cPITULO 6

MIA

 

 

Taeyeon abrió la puerta de la nevera con un movimiento rápido de muñeca.

— ¿Refresco o agua?

Cogió la lata directamente, ya sabía la respuesta.

—Refresco —respondió distraída.

Abrió la lata y se la dio antes de coger otro para la morena y beberse la mitad de un trago.

No era de extrañar que Tiffany tuviera tanta sed.

La pelinegra no había estado ni la mitad de tiempo que la rubia a en el baño lleno de vapor y ya estaba deshidratado.

Se llevó la lata a los labios y bebió con la mirada fija en el pasillo abovedado

Que llevaba al comedor.

Taeyeon se había olvidado por completo de los recados que había estado haciendo.

— ¡Feliz día de San Valentín!—se acabó el refresco de un trago y tiró la lata vacía a la basura.

La siguió al comedor con el ceño fruncido. Tiffany no había pronunciado palabra. Quizá Sooyoung y Wendy no habían acertado con los consejos.

¿Le gustaría algo de lo que le había traído?

Había tratado de ordenar bien las cosas: las flores sobre la mesa, los caramelos en las sillas, las joyas y el perfume en el suelo.

Vale, había una mezcla de regalos y ositos de peluche desperdigados por el comedor, pero la coreana lo había colocado todo lo mejor que había podido.

— ¿No hay nada que te guste?

¡Maldita sea!

Pensaba despedir a su ayudante y a su secretaria en cuanto las viera. Le habían dicho que esas eran las cosas que hacían sentir especiales y valoradas.

—Ay, tae, pero ¿qué has hecho?—acarició la superficie aterciopelada de una rosa roja, empujó con suavidad un globo con forma de corazón y se quedó mirando cómo se balanceaba en el aire.

— ¡Voy a poner a esas dos de patitas en la calle!

¡Mierda!

Lo único que quería era hacerla feliz pero, en lugar de eso, parecía traumatizada.

Sabía que tenía que haberle comprado más cosas, pero no cabía nada más ni en el Veyron ni en el Sooyoung.

— ¿A quién vas a despedir?—se giró y la miró atónita.

—A Sooyoung y Wendy. Me dijeron que este tipo de regalos era el que hacía felices.

Maldita sea.

No podía despedir a ninguna de las dos.

Hacía su trabajo demasiado bien.

En realidad era culpa de ella, que no tenía ni puñetera idea de cómo mostrar su cariño a esta mujer.

Daba igual; pensaba seguir intentándolo hasta lograrlo.

—Podemos ir de compras y así eliges algo que te guste—propuso con la esperanza de que la acompañara y la mostrara el tipo de cosas que a la rubia le parecían románticas.

— ¿Pediste consejo a Sooyoung y Wendy?

—Sí.

—tae, esto es una pasada. No sé qué decir—comentó con voz temblorosa mientras se agachaba para coger un osito de peluche marrón que sujetó con fuerza contra el pecho—Creo que Wendy y Sooyoung te estaban dando ideas. No sugerían que lo compraras todo.

¡Ay, no!

Parecía que se iba a echar a llorar.

Esperaba que no lo hiciera.

—No sé cuál es tu flor favorita ni la clase de caramelos que te gusta. Tampoco sé tú color preferido. ¿Debería saberlo? ¿No debería saber las cosas que te gustan?—preguntó malhumorada.

Tiró el osito con delicadeza al suelo y se acercó a taeyeon.

—No hacía falta que hicieras todo esto. Es la primera vez que me regalan flores.

¿Qué es lo que había hecho?

Tan solo había ido de compras.

No era para tanto.

Es verdad que la coreana prefería que le hicieran una endodoncia antes que ir de tiendas, pero, por primera vez, había disfrutado comprando cosas.

—He ido de tiendas. Tampoco cuesta tanto.

«Y he ido en el último momento porque ni siquiera me había dado cuenta de que era San Valentín. ¡Qué desastre! ¡Menos mal que el marido de Sooyoung es muy detallista!».

—Has hecho todo esto por mí—estiró el brazo para señalar todo el comedor—Las flores son preciosas. Me encantan. Se me hace la boca agua viendo esos caramelos y el resto de cosas me abruman de tal modo que me he quedado sin habla. Con un par de rosas y una tarjeta ya me habría emocionado. No hacía falta que hicieras todo esto. Hay mujeres que no reciben tantos regalos en toda su vida. Pero lo que más me conmueve no son las cosas, sino tú. Tus ganas de hacerme feliz. Eres la mujer más increíble del planeta. Por eso te amo—pegó un buen trago a la lata de refresco, la dejó en un hueco que quedaba libre en la mesa y se abalanzó a sus brazos de un salto.

Taeyeon saboreó la suavidad del cuerpo que se apretaba contra el suyo mientras los labios cálidos de Tiffany le rozaban la mejilla y el cuello. La abrazó con fuerza de la cintura, dejando que su cuerpo fuera deslizándose contra el de ella hasta que los pies tocaron el suelo.

