Fall To Pieces

Close To You
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N.A: Capítulo particularmente largo.

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Tal como le había pedido, permaneció encerrado en el pequeño taller de Kibum mientras este se ocupaba de darle los últimos toques a sus compañeros del elenco. Tomó asiento sobre su mesa de trabajo y, por fin, echó un ojo a su teléfono. No lo había revisado desde la mañana debido a las prisas y lo ocupado que había estado e incluso cuando tuvo ese momento libre ahí a solas, tampoco lo hizo porque prefirió dedicarle otro rato a mirarse al espejo sin tocar demasiado, pues temía acabar con lo que a sus ojos era un hechizo que le había lanzado su amigo. Eso y que cada tanto repasaba en su mente y a media voz las líneas que recitaría.

 

Vio la hora: apenas restaban veinte minutos para empezar todo. Afuera se dejaba oír el piano que tocaba Jinki y Jonghyun que hacía calentar la garganta de Taeyeon y Baekhyun, así como Kyungsoo. Seguramente lo llamarían en cualquier momento. La verdad, que lo vieran con esas pintas le generaba cierta expectativa, ¿qué pensarían Jinki o Jonghyun? ¿Qué le diría Jongin? ¿Jimin tendría alguna opinión?

 

Antes de que termine de guardar el teléfono en el bolsillo, le llegó un mensaje. Pensó que seguramente se trataba de sus amigos que ya lo requerían en el escenario, así que no hizo mucho caso y tomó el maletín en el que llevaba todas sus cosas, metió el móvil en este y abandonó del taller.

 

Al salir se dio cuenta de que, afortunadamente aún no llegaba nadie del público. Corrió de prisa, mochila al hombro, hasta los vestuarios y allí se encontró un caos: Kibum corría con algún tubo muy pequeño en una mano y un pincel en la otra, Jonghyun le estiraba la camisa a Kyungsoo y Jinki anotaba alguna cosa en un tablero que sostenía entre sus manos. Taeyeon por su parte le decía algo a Jinri mientras Yoona le torcía el pelo a Sooyoung en un moño y Seohyun aguardaba sentada con Baekhyun a su lado.

 

—¿Dónde estabas—?

 

Jongin lo tomó por un hombro y lo giró de golpe, pero al reparar en cómo lucía, se quedó sin palabras. Jimin, que llegó un segundo después, casi deja caer la bolsa de golosinas que traía consigo.

 

—N-No digan nada… —Se rascó la nuca—. Ya sé que es un poco raro. Lo hizo Kibum.

 

Al oír su voz, todos se giraron a verlo.

 

De pronto la inseguridad comenzó a treparle por las piernas, recorrió su estómago e intentó alojarse en su pecho.

 

—¿S-Se ve tan… extraño? Es decir, sé que nunca uso nada como esto, pero—

 

—¡¿Pero qué dices?! —exclamó Jonghyun, y dejó a un lado lo que hacía para correr hasta donde se hallaba Kibum con el objetivo de abrazarlo y susurrarle algo que no alcanzó a oír.

 

Jinri carraspeó suavemente, y al ver que se separaban, se echó a reír.

 

Taemin pudo ver entonces que todos lucían hermosos. A Kyungsoo apenas le aplicó algo en los labios y un polvillo oscuro en la misma raíz de sus pestañas, seguramente debido a que sus ojos ya eran bastante grandes y expresivos sin los anteojos que normalmente usaba; a Baekhyun le había delineado los ojos de un tono más oscuro en comparación con el que él llevaba;  Jinri tenía las mejillas y párpados muy rosados, así como una piedrecilla parecida a un diamante en el área del lagrimal; Taeyeon llevaba un delineado negro muy marcado hasta la altura de sus cejas y sombras potentes de una tonalidad semejante a su vestido, al igual que Sooyoung y Seohyun; Yoona, quien presentaría la obra, apenas tenía los labios teñidos de un tenue rojo, similar a su vestido, y una línea casi imperceptible de color negro en las pestañas, las cuales por alguna razón que Taemin desconocía, parecían más largas y tupidas.

