capitulo 8

MIA

Tiffany cerró a sus espaldas la pesada puerta de madera del despacho del gerente de un restaurante.

Se apoyó en ella y suspiró al borde de la desesperación.

Era la undécima entrevista que hacía en diez días y todas, incluida esta, habían sido una auténtica pérdida de tiempo.

Nadie quería contratar a una universitaria que tardaría pocos meses en acabar la carrera.

Ningún restaurante estaba interesado en una camarera que posiblemente dejara el trabajo en seis meses para buscar un puesto relacionado con su vocación.

Tiffany no podía culparlos por ello, pero necesitaba un trabajo como el comer.

Volvió a salir avergonzada del despacho de otro gerente que no estaba dispuesto a contratarla ni siquiera a media jornada y, al pasar por la parte trasera del restaurante, escuchó sonidos que le resultaron extremadamente familiares: el ruido de platos al chocar, los bufidos de los cocineros y los comentarios mordaces de los camareros.

Vale, tampoco se iba a morir de hambre.

Aún tenía diez mil dólares en su cuenta, el préstamo que se había quedado de taeyeon.

Se mordió el labio inferior al sentir de nuevo el terrible dolor que la invadía cada vez que pensaba en ella.

Abrió la puerta principal del restaurante y se apoyó en el frío ladrillo para poner sus pensamientos en orden tras la catastrófica entrevista.

En realidad tenía más de diez mil dólares en su cuenta: nueve días antes, en su cumpleaños, taeyeon había contratado a varios hombres y un mensajero para que llevaran a la casa de Yuri todos los objetos que había dejado en su piso.

Los porteadores apenas podían cargar con todas sus posesiones —todas regalo de taeyeon—, y el mensajero le entregó un ramo enorme con docenas de rosas rojas y un sobre con una nota.

Tiffany

Te devuelvo el cheque. Por favor, acéptalo como un regalo de cumpleaños de mi parte y no te pelees con los porteadores. Les he ordenado que dejen las cajas donde tú les digas o en la misma puerta. Como trabajan para mí, obedecerán mis instrucciones.

Lamento lo ocurrido con jessica. Vuelve a casa, por favor.

Feliz cumpleaños. Ojalá pudiéramos pasarlo juntas.

Con mucho cariño,

Taeyeon.

Al recordar la escena Tiffany reprimió un sollozo e inconscientemente se frotó la parte superior del muslo para sentir el papel de la nota, que siempre llevaba en el bolsillo.

«Voy a tener que hablar con ella».

Había confiado en que con el tiempo se sentiría más estable y menos propensa a la depresión, pero le había ocurrido todo lo contrario: cada día que pasaba sin verlo le parecía una eternidad y se estaba engañando a sí misma si pensaba que con una semana o dos lograría superar el anhelo que sentía.

De hecho, con cada día que pasaba se hundía más en la oscuridad.

«Tengo que hablar con ella. Debe aceptar el cheque. Hay que aclarar cómo le voy a devolver el dinero que me ha prestado. Tengo que devolverle todo lo que me ha comprado».

Tiffany se había puesto a berrear como un bebé cuando había abierto el portátil que taeyeon le había regalado y había visto que le había descargado todos los juegos a los que ella había jugado en la sala de informática.

Myth World —los dos juegos—encabezaba la lista.

Furiosa consigo misma por no saber contenerse, se secó con brusquedad una lágrima que le corría por la mejilla.

Sabía que tenía que dejar de pensar en Taeyeon Kim, lo que no sabía era cómo lo iba a lograr.

Se emocionaba cada vez que pensaba en todos los detalles que Taeyeon había tenido —como dedicar su tiempo a descargar todos esos juegos—, ya que demostraban lo atenta que había sido con ella.

Pero entonces se acordaba de la rubia acercándose a los labios de taeyeon en el porche de jessica y se volvía a cabrear.

¿Cómo podía una mujer ser tan atenta y tan mujeriega a la vez?

