capitulo 4

MIA

El hielo que cubría el corazón de taeyeon se resquebrajó un poco al ver cómo aquella rubia desolada, totalmente destrozada, se deshacía en lágrimas delante de ella.

Sus sollozos de desesperación la removieron por dentro.

Si pudiera dar con la cabrona de su compañera de piso, le haría pagar por todo lo que estaba sufriendo Tiffany.

Incapaz de reprimirse, taeyeon se acercó a la rubia, la abrazó y la puso de pie con sumo cuidado, ésta le rodeó el cuello con los brazos y apoyó el rostro sobre su pecho.

Estaban cuerpo contra cuerpo y taeyeon sintió el estremecimiento de aquella figura, que trataba de apoyar parte del peso de su desesperación en su hombro.

—Tranquila. Todo saldrá bien. Yo cuidaré de ti—acarició el pelo rubio y sedoso de Tiffany, consciente de que lo había dicho totalmente en serio.

No lo decía para tranquilizarla ni para aliviar su dolor, lo decía porque quería cuidar de esta mujer que había soportado con un coraje digno de admiración los múltiples apuros y vicisitudes que la vida le había deparado.

Sin duda era una persona muy especial y faltó poco para que sus lágrimas le emocionaran.

Tomó aire y abrazó con más fuerza su esbelta cintura y recorrió su espalda con una mano y trazó relajantes círculos para calmarla.

Tiffany se sentía muy a gusto en sus brazos.

Al inhalar la seductora fragancia de ella se empalmó. Olía a una mezcla de primavera y de Tiffany: una fragancia natural y cautivadora que le hizo la boca agua.

Deseó que su cuerpo se mantuviera tranquilo mientras apretaba contra su pecho el cuerpo de Tiffany. Sabía que no era un buen momento para ponerse cachonda, pero le parecía inconcebible estar a un kilómetro de la rubia sin ponerse como una moto.

Taeyeon quería que todos los problemas de Tiffany desaparecieran, que se esfumaran sin dejar rastro, como si jamás hubieran existido.

—Lo solucionaremos, Tiffany. Yo te ayudaré.

Se apartó de la morena secándose las lágrimas con ambas manos.

—Te he mojado entera—susurró entre sollozos secándole con la mano la parte delantera.

A taeyeon le entraron ganas de ponerse a llorar cuando Tiffany se apartó de ella, pero se limitó a decir:

—Da igual.

Tras recuperar la compostura Tiffany afirmó con determinación:

—De nada sirve seguir lloriqueando como un bebé. Tengo que ir a buscar un albergue. Ahora mismo estoy en la ruina.

—Déjate de albergues. Quédate aquí. Tengo espacio de sobra—repuso taeyeon tratando de guardar las formas aunque, si Tiffany se empeñaba en irse, estaba dispuesta a sujetarla para impedírselo.

No dejaría que pisara un albergue.

Puede que ahora estuviera arruinada, pero era una situación temporal.

—Sé sensata. Necesitas ayuda y yo estoy dispuesta a ayudarte. Puedes quedarte aquí hasta que acabes el semestre.

— ¿Por qué? ¿Por qué querrías que me quedase aquí? No me conoces de nada.

Le hubiera gustado responderle que sí que la conocía, que sabía quién era desde el primer momento que la vio.

Había despertado algo en ella, un sentimiento franco y primitivo.

—Necesitas ayuda. A todos nos pasa alguna vez. Yo tuve la suerte de tener a mi hermana.

—taeyeon, no puedo aprovecharme así de ti.

«Que sí, que sí. Y siempre que quieras».

Taeyeon volvió a sentarse y la rubia también se sentara para coger la taza de café.

—No te estarías aprovechando de mí. Tan solo estarías dejando que te ayudara un poco.

Tiffany soltó un resoplido antes de tomar un sorbo del tibio café.

—Es más que «un poco». Aún me quedan más de cuatro meses en la universidad y no tengo dinero, ni ropa, ni nada de nada.

Taeyeon le hubiera respondido que por ella podía pasearse desnuda y a sus anchas por el piso, pero en lugar de eso contestó:

—Sooyoung te comprará algo de ropa. No te preocupes—respiró profundamente antes de añadir—Solo tengo una condición. Si me prometes eso, te ayudaré en todo lo que necesites.

— ¿Cuál?—preguntó mirándola con cautela por encima de la taza.

