Capitulo 8

Date un respiro. (TaenyVer)
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Los padres de Taeyeon  vivían a un tiro de piedra de la playa, en West Wittering, al sur de Chichester. El sábado siguiente, Taeyeon recogió a Sunny  fueron a buscar a los niños a casa de Arun sobre las nueve y media. El temprano sol de octubre se abría paso por entre las nubes cuando tomaron la A27 a lo largo de la costa sur.

 

—¿Falta mucho? —la voz de James llegó desde la parte trasera del coche.

 

Taeyeon lanzó una mirada al reloj del salpicadero.

 

—Aún no tienes permiso para preguntarlo, ¿recuerdas? Todavía no son las once, faltan diez minutos.

 

—Tae, tengo hambre.

 

—Yo también —chilló Cissie.

 

Empezó a patalear e incrustó los pies en el respaldo del asiento de Sunny. Sunny hurgó en la bolsa de plástico que tenía a sus pies

 

—Cissie, si sacas tus patas de mis riñones, te daré unas patatas fritas.

 

—¿Dónde tienes los riñones, Sunny? —quiso saber James

—En estos momentos, justo al final de los pies de Cissie. —Sunny alargó la mano por detrás de su asiento y bajó los pies de Cissie—. ¿De cóctel de gambas o de barbacoa?

 

—¡Palitos! —exclamó Cissie.

 

—No —dijo Sunny con paciencia—. Patatas.

 

Le dio una bolsa a James y abrió otra para Cissie. James apretó la suya con las palmas de las manos para abrirla. La bolsa se reventó y las patatas le cayeron en un montoncito sobre las rodillas. Cissie soltó una risita y empezó a toser cuando se atragantó con un trozo de patata. Sunny se giró en su asiento.

 

—¿Estas bien, Cis? —Cissie logró desatascar la patata y sacó la lengua para enseñársela a Sunny—. Muy bien —le dijo Sunny—. No queremos pasarnos el día en el hospital. —Miró a James, que tranquilamente iba llevándose a la boca las patatas que habían caído en su regazo—. ¡Bonito desastre, Jimbo! —le dijo.

Él le lanzó una sonrisa.

 

—Estoy de picnic.

 

—Yo también.


 

Cissie levantó la bolsa bien alto y la puso boca abajo. Volcó todo el contenido sobre su falda y llenó de migas el asiento y el suelo del coche. Sunny puso los ojos en blanco y volvió a girarse para quedar sentada mirando al frente.

Se hizo un silencio en el coche mientras ellos masticaban. Tae, por inercia, miró el reloj y se preguntó por enésima vez aquella semana que estaría haciendo Tiffany. Un sábado por la mañana a aquellas horas, lo más probable era que se quedara durmiendo con su novio hasta tarde. Su pecho se movió con gran esfuerzo mientras llenaba de aire sus pulmones, frustrada. Pensar en ella le dolía. Soltó el aire haciendo ruido. Sunny la miro.

 

—¿Qué?

 

Taeyeon negó con la cabeza, sin apartar los ojos de la carretera.

 

—Nada.

 

—¡Venga! ¡Nada! —Sunny la miró con paciencia—. ¿Vas explicarme que pasó el sábado por la noche?

 

Taeyeon alargó el cuello para mirar por el retrovisor lo que estaban haciendo los niños.

 

—No es el mejor momento, ¿no? Además, ya sabes todo que hay que saber. —Después, sonrió con malicia a pesar de su mal humor y bajó la voz—: Excepto los detalles morbosos, claro. Y ya puedes esperar sentada...

 

Sunny sonrió y después dijo:

 

—¡Quien se lo hubiera imaginado! ¡Tiffany!

Taeyeon se burló.

 

—Estaba jugando, eso es todo. Estaba llevando a cabo un pequeño experimento, por lo que yo sé. Ojalá hubiera elegido a otra persona para sus juegos.

 

—Bueno, la verdad es que tú se lo pusiste en bandeja, ¿no? Quiero decir, después de la fiesta.

Tae chasqueó la lengua al acordarse de aquello.

 

—Sí, de acuerdo. No me lo refriegues por las narices.

 

—Además, ¿preferirías que no hubiera pasado? —Sunny intentó salvar algo de todo aquello—. Es mejor haber amado y haber perdido... Tuvo que ser muy excitante.

Taeyeon asintió.

 

—Sí que lo fue. —Se recordó tumbada entre los brazos de Tiffany después de hacer el amor. Aquellos brazos adorables, suaves y fuertes. Borró la imagen de su mente, aunque con alguna reticencia—. Cambiemos de tema. ¿Has visto a Henry esta semana?

 

Sunny negó con la cabeza.

 

—No, por el momento ha cesado todo contacto.

 

—¿Sirve de algo? ¿Lo echas de menos?

 

Sunny soltó una risita y se removió en el asiento.

 

—Una parte de mí sí que lo echa de menos.

Tae se rió.

 

—¿Eso es todo? ¿Solo echas de menos el o?

Sunny suspiró ruidosamente.