—Hola, Tiffany.

Una voz rasposa retumbó a su lado y, al girar la mirada, vio a jessica Kim

Apoyada en la pared.

Reaccionó de manera instintiva, retrocediendo varios pasos para poner distancia entre ella y una mujer que no le gustaba y en la que no confiaba.

Jessica avanzó varios pasos, pero sin acercarse demasiado.

— ¿Qué quieres?—preguntó Tiffany con brusquedad, interponiendo una mano entre ellas para evitar que se aproximara más.

Jessica elevó una ceja al verla comportarse a la defensiva.

—Solo quiero hablar.

Aunque llevaba unos vaqueros y una sencilla camiseta negra, tenía el mismo

Aire de arrogancia que en la fiesta. Sin embrago, notó cierto remordimiento en sus palabras y sus brillantes ojos cafés parecían sinceros.

—Por favor.

Viniendo de jessica, esa petición sonó dolorosa, como si le hubiera costado pronunciarla.

—No te conozco y no tengo nada que decirte—le respondió ansiosa por alejarse de ella.

Lo último que le apetecía en el mundo era mantener una conversación con jessica Kim.

—No pienso marcharme hasta que hables conmigo, así que supongo que lo

Mejor es que lo hagamos ya y así acabamos con esto.

Se sentía tan frustrada que le entraron ganas de pegar un pisotón en el suelo, pero se negaba a darle esa satisfacción.

—Dime lo que hayas venido a decirme y lárgate.

Jessica señaló la puerta del restaurante.

—Un café no me vendría nada mal. He tenido un día muy largo.

Tiffa y negó con la cabeza.

—Acabo de hacer una entrevista ahí. No me apetece lo más mínimo volver a entrar.

Jessica señaló un restaurante al otro lado de la calle:

—Podemos ir a ese.

Tiffany puso los ojos en blanco y respondió:

—Ahí también he estado, otra entrevista. He pedido trabajo en todos los locales de este barrio.

Jessica la cogió del brazo con delicadeza y la llevó al sitio de comida rápida que les quedaba más cerca. Se zafó de su brazo, pero lo siguió, ya que estaba claro que no la dejaría en paz hasta que no le dijera lo que se había propuesto decirle.

Tenía la mirada obstinada típica de las Kim, la que ponía taeyeon cuando no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer.

Pidieron dos cafés en la barra y jessica eligió una mesa discreta en una esquina.

Antes de sentarse frente al Tiffany se detuvo para echarse leche y azúcar. Estuvo un rato toqueteando la taza de cartón antes de levantar la mirada y entonces vio que jessica la estaba observando con la intensidad de un halcón dispuesto a atacar a su presa.

Se revolvió inquieta en la silla, pero decidió mantener la mirada.

El rostro de jessica no insinuaba nada ual; más bien parecía estar examinando un curioso microbio con una lupa. Si se proponía realizar una investigación exhaustiva de su personalidad, adelante; ella no había hecho nada malo, su único fallo había sido enamorarse de taeyeon Kim.

Le sorprendió que quien cediera fuera jessica.

—Lo siento—murmuró desviando la mirada. Era una disculpa sincera que, obviamente, no estaba acostumbrado a pronunciar—Me comporté como una

Gilipollas en el cumpleaños de taeyeon. Estaba tan borracha que apenas lograba mantenerme en pie, pero eso no es excusa. Una mujer tiene que responsabilizarse de sus acciones, esté borracha o no.

— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Te ha dicho Maribel que vengas a pedirme perdón? No le he contado nada. No sé cómo se habrá enterado.

Desde aquella noche Tiffany solo había hablado una vez con la mamá de jessica y no le había mencionado su impresentable actitud.

Jessica la fulminó con una mirada oscura.

