Nice Dream

Close To You
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Aquel día llegó a casa con una enorme sonrisa. Taesun incluso se burló de él por la cara de ensoñación que traía encima. Dejó la bolsa con sus compras sobre la despensa mientras su madre lo observaba con la misma sospecha que Taesun, y subió a su habitación aguantándose un par de suspiros que dejó escapar una vez se halló con la puerta cerrada, apoyado sobre esta.

 

Le dijo que lo reconocía. Lo recordaba. Se presentó, le dijo su nombre y luego quiso saber el suyo. Le preguntó con esa sonrisa tan suya si había tenido necesidad de usar el analgésico que le dio. Platicaron. Descubrieron que asistían a la misma escuela, pero por alguna extraña razón, jamás se habían cruzado.

 

Lo más importante: prometieron verse el lunes sin falta en el almuerzo. Fue una promesa porque chocaron sus puños y el chico lo forzó a dar su palabra de que así sería.

 

¿Cómo podría verlo si aún no procesaba que en verdad habían hablado?

 

Incluso en ese momento, de camino al comedor, no terminaba de creerlo. En verdad habían platicado y por fin su salvador de aquel día ya no era solo un rostro, tenía una identidad: Choi Minho.

 

Tampoco fue demasiado el tiempo que hablaron, valgan verdades. Se quedaron juntos al menos veinte minutos hasta que con pesar, descubrió que él bajaría primero, pues a “Minho” aún le quedaba mucho recorrido. Este le contó que iba de visita a casa de una tía en nombre de su familia con motivo de su cumpleaños y a eso se debía el regalo que llevaba entre las manos. A todo eso le sumó que normalmente salía los sábados a correr con unos amigos alrededor del parque y que estos también asistían a la escuela, a raíz de lo cual surgió la idea de presentárselos y verse luego de clases.

 

Tomó asiento en una mesa algo apartada, colocó su mochila a un lado y aguardó en silencio con ambas manos enlazadas sobre su regazo, echando un ojo a su alrededor inevitablemente. Las ansias lo consumían.

 

Luego de un par de minutos en vilo, apareció. Tenía la misma sonrisa deslumbrante de siempre y esos ojos grandes, despiertos, estaban enfocados en los suyos, por lo cual le fue imposible reprimir una tímida sonrisa. Pero no iba solo. A su lado avanzaban discutiendo amistosamente los dos chicos con los que usualmente lo veía en el bus y otro aún más bajito que ellos.

 

Una vez que llegaron hasta donde se encontraba sentado, lo miraron con cierta sorpresa.

 

—Él es Taemin, mi amigo.

 

 

Tomó asiento en una esquina, al lado del telón, casi oculto detrás de este, y estiró su libreto para continuar repasándolo mientras encogía sus piernas contra su pecho. Ya no quedaba prácticamente nada para la presentación y todos estaban poniendo el máximo de su empeño para que salga a la perfección.

 

Al llegar le pidió a Yoona que le indique qué podría hacer para ayudar, pues para la obra ella, más que encarnar algún papel principal como solía ser, decidió cederle el lugar a Taeyeon y participar en el decorado. Sin embargo, su respuesta no fue lo que esperaba.

 

—Jonghyun me dijo que te ayude a pulir algunas escenas. Terminaremos con estas decoraciones y luego estaré contigo.

 

Así que, tras despedirlo con sus delicadas manos manchadas de pintura y una sonrisa tierna, le dio un empujoncito para que se retire y trabaje en lo suyo.

 

Lo cierto es que el aspecto que no le agradaba de participar en la obra era el tener que relacionarse con tanta gente. No eran desagradables, en lo absoluto, pero tampoco cambiaba que a él eso no le encantaba. Por supuesto, el hecho de que todos fueran considerados y atentos hacía todo muchísimo más llevadero. En el caso del club de danza, acaso intercambiaba un par de palabras con ellos, y para él eso estaba perfecto, excepto en cuanto a que ignoraban sus sugerencias, claro. Sobre el club de teatro, a veces le asfixiaba un poco lo forzoso que era estar siempre platicando con todos, aunque su paciencia para con él era algo que apreciaba.

 

Yoona no se lo había dicho, pero tenía la certeza de que además de sus líneas, volverían a practicar las coreografías y las escenas de canto. Esa probablemente era la parte que más disfrutaba. Jonghyun le había ofrecido ayudarle a dirigir ese aspecto junto con el profesor, quien los visitaba de vez en cuando para ver sus avances, y luego de practicar por semanas todos los pasos, llegó un punto en que su amigo lo llamó para sentarse a su lado y que evalúe los progresos que hacían. En cuanto al canto, siempre quedaba fascinado con lo impresionantes que eran las voces de Baekhyun, Taeyeon y Kyungsoo. Jongin, quien también se tomaba un momento para contemplarlos, siempre parecía sumirse en la música cuando ellos interpretaban alguna escena.

