más que obvio que se trataba de una carta de amor, pero todo quedó aún más claro cuando terminó la clase. Si por lo menos te hubiera citado o te hubiera dicho que quería decirte algo, no habrías lucido tan sorprendido.

 

—Yo creo que fue el impacto del momento —reflexionó Jinki—. Literalmente fue una aparición. Yo también pegué un brinco.

 

—Y lo peor es que lo hizo frente a casi todos. Ojo ahí con la presión social —subrayó Kibum—. Todo estuvo fríamente calculado: sabía dónde tenías clase, justamente estaban presentes varios de tus compañeros de equipo y en el salón contiguo estaban sus amigas.

 

—¿No crees que quizá quiso ser romántica? —objetó Jonghyun.

 

—Puedo aceptar que la carta a lo mejor pudo ser romántica… Al menos el contenido, porque la decoración me deja sin palabras… Bueno, suponerlo, porque no la he leído y solo me baso en la cara que pone cuando las lee —Minho le dio un codazo al ver la histriónica mueca de timidez que puso—, ¿pero confesarte delante de todos? No, gracias —enfatizó con un movimiento de su muñeca—. Además, recuerda que luego de rechazarla, incluso aunque fue sumamente amable, las tres amigas de esa tipa empezaron a mirarlo con rencor como si él fuera el villano.

 

—Pero seguían mirándolo —se burló Jinki, y chocó su palma con la de Kibum—. Aunque hay que apreciar el intento de disimular.

 

—Bueno, en eso sí tienen razón. Creo que si él por lo menos le hubiera dado una señal de interés, tal vez podría ser comprensible —reflexionó Jonghyun—, ¡pero fue en el primer año! —Kibum, que bebía de su agua, lo señaló con su índice y asintió a manera de darle la razón, pues ese era el eje de sus comentarios—. Es decir, ¿es posible enamorarse de alguien sin siquiera conocerlo?

 

Había salido tarde de clase porque cuando estaba a dos pasos de abandonar el aula, vaciló sobre si debía consultar con el profesor sobre aquello que no había entendido. Fingió que tajaba su lápiz al lado del tacho de basura a la espera de que sus compañeros terminen de salir, pero al ver que no ocurría e incluso algunos se tomaban su tiempo para charlar, decidió que lo dejaría para otra oportunidad.

 

Así que, con un lápiz extremadamente puntiagudo en la mochila, se dirigió al comedor para aprovechar los pocos minutos que tenía de descanso.

 

—Depende —intervino Jinki—. Hay gente que piensa que sí, ¿pero acaso amar no es conocer?

 

Kibum asintió vehemente, aún con la botella contra sus labios.

 

—Yo no podría enamorarme de alguien que no conozco.

 

Algo perdido porque no tenía idea de por qué estaban tocando ese tópico y, aparentemente, hablaban de este con mucha intensidad, dejó su mochila a un lado de la mesa para centrarse en su almuerzo y tomó asiento junto a Jinki.

 

—¿Y qué es eso que la gente llama “amor a primera vista” entonces?

 

Sin saber por qué, al oír esa pregunta sus dedos, con los que sostenía la cuchara, se congelaron al instante y sintió su garganta seca. Tal como ocurría cada vez que oía a sus amigos hablar de la nueva persona que se había atrevido a declarar sus sentimientos a su amigo.

 

—Atracción física probablemente —concluyó Jinki—. O algo superficial.

 

Minho dejó su mirada recaer sobre la mesa y tragó otro bocado, dándole vueltas a esa idea.

 

—Pero en serio, ¿nunca te ha llamado la atención ninguna de las personas que se te ha confesado? ¿Ni una sola? —insistió esta vez Jonghyun.

 

—Siempre que recibo una de sus cartas, trato de leerlas desde su punto de vista y comprender por qué escriben algo así, y me siento conmovido porque… porque al fin y al cabo hacer algo así requiere mucho valor y aprecio sus sentimientos, me parece un gesto tierno de su parte, es solo que… Siento que ustedes tienen razón.

 

—¿En cuanto a qué exactamente?

 

—A veces creo que esas personas han confundido sus sentimientos con amor cuando es otra cosa. Tal vez atracción como dicen… Es como si no vieran más allá… Y no es que no me agraden, es solo que no es mutuo. No puedo corresponder lo que dicen sentir por mí y sería deshonesto pretender que sí lo hago.

 

—Entonces es básicamente que sus palabras no te saben a amor — dedujo Jonghyun—. O eso es lo que estoy entendiendo y si es ese el caso, estoy contigo al no aceptarlas.

 

—Pero entonces —intervino ahora Kibum luego de analizar las palabras de ambos—, si alguien pudiera expresar o supiera transmitir esos sentimientos de amor de forma honesta, ¿aceptarías a esa persona?

 

—¿S-Se le volvieron a confesar?

 

Todos giraron sus rostros en dirección a él, como si apenas notaran su presencia de tan sumidos en su plática como estaban.

 

—¡Ni siquiera te había sentido! —exclamó Jonghyun, y de un brinco se colocó a su lado—. ¿Por qué tardaste tanto?

 

—Me quedé revisando algo de la clase…

 

—Pero no nos desviemos —dijo Kibum, y Jinki le sonrió resignado porque ya lo conocía—, ¿aceptarías o no?

 

Todo movimiento en la mesa se detuvo.

 

—Tal vez.

 

Y otra vez esa sensación que ya conocía. Un ligero apretón en su pecho.

 

—¿Por qué llevas tan cargada la mochila, Taemin? —reparó Jinki luego de un momento de silencio tras echarle un ojo, porque lo sentía demasiado callado—. ¿No has dejado nada en tu casillero?

 

—Entré rápido en la mañana y preferí llegar a clase.

 

—¡Ah, pero si ya pasó el primer día que tanto temías! —lo sacudió por los hombros Jonghyun—. Debes relajarte. O calcular mejor tus tiempos.

 

—Ayer lo vi con la mochila igual de llena. ¿Quieres dañarte la columna?

 

—Déjalo, Kibum —defendió Minho, y Taemin decidió que lo mejor sería darse prisa y empezar a comer—. ¿Siquiera has averiguado dónde está? A lo mejor está cerca al de alguno de nosotros.

 

—Termina rápido y si quieres, te acompañamos —propuso Jinki con una sonrisa al verlo con las mejillas llenas.

 

Tal como le pidieron, empezó a engullir, no sin d

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Comments

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Leah0410 #1
Chapter 3: Son pocas las historias que se encuentran en español por aquí o quizás soy yo q no las noto 😆, me encanta tu historia y tu forma de escribir Gracias 😊! Muy buena historia espero con ansia el siguiente capítulo 😊