—Mi mamá lo sabe todo, pero te agradezco que no lo hayas mencionado. Estabas en tu derecho. Taeyeon no tardó en atar cabos y, cuando se lo confesé, me pegó una buena paliza. Poco después de que te fueras entré a casa y la subsiguiente pelea de taberna dio la fiesta por concluida—titubeó antes de tomar un sorbo de café—Y no, no me ha enviado mi mamá. Estoy aquí porque quiero. Estoy aquí porque taeyeon está hecha polvo y porque me comporté mal. No sabe que he venido y probablemente me daría otra paliza si supiera que me he acercado a ti—giró la cabeza para mirar por la ventana.

Tiffany se quedó mirándola y se percató de los moratones que aún tenía sobre el ojo izquierdo y la mejilla derecha.

Para que diez días después de la pelea aún tuviera marcas en la cara —que ella no había visto antes por falta de atención— taeyeon debió de haberla dejado hecho un cuadro.

— ¿Por qué? ¿Por qué haría taeyeon algo así? En la fiesta estaba ligando con una mujer, intentando añadir una más a su colección. Cuando salí al jardín la vi besarla en la terraza. No tiene sentido.

Jessica giró la cabeza para mirarla:

—No estaba ligando con nadie. ¿Cómo era la chica?

—alta, delgada, rubia y maquilladísima, aunque seguramente sin maquillaje estaría igual de guapa—frunció el ceño—Era preciosa.

Jessica asintió con la cabeza.

—nana. La vi entrar cuando salí de la fiesta. Quise seguirte cuando te vi salir a la terraza, pero no pude porque un cliente me entretuvo unos minutos. Si te hace sentir mejor, taeyeon no aceptó su oferta. Nana volvió a la fiesta hecha un basilisco y mi hermana ya no estaba en la terraza—bajó la mirada y empezó a trastear con la taza medio vacía—taeyeon jamás se tiraría a nana. Está casada con una mujer que podría ser su abuela, pero la abuela no es muy generosa con su dinero. Mi hermana no se acuesta con mujeres casadas. Y si estaba foll..., o sea... Si tenía una relación contigo, te aseguro que no estaría iniciando otra. Puede que taeyeon no se comprometa con las mujeres, pero solo está con una mujer a la vez.

Tiffany se atragantó y casi escupe el café.

No se esperaba el comentario sobre la falta de compromiso de taeyeon. Sí creía que la coreana no tuviera aventuras con mujeres casadas. Por alguna razón sabía que no haría algo así.

Puede que taeyeon no creyera en las relaciones ni en el matrimonio en lo que a él respectaba, pero no tenía pinta de ser el tipo de persona que traspasa esos límites.

Pero ¿acaso importaba?

Puede que se sintiera mejor sabiendo que taeyeon no se había pasado las últimas noches atando, tapando los ojos y metiéndole caña a la despampanante rubia digna del póster central de una revista o que lo había besado en la fiesta, pero, aun así, seguía sin creer en las relaciones.

Sentía tal conexión con taeyeon que le costaba respirar.

A largo plazo, cuando consiguiera pasar página, acabaría hecha polvo.

—Gracias por contármelo. Y por pedirme disculpas—dijo Tiffany tratando de ocultar la emoción de su voz.

Jessica la miraba juntando las cejas con cara de preocupación.

—Le importas. Yo no estaba al corriente de eso; de lo contrario, no te habría

Hecho esa oferta.

— ¿Por qué me la hiciste? Seguro que hay un montón de mujeres que te tiran

Los trastos a diario.

—Porque soy multimillonaria—respondió indignada y asqueada consigo mismo—Vi lo feliz que estaba taeyeon desde que te fuiste a vivir con ella. También mi mamá me había hablado mucho de ti. Supongo que pensé que, cuando rompieran, podría tener un pedacito de esa felicidad. Estaba borracha. Mi vida me parecía una mierda. Soy una gilipollas. Eres la primera mujer que le importa a mi hermana y le he traicionado. Encima, te he insultado. No te lo merecías.

