Capitulo 11

Date un respiro. (TaenyVer)
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Había nevado dos semanas antes y hacía un frío atroz. Era hora punta y los andenes de la estación estaban repletos de gente: los trenes eran un caos por los problemas con la nieve. En la estación de Charing Cross, Taeyeon tuvo que luchar contra la multitud de los viernes que miraba los paneles informativos, a la espera de que anunciaran sus trenes. Se alegraba de ir al centro en vez de intentar volver a casa.

 

Lanzó un suspiro de alivio cuando salió al frío aire de la tarde y cruzó el Strand para atajar hacia Charing Cross Road. Se subió la bufanda negra para taparse la barbilla y hundió las manos en los bolsillos, animándose por momentos: solo faltaban diez días para Navidad. Las luces estaban encendidas y había árboles navideños resplandecientes de colores; la gente corría de un lado a otro cargando con sus compras.

 

A Taeyeon le encantaba aquella época del año, a pesar de lo terriblemente comercializada que estaba: las tiendas hacían el negocio del año en un solo mes. Solía pensar que el acontecimiento en sí nunca estaba a la altura de las dos semanas de nervios previos, pero no le importaba. Había algo especial en los días de antes de Navidad. Todos olvidaban sus preocupaciones, llevados por el febril espíritu navideño, y se divertían como si fuera el último día.

 

Y para rematar había nieve. Las calles de la ciudad estaban limpias y la nieve sucia y medio derretida se apilaba en las alcantarillas, pero, sobre las aceras y en las plazas por las que no pasaban coches, quedaba nieve y eso se sumaba a su buen humor. Metió una moneda de una libra en la hucha de un grupo de jóvenes que cantaban villancicos cerca de la entrada de metro de Leicester Square y esquivó el tráfico para cruzar la calle con la conmovedora melodía de Noche de Paz siguiéndola.

 

Llegó a la zona peatonal de Gerrard Street. Parecía muy animada, llena de restaurantes chinos, charcuterías, vinaterías, tiendas de comida... Estaba exultante de luz y color. Siempre había espectáculos callejeros. Un joven estaba subido a una caja naranja, inmóvil. Llevaba frac, chistera negra y guantes blancos. Tenía la cara pintada de blanco y escondía los ojos detrás de unas gafas de sol. A primera vista parecía un maniquí inanimado. Dos niños pequeños estaban parados delante de él y chillaron cuando se

dieron cuenta de que había movido la cabeza casi imperceptiblemente para mirarlos, aunque no le pudieran ver los ojos detrás de las gafas oscuras. Taeyeon pasó por al lado de una mujer china que hacia un espectáculo individual: se movía a sacudidas al son de un monólogo en chino. Más allá, un hombre subido en un monociclo hacía malabarismos con teas encendidas. Un tendero con un delantal blanco almidonado salió corriendo de una de las tiendas de alimentos armado con un extintor. Hablaba atropelladamente en chino mientras blandía el extintor en dirección al malabarista. La gente que estaba

alrededor se rió de sus payasadas. A medio camino, Taeyeon llegó a una pequeña panadería china y se apresuró a entrar en el establecimiento, mirando con culpabilidad el reloj. Llegaba tarde. Sunny estaba sentada en una mesa de la esquina estudiando la carta, rodeada de bolsas con sus compras: Harrods, Hamleys, Benetton. Levantó la mirada

cuando Taeyeon separó la silla de la mesa.

 

—Llegas tarde —le dijo sin alterarse.

—Lo sé. Lo siento, cariño. —Taeyeon se inclinó hacia delante y apoyó los labios en la mejilla de Sunny, haciendo sonar varios besos para compensarla por su delito—. He tenido que esperar media hora a que viniera un tren. Esta mañana se habían helado las agujas y los trenes estaban tirados por todas partes.

Sunny gruñó y aceptó la excusa. Le tendió la carta a Josie.

 

—¿Qué vas a tomar?

Taeyeon se quitó el abrigo de los hombros de manera que quedó colgando del respaldo de su silla.

 

—Café. Y uno de esos riquísimos pasteles de arroz y miel.

Pidieron y Taeyeon miró dentro de las bolsas de Sunn.

 

—Eres muy organizada. Yo aún no he comprado ningún regalo.

 

—Me las he arreglado para tener la tarde libre —dijo Sunny—, así que lo he hecho todo de un tirón. — Agarró una de las bolsas de Harrods mientras Taeyeon intentaba abrirla para mirar—. No seas curiosa. No puedes mirar dentro. ¡Dios mío, me he gastado una fortuna! Tendría que hacer una lista y ajustarme a ella. El mes que viene, cuando tenga que pagarlo todo, estaré en bancarrota.