 

—Se ha lucido, ¿eh? —Abrazó de pronto Jongin. Al reparar en él, notó que sus pómulos se veían irreales; por lo visto Kibum había decidido sacarle provecho al tono dorado de su piel y hacer que esta brillara con cada movimiento que hacía de una forma muy natural, pero bellísima; y sus ojos, al igual que los suyos, tenían impregnado ese polvillo con destellos.

 

En cuanto a las chicas, todas iban con vestidos largos hasta las rodillas, pero estos tenían una ligera abertura a un lado para que, al momento de moverse, este luzca vaporoso; además, en la cabeza se habían colocado una especie de banda llena de piedras del mismo color de sus vestidos, lo que generaba la ilusión de que su rostro era más alargado. En cuanto a los chicos, tal como él, llevaban trajes de diferentes colores, un chaleco debajo, el pantalón ceñido y una pequeña correa en un muslo.

 

De pronto Yoona hizo una señal y él comprendió lo que significaba: había terminado, con lo cual ya no restaba nada. Podían comenzar.

 

—¿Por qué llegaste antes? —le preguntó Jinki, rodeándolo por la cintura con su brazo—. Creí que esperarías hasta este momento.

 

—U-Ustedes… Ustedes me avisaron por mensaje que venga, ¿no?

 

Jinki lo miró a los ojos, totalmente confundido, y no hizo falta preguntarle algo tan obvio.

 

Si no habían sido ellos, ¿quién le había escrito?

 

Cuando intentó tomar su teléfono de su maletín, el cual yacía en una esquina, Jongin lo guio hasta la salida, detrás de Yoona y su cabello en ondas que ya estaba a un paso del estrado para anunciar que darían inicio a su presentación.

 

La escena que ocurrió unas horas antes volvió a repetirse en cuanto puso un pie en la tarima, aún protegido por el telón. Ni él mismo supo por qué lo hizo si sabía que cada vez que cometía ese error entraba en crisis, pero pudo más su curiosidad.

 

Allá afuera la gradería estaba repleta como nunca había ocurrido, desde profesores hasta extraños, o personas con las que quizá se cruzó en algún momento en algún pasillo, no podía asegurarlo. También estaban todos los amigos de Minho, todos los que le había presentado. Pero no solo eso: el mismo Minho estaba ahí sentado junto a ellos. Y junto a él, Yuri.

 

Se habría detenido a analizar esa punzada de dolor en su pecho de no ser porque su presencia implicaba un riesgo, y sus ojos comprobaron con horror que este tenía fundamento: por alguna razón que él jamás comprendería, pero decidió atribuir en ese instante a un empeño de la vida de arruinar todo lo que se proponía incluso aunque intentaba hacer las cosas bien, los miembros del club de danza estaban allí también.

 

Tambaleó un paso, mareado, y se llevó una mano a la sien en busca de calma. Jongin alcanzó a sostenerlo por los hombros antes de que se desplome, bastante seguro de qué había causado esa reacción en su amigo, aún más luego de lo ocurrido más temprano.

 

—No va a pasar nada —se apuró a consolar—. ¿De verdad piensas que el elenco va a dejarte solo?

 

—Les he mentido dos veces —lloriqueó un poquito, desesperado—. Les mentí a ellos y también a los de nuestro club.

 

—¿Por qué les mentiste? —se atrevió a preguntar por fin, porque aunque estuvo de acuerdo y le cubrió la espalda, decidió esperar en lugar de pedir una explicación que nunca llegó.

 

—¡No lo sé! —estalló, pero su quejido no se alcanzó a oír pues Jongin lo apretó con más ganas.

 

—Bueno, no pasa nada —exhaló con fuerza y se volvió a acomodar el pelo—.  Como en la mañana, hagamos esto. Si tienen algún problema con que hagamos lo que queremos, dejamos el club —Taemin lo miró como si hubiera perdido la cabeza—. No importan los puntos, no importa nada; no pienso soportar un minuto más de esa opresión. No lo merecemos. Por ahora preocupémonos de que esto salga mejor que la obra de la mañana.