En ese momento decidió que en lugar de echar la bronca a Wendy y a Sooyoung lo que haría sería darles un aumento.

—Estás loca. Lo sabes, ¿verdad?—se apartó y le plantó un sonoro beso en los labios—Pero me encanta.

Bueno, si le encantaba que estuviera loca, estaba dispuesta a comportarse

Como una auténtica loca.

La rubia la miró con adoración y añadió:

—Pero la próxima vez cómprame solo un regalo o una tarjeta, ¿vale?

De eso nada.

No le iba a cortar las alas haciéndole prometer algo así, de modo que su respuesta fue evasiva:

—Ya veremos.

—Espera. Tengo una cosa para ti—se apartó y salió corriendo hacia su cuarto. Regresó con una bolsita de regalo decorada con corazones y diablillos—La bolsa tenía tu nombre—la miró con picardía y le entregó el regalo—No tengo dinero propio, así que tuve que improvisar algo.

— ¿Necesitas más dinero? ¿Por qué no me lo has dicho?—la miró con el ceño fruncido, cabreada porque no se lo hubiera dicho.

—No necesito que me des nada más. De hecho, quiero devolverte una parte. ¡Tengo casi cien mil en la cuenta! No me hacen ninguna falta, tae.

La miró a los ojos y levantó la barbilla con tozudez.

—Apenas has gastado nada. ¿Cómo vives? ¿Cómo cubres tus necesidades?

Tiffany resopló.

—De eso ya te encargas tú. ¿Para qué necesito el dinero? No tengo ninguna necesidad ni deseo. Vivo como una mocosa mimada. Basta con que mencione algo para que aparezca como por arte de magia. No hace falta que compre nada.

—A nosotras nos encanta ir de tiendas y comprar cosas que ni siquiera necesitan.

Eso lo había comprobado con su mamá y jessica, cuyo pasatiempo favorito era ir de compras.

—A mí no. Prefiero pasar mi tiempo libre leyendo o jugando al MythWorld II.

Tengo todo lo que necesito, vivo a cuerpo de rey—le acercó la mano a la cara y le acarició los labios—La única necesidad que tengo eres tú.

Estaba tratando de distraerla y lo estaba consiguiendo.

—El dinero fue un regalo y te lo vas a quedar—gruñó negándose a que se saliera con la suya.

—No me lo voy a quedar—le dio un beso ligero en la comisura de la boca—Abre la bolsa.

Aguantó como pudo la tentación de arrancarle esa sugestiva bata y de devorarla entera. Empezó a abrir la bolsa de regalo con el cuerpo en tensión.

Al recordar que tenía que decirle a Tiffany que el miserable que había tratado de secuestrarla estaba en la cárcel levantó la cabeza sin acabar la tarea:

—Hoy han cogido al otro tipo. Probablemente tengas un mensaje de siwon.

— ¡Gracias a Dios! Bueno entonces quítame la escolta. Creo que intimida a mis compañeros. No pasa inadvertida precisamente—dijo como si la noticia no tuviera gran importancia, pero taeyeon se percató de que su cuerpo se relajaba y vio alivio en su rostro.

Daba igual lo mucho que la rubia hubiera insistido en que ese tipo había dejado de ser una amenaza, sabía que la situación la alteraba y que estaba asustada.

Tendría que ser tonta para no estarlo.

El día que la agredieron le faltó el canto de un duro para perder la vida.

—De eso nada. La escolta se queda.

—Ya no es necesario.

— ¡No! No correré el riesgo de que te ocurra algo. Hay demasiado loco suelto y a lo largo de los años he hecho enemigos.

Vale que no había cabreado a tanta gente como su hermana jessica, pero es imposible ser multimillonaria sin que haya gente que te odie a muerte:

—La escolta se queda—al tirar del papel rojo de la bolsa salieron disparados trozos de cartón en forma de corazón. Agarró uno al vuelo antes de que tocara el suelo.

Tiffany metió la mano en la bolsa y sacó lo que quedaba en el fondo: unas tangas y un sujetador de seda negra que sujetó por el elástico. Taeyeon se quedó mirando la prenda porque siempre llevaba blanca, pero entonces esbozó una sonrisa: la seda negra tenía un estampado de corazones y diablillos.

—Esto también tenía tu nombre, tae—elevó las cejas al mismo tiempo que meneaba la ropa interior—Vas a estar como un tren. Bueno, ya lo estás, pero cuando los vi no podía parar de pensar en lo y que estarías con esto puesto—se acercó la ropa interior al rostro y se acarició con la suave seda.

Taeyeon la contempló fascinada y se empalmó imaginándose lo que sentiría cuando los labios de la rubia se posaran sobre la prenda cuando las llevara puestas.

¡Madre mía!

Aunque tuviera demasiada ropa interior, ese conjunto se acababan de convertir en sus favoritos.

—Ya he cortado las etiquetas. Póntelos para que te los pueda quitar—propuso entregándoselos con una sonrisa seductora.

