Yoohyeon organizaba con diligencia el armario lleno de recipientes de cristal. Todo eran diferentes pociones y remedios que se usaban en la enfermería. Comprobaba las existencias de cada una y apuntaba en el registro las que comenzaban a agotarse. Esa era una de sus tareas como ayudante de enfermería. Estaba en una pequeña sala que hacía de almacén y desde fuera llegaban las quejas ruidosas de una gryffindor que había llegado aquella tarde. Yoohyeon suspiró y cerró los ojos buscando algo de paciencia. Era común que después de un partido de quidditch apareciera más de un jugador por la puerta, a veces con lesiones muy graves. Por suerte no era el caso de aquella chica pero aún así era más ruidosa que otros en peor situación. Echó un vistazo a la amplia estancia donde estaban todas las camillas para comprobar que no había ningún problema. No era la primera vez que tenía que vigilar a Bora. La capitana del equipo de gryffindor era conocida por sus jugadas arriesgadas que a veces la enviaban allí a ella y a otros. Ya sabía lo problemática que podía llegar a ser por lo que no se fiaba de dejarla sola por mucho tiempo. Abrió los ojos de par en par al ver que la chica gryffindor intentaba levantarse de la cama.

-¡No, no, no!

Yoohyeon corrió hacia ella para impedírselo. -No puedes moverte todavía. La fractura aún no se ha sellado del todo.

-Necesito ir al baño.

Yoohyeon se agachó y buscó algo bajo la cama. Le ofreció un orinal de metal algo abollado llevando rubor en las mejillas. La mirada que le lanzó la chica al instante podría haberla matado.

-Ni de broma.

-Entonces aguanta hasta que la señora White te diga que puedes marcharte.

-Llevo horas aquí y ya no puedo más. No me duele nada, estoy bien -se señaló la pierna que a primera vista tenía un aspecto normal. -No creo que pase nada porque de cuatro pasos hasta el baño.

Yoohyeon tomó aire intentando ser comprensiva con la situación de la chica y dejando pasar su tono de desdén. Aun así no podía permitirle moverse bajo ningún concepto. Llevaba la tibia rota y no debía ponerse en pie hasta que la enfermera le diera el visto bueno.

-No sientes dolor porque has tomado un analgésico muy fuerte pero la lesión sigue ahí. Por favor, ten paciencia. No creo que necesites mucho más tiempo, en un par de horas podrás volver a caminar.

La más alta la ayudó a tumbarse y con una última advertencia volvió a su inventario. Sin embargo, Bora hizo o