Les trajeron los cafés y las pastas, y empezaron a merendar.

 

—Esto es muy civilizado —comentó Sunny—. ¿Por qué no hemos quedado en el pub?

 

—Después voy a la fiesta de Navidad de Érica —contestó Tae—. Si empiezo a beber a las cinco de la tarde, a las diez ya estaré como una cuba.

Érica era la agente de Tae. Tenía el despacho justo en la esquina, en la avenida Shaftesbury.

 

—Acabarás como una cuba de todos modos. Es lo que siempre te pasa en sus fiestas.

Taeyeon se rió.

 

—Bueno, pensé que podía empezar con los buenos propósitos.

 

—Y después dejar que todo se vaya al traste. —Sunny se percató de los ojos brillantes y del aspecto saludable que Taeyeon traía del aire frío de la calle—. Se te ve feliz. Más que últimamente —recalcó—. Y eso que no te he visto mucho.

 

—Sí, lo sé. —Encajó bien la crítica.

 

— ¿Cómo te va? —le preguntó Sunny—. ¿Es una aventura? —Y entonces recordó algo—. ¡Eh! ¿Te acordaste de decirle a Tiffany que me llamara?

Taeyeon asintió.

 

—Sí, se lo dije.

Sunny chasqueó la lengua con impaciencia.

—Le he dejado como seis mensajes en el contestador las últimas semanas y no me ha llamado ni una vez.

Taeyeon negó con la cabeza y puso cara de no tener ni idea del tema.

 

—A mí no me preguntes.

 

—¿Qué pasa? Desde que estáis juntas ni la he visto ni he sabido nada de ella.

Taeyeon pareció entristecerse.

 

—Eso es lo que quiero decir. No me preguntes.

Sunny empezó a captar algo y la miró fijamente.

 

—Así pues, ¿cómo va?

Taeyeon se encogió de hombros y soltó una risita mientras volvía a decir:

 

—No me preguntes.

 

—No, en serio. ¿Sigues viéndola?

Taeyeon se puso seria.

 

—Sí, bueno, la vi el fin de semana pasado. —Había un innegable sarcasmo en su tono mientras continuaba—: El fin de semana anterior no la vi porque yo iba a una fiesta a la que no quiso venir y ella iba a una cena a la que no me invitó.

 

—Parece una relación divertida —comentó Sunny—. Estás enfadada, ¿verdad?

Taeyeon hizo una mueca.

 

—No lo sé. Pero sé que no puedo seguir así. Es demasiado frustrante, deprimente y agobiante. —Se inclinó hacia delante—. Ni siquiera me he molestado en comentarle si quería acompañarme hoy a la fiesta de Érica.

 

—Porque no hubiera ido —Sunny completó la frase.

 

—No, no hubiera querido venir.

Sunny se quedó callada por unos momentos.

 

—Es raro, Tae.

 

—Lo sé.

 

—¿Lo habéis hablado?

Taeyeon se rió desdeñosamente.

 

—No es que yo no quiera. Es ella quien no quiere, Sunny. Hace que parezca que la presiono, que estoy intentando hacerla emitir una declaración oficial sobre nosotras.

 

Sunny frunció el entrecejo.

 

—Pues ya va siendo hora de que emita una declaración oficial de algún tipo. Creo que me evita porque supone que se algo de lo que hay entre vosotras.

 

Taeyeon estuvo de acuerdo.

 

—Seguramente tienes razón. Tendría que admitir abiertamente que hay algo.

 

Sunny se hurgó los dientes con un palillo, sonriendo malévola.

 

—¿Sabes qué voy a hacer? Voy a ir a su casa. En vez de dejarle mensajes en el contestador, me pasaré a verla.

 

Taeyeon se rió de la expresión de Sunny.

 

—Y entonces le diré, como por casualidad, algo del tipo: «¿Cómo van las cosas entre tú y Taeyeon?» o «¿Sigues viendo a Taeyeon?», y veré cómo reacciona.

 

La idea de que Sunny  hiciera algo como por casualidad era totalmente opuesta a su personalidad y Taeyeon se rió, pero no intentó disuadir.

 

—Si intenta negarlo todo... —empezó Sunny.

Taeyeon no quiso escuchar el resto.

 

—Ya me dirás lo que cuenta. Tengo curiosidad, si más no.

 

—¿Aún te gusta?

 

—Sunny, me parece irresistible.

