Capitulo 10

Date un respiro. (TaenyVer)
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Taeyeon se quitó las gafas y se frotó los ojos. No se había dado cuenta de que, mientras trabajaba, la habitación se iba quedado a oscuras. Prácticamente ya estaban en diciembre. Solo faltaban tres semanas para el día más corto del año y a las cuatro ya casi era de noche. Además, el tiempo no ayudaba: había llovido toda la tarde y las nubes bajas eran como una mortaja gris que oscurecía la luz. Se echó hacia delante para encender la lámpara del escritorio y volvió a sentarse para leer las notas que acababa de

imprimir.

 

La semana anterior la había telefoneado una mujer llamada Sheila Emmett, que se ofreció a contarle una historia para su libro. Taeyeon fue hasta Suffolk para verla. Era uno de esos pueblecitos que se extienden a lo largo de una carretera local y que cruzas en coche en medio minuto, sin apenas darte cuenta de que has

entrado y has salido de una comunidad de vidas.

 

Sheila pasaba de los cuarenta años. Era geóloga y trabajaba para una compañía de aguas. Tenía un hijo de once años que vivía con ella, su hija estaba en la universidad y su ex marido vivía cerca de Stowmarket. La ruptura del matrimonio hacía tres años había sido bastante amistosa. Su marido no puso ninguna objeción a que ella se quedara con la custodia del niño y le pasaba una generosa paga de manutención para que su hija fuera a la universidad. Un par de veces al mes el niño se quedaba en casa de su padre.

 

Sheila reconoció ante Taeyeon que, cuando aún estaba casada, había tenido una aventura con una mujer que conoció en el trabajo.

 

—No duró mucho —dijo—. Unos dos meses. Era demasiado complicado. ¿Te imaginas tener una aventura cuando tienes un trabajo a jornada completa, dos hijos y una casa de la que encargarte? —Sheila se rió— Sencillamente no tenía tiempo y, si he de ser sincera, no fue hasta después de que todo se acabara que empecé a verlo como una aventura. Mientras duró, lo veía como una amistad, si bien era una

amistad bastante especial y, supongo, una manera de escapar.

 

Sheila se levantó para cerrar la ventana del invernadero. Estaban sentadas en una mesita, rodeadas por las hojas de variados colores de docenas de plantas.

 

—De hecho —dijo—, todo el asunto fue como un catalizador para mí. Me cambió la vida. Yo, por entonces, no me consideraba lesbiana —se apresuró a explicarse, en respuesta a la mirada interrogante de Taeyeon—. En aquella época, la aventura me parecía una prolongación de nuestra amistad. Todo era tan espontáneo ¡y tan excitante! Probar la fruta prohibida. Perdona la expresión.

Taeyeon sonrió.

 

—Después de que se acabara —prosiguió Sheila— fue cuando empecé a afrontar las cosas, a verlo tal y como había sido y a pensar en por qué había sucedido. Fue una época muy extraña para mí. Siempre había creído que mi vida ya estaba planificada: la boda, el trabajo, los dos niños. Pero después de aquella historia era como volver a mirarlo todo de nuevo.

 

Afronté el hecho de que mi marido ya no me parecía atractivo físicamente y que hacía mucho tiempo de eso. Después, me encontré observando a los hombres en el trabajo y por la calle. ¡Incluso a los amigos que venían a casa a cenar! Y entonces me di cuenta de que no me interesaban, de que ya no quería un hombre.

 

No diría que fue una revelación súbita, más bien fue como un lento despertar. Al mismo tiempo, me obligue a analizar los sentimientos que había tenido a lo largo de los años hacia determinadas amigas mías y tuve que reconocer ante mí misma que, en más de una ocasión, aquellos sentimientos se mezclaban con una cierta atracción que iba más allá de la amistad.

 

Fue una época extraña para mí —repitió—. Fue como si durante un tiempo entrará en un estado de hibernación mental y mi conciencia fuera liberándose lentamente. Cuando desperté —ni siquiera sé cuándo fue, qué día, qué semana—, de golpe, era una persona nueva. Quería cosas diferentes. No se lo dije a nadie, al menos durante un tiempo. No se lo dije a nadie de mi familia.