 

A un lado del estrado, Yoona anunciaba el inicio. Ambos se colocaron en posición y Jinri hizo correr el telón.

 

La trama que había planteado Jonghyun contaba con tres actos musicales y desarrollaba en principio el amor entre Taeyeon y Baekhyun, una bailarina de cabaré y un muchacho sencillo, que se veía interrumpido por Kyungsoo, un sujeto del bajo mundo y amor del pasado de la estrella que aparecía de pronto y acababa con la vida de ella por despecho, con lo cual culminaba el segundo acto. Sus amigas, interpretadas por Sooyoung, Seohyun y Jinri descubrían el cuerpo en su habitación y al volver al cabaré para presentarse, se encuentran con Baekhyun y le cuentan la tragedia que había ocurrido.

 

Con el corazón roto, el muchacho asiste noche tras noche para embriagarse, añorándola, sabiendo que eventualmente el asesino aparecería, pues el bar era conocido por albergar a gente de esa calaña. Una noche, totalmente ebrio, oye a Kyungsoo jactarse de que le había arrebatado la vida a una examante tras una discusión debido a que ella quería iniciar una relación con alguien más. Baekhyun no lo sabe, pero además de él, un par de sujetos oyeron también su confesión, pues asisten con la misma frecuencia a ese recinto. Intenta acercarse y encararlo, pero las muchachas le piden que no se meta en problemas y lo intenta sacar de escena, hasta que esos sujetos se aproximan.

 

La tercera escena le correspondía en esencia a él y a Jongin. Ellos eran una especie de policías del bajo mundo y estuvieron ocultos en una esquina en todo momento fingiendo beber. Al saber de la tragedia, guardan silencio y deciden observar un poco más con cierta aura misteriosa y ítica, hasta que llega el momento del baile principal.

 

El telón se abrió. Baekhyun estaba recostado sobre una mesa, llorando. Taemin abandonó la silla y tomó una enorme bocanada de aire. Jongin a su lado le cogió una mano muy disimuladamente. La apretó con mucha fuerza, hasta lastimarlo, por lo cual se giró para reclamarle, pero al verlo pudo leer sus labios: “Saldrá bien”.

 

Ambos se acercaron hasta Baekhyun y le colocaron una mano en el hombro. Este los miró extrañado hasta que notó que observaban con total atención a Kyungsoo, que bebía. Hubo un prolongado intercambio de palabras, diálogos que terminaban de construir a sus personajes. Una vez dieron fin a su plática y aún con esa mirada que dejaba todo dicho, Jongin profirió un grito que daba pie a la trifulca. Taemin sabía que le estaba costando: en primer lugar, nunca antes había actuado; además, a Kyungsoo lo estimaba mucho y no le gustaba la idea de gritarle; por otra parte, no sentía que el papel de malvado le sentara bien, aunque con su interpretación le estaba dejando muy en claro lo versátil que era. Hecho eso, ambos caminaron hasta quedar de pie frente a él.

 

Taemin y Jongin tiraron del panel frontal derecho e izquierdo de su saco respectivamente hacia atrás. En ese instante, todos se sumieron en silencio. Y la música dio inicio.

 

El cuerpo de Taemin se sacudió entero en un espasmo, emulando a su ídolo. Comenzó a avanzar en dirección a la barra, y a medida que lo hacía, movía los labios para fingir que estaba cantando. Habían acordado que solo lo haría de verdad en ciertas partes, por lo cual Jinki estaría atento para configurar el audio y pueda dejarse oír su voz. El personaje de Kyungsoo lucía más y más incómodo con cada segundo al oír lo que decía, pues era bastante obvio que se trataba de una indirecta.