 

—Es que era muy bueno en la cama. —Siempre se mostraba demasiado tímida a la hora de admitir cualquier dependencia—. ¡Oh! No lo sé —dijo—. Sí, lo echo de menos. Normalmente no nos veíamos cada día, pero, no sé, siempre estaba al alcance de la mano, metafóricamente hablando, claro —se rió—. Siempre está cuando lo necesito. Ya sabes a qué me refiero.

 

—Sí.

 

—Se me hace raro no tenerlo ahí cuando quiero.

 

—Tu abstinencia es autoimpuesta —le recordó Tae con sequedad.

 

—No he sido yo quien ha impuesto las condiciones sobre las que él quiere establecer nuestra relación — replicó Sunny—. Así que tendrá que ser de este modo. Tengo que poner orden en mis pensamientos.

Taeyeon, para sus adentros, pensó que todo aquello no era más que un ejercicio intelectual. No podía imaginarse a Sunny asumiendo el papel de madre, pero no dijo nada.

 

—¿Falta mucho para llegar? —preguntó James y estiró el cuello para mirar por la ventanilla.

 

—Dos minutos —le dijo Tae—. Pronto verás el mar.

 

Entraron en el caminito que llevaba a un gran bungalow blanco y condujeron hasta el parterre que había enfrente de la puerta principal. Todos se apresuraron a bajar del coche y los niños corrieron hacia un lado de la casa. Taeyeon y Sunny los siguieron. Una larga escalera de mano estaba apoyada en uno de los perales del huerto y la madre de Taeyeon les gritó desde dentro del espeso follaje.

 

—¡Hola, chicos!

 

—¡Abuelita! ¡Ya hemos llegado!

Cissie y James miraron detenidamente hacia arriba. James se agarró a la escalera y puso el pie en el travesaño inferior.

 

—¿Podemos subir?

 

—No, mejor que no. Su padre me matará si se rompen el cuello. ¡Ya bajo!

 

Esperaron mientras la madre de Taeyeon bajaba la escalera con cuidado, entorpecida por la gran bolsa de lona llena de peras que llevaba colgada de los hombros.

 

—¿Quién quiere una pera recién arrancada del árbol? ¡Dios mío, James, has crecido quince centímetros! ¿Qué te da tú padre para comer?

 

Llegó abajo, se quitó la bolsa la espalda y se giró para abrazar a los niños. Taeyeon y Sunny los miraban.

 

—Tu madre —le murmuró Sunny a Taeyeon— tiene un asombroso sentido del gusto para la ropa.

 

Taeyeon se rió. El pelo canoso de su madre asomaba por debajo de una gorra de beisbol de color violeta.

Llevaba una sudadera negra, unos pantalones cortos de ciclista violetas y calcetines gruesos, también violetas, que se le arrugaban sobre las espinillas. Completaba su atuendo con unas botas verdes de montaña. Se separó de los niños y avanzó con los brazos abiertos hacia Taeyeon y Sunny.

 

—Sunny, guapa, no sabía que venías —la abrazó  y se giró hacia Taeyeon—. Hola, cariño. ¿Te gustan mis botas? —miró hacia abajo—. Son holandesas: las llaman Dike Walkers

9. Estuve a punto de comprarte unas para ti.

Taeyon la abrazó con fuerza.

 

—Hola, mamá —y le dio un fuerte beso en la mejilla— Tienes buen aspecto.

Daisy se rió y agarró a los niños de la mano.

 

—Venga. Vamos a buscar a Pop. Está ocupándose de las abejas.

Mientras daban la vuelta a la casa, vieron una primera imagen del padre de Taeyeon al fondo del jardín, ataviado con un mono blanco, entre una docena de colmenas que se repartían por los arbustos. Cuando los vio, los saludó con la mano y se acercó para encontrarse con Cissie y James, que habían salido corriendo hacia él. Levantó a Cissie en el aire y le dio una voltereta que la hizo gritar de alegría.

 

—Hola, preciosa. —Después se agachó hacia James y lo besó en la mejilla—. Eres justo la persona que necesito. Estoy arreglando las rejillas para ratones. ¿Quieres ayudarme?

La cara de James se iluminó.

 

—Si, por favor. ¿Qué son las rejillas para ratones?

Pop se puso de pie, le dio la mano a James y empezó a andar hacia las tres mujeres, que bajaban por el jardín.

 

—En otoño los ratones empiezan a buscar lugares calentitos donde pasar el invierno. Las colmenas de abejas pueden ser nidos muy acogedores, de manera que tengo que poner rejillas en las puertas de las colmenas para que no entren los ratones.

 

—¡Yo ayudo! —gritó Cissie.

 

Se reunieron con los demás y Pop abrazó a Taeyeon y a Sunny. Daisy se puso en cuclillas al lado de Cissie y le dijo al oído:

 

—Tengo un trabajo especial para ti. —Los ojos de Cissie se abrieron y se le olvidó lo de las rejillas para ratones. Daisy siguió susurrándole—: Tengo que poner etiquetas en todas las jarras de miel que el abuelito ha sacado de sus panales. ¿Me ayudarás? —Cissie asintió y Daisy volvió a ponerse de pie—. Pero antes quiero enseñarle algo a Tae.