—No quiero que trabajes mientras estudias—tuvo que reprimir una sonrisa al ver la transformación del rostro de Tiffany, que la miraba ahora con un gesto testarudo e implacable.

No iba a ser fácil convencerla, pero ella tampoco pensaba darse fácilmente por vencida.

—No puedo dejar el trabajo. Lo necesito para vivir. No tengo nada—afirmó con rotundidad.

—No trabajarás. Yo te ayudaré en el plano económico. Ya pasas cuarenta horas a la semana en la universidad y eso sin contar lo que estudias en casa. Esa es mi oferta. La tomas o la dejas—se negaba a quedarse de brazos cruzados mientras ella malvivía.

Tan solo había dormido una noche como Dios manda y ya casi se le habían quitado las ojeras.

Taeyeon quería ser testigo de cómo desaparecían por completo y de cómo se alimentaba en condiciones.

Aunque su interior fuera duro como el acero, Tiffany tenía un cuerpo frágil.

—Pero yo...

—Ese es el trato, ¿lo tomas o lo dejas?—se quedó contemplando su rostro: vio cómo se le ponía la cara roja y la mirada de desprecio que le dedicaba.

Aunque le latía el corazón cada vez más rápido y se había quedado sin respiración, taeyeon no hizo el menor ruido.

Era una estrategia arriesgada, pero Tiffany no tenía adónde ir.

¿Qué alternativa le quedaba?

A pesar de todo, por un momento —un instante que le pareció una eternidad—, estuvo convencido de que Tiffany le iba a mandar a la mierda.

Le estaba dando órdenes, diciéndole cómo vivir su vida, y su instinto le pedía que se revelara.

Tiffany soltó un resoplido de frustración.

La expresión de taeyeon era inquebrantable e inflexible.

Estaba claro que no había margen de maniobra.

O lo hacían a su manera o no lo hacían.

¿Tenía alternativa?

Podría buscar un albergue, pero entonces tendría que abandonar temporalmente los estudios y eso supondría tirar por la borda todo el curso.

— ¿Qué pasaría con mi seguro médico? ¿Y con el subsidio por desempleo? ¿Y con el restaurante?

—Mamá se las apañará. Tiene camareros que quieren trabajar más horas.

Tiffany se estremeció, ya que sabía que taeyeon estaba en lo cierto. Tenía compañeros que estaban deseando trabajar a jornada completa.

—Me encargaré de que mantengas el seguro. No dejaré que pierdas la cobertura médica.

Escudriñó los ojos de taeyeon tratando de averiguar lo que pensaba, pero aquella mujer era un misterio para ella.

¿Por qué hacía todo esto?

¿Podía fiarse de ella?

Apenas la conocía.

Pero confiaba en Bora, y Bora adoraba a sus hijas.

—De acuerdo, lo haré. Pero tendrás que tomar nota de todos los gastos porque te devolveré el dinero en cuanto pueda.

—No hay trato.

—Me acabas de decir que solo había una condición—como le habían empezado a temblar las manos, agarró con fuerza la taza de café y la inclinó para tomarse hasta la última gota.

—Puesto que tratas de modificar las condiciones iniciales me veo obligado a añadir una cláusula—repuso taeyeon encogiéndose de hombros.

— ¿Qué sacas tú con todo esto? Voy a invadir tu intimidad, a quedarme con tu dinero, ¿y tú no obtienes nada a cambio?—le preguntó atónita, desconcertada ante semejante acuerdo.

—No quiero tu dinero. ¿No puedes dejar que te ayude sin cuestionar mis motivos? Quiero ayudar. Eso es todo—zanjó con irritación e impaciencia. Le dio el último trago al café y, al dejar la taza sobre la mesa, pegó un manotazo.

—No puedo aceptarlo así como así. Quiero darte algo a cambio de tanta molestia. Siempre me he mantenido a mí misma—estaba nerviosa y se levantó para recoger las tazas, las llevó al fregadero y las pasó por agua antes de meterlas en el lavavajillas.

Lo cierto era que debería estar besándole los pies como muestra de gratitud, pero, por alguna razón, estar en deuda con taeyeon le molestaba.

No estaba acostumbrada a que le regalaran nada, a que nadie le regalara nada.

Era una superviviente que hacía malabarismos para mantenerse al menos un paso por delante de la pobreza.

Esta situación le resultaba totalmente ajena y la aturdía.