 

He left the bloodstains on the carpet
She ran underneath the table
He could see she was unable
So she ran into the bedroom
She was struck down, it was her doom

 

En cuanto inició el coro, tal como había hecho Taeyeon en su momento, Kyungsoo empezó a recorrer la escenografía en un intento de escapar, siempre bailando, hasta que llegó al proscenio y ahí se detuvo. Todo el elenco encabezado por Taemin se posicionó acorde con la formación grupal que habían planificado e iniciaron el baile.

 

Kyungsoo se ajustó el traje y continuó con su carrera de forma muy elegante, aunque el miedo se podía leer en su rostro. Taemin lo siguió de cerca, los otros miembros con él, rodeándolo, hasta que se subió sobre la mesa y comenzó a dar giros sobre esta. En ese instante, dominado por la euforia, no tuvo temor de caer. Eso y que Jinki se había encargado de asegurar ese mueble al piso.

 

Hecho el giro, dobló ambas piernas, apoyó todo su peso sobre la punta de sus pies y se llevó una mano a la pelvis. La otra quedó extendida en el aire, tras lo cual repitió aquella sacudida con la que abrió el baile.

 

Dio un brinco enorme y terminó de nuevo en el suelo, sus manos a los costados como si hubiera hecho un aterrizaje; al instante sacudió ambas piernas y comenzó a acercarse a Kyungsoo con el mismo paso. Jongin a un lado iba marcando la pauta de lo que debían hacer sus compañeros.

 

Quedó acorralado contra el proscenio nuevamente. En un giro que dio Taemin, Kyungsoo llevó una mano a su cadera e intentó extraer el arma con la que había ejecutado su crimen, pero Taemin culminó su pirueta y, tal como había hecho sobre la mesa, frenó de golpe, extendió abruptamente una mano y de esta salió disparada una navaja de utilería que terminó clavada en el pecho del criminal. Kyungsoo cayó al suelo, herido de muerte.

 

Baekhyun entonces se colocó adelante con Jongin y Taemin, las chicas rodeándolos. Por fin llegó su momento de cantar.

 

Annie, are you OK?
Will you tell us, that you're OK
There's a sound at the window
That he struck you a crescendo, Annie

 

Ni él mismo supo cómo pudo controlar tan bien su respiración para ejecutar los precisos movimientos y cantar al mismo tiempo, pero lo hizo. La coreografía culminó cuando Jinki se encargó de incorporar el sonido de una sirena y el anuncio de unos policías de que despejen el área. Todo el elenco dio un último giro, las chicas se postraron en una rodilla frente a ellos, chasqueando los dedos. Una vuelta más, una patada al aire, una mano en la cabeza y la otra recogiéndose el pantalón a la altura del muslo y con eso volvió a caer el telón, lo que significaba el fin de su representación.

 

Acogidos por la oscuridad que les proporcionaban las cortinas, aún algo tímidos, se miraron a los ojos los unos a los otros, incapaces de creer que todo lo que habían hecho en verdad era real, ellos habían llevado a cabo esos pasos, esas actuaciones. Parecía como si acabaran de despertar de un sueño.

 

Sacudidos por la emoción, se abalanzaron en un abrazo grupal, al cual se sumaron pronto Taeyeon que entró por la izquierda y Kyungsoo que se incorporó con calma.

 

Taemin no creía que un sentimiento tan sobrecogedor, cálido y reconfortante fuera posible. Sentía el pecho a punto de estallar, porque una vez que la adrenalina se esfumó, la realidad lo arroyó como un tren.

 

Lo había hecho. Lo había logrado. Había tenido un rol principal y no había cometido ningún error. Es que incluso había cantado. ¿Cómo él, de todas las personas, fue capaz de algo semejante?

 

Se sintió a punto de llorar hasta que Jinki, Jonghyun y Kibum se le lanzaron encima y casi lo derriban al suelo. Asustado, volvió el rostro y no vio más que rostros sobrepasados por el orgullo.

 

Las cortinas se abrieron y Yoona se acercó a tiempo para recordarles que debían tomarse de la mano y colocarse en fila para dar gracias al público.