 

Al leer las líneas que había resaltado con un marcador verde en su intento de repasar sus diálogos, se mordió el labio inferior. Aún no podía creer que en verdad Jonghyun le había dado un papel importante, a él y a Jongin. No lo creía o más bien, no quería creerlo y forzaba su mente a no pensarlo demasiado, porque de no ser así, sabía, podría sabotearse a sí mismo. Tenía demasiado miedo a estropear el trabajo de todos, de quedarse mudo en pleno escenario cuando llegara el momento definitivo. Lo peor era que había escenas en las que tenía que mirar directamente a las graderías, escenas en las que se tenía que dirigir al público, ¿cómo hacerlo si incluso a algunos miembros le costaba sostenerles la mirada y ya llevaban meses de conocerse?

 

En momentos como ese, se recordaba a sí mismo que no habría problema. En su corta experiencia, a esos eventos no asistía demasiada gente porque por lo general su actuación era posterior a la competencia entre los equipos de fútbol de su escuela y las otras invitadas. Siempre ocurría que todos terminaban tan cansados de alentar al equipo que apenas les quedaba fuerza y preferían acercarse a celebrar con los jugadores. Eso y que el teatro no despertaba el interés de la mayor parte de la población estudiantil. Además, ¿quién iría a ver una obra si por la noche tendrían la fiesta de aniversario? Obviamente preferían prepararse para ese evento en lugar de perder el tiempo viendo gente cantar o actuar.

 

—¿Estás… bien? —oyó una voz aflautada a su espalda. Al girarse, descubrió que era Jimin.

 

—S-Sí, solo estaba releyendo mis diálogos… —respondió un poco agotado, incapaz de ocultar su preocupación.

 

Llevaban semanas de conocerse y el chico había decidido pasar con ellos el tiempo que debía destinar a las actividades en un club. Taemin incluso le sugirió un día que sería muy inteligente de su parte colaborar todo lo posible y que llegado el momento hable con los profesores para dejar patente que, pese a que no pudo inscribirse propiamente en uno, sí se involucró en otro y puedan considerarle los puntos extra.

 

Jimin era un poco más cercano a Jongin en comparación, pues compartían clases y su horario en líneas generales era sumamente parecido. En cuanto a cómo se sentía con respecto a él, debido al inevitable tiempo que pasaban juntos primero se acostumbró a su tímida presencia alrededor y luego comenzó a aceptar sus intentos de hacerle plática. Paulatinamente sus acercamientos ya no le parecieron extraños y empezó a comprenderlo —o al menos intentarlo— un poco más. Según había visto y por lo que había hablado con su amigo, Jimin era tímido porque desde el momento en que puso un pie en la escuela, fue objeto de burlas debido a sus mejillas y contextura, y el único que hizo algo para ponerle un freno a todo aquello fue Taehyung. Desde su punto de vista, Jimin estaba en perfectas condiciones y no comprendía el porqué de esos ataques, pero al margen de eso, luego de enterarse de lo que sufría, se sintió identificado. A él también lo molestaban, aunque en su caso no sabía la razón, pero el acoso estaba ahí, haciéndolo sentir inseguro.

 

A partir de ese descubrimiento, fue dejándolo acercarse más y más, e incluso, cuando la ocasión lo ameritaba pues veía su rostro decaído, le daba algún consejo. Él le sonreía con las mejillas infladas tiernamente y le daba las gracias con una sinceridad conmovedora.

 

—¿Creo que estás preocupado por la actuación?

 

—No solo yo, deben estarlo todos —suspiró con una sonrisa, pensando que no era justo que él se ponga tan nervioso si en cierta forma fue su iniciativa que lleven a cabo todo ese montaje. Si ya los había metido en eso, lo menos que podía hacer era confiar que lograrían hacerlo de forma impecable.

 

—Estoy preocupado por Jonghyun —confesó Jimin, y tomó asiento a su lado, encogiendo sus piernas contra su pecho al igual que Taemin—. No lo conozco demasiado, pero siento que se exige mucho.

 

—Lo hace —corroboró pasándose una mano por el flequillo—. Es muy perfeccionista, aunque frente a todos mantiene el buen ánimo. Kibum trata de ayudarlo con eso y siempre está ahí con él, pero a veces no basta. Él de verdad quiere que todo salga perfecto.

 

—Se parece mucho a ti —comentó con una sonrisa, dibujando con su índice formas inciertas sobre el piso de madera—. Quieres que todo salga más que excelente. Te noto muy angustiado.

 

—Yo los metí en esto —asintió despacio, meditabundo. Hizo a un lado el libreto y apoyó la cabeza contra el muro.

 

—Nadie los obligó y aceptaron hacerlo porque tienen fe en ustedes.

 

—Ese es el problema —confrontó esta vez, mirándolo a los ojos—. ¿Qué tal si no sale como planeamos? ¿Qué tal si…? No lo sé… ¿Si se cae una parte de la escenografía en la que tanto trabajaron? ¿Si olvidamos nuestras líneas?