Tiffany se apoyó en el duro respaldo de plástico sin dar crédito a lo que acababa de oír.

—A taeyeon no le importo en ese sentido. Pero tengo que admitir que sí que me sentí insultada. No puedes comprar a todas las mujeres que desees, jessica. Y ni siquiera creo que me desearas.

Jessica exhaló un suspiro.

—Deseaba... tener algo. Supongo que estaba tan borracha y tan deprimida

Que estaba dispuesta a todo. En toda mi vida solo he conocido a una mujer a la que no le importara mi dinero. Y la cagué—su voz estaba llena de dolor, tristeza y remordimiento— ¿Aceptas mis disculpas?—esbozó otra de sus radiantes sonrisas y se le iluminó la cara.

La Diosa que Tiffany había visto en la fiesta estaba de vuelta, pero, curiosamente, ya no le molestaba.

Jessica estaba consternada y la sonrisa radiante que le estaba dedicando no era más que la máscara tras la cual se ocultaba una mujer a la que le interesaba mucho más la vida que el beneficio económico.

Tiffany había encontrado una pequeña grieta en su fachada impertérrita.

—Sí, las acepto. Supongo que cuando bebemos todos hacemos y decimos

Cosas que normalmente no haríamos.

El comentario le recordó el día que, después de un par de copas en un restaurante, le había dicho a taeyeon que tenía un cuerpazo y que la deseaba.

—Lo que no entiendo es por qué te importa.

Tiffany se dispuso a levantarse para marcharse, pero jessica la miró con desesperación sujetándola de la muñeca.

—Tiffany, a taeyeon le importa. Lo ha pasado muy mal y puede que no sepa expresarlo, pero le importa. No juzgues a mi hermana porque yo me comportara como una gilipollas, por favor.

La estaba reteniendo, pero lo hacía con delicadeza. Tiró del brazo y la soltó suplicándole con la mirada.

Maldita sea.

No podía dejar que jessica pensara que todo era por su culpa.

No lo era.

Estaba enamorada de taeyeon Kim y habría terminado igual de mal aunque jessica no hubiera aparecido en escena.

Lo único que había hecho era adelantar la ruptura.

—No es por ti, jessica. No es por lo que hiciste...—negó con la cabeza y cogió su mochila.

— ¿Por qué es? Cuéntamelo. Lo arreglaré —insistió desesperada.

Tiffany soltó una breve carcajada sin gracia.

A fin de cuentas puede que las hermanas no fueran tan diferentes, hablaba igual que taeyeon.

¿Las dos pensaban que todo se podía arreglar con dinero?

—No puedes. Pero quiero que quede claro que no ha sido culpa tuya.

«No. Es culpa mía por ser tan tonta como para enamorarme de taeyeon Kim».

—No te caigo bien ni me tienes ningún respeto, ¿verdad?—preguntó con un

Tono resignado y abatido.

Con la mochila al hombro, lista para marcharse, giró el cuerpo hacia jessica

Para responderle:

—No te conozco lo suficiente como para decidir si me caes bien o mal. Y te

Aseguro que mi respeto no se compra con dinero—esbozó una leve sonrisa al ver el asombro en los ojos de jessica —Pero te tengo mucho respeto por querer tanto a tu hermana.

Se quedó mirándola mientras respondía con brusquedad:

— ¿De dónde has sacado que la quiero? Es una grandeza de mujer. Me dejó la cara hecha un cromo y no he podido salir de casa en una semana.

Tiffany le sonrió con tristeza y puso la mano sobre la suya.

—Lo siento. Sé que taeyeon y tú son íntimas y por nada del mundo querría ser la causa de que se distanciaran.

Jessica se encogió de hombros.

—Hemos tenido malas rachas antes. Lo superaremos.

Tiffany retiró la mano.

— ¿Se hablan?

Jessica se rio sin fuerzas.

—Intercambiamos insultos. Es un comienzo.