 

Todo estaba bien. A ese punto poco le importaba si el club al que pertenecía tenía algo que decir. Si querían echarlo, podían hacerlo. Su ánimo era más que excelente, su autoestima nunca había conocido picos tan altos, el pecho estaba a punto de reventársele. Hasta que lo vio.

 

Yuri le susurraba algo al oído a Minho y él reía.

 

Luego, ella le echaba una mirada a los otros miembros, quienes estaban poniéndose de pie y salían a trompicones de las graderías. Preocupada, parecía dispuesta a seguirlos, pero Minho la detenía por la muñeca.

 

Kibum tiró de su mano para que lo mire a él en su lugar, y él hizo caso.

 

Jonghyun pasó al frente junto a Jinki y procedió a explicar qué quiso transmitir exactamente y lo agradecido que se sentía con la inusitada concurrencia. Una vez terminó, uno a uno bajó de la tarima por la escalera rumbo a los vestuarios. Jongin, que no entendía a qué se debía ese bajón en su ánimo, intentó tomarlo del brazo, pero Taemin fue más rápido y se echó a correr. Jimin, que ya estaba esperándolos ahí, se paralizó al ver la expresión de este. Taemin empezó a buscar algo, se aproximó a una esquina y se colgó al hombro ese objeto: su mochila.

 

—E-Espera, qué estás… ¿A dónde vas?

 

Jinki entró a tropezones y se interpuso en su camino. Abrió la boca dispuesto a hablar con él y quizá impedir que se vaya, aunque Taemin no razonaba y no tenía cabeza para detenerse a analizar por qué todos parecían estar tan preocupados por él si desde su punto de vista solo estaba muy agotado y estresado y ese era el único motivo que tenía para largarse cuanto antes, pero entonces la puerta se abrió con un golpe sordo. Tal como había hecho él un instante atrás, los miembros del elenco fueron empujados por Soohan, quien se abrió camino.

 

—Déjennos solos —exigió firme una vez estuvo a un paso de Taemin.

 

—¿Tú crees que vamos a dejarlo contigo? —intervino Kibum, quien se interpuso entre ambos.

 

La mente de Taemin poco a poco se fue aclarando hasta que colocó su mano sobre el hombro de su amigo como una tácita petición de que se detenga. Jongin se acercó también, pues comprendió lo que ese gesto significaba y estaba dispuesto a discutir su decisión; sin embargo, solo obtuvo como respuesta una mirada con la que le pedía que confíe en él. Kibum lo miró incrédulo, con ambos hombros caídos, pero se dejó arrastrar por Jimin y Jongin. No tuvieron que decir nada para que todos los demás se retiren por unos minutos.

 

—¿Qué ha sido eso?

 

Quiso morderse los labios, tirar de estos para calmarse, pero un rayo de cordura le recordó el empeño que había puesto su amigo en su apariencia y se frenó a tiempo. Con la mirada clavada en el lustre de sus zapatos, apretó los puños y decidió ir al punto.

 

—¿V-Vas a echarme? Del club, quiero decir…

 

—Creo que eso no fue lo que pregunté —dio otro paso y ya estaba a centímetros. Taemin sintió su aliento tibio golpear su coronilla.

 

—Realmente… —suspiró y se atrevió a devolverle la mirada. Ya había hecho lo que quería, podía y debía afrontar las consecuencias—. Yo realmente quería hacer esto y no le veo nada de malo. —Lo vio entreabrir los labios dispuesto a replicar, pero él continuó. No podía detenerse, no si ya estaba sacando todo lo que tanto le pesaba en el pecho—. Intenté decírtelo, proponértelo, pero no hiciste caso. Comprendo que fue mi error porque dejaste en claro que no es el enfoque que quieres darle al club, me lo dijeron desde que decidí unirme, pero… estoy cansado.

 

—¿Cansado?

 

—Sí, cansado— corroboró erguido, su pupila prendida de la de Soohan—. Cansado de que no me escuchen, de que tengamos que hacer lo que tú quieres—

 

—¿Acaso no lo ves? —replicó este, y a Taemin le pareció percibir un aura extraña que comenzaba a inquietarlo. El valor que había cobrado se iba diluyendo y su pupila parecía estremecerse—. ¿No has comprendido nada?