 

—Ellos también ayudaron, así como yo, porque creemos que saldrá bien y porque creemos que todo lo que planearon tiene potencial. Además, ¿viste que Jongin está muy feliz?

 

—Demasiado —se burló ahora, y su mirada recayó en su amigo que se dejaba envolver un montón de papel crepé alrededor del cuello por Kyungsoo—. Es bueno ver a todos así.

 

—No hace más que hablar de la obra cuando estamos juntos —reveló Jimin, y se acercó un poquito, como si estuviera a punto de contarle un secreto—. Yo creo que de eso se trata. Ser feliz. En varias ocasiones tengo miedo de hacer algo, me paralizo y me privo de mucho por eso. Es un problema, ¿sabes? Me da miedo estropearlo y lo que dirán de mí, pero si es mi mente que desde el principio me dice que podría salir mal lo que me detiene, entonces trato de no darle importancia. Si no sale como espero, me reiré y seguiré adelante. Es lo que intento hacer estos días. No creo que esté en posición de darte un consejo, pero sí puedo decirte que hay que seguir esforzándonos —remató, ya con una mirada más firme y mostrándole su mano hecha un puño.

 

Taemin estalló en risa ante esa expresión a tal grado que se llevó ambas manos al estómago y llamó la atención de los demás miembros.

 

—¿Pasó algo? —inquirió Jinki, quien levantó el telón con una mano al descubrir de dónde provenía ese estruendo.

 

—Nada, no es nada —contestó él, y se puso de pie, tirando a su vez de la mano de Jimin.

 

Aquel día se quedaron toda la tarde ultimando detalles, practicando cada paso, cada gesto de sus manos hasta que se rindieron de cansancio. Taemin llegó a su casa ya entrada la noche, pero su madre no hizo más que recibirlo orgullosa pues sabía a qué se debía aquello.

 

A la mañana siguiente, la mañana del gran día, se levantó a las seis en punto de puro nervio. Estuvo dando vueltas sobre el colchón mucho rato, con la mirada perdida en el techo, hasta que decidió ponerse en movimiento. Se dio una ducha rápida para tratar de despejar su mente y empacó todo lo que necesitaría en una enorme mochila que solo utilizaba cuando se iba de excursión. Metió una gran botella con agua, su traje para la presentación del club de danza, el cual tenía perfectamente envuelto por temor a que se arrugue, y algunas piezas de su disfraz para la actuación con los chicos del club de teatro.

 

Una vez fuera, ya en el autobús y tras haberse despedido de su familia, extrajo del bolsillo de su polera el volante con la programación que le habían entregado a todos los alumnos a lo largo de la semana. El número de su club se presentaría a las doce y media y el de teatro tendría lugar a las cinco como cierre de la jornada. En cuanto a los demás, como el de fotografía y pintura, se habían organizado con ayuda del comité de alumnos encargados de las actividades extracurriculares y algunos maestros para hacer del aniversario una exposición de sus obras por todos los pasillos de la escuela. El tema que habían elegido los primeros era “el futuro” y los otros, qué concebían como “verano”. Quizá aprovecharía su tiempo libre y visitaría cada ala de la escuela para examinar cada uno.

 

Intentó evitarlo, luchó todo lo que pudo con ese impulso, pero al final su mirada recayó sin remedio en los horarios del equipo de fútbol: la jornada duraría desde las diez aproximadamente hasta las cuatro de la tarde aproximadamente, con un intermedio de veinte minutos. Habían invitado a otras tres escuelas, de modo que cada equipo se enfrentaría a un rival y el ganador de cada encuentro lucharía por vencer en la final.

 

Eso solo podía significar que Minho no iría a verlo en su actuación con el club de danza.

 

En realidad, eso estaba muy bien. Él mismo le había dicho que no era necesario que vaya a verlo a sus prácticas, y así lo había cumplido. Podría decir incluso que se había acostumbrado un poco a su ausencia, excepto que a la salida siempre estaba de pie frente a su casillero, esperándolo. Durante el trayecto no hablaban demasiado; él parecía ido y Minho lo atribuía a que estaba muy concentrado o presionado con el tema de los ensayos, por lo cual no insistía en hacerle conversación y más bien lo dejaba descansar.

 

Pero ¿a quién quería engañar? Buena parte de que se haya entregado casi por completo a los ensayos, al punto de sacrificar sus tardes y pasarlas ensayando, aunque sea a solas o con Jongin se debía a que no quería tener ni un solo minuto libre para pensar, porque cuando lo tenía, que por lo general era cuando estaba volviendo a casa con Minho, su mente no lo dejaba en paz. Desde que se produjo esa conversación la paz que esperaba no solo no llegó, sino que le fue totalmente arrebatad

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Comments

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Leah0410 #1
Chapter 3: Son pocas las historias que se encuentran en español por aquí o quizás soy yo q no las noto 😆, me encanta tu historia y tu forma de escribir Gracias 😊! Muy buena historia espero con ansia el siguiente capítulo 😊