Al darse la vuelta Tiffany se chocó con el cuerpo de taeyeon, que la impedía avanzar sin ejercer el más mínimo esfuerzo.

La coreana era como un bloque de cemento y para no perder el equilibrio Tiffany apoyó las manos en sus hombros:

—Perdona—masculló, pero no se apartó—Solo quiero una cosa a cambio, Tiffany—le susurró con voz sugerente mientras parecía olfatear su aroma.

Entonces colocó las manos de un golpe sobre la encimera y le cerró el paso.

Taeyeon era como una olla a presión y todas las hormonas de su cuerpo de la rubia se elevaron excitadas para ponerse a su altura, respondiendo con entusiasmo a la llamada del cuerpo de la morena.

La tenía rodeada, apresada como a un esclavo.

Tiffany se derritió por dentro, deseando someterse a su dominación y dejarse caer en sus brazos.

«Pero ¿qué...?».

¿Qué querría de ella?

Taeyeon se acercó aún más y ella se estremeció al sentir el calor que irradiaba su cuerpo.

Descalza medía metro setenta, pero la coreana no era más grande que ella, debía medir metro sesenta y cinco y con tacos uno setenta, pero de todas formas la superaba en fuerza y potencia.

Taeyeon le rozó la oreja con los labios.

—Tú. En mi cama. Una noche. Es todo lo que quiero, todo lo que necesito.

Una llamarada de fuego recorrió el cuerpo entero de Tiffany al oír aquel susurro seductor.

— ¿Yo?—se le escapó un chillido mientras los labios hambrientos de taeyeon le recorrían el cuello y el anhelo la hacía estremecerse por dentro y humedecer las braguitas.

—Tú. Una noche—repitió bajando las manos hasta sus caderas, acariciando la bata de seda, explorando con avidez sus formas femeninas.

Tiffany dejó caer la cabeza a un lado dándole vía libre para explorar la sensible piel de su cuello.

Santo Dios, cuánto placer.

Y qué bien olía.

Cuando la carnosa boca de taeyeon descendió hacia la suya, perdió por completo la capacidad de pensar.

La coreana no preguntaba, exigía.

Empujó con la lengua la puerta de sus labios hasta que cedieron, se dejó hacer y taeyeon se apropió de su boca con exigentes lengüetazos.

A Tiffany se le escapó un gemido; aquel beso la hacía sentir extasiada y abrumada, y su reacción impulsiva fue de deseo.

Empujó la lengua y la enroscó con la suya, explorándola, catándola...

Siguió abrazándola con pasión mientras le desataba la bata y amasaba imperioso su cuerpo entero, pero sobre todo sus pezones duros, que reaccionaban con entusiasmo.

Para aumentar su deseo fue combinando las caricias con los pellizcos hasta que logró que perdiera el control por completo. Le metió entre las piernas el muslo, aquel músculo enfundado en unos vaqueros, y ella se frotó contra, atormentada por el deseo, Tiffany recorrió su cabello oscuro con las manos y, cuando la ola de placer se hizo aún más intensa, se agarró a ella con fuerza.

Taeyeon separó su boca de la de ella y empezó a jadear como si acabara de correr un maratón.

—Madre mía, Tiffany, me pones a cien. Eres brutal. ¡Y tan receptiva!

A Tiffany le palpitaba el cuerpo entero y taeyeon le posó la mano en el vientre antes de repetir:

—Quiero una noche.

La rubia pegó un respingo cuando los dedos de taeyeon le tocaron el o, que estaba empapado. Retiró el muslo para explorarla con más facilidad y poder estimular a sus anchas el anhelado trocito de carne rosada.

—Estás tan húmeda, tan dispuesta...—susurró trazando círculos en el clítoris—Huelo tu excitación y me estoy poniendo a mil. Quiero tenerte.

—Oh, sí... Por favor—se dejó llevar por las sensaciones.

Le ardía cada terminación nerviosa de su cuerpo y, para no perder el equilibrio y poder mantenerse de pie, apoyó las manos en los hombros de taeyeon.

—Eres tan dulce... —le murmuró taeyeon al oído.

Entonces empezó a lamerle el cuello a un ritmo que imitaba lo que le gustaría hacer en otro sitio; exactamente en el mismo sitio al que Tiffany deseaba que llegara pronto, ya que ardía en deseos de sentir aquella lengua de terciopelo entre sus muslos.