— ¿Sabes qué le pasó? ¿Por qué tiene esas cicatrices?

Las palabras se le escaparon de los labios sin que le diera tiempo a retenerlas.

Jessica se quedó con la boca abierta, asombrada.

— ¿Le has visto las cicatrices? ¿Todas? ¿Por eso la estás evitando?

Tiffany se enfureció y le entraron ganas de darle otro bofetón.

— ¡Madre de Dios! ¿De verdad piensas que soy tan superficial?—intentó contener la irritación y prosiguió—Tu hermana es la persona más atractiva que he visto en la vida, con y sin cicatrices. Está tan buena que me la comería con patatas. Es obvio que sufrió un trauma terrible y eso me da mucha pena, pero sus cicatrices me importan un bledo.

— ¿Te parece más guapa que yo?

Aunque era una arrogante por hacerle esa pregunta, parecía encantada con que Tiffany solo tuviera ojos para su hermana.

—Sí. No hay punto de comparación. Lo siento—respondió con brusquedad, pero en el fondo le parecía conmovedora lo encantada que parecía jessica. Se quedó ensimismada pensando en sus cosas y mordiéndose el labio— ¿Podrías darle a taeyeon una cosa de mi parte?

Jessica se encogió de hombros y la miró con curiosidad.

— ¿El qué?

—Un cheque. Le debo dinero.

Jessica soltó una risilla antes de esbozar una sonrisa traviesa:

— ¿Tan buena era?

—Me ingresó dinero en la cuenta. Quiero devolverle la mayor parte. Le daré lo que me falta cuando consiga un trabajo—respondió ignorando la indirecta.

Aunque la hermana de taeyeon pareciera un angelito Tiffany sabía que sus abundantes tirabuzones rubias ocultaban cuernos de diablo.

— ¿Quieres darle dinero a taeyeon? Por si no te habías dado cuenta, ¡noticia de última hora!: es multimillonaria. Si quería que te quedaras con ese dinero, yo no pienso aceptarlo—alzó las manos al aire como si se estuviera defendiendo de un golpe—Ya me ha dado una vez y sigue de muy mal humor. No pienso arriesgarme.

Tiffany se encogió de hombros y le dedicó una débil sonrisa.

—Tienes razón. No lo había pensado. No deseo que se cabree contigo. Solo

Quería devolvérselo.

— ¿Sin tener que hacerlo en persona?—acababa de dar en el clavo—Me temo que tendrás que hacerlo tú misma.

Parecía entusiasmada con la idea.

—Será mejor que me ponga en marcha. Tengo que estudiar—se puso de pie.

Jessica se levantó y bajó la mirada para mirarla a los ojos.

— ¿Vives con Yuri kwon? morenita. Guapa—pronunció las dos últimas palabras como si estuviera extasiada.

—Sí—afirmó sorprendida.

Jessica no parecía ni la mitad de hostil hacia Yuri que su amiga hacia la ojiverde.

— ¿Cómo está?—preguntó cómo sin darle importancia, pero Tiffany vio un

Destello de dolor en sus ojos entornados.

No sabía cómo responder, ya que no quería traicionar a Rachel.

—Muy bien. Tiene una clínica privada y también trabaja en una clínica gratuita para niños.

—Lo logró. Acabó la carrera de Medicina—lo dijo en voz baja, como si estuviera hablando consigo misma.

Parecía admirar a Yuri.

—Sí. Es uno de los médicos más profesionales y simpáticos que he conocido

En la vida. Y además es una amiga maravillosa.

Tiffany se dio cuenta de que jessica tenía intención de hacerle más preguntas que no quería contestar, así que pasó por delante de la ojiverde para dirigirse a la puerta.

—Cuídate, jessica. Adiós—sin aminorar la marcha tiró el vaso de plástico en la papelera y empujó la pesada puerta de vidrio.

Una vez fuera Tiffany se dio cuenta de que había anochecido y suspiró aliviada al sentir una brisa de aire fresco en el rostro.