 

—¿Tus hijos lo saben? —preguntó Taeyeon.

Sheila asintió ligeramente.

 

—Sí, ahora sí que lo saben, pero detrás hay toda una historia. —Se detuvo un momento y se preguntó por dónde debía empezar—. Ahora tengo una relación. Jane y nos conocimos un año después de que se acabara mi matrimonio, pero seguí sin decírselo a mi familia. Para Steven, mi hijo, ella era solo una amiga y, para ser sincera, solo hubiera sido necesario decírselo a todo el mundo cuando Jane y yo hubiéramos decidido que queríamos vivir juntas. El día se acercaba, pero el padre de Steven se adelantó

bastante a mis intenciones de explicárselo a nuestros hijos a mi modo.

Sheila lanzó una mirada a Taeyeon, mientras seguía con la explicación.

 

—Hará unas seis semanas encontró una carta de Jane. Había traído a Steven a casa el domingo por la tarde. Yo había salido, así que tuvo que esperar a que yo volviera para poder irse. Jane me había dejado una carta en el aparador de la cocina, como suele hacerse, y él la leyó. No tenía ningún derecho a hacerlo, por supuesto. Jane no era muy dada a escribir cartas de amor emotivas, pero habíamos tenido una discusión bastante seria y yo le dije que quizá teníamos que acabar con la relación.

 

»No es que yo quisiera cortar, pero creía que ella sí que quería. —Sacudió la cabeza con fuerza,cortando aquel hilo de pensamientos—. En cualquier caso, para abreviar, resulta que yo lo había entendido todo al revés y Jane me escribió una larga carta explicándole lo que había sucedido. Al final, era bastante explícita, hablaba de lo mucho que me quería y comentaba los buenos momentos que habíamos pasado juntas. —Sheila se rió—. Era bastante subida de tono y me burlé de eso. Sin embargo —y volvió a ponerse seria—, el padre de Steven la leyó toda y se puso hecho una furia. Verás, yo no le

había explicado que era lesbiana.


 

Llegué casa a las cuatro y él no se fue hasta las siete: gritó y despotricó, me acusó de los crímenes más ersos habidos y por haber y, lo peor de todo, es que no

podía dejar de hablar a gritos. Siguió amenazándome con llevarse a Steven, pero al final conseguí convencerlo de que no lo hiciera.

 

»Steven estaba en la habitación de al lado, como hacen todos los niños de once años cuando ven que sus padres están discutiendo, y lo oyó todo. ¡Pobrecito mío! Cuando, al fin, su padre se quedó sin fuerzas y se fue, tuve que hablar con él para tranquilizarlo. Se lo expliqué todo e intenté convencerlo de que la mayor parte de las cosas que había oído sencillamente no eran ciertas. Que su padre estaba enfadado y molesto,

pero que su madre no estaba a punto de ir a la cárcel por haber cometido crímenes horrendos. El pobre no sabía qué pensar.

 

»Yo no sabía qué hacer. Quería quedarme con Steven, pero también quería hablar con mi hija. Su padre se había ido a casa para telefonearla y explicarle lo miserable, ertida y repugnante que yo era. Yo pensaba llamarla cuando Steven se hubiera ido a dormir, pero ella me llamó antes. Sheila miró la taza de Taeyeon y le sirvió más café.

 

—Bebo demasiado café. ¿Sabes que impide que cerca del treinta por ciento del oxígeno llegue al cerebro? Eso es lo que he leído —añadió con suavidad mientras volvía a hundirse en su silla. Tomó aire.

 

—Clare, mi hija, había recibido una llamada de su padre. Cuando me telefoneó, estaba muy callada. — Sheila se echó hacia delante en la silla para enfatizar aquel punto—. No es que fuera crítica conmigo o que me estuviera presionando. Era como si estuviera intentando asimilarlo todo. Me hizo unas cuantas preguntas, pero apenas parecía atender a la respuesta. Le sugerí que podía ir a verla el fin de semana siguiente y fue lo que hice.