 

Sus labios temblaron un poco, el pánico volvía a adueñarse de su cuerpo, hasta que unos golpes contra la puerta le hicieron dar un respingo. Afuera se oía un grito de Jonghyun y Jinki que trataba de calmarlo.

 

Cuando estaba a punto de contestarle que claro que no tenía idea de qué estaba hablando, la puerta se abrió y Jonghyun terminó derribado en el suelo con Jinki y Kibum encima. Y Minho a un lado.

 

—¿Te ha dicho algo desagradable? —interrogó aún en el piso, tratando de incorporarse. Jongin que apareció detrás lo tomó del brazo y lo ayudó a ponerse de pie junto a Jimin—. ¿Qué te ha hecho?

 

Al notar la casi inexistente distancia entre ellos, en un arrebato hizo a un lado a ambos amigos y se acercó hasta Soohan para empujarlo con ambas manos sobre su pecho. Frente a eso, el muchacho lo barrió con la mirada, pero fue lo suficientemente sensato para no iniciar una pelea en ese momento. Sus ojos volvieron a clavarse en los de Taemin y le dijo muy bajo, al punto que este tuvo que leer sus labios: “Hablaremos luego”.

 

Jonghyun atrapó a Taemin entre sus brazos e insistió con sus preguntas, a las cuales sumó un par de amenazas para Soohan si se atrevía a acercársele de la forma en que lo había hecho. Él le dio un par de palmaditas en la espalda para que se calme, dejándose hacer, pero sus movimientos se paralizaron al notar que Minho se acercaba a él con una sonrisa. Aquella sonrisa.

 

—Te dije que eras el mejor de todos, ¿recuerdas?

 

Él decidió admitir que sí, se sentía algo atontado, pero debía ser cosa de tantas emociones que se le habían amontonado. Asintió muy despacio con una sonrisa y susurró un inaudible “gracias” pese a que, por alguna extraña razón, algo en su pecho se gestaba, una mezcla sumamente extraña y agridulce de tristeza y alegría. Y al torcer un poco la mirada, descubrió a Kibum que lo perforaba.

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Todo mundo se había marchado ya. Solo quedaban ellos, los miembros del club de teatro limpiando la escenografía y recogiendo todo lo que pudieran reciclar.

 

Los maestros se habían acercado minutos antes para felicitarlos también por su ardua labor y recordarles que habría una celebración desde las ocho en el salón principal, el cual ya habían acondicionado, así como que esperaban su presencia. Jumnyeon, atento como siempre, hizo lo mismo e incluso se atrevió a tomar su mano para estrecharla en señal de profunda admiración; Chanyeol se rascó la nuca con cierta vergüenza tiñendo sus mejillas y le dedicó unas palabras a todos como grupo; Taehyung se lanzó a abrazarlo entre risas como si lo conociera de toda la vida y le hizo dar un par de vueltas, a lo que él no se resistió; Donghae se sentó a su lado un momento para tratar de transmitirle lo mucho que había disfrutado del espectáculo, y al terminar, le pellizcó una mejilla, muy risueño y muy avergonzado. Por su parte, Minho aguardó a que todos se alejen para imitar lo que hizo este último.

 

Dio un par de pasos lentos con las manos en los bolsillos y se colocó delante de él, que se hallaba sentado sobre el estrado, aún con el traje puesto. Esperaba encontrarse con su sonrisa de siempre, pero en su lugar se topó con sus ojos que lo miraban intensamente. ¿Tal vez quería regañarlo como Jonghyun? Seguramente estaba enojado por su mentira…

 

—Estoy muy orgulloso de ti.

 

Más que dulces palabras, había detrás un deje extraño. Se oía cansado, como si hubiera exhalado esa frase. Sabía que estaba siendo sincero, siempre lo era, pero lo descolocaba un poco.