En un abrir y cerrar de ojos Santana se abrió la bata y se las puso. Se estremeció al sentir el suave roce de las manos de Tiffany, que se posaron en sus hombros para quitarle la bata, y se quedó de pie frente a ella con sus nueva ropa interior favoritas.

—Como un tren. Como un auténtico tren murmuró.

Aquel susurro era tan sensual y expresaba tal anhelo que Santana casi pierde los papeles.

Le gustaba sentir la seda sobre la piel, acariciando su cuerpo y, por supuesto, le encantaba la cara de avidez que tenía su chica mientras la devoraba con la mirada.

Le volvía loca que la americana le mostrara las ganas que le tenía sin ruborizarse y que no se preocupara por disimular que se le iban los ojos a su cuerpo.

— ¿Qué es esto?—abrió la mano para mostrarle el diminuto corazón de cartón. Le dio la vuelta y vio un mensaje escrito a mano.

Vale por un deseo.

Se quedó mirándola perpleja.

Tiffany se mordió el labio inferior con cara de preocupación:

—Es un corazón-deseo. No tengo dinero propio...—levantó la mano pidiéndole que se callara en cuanto abrió la boca para rechistar—No empieces otra vez. Total, que hice esto. Los puedes canjear cuando quieras. Valen por un deseo o un favor de mi parte. Cualquier cosa que esté en mi mano.

— ¿Lo que sea?

El corazón empezó a latirle con fuerza mientras se le pasaban diversas imágenes por la cabeza.

Tiffany elevó una ceja.

—Lo que sea que esté en mi mano.

—Deseo que te quedes el dinero que te metí en la cuenta y que dejemos de

Discutir por el tema de la escolta—frunció el ceño ya que se sentía un poco culpable por usar el regalo en contra de ella.

Tiffany le dedicó una mirada como la que le solía dirigir su mamá de pequeño: la muy temida «¡Me has decepcionado!».

¡Ay, eso duele!

Cruzó los brazos por delante del pecho:

—Ese deseo interfiere con mi ética y mis principios. Además, son dos deseos. No es justo.

— ¿Llegamos a un acuerdo?—preguntó con dulzura, pues no le gustaba verla de mal humor.

El rostro de la rubia se relajó.

—Me parece bien.

—Deja el dinero en tu cuenta. Gástalo si lo necesitas. No digo que te lo tengas que quedar para siempre, pero al menos por ahora, hasta que acabes la carrera y encuentres trabajo. Más adelante podemos volver a negociar.

Obviamente no le dejaría que se lo devolviera nunca, pero en ese momento lo importante era que se lo quedara por si le ocurría algo.

—Deseo concedido—dejó caer los brazos por los costados y los apoyó en las caderas— ¿Y los guardaespaldas?

—Déjame mantenerte la escolta. Me encargaré de que sean más discretos. Ni te darás cuenta de que están ahí. Pero déjame que sigan ahí—aguantó la respiración mientras observaba su rostro—Será la única forma de que esté

Tranquila, Tiff. Hazlo por mí.

—Lo haré por ti siempre y cuando se mantengan a distancia y dejen de asustar a mis compañeros. Deseo concedido—le quitó el corazón de cartón de la mano y lo rompió en pedazos.

Taeyeon se tiró al suelo para buscar como una loca el resto de los corazones.

— ¿Cuántos me has regalado?

Había encontrado dos.

Vio otro debajo de la mesa y gateó para cogerlo sin prestar atención a las rozaduras que se estaba haciendo con la alfombra en las rodillas.

Lo único que le importaba en ese momento era encontrar a esos bribones.

Valían su peso en oro.

—Cinco—respondió con una carcajada.

Suspiró aliviada al encontrar el quinto sobre la alfombra. Al ponerse de pie vio que Tiffany tenía la mano extendida y una mirada de expectación en el rostro.

— ¿Qué?

No pensaba darle ninguno.

—Has pedido dos deseos. Me debes uno de esos.

—Hemos llegado a un acuerdo. He cedido—repuso acalorada.

Dar el brazo a torcer debería tener alguna recompensa.

No era algo que hiciera todos los días ni con cualquiera.

—Dámelo—insistió moviendo los dedos.

¡Maldita sea!

Le había faltado poco para salirse con la suya.

A regañadientes, cogió un corazoncito de la palma de la mano y se lo entregó acompañado de un gruñido.

— ¿Me regalarás esto en todas las celebraciones?

—Ya veremos—masculló ocultando una sonrisa mientras hacía añicos el papel.

— ¿Por qué has dicho que nunca te han regalado flores? Tuviste una relación

Larga.

Tiffany suspiró.

—No era de hacer regalos. Decía que no le gustaba malgastar el dinero. Sobre todo con flores, porque se mueren.

—No te ofendas, cariño, pero ¿cómo pudiste estar tanto tiempo con ese?—apretó la mandíbula; lo que daría por pegarle un guantazo al ex de Tiffany.

—La verdad es que no lo sé. Probablemente tuvo algo que ver con la muerte de mis padres. Los echaba de menos y me sentía muy sola. Supongo que era demasiado joven, vulnerable y estúpida—comentó melancólica.