 

Sunny no dijo nada y Josie continuó.

 

—Pero esto no me sienta bien. Yo soy mujer de una sola mujer y ella es lo bastante mayor como para saber lo que quiere. Sin embargo, no se compromete. Quiere la guinda pero no quiere el pastel. Juniel intentó hablar conmigo hace un par de semanas y desde entonces he estado pensándolo. Creo que es muy insegura, Tiffany, quiero decir.

 

Las cejas de Sunny se arquearon.

 

—¿Tiffany? ¿Insegura?

—Si —Taeyeon fue absolutamente rotunda—. Creo que toda esa fachada de dureza esconde una debilidad de carácter.

 

—¡Caray! Son palabras mayores.

—Sí, puede —Tae no sentía remordimientos—, pero creo que es verdad —dijo sencillamente.

 

—¿Y aun así sigue gustándote? —Sunny estaba un poco desconcertada.

 

Taeyeonse encogió de hombros.

 

—Nadie es perfecto. La cuestión es si puedes vivir con sus defectos... —dejó el pensamiento en el aire.

 

—O vivir con sus normas —añadió Sunny de forma significativa, pero le pareció que el tono de la conversación ya era demasiado trascendente y no le gustaba que Taeyeon estuviera triste—. Muy bien —dijo con firmeza. Puso voz de pueblerino palurdo y le hizo un guiño exagerado a Taeyeon—. Llegaré al fondo del asunto, nena. Tú no te preocupes. —Se acabó el café de un trago y cambió de tema—. Por cierto, ¿cómo es que Juniel sigue en tu piso? Creía que se iba a vivir con Lou.

 

—Así es. Se va el domingo.

 

—La vas a echar de menos.

 

Taeyeon asintió.

 

—Lo sé.

 

—¿Has puesto anuncios para buscar a otra persona?

 

Taeyeon negó con la cabeza.

 

—Aún no. Es un rollo. Los posibles inquilinos vienen a ver la casa y tienes diez minutos para decidir si puedes pasarte los próximos meses o años viviendo con ellos.

 

—Pon un periodo de prueba —sugirió Sunny—. Un mes o así.

 

—¡Oh, Dios! — Taeyeon podía imaginarse la escena—. Sería muy embarazoso tener que poner de patitas en la calle a alguien.

 

Sunny se rió y puso voz chillona.

 

—La próxima vez que tenga que desatascar el desagüe después de que te afeites las piernas...

 

Taeyeon lanzó una carcajada y levantó la voz, de buen humor.

 

—Y en lo que respecta a tus hábitos uales, nada me gustaría más que saber cómo lo has hecho para arrancar de cuajo el portalámparas del techo.

 

Sunny soltó una gran risotada.

 

—Muy bien —dijo ya en tono normal—, pues no pongas un periodo de prueba. Haz esto: cuando vaya alguien a tu piso, os sentáis a tomar un café y habláis un rato. Descarta a los que te parezcan aburridos, egoístas, demasiado conservadores y, en tu caso, a los homófobos acérrimos.

 

Taeyeon sonrió. Ruth podía hacer eso sin ninguna piedad.

 

—En ese sentido yo soy un caso desesperado —dijo—. A primera vista, me gusta todo el mundo.

 

—Pues ya estaré yo allí cuando venga la gente, si quieres —se ofreció Sunny.

 

—¿Lo harías?

 

—Si —entonces Sunny golpeó la mesa con la punta del dedo mientras hablaba—, pero tienes que espabilar. Primero has de poner anuncios.

 

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 12: No no no mejor que no se acerque más a Tiff vv :@
Rossetlar
#2
Chapter 12: bueno, esto indudablemente iba a pasar y hay que entender como se siente Tae
KazKaz18 #3
Chapter 11: Ojalá Tae no se acueste con esa tipa..... Vamos Fany ponte los pantalones
LlamaAmerica #4
Chapter 11: Si tae se llega a revolcar con esa tipa mejor que ya ni se acerque a Tiff :@
Joselyne300 #5
Chapter 11: I only call you when it's half past five
The only time that I'll be by your side
Rossetlar
#6
-pasanding por aquí-
Skyth06
#7
Chapter 11: Por un lado entiendo a tae
spaceandsol #8
Chapter 11: Me encanta ?
KazKaz18 #9
Chapter 10: Oh que reconexion :) que rico que vuelvas :)
LlamaAmerica #10
Chapter 10: Waaaaaah cuanto tiempo tuve que volverla a leer xd
Pero gracias por seguir!!!! Actualiza pronto!!!