Después de su conversación con jessica todo había cambiado y todo seguía

Igual.

Se alegraba mucho de que taeyeon no hubiera tenido una aventura con la rubia de la fiesta, pero eso no solucionaba el problema: seguía estando pillada por una mujer que no estaba interesada en mantener relaciones a largo plazo, por lo que tenía dos opciones: sufrir ahora o acabar hecha polvo más adelante.

Taeyeon era una buena mujer y jessica le había dicho que ella le importaba.

Puede que fuera cierto, pero no era suficiente.

«Vuelve a casa, por favor».

Esa frase de la carta de taeyeon le retumbaba en la cabeza y sentía como si un puño le apretara el corazón y le impidiera respirar.

¡Madre mía!

Lo que daría por volver a casa junto a taeyeon.

Habían iniciado... algo.

Sabía que se había ganado su confianza porque la había dejado tocar su piel desnuda, ver sus cicatrices y follar sin ataduras.

Ojalá tuviera el valor necesario para seguir ayudando a taeyeon a librarse de su pasado, pero Tiffany tenía un instinto de supervivencia muy desarrollado que la forzaba a alejarse de los peligros y que le repetía una y otra vez que si ayudaba a taeyeon, que si la amaba, acabaría destruyéndose a ella misma.

Hizo un esfuerzo para poner en marcha su cuerpo magullado con tantas emociones y se dirigió a casa de Yuri.

Estaba tan ensimismada y cabizbaja que dejó de prestar atención a su entorno.

Tiffany, que había crecido en un barrio conflictivo de la ciudad, rara vez cometía ese error y pagó cara esa falta de concentración.

Dos hombres surgieron de la nada y la rodearon. La cogieron por los brazos y la arrastraron por la acera antes de que ella pudiera siquiera darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Tiffany forcejeó y pataleó tratando de zafarse de los bestias que la empujaban por la calle. Se quedó petrificada al percatarse de que la estaban llevando hacia un vehículo oscuro que la esperaba con la puerta abierta.

Aunque era de noche la luz de las farolas le permitió reconocer los rostros de los hombres que la habían atracado en la clínica.

—«Van a matarme. Voy a morir. Tengo que defenderme».

Empezó a gritar como una descosida para llamar la atención de quien estuviera por la zona y siguió dando patadas, esta vez apuntando a las zonas más vulnerables de los dos hombretones.

— ¡Cállate, zorra!—exigió una voz aterradora y amenazante poco antes de

Que Tiffany le pegara una patada en la rodilla.

En respuesta a ese golpe y sin dejar de arrastrarla ni por un instante, le propinaron un puñetazo en la cara.

El golpe fue tan fuerte que, por un momento, Tiffany se quedó helada e indecisa.

«Resístete, joder. Defiéndete».

Los drogadictos la cogieron en volandas para meterla en el coche, pero ella levantó las piernas y puso un pie en la puerta y el otro en la carrocería, junto a la puerta abierta.

«Que no consigan meterte en el coche. De lo contrario, estás muerta».

Los pies se le empezaron a resbalar y uno de los hombres la cogió del pelo y comenzó a golpearle la cabeza contra la chapa de metal de la puerta abierta.

El sonido que producía su cráneo al chocar con el metal era ensordecedor y empezó a darle vueltas la cabeza y a nublársele la vista.

«Debería haberle dicho a taeyeon que estoy enamorada de ella».

Tiffany seguía chillando, pero los despiadados esfuerzos de los hombres por dejarla inconsciente hacían que los gritos fueran cada vez más débiles.

— ¡Cabrones!—gritó una que Tiffany reconoció.

Un brazo la agarró de la cintura y la apoyó contra un pecho para librarla de los dos matones. Aunque la cabeza le daba vueltas como si acabara de bajarse de una atracción de feria, levantó la mirada y pudo distinguir a jessica que la dejó con delicadeza en la acera antes de echar a correr enfurecida hacia el coche.