Tanto la deseaba que comenzó a bambolear las caderas para lograr que el contacto fuera más intenso, para sentir más el roce de aquellos dedos maravillosos que la estaban volviendo loca.

—taeyeon, necesito...

—Sé lo que necesitas. ¡Exactamente lo mismo que yo! Pero de momento solo puedo ofrecerte esto—trazó otro círculo en su pubis hambriento y deslizó los dedos entre sus pliegues empapados hasta encontrar el lugar exacto que necesitaba que le tocaran.

La rubia empezó a jadear cada vez más alto a medida que la coreana aumentaba el ritmo y la intensidad.

Tenía la sensación de que, si no la penetraba de inmediato, se moriría, y tuvo que expresar su frustración con un gimoteo, ya que taeyeon no cejaba en aquella erótica tortura: con una mano le amasaba los pechos y con la otra asaltaba implacable el inflamado clítoris.

—Sí, oh, sí...

Aunque Tiffany sabía que esa voz ardiente y excitada era la suya, le costaba

Reconocerla. Esa voz aguda imploraba que la satisficiera, pero la boca de Santana se tragó sus gemidos como si quisiera poseer cada ápice de su gozo.

Tiffany reaccionó mordiéndole el labio y se abrió de piernas para invitarlo a que la poseyera, para entregarse en cuerpo y alma.

Apretó las entrañas y sintió que el inminente clímax se acercaba desde la punta de los pies. Arrancó su boca de la de la morena, dejó caer la cabeza hacia atrás y gimió desatada, invadida por un potente o, engullida por unas olas de placer que jamás había experimentado.

Apoyó la cabeza en el hombro de la pelinegra mientras las olas de placer continuaban produciéndole espasmos.

—Dios mío, ¿qué ha sido eso?—jadeó mientras taeyeon le cerraba la bata y apoyaba su exhausto cuerpo contra el de ella.

—Placer. Acabas de catar una muestra de lo que podríamos experimentar en la cama—respondió con tranquilidad mientras la mecía balanceando ligeramente su cuerpo—Me gustaría pasar una noche contigo, Tiffany. No estás obligada a hacerlo, pero tú también lo deseas. Te ayudaré sea cual sea tu decisión. Tú decides si estás dispuesta a concederme lo que deseo. Pero te advierto una cosa... Me gusta controlar la situación.

Tiffany, que aún no se había recuperado y era incapaz de pensar con claridad, preguntó vacilante:

— ¿Qué quieres decir exactamente?

—Sumisión absoluta—susurró con una voz sugerente y vibrante que revelaba una pasión desenfrenada—Piénsatelo. Dime que sí y te daré todo el placer que soy capaz de ofrecer.

—Pero es que... no tengo mucha experiencia. Te defraudaré.

Llevaba más de cinco años sin acostarse con nadie y solo había mantenido

Relaciones uales con una persona: su exnovio.

Después de salir cinco años juntos habían acabado muy mal.

—No quiero acostarme con una mujer experimentada; quiero acostarme contigo—afirmó con rotundidad mientras se apartaba un poco para dejarle espacio.

Tiffany se fijó en la tensión que reflejaban los ojos de taeyeon y en los surcos que perfilaban su boca.

Taeyeon se inclinó hacia delante y la besó en la frente.

—Ya lo decidirás más tarde. Hoy has tenido un día muy largo y necesitas recuperarte de la enfermedad. Descansa. Come. Relájate. Estaré arriba, en la sala de informática, si me necesitas. Sooyoung no tardará en llegar con tu ropa. Puedes quedarte con la bata. Te sienta muy bien. Pero que sepas que me calentare cada vez que te la veo puesta. Fantasearé con las deliciosas reacciones con las que has respondido a cada una de mis caricias y con todos los dulces sonidos que has emitido mientras te corrías en mis brazos.

Tiffany se aferró a la encimera que tenía a sus espaldas con tanta fuerza que los nudillos se le quedaron blancos.

Taeyeon se dio media vuelta, se alejó sin prisa y salió de la cocina como si no hubiera pasado nada, tensando y destensando los perfectos músculos del trasero y de la espalda.

« ¿De verdad acaba de pasar lo que acaba de pasar?», susurró perpleja con la esperanza de que el día entero no fuera más que una pesadilla de la que se despertaría en la cama de su minúsculo piso.