 

—¿Cómo fue? —le preguntó Taeyeon.

 

—Bueno, me limité a explicarle lo que te he contado. También le expliqué que de aquella manera me sentía muy bien. Una vez fui consciente de mi orientación ual, me sentí completa, como nunca me había sentido antes.

 

—¿Qué pensaba Claire de todo eso?

Sheila negó con la cabeza y arqueó las cejas.

 

—En aquellos momentos no hizo demasiados comentarios. Se limitaba a asumirlo todo, intentando entenderme, creo. —Sheila miró a través de la ventana y después volvió a mirar a Taeyeon—. Hablamos bastante de Steven. Había recibido una carta de un abogado diciéndome que su padre iba a ir a juicio para reclamar su custodia y eso nos preocupaba, por el bien de Steven.

Sheila se levantó de la silla.


 

—Unos días después de ir a ver a Claire, recibí una carta suya. Te la enseñaré. —Salió del invernadero y entró en la casa. Cuando volvió, le tendió la carta a Taeyeon—. Cuando la leí, estuve a punto de echarme a llorar —dijo—. Léela.

 

Taeyeon tomó las manoseadas hojas que le había tendido y leyó.


 

Querida mamá,:

 

Podría haberte telefoneado o haber ido a verte, pero prefería que esto quedara por escrito.

Parece que ahora ya he ordenado todo el follón de mis pensamientos y el sentimiento que predomina me hace preguntarte: ¿Por qué no me lo dijiste antes? Cuando papá me llamó y me lo contó por teléfono, lo hizo con mala intención: esperaba que yo reaccionara igual que él. Pero no fue así. Me sentí herida. Me molestó que no creyeras que podías confiar en mí. Primero, que no me lo hubieras explicado y, segundo, que no confiaras en mi reacción.

Me sentí como si fuéramos dos desconocidas. ¿Cómo podías no haberme explicado algo tan importante en tu vida?. En la universidad tengo amigos gays y amigas lesbianas.

No tienen dos cabezas ni vomitan bilis verde. Para ser sincera, te confesaré que me sorprende que no haya más mujeres lesbianas. Es más agradable mirar a las mujeres, es más divertido estar con ellas, son más compasivas ¡y su sentido del humor es mucho más lujurioso! (¡¡y cada vez son más istas, si hay que guiarse por eso!!).

Mamá, me alegro de verdad por ti. Hasta el pasado fin de semana no me había dado cuenta de lo mucho que has cambiado. Ahora estás más relajada y más segura de ti misma de lo que solías estar.

 

Es culpa mía no haberme dado cuenta antes de ese cambio: estaba demasiado enfrascada en mi propia vida. Recuerdo las veces que os he visto a ti y a Jane juntas, y no puedo creer que yo haya sido tan ciega.

También tengo algo que decir acerca de Steven. Creo que papá se equivoca. Dejando de lado todo lo demás, ¿cómo va a llevarse a Steven a vivir con él? Papá viaja mucho, pero ese no es el principal motivo. Steven tiene que estar contigo. Te quiere, es feliz y se siente seguro (y, por cierto, le gusta Jane, me lo dijo por teléfono la otra noche).

Le pediré a papá que se quede el fin de semana que viene y hablaré con él. Nunca hemos tenido demasiada intimidad, pero me escucha. Estoy segura de que si hablamos lo puedo convencer de que no lo haga. La verdad es que no entiendo por qué ha reaccionado de ese modo tan violento y me sabe mal todos los problemas que te está ocasionando. No tiene ningún derecho a ir hablando de ti de la manera que lo ha hecho.

 

Te quiero,

 

Claire



 

—¡Que carta más asombrosa! —Taeyeon miró a Sheila, que había estado observando mientras leía.

Sheila recuperó la carta y volvió a leer las primeras líneas

—Sí, eso es lo que pensé. No tenía ni idea de que Claire fuera tan abierta de mente. Sabía que a veces hablaba de diferentes moralidades, es lo que hacen todos los jóvenes, ¿no?, pero nunca antes la habían puesto a prueba. —Sonrió a Taeyeon—. Estoy tan orgullosa de ella que podría explotar.