Pop y James volvieron al jardín y Daisy le dio la mano a Cissie mientras hacía señas a Sunny y a Tae para que las siguieran. Las llevó al garaje de dos plazas que había a un lado de la casa y las hizo subir por las escaleras de madera hasta la buhardilla.

 

—¡Guau, mamá! —Tae miró a su alrededor. La buhardilla del garaje se había transformado en un estudio con grandes tragaluces en el tejado orientado hacia el norte—. ¿Cuándo lo han hecho?

Daisy parecía muy contenta de sí misma.

 

—Venid a ver esto. —Atravesó la buhardilla y abrió un gran armario. Los estantes estaban llenos de velas de todos los colores, tamaños y formas. Daisy sacó una—. ¿Qué te parece? —Se la dio a Tae.

Sunny se asomó y se rió. Taeyeon se quedó mirando.

 

—¡Mamá!

 

La vela era una figura de dos mujeres tumbadas una junto a la otra y las mechas sobresalían de los pechos de cada una. Taeyeon soltó una carcajada:

 

—No sé decirte si me parece increíblemente bella o descaradamente vulgar.

 

—¿La has hecho tú? —preguntó Sunny.

Daisy asintió.

 

—Con la cera de las abejas. Inteligente, ¿verdad? —Volvió a dejarla en el estante—. ¿Creés que se venderán?

 

—De eso estoy segura —le dijo Tae.

 

—Pueden ser un buen regalo de Navidad —comentó —. Si encuentras un buen mercado, se venderán como churros.

 

—Aunque no creo que te las compren en la tienda del pueblo.

 

—No, seguro que no —reconoció Daisy—. Claro que eso haría que los vecinos empezaran a espabilarse. Pero, mira, no todo son mujeres —añadió, y sacó otra alegremente— ¿Qué les parece esta? —Era un pene erecto con una mecha en la punta. Taeyeon y Sunny lo observaron—. Bueno, por lo menos tiene forma de vela —dijo Daisy secamente.

 

—¡Quiero ver! ¡Quiero ver! —berreó Cissie empujando entre sus piernas.

 

—Hum. Mejor que no. —Daisy guardó la vela.

 

—¿Las ha visto papa?

Taeyeon estiró el cuello para mirar dentro del armario, por encima del hombro de su madre. Daisy se rió.

 

—No. Aún no. Sabe que estoy haciendo velas.

 

—¿Vas a enseñárselas?

 

—Claro.

 

—¿A qué se debe este repentino interés por la erótica, mamá?

 

Tae le sonrió y le pasó un brazo por los hombros

 

—Cariño, el interés por la erótica no tiene por qué ser una exclusiva de mi descendencia lésbica.

 

—Mamá, mi experiencia erótica en estos momentos está tristemente llena de carencias.

Daisy la besó en la mejilla.

 

—Me ha parecido que estabas bastante paliducha. Necesitas una buena mujer, cariño.

Sunny soltó una risotada.

 

—Hace todo lo que puede.

Taeyeon chasqueó la lengua.

 

—No empiecen su burla contra mí.

Daisy la volvió a besar.

 

—Sí, no queremos que te pongas de mal humor. —Cerró el armario con firmeza—. Venga. Vamos a enganchar esas etiquetas y después comeremos. He pensado que esta tarde podemos sacar las canoas.

Hace muy buen día. ¿A ti que te parece, Cissie?

 

—Sí, sí, sí.

Cissie saltaba arriba y abajo. Daisy la tomó en brazos, se la apoyó sobre la cadera y bajaron las escaleras.

Más tarde, se encontraban sentadas en la playa, relajándose al sol, con las canoas sobre la arena. Sunny se había ofrecido para acompañar a James y a Cissie al lavabo. Daisy estaba tumbada boca arriba, con los ojos cerrados ante el pálido sol.

 

—Leí tu artículo sobre madres solteras.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 12: No no no mejor que no se acerque más a Tiff vv :@
Rossetlar
#2
Chapter 12: bueno, esto indudablemente iba a pasar y hay que entender como se siente Tae
KazKaz18 #3
Chapter 11: Ojalá Tae no se acueste con esa tipa..... Vamos Fany ponte los pantalones
LlamaAmerica #4
Chapter 11: Si tae se llega a revolcar con esa tipa mejor que ya ni se acerque a Tiff :@
Joselyne300 #5
Chapter 11: I only call you when it's half past five
The only time that I'll be by your side
Rossetlar
#6
-pasanding por aquí-
Skyth06
#7
Chapter 11: Por un lado entiendo a tae
spaceandsol #8
Chapter 11: Me encanta ?
KazKaz18 #9
Chapter 10: Oh que reconexion :) que rico que vuelvas :)
LlamaAmerica #10
Chapter 10: Waaaaaah cuanto tiempo tuve que volverla a leer xd
Pero gracias por seguir!!!! Actualiza pronto!!!