 

En respuesta se limitó a asentir y escondió su mirada entre sus rodillas y el pantalón que cada vez veía más y más lindo. Quizá ya era hora de cambiarse para no estropearlo.  

 

—¿Estás… enojado? —inquirió un rato de silencio después. Por alguna razón, necesitaba saberlo. Algo en su interior se lo exigía.

 

—Claro que no —respondió él, por fin con ese tono amable que tan bien le conocía. Si en un principio se sentía un poco tenso debido a lo misterioso que parecía Minho, esa respuesta le devolvía cierta paz—. No sé por qué hiciste lo que hiciste, pero habrás tenido tus razones. —Dio un brinquito y se sentó a su lado, hombro con hombro. Taemin se petrificó—. ¿Leíste mi mensaje?

 

Él negó con la cabeza y pese a la vergüenza, volvió el rostro debido a la sorpresa. No había cogido su teléfono desde que salió del taller de Kibum.

 

Lo miró perplejo un par de segundos porque no sabía bien a qué venía eso, hasta que Minho se echó a reír por su expresión y le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Oír su risa lo había puesto muy contento ya que ese era el Minho que conocía, pero al sentir sus dedos rozarlo, su cuerpo entero se tensó, por lo cual volvió a ocultar sus ojos. Pero no se sentía incómodo tampoco, esas acciones le producían cierto goce al que no le hallaba explicación.

 

—Me alegra mucho que pude llegar a verte —suspiró con fuerza—. Pensé que no lo lograría. ¿Te dio gusto verme en la mañana?

 

No podría decir exactamente que lo alegró, pues en un primer momento se quedó perplejo, aunque luego, ya pasado el susto de ver a todos ahí, se sintió embargado por la alegría de saberse apoyado; sin embargo, no entendía cómo fue que lo hizo si se suponía que debía estar en su juego.

 

—Conseguí que empezáramos muy puntuales y le pedí al árbitro y los maestros a cargo que nuestro descanso no dure casi nada. Primero protestaron, pero al ver que nuestros rivales no veían ningún problema, accedieron luego de insistir mucho. Les dije a los chicos que ibas a bailar y quisieron acompañarme.

 

—¿Por eso también estuvieron aquí hace rato?

 

Una misteriosa calidez le empezó a acelerar el corazón.

 

—Claro, les dije que tendrías una actuación con los chicos y se emocionaron mucho. Varios en las graderías me oyeron gritarles que se den prisa para ver la obra, así que decidieron sumarse. Taehyung y Chanyeol les dijeron que este año habría una obra espectacular —Taemin se encogió un poquito, avergonzado y contento a partes iguales— y que no podían perdérsela. También estaban tus compañeros del otro club. Pensé que sería normal que quieran verte. No sabía que eso provocaría un problema... Lo siento.

 

—N-No importa… —suspiró esta vez él, jugando con sus dedos. Cierto recuerdo de Minho en las graderías conversando con su compañera volvió a hacer tambalear su ánimo—. Igual iba a hablar con ellos…

 

—Oye, qué… —Taemin percibió que se quedaba en silencio por unos segundos, así que, extrañado, giró el rostro para verlo. Parecía estar dudando sobre si debía continuar o no—. ¿Qué pasó con Soohan?

 

¿Qué pregunta era esa?

 

Para Minho debió ser muy obvio que su pregunta le parecía ridícula, pues al reparar en su ceño fruncido y mirada de genuino desconcierto, apretó un poco los labios y prefirió mirarse las uñas.

 

—Lo digo porque Yuri parecía preocupada.

 

Ah, ahí estaba. No podía ser de otra forma.

 

Taemin se le quedó mirando con la misma expresión a punto de responderle que no enten

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Comments

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Leah0410 #1
Chapter 3: Son pocas las historias que se encuentran en español por aquí o quizás soy yo q no las noto 😆, me encanta tu historia y tu forma de escribir Gracias 😊! Muy buena historia espero con ansia el siguiente capítulo 😊