Tayeon Kim era un peligro para su salud y tenía que alejarse de ella; cuanto más, mejor.

Cuatro meses.

¿Sería capaz de superar esta prueba?

Estiró la columna y se ajustó la bata.

Era una superviviente y sobreviviría.

Taeyeon le había explicado que acostarse con ella no era una condición.

No tenía por qué ocurrir.

Tiffany respiró hondo tratando de relajarse. Haría todo lo que estuviera en su mano para ayudar a taeyeon excepto acostarse con la coreana.

Cocinaría, limpiaría y le echaría una mano en todo lo que necesitara.

Llevaba toda la vida currando, por lo que encontrarse de pronto sin nada que hacer iba a ponerla un poco de los nervios. Seguro que encontraba otras maneras de recompensarlo.

«Quieres hacerlo. En el fondo sabes que le deseas».

Agitó la cabeza tratando de silenciar sus díscolos pensamientos.

Tener una relación con taeyeon Kim no era una buena idea.

La genio multimillonario era la clase de persona que la dejaría hecha polvo.

Aquí tenía la prueba: ni siquiera se habían acostado y ya le había puesto el mundo del revés.

«Lo malo es que ahora sabes que sería una noche increíble que jamás olvidarías».

Sí, sería increíble.

De eso era precisamente de lo que tenía miedo Tiffany.

De que fuera demasiado memorable.

Negó con la cabeza y entonces se acordó de que debería haber ido a la clínica por la mañana.

« ¡Mierda! Tengo que llamar a Yuri. ¿Cómo he podido olvidarme?».

Todos los sábados por la mañana Tiffany acudía como voluntaria a la clínica infantil gratuita de la doctora Yuri kwon. Había empezado un año antes y no había faltado ni un solo sábado.

Aunque aún no tenía licencia para ejercer como enfermera, echaba una mano en todas las tareas para las que estaba capacitada y, de ese modo, Yuri podía atender a más niños.

Tiffany se abalanzó sobre un teléfono inalámbrico que había en la encimera de la cocina y marcó a toda prisa el número de la clínica. Le explicó a Yuri lo que le había ocurrido y le pidió disculpas por no haber ido.

—Aunque obviamente valoro mucho que vengas a ayudarme, no tienes las

Obligaciones de un empleado, Tiff. ¿Estás bien? ¿Necesitas alojamiento?

La voz de Yuri transmitía preocupación y Tiffany se sintió arropada.

Yuri era tan generosa, tan atenta... Pero no pensaba complicarle la vida a su amiga.

Yuri invertía todo el dinero que podía en la clínica gratuita y eso que prácticamente acababa de terminar la carrera de Medicina. Su amiga le había comentado más de una vez, medio en broma, medio en serio, que cuando se jubilara seguiría pagando los créditos que había solicitado para poder hacer la carrera.

—No. Estoy bien. Una... amiga me está echando un cable—respondió con la esperanza de que su voz no la traicionara.

Se hizo un silencio tras el cual Yuri afirmó con gravedad:

—Si necesitas algo, me llamas. Lo harás, ¿verdad?

—Sí, te lo prometo. ¡Hasta el sábado!

—Cuídate. Si por casualidad te encuentras con la zorra de tu excompañera de piso, no dudes en llamarme. Le pegaré una buena paliza—dijo Yuri indignada.

Tiffany se echó a reír.

—Vas a tener que hacer cola porque estoy tan cabreada que la paliza se la daré yo.

Tras insistir un par de veces en que se las apañaría sin problemas Tiffany colgó el teléfono.

Seguidamente cogió aire y se dispuso a ir a su piso para ver qué quedaba de sus bienes.

«Saldrás de esta. Has luchado mucho para llegar hasta aquí. Cuatro meses son pan comido. Ya habrá tiempo para recuperar lo que te han quitado».

Mientras buscaba la habitación de invitados en la que estaban sus pocas pertenencias, un cosquilleo le recorrió la espina dorsal, pues presentía que los cuatro meses que tenía por delante supondrían un desafío mayor que los retos a los que se había enfrentado hasta ese momento.

¡Pobreza!

¡Soledad!

¡Rechazo!

¡Inestabilidad!

¡Miedo!

Todo eso parecía fácil comparado con pasar varios meses junto a taeyeon Kim.

Le iba a costar mucho resistirse a la tentación.

#KO

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas