Bora estaba al frente de todo su equipo esperando a que llegase el momento de saltar al terreno de juego. Sentía los típicos nervios en el estómago antes de un partido. Esta vez la emoción era mayor porque su oponente era slytherin. Sus nudillos se volvieron blancos al sujetar con más fuerza el mango de su escoba. Una sonrisa decidida curvaba sus labios. Oyeron la orden del árbitro y por fin se pusieron en marcha. Alzaron el vuelo y el público comenzó a vitorear. No podía negar que le encantaba esa parte. Los ánimos de la gente le llenaban el estómago de mariposas. Se fijó en la grada de hufflepuff, al no estar tan llena como las de gryffindor y slytherin pudo distinguir a Siyeon con facilidad. Quiso lucirse y al pasar muy cerca del público hizo una pirueta con la escoba que arrancó más de un grito de asombro. Buscó la cara de la chica en cuanto pudo volver a fijar la vista en algo, Siyeon parecía sorprendida y Bora se sintió orgullosa. 

Fue al centro del campo y se colocó en su posición esperando el pitido que daría comienzo al partido. Entonces se encontró cara a cara con Minji Sayre. Las dos se miraron fríamente. Su rivalidad era conocida en toda la escuela. Muchos estudiantes de otras casas acudían a los partidos entre los dos equipos porque sabían que el espectáculo estaba asegurado con ellas dos. Ambas tenían la misma edad y entraron en sus equipos a la vez, en segundo curso. Se enemistaron desde el principio y con el paso de los años su rivalidad solo creció. También habían conseguido el puesto de capitana el mismo año. Aquello había sido la gota que colmó el vaso y desde entonces ambos equipos se habían contagiado de esa competición no siempre sana que había motivado a las dos chicas desde el principio. La vio sonreír en la distancia y le entraron ganas de borrarle la sonrisa con una bludger, ese pensamiento le hizo asegurar el agarre de su bate de golpeador inconscientemente. El árbitro soltó la snitch dorada y esta revoloteó en su cara por un instante. No se molestó ni en mirarla porque seguía ocupada lanzándole puñales con los ojos a Minji. Además, no era ella la que debía preocuparse de la snitch, ése era el trabajo de su hermana pequeña. Gahyeon era la buscadora de gryffindor. Un pitido resonó en todo el campo y el juego comenzó. 

Al cabo de dos horas el partido se había complicado para gryffindor. El juego cada vez era más sucio lo que había supuesto la lesión de su guardián, así que estaban en desventaja numérica. Slytherin solo necesitaba marcar otro tanto más para superar la diferencia de 150 puntos entre ambos marcadores. Eso significaba que, llegado el caso, aunque Gahyeon atrapase la snitch Gryffindor perdería. Bora se sentía impotente viendo como sus compañeros trataban de defender los aros a la vez que intentaban avanzar y marcar. Sin un guardián defendiendo slytherin lo tenía fácil. Quería ayudarles pero su trabajo ya era lo suficientemente difícil sin más distracciones. Golpeó una bludger que iba directa hacia Gahyeon y la envió hacia el campo contrario mientras maldecía. 
Volvió su atención al juego de sus compañeros y vio que Minji se acercaba peligrosamente a los aros con el quaffle bajo el brazo. Estaba esquivando a todos los cazadores con habilidad y si nadie lograba pararla conseguiría esos 10 puntos que acabarían con las posibilidades de triunfo de gryffindor. Bora apretó los dientes y se impulsó hacia adelante, forzando su escoba al máximo de su velocidad. El viento helado que castigaba su cara le molestaba pero aun así sus ojos ni siqu