 

—¿Puedo llevármela? —Taeyeon señaló la carta que Sheila tenía en la mano—. Haré una fotocopia y te la enviaré de vuelta. Tendré mucho cuidado.

Sheila accedió.

 

—¿Cómo está Steven ahora?

 

—¡Oh! Está bien. —Sheila sonrió con cariño mientras hablaba de él—. Charlamos mucho, pero tengo que hacer un esfuerzo para arrancarle las cosas. Al principio dijo que no quería decirles nada a sus amigos, pero ahora ya se lo ha contado a su mejor amigo. Parece que ese chico tiene un tío gay, así que ha sido

más fácil para Steven. Y una de las cosas en las que ha sido categórico es en su voluntad de quedarse aquí conmigo.

 

—Debe de haber sido un alivio —comentó Taeyeon—. ¿Su padre ha abandonado el caso?

Sheila negó con la cabeza, en gesto de frustración.

 

—No, no lo va a abandonar.

 

—¿Por qué está tan enfadado? —se preguntó Taeyeon— Quiero decir que el matrimonio se había acabado.

Sheila parecía pensativa.

 

—Creo que en parte es el orgullo masculino herido porque su ex esposa se haya dado a las mujeres. Estuvimos casados muchos años y es como si creyera que tiene derecho a juzgarme, como si sus

sentimientos tuvieran que seguir siendo importantes para mí.

 

—Estás educando a su hijo —señaló Taeyeon. Ladeó la cabeza, como disculpándose—. Solo estoy haciendo

de abogado del diablo.

Sheila asintió, con tristeza.

 

—Lo sé. El da a entender que quiere proteger a Steven de la influencia traumática que supone vivir con una lesbiana. Esto es lo que alegara en el juicio, pero no creo que sea su verdadero motivo. Sabe que Steven está bien, es feliz y está sano y a salvo conmigo. Tengo la sensación de que es más bien su manera de castigarme. Sabe que de la única manera que puede hacerme daño de verdad es llevándose a Steven.

 

Taeyeon chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

 

—¿Cómo crees que irá el juicio?

 

—No lo sé. Al parecer, tendrán en cuenta la opinión de Steven. Y, si hace falta, mi hija hablará a mi favor. De momento Jane y yo hemos dejado en suspenso cualquier idea de irnos a vivir juntas. He de confesarte que no estaré tranquila hasta que no haya pasado todo.

 

—¿Me tendrás informada? —preguntó Tae.

Sheila asintió.

 

—Por supuesto que sí.

Taeyeon  se sentó en su escritorio y volvió a leer la copia de la carta de Claire.

 

—Bendita seas, Claire —murmuró en voz baja.

 

Había más en la historia de Sheila. En su carta, Claire comentaba que su padre había ido hablando por ahí y Taeyeon le preguntó a Sheila al respecto. Durante los días posteriores a su descubrimiento, pareció enloquecer. Telefoneó al jefe de Sheila y se lo explicó todo. Escribió a sus padres, llamó a sus vecinos y se lo contó. Afortunadamente, el jefe de

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 12: No no no mejor que no se acerque más a Tiff vv :@
Rossetlar
#2
Chapter 12: bueno, esto indudablemente iba a pasar y hay que entender como se siente Tae
KazKaz18 #3
Chapter 11: Ojalá Tae no se acueste con esa tipa..... Vamos Fany ponte los pantalones
LlamaAmerica #4
Chapter 11: Si tae se llega a revolcar con esa tipa mejor que ya ni se acerque a Tiff :@
Joselyne300 #5
Chapter 11: I only call you when it's half past five
The only time that I'll be by your side
Rossetlar
#6
-pasanding por aquí-
Skyth06
#7
Chapter 11: Por un lado entiendo a tae
spaceandsol #8
Chapter 11: Me encanta ?
KazKaz18 #9
Chapter 10: Oh que reconexion :) que rico que vuelvas :)
LlamaAmerica #10
Chapter 10: Waaaaaah cuanto tiempo tuve que volverla a leer xd
Pero gracias por seguir!!!! Actualiza pronto!!!