A Tiffany le entró un ataque de pánico al darse cuenta de que se proponía atacar ella solo a los dos tipos.

Esa mujer era tan delicada que la iban a matar son una mano.

Por increíble que parezca los dos hombres no supieron cómo reaccionar.

«Tengo que ayudarlo. Tengo que levantarme».

No podía permitir que mataran a jessica después de que le hubiera salvado la vida.

Se puso de rodillas y trató sin éxito de recuperar la visión. Como no lograba ponerse de pie, empezó a arrastrarse hacia el coche mientras jessica atacaba a uno de los hombres golpeándole con fuerza en la cara.

Claro, cómo pudo olvidarlo.

Las Kim sabían defensa personal-

Sintió unas pisadas fuertes que se le aproximaban por la acera y vio cómo dos desconocidos se metían en la pelea: cogieron a jessica en volandas y aplacaron al hombre al que estaba golpeando.

—No le hagan daño a jessica—gimoteó temiendo que le hirieran con la confusión.

—Disculpe, señorita. No lo había reconocido—se excusó el hombre mientras

Soltaba a jessica.

Uno de los desconocidos que se había unido a la refriega tenía a un drogata tumbado en el suelo boca abajo. El otro delincuente corrió a refugiarse en el asiento del conductor mientras apuntaba con una pistola temblorosa a jessica y al otro rescatador.

—No. No.

Las lágrimas le corrían por las mejillas y el corazón se le iba a salir del pecho mientras rogaba en silencio que ni jessica ni el otro héroe inocente provocaran al ladrón.

Jessica se abalanzó hacia el delincuente, pero este ya había pisado el acelerador y el vehículo arrancó a toda velocidad. La puerta se cerró mientras el coche derrapaba por la calle oscura y desaparecía de su vista en un abrir y cerrar de ojos.

Tiffany observó la escena aterrada y vio que tanto sus dos rescatadores como jessica estaban ilesos.

La hermana de taeyeon corrió hacia ella soltando una retahíla de barbaridades.

— ¡Tiffany! ¿Estás bien? ¡Joder! Estás sangrando por la cabeza. ¿Qué intentabas hacer?—la tendió con delicadeza sobre la acera y trató de calmarla con susurros mientras le apartaba el pelo de la cara.

—Quería ayudarte —logró decir con la garganta seca.

—Estás como un cencerro—negaba con la cabeza, pero su voz era dulce y cariñosa. Entonces, con un tono autoritario y seco ordenó—Llamen a una ambulancia. Ahora mismo. Está herida.

La oscuridad empezó a nublarle la visión por completo, pero Tiffany se resistía a perder el conocimiento:

—Dile a tae...—no pudo continuar, ya que tenía la boca tan seca que la lengua se le quedaba pegada en el paladar.

Trataba sin éxito de mantener los párpados abiertos.

Intentó centrarse en jessica, pero no veía más que un borrón desenfocado y suspiró cuando la cogió de la mano—que fuerza tenían las hermanas— y refunfuñó:

—Puedes decírselo tú misma. Está de camino y tiene un cabreo que no te

Imaginas.

« ¿Taeyeon está de camino?».

Se le paró el corazón por un instante y apretó débilmente la mano de jessica.

Un zumbido apareció de la nada y fue aumentando de volumen hasta que le resultó tan ensordecedor que apenas pudo distinguir el alarido de las sirenas que se acercaban en la noche.

—Tiffany. ¿Sigues aquí conmigo?—jessica parecía asustada, desesperada... y lejana.

Cuando el ensordecedor zumbido alcanzó su punto álgido, un manto de oscuridad la cubrió por completo.

—Taeyeon—susurró su nombre sin saber siquiera si alguien la oiría y, entonces, cayó en la oscuridad más absoluta y se sumió en un plácido silencio.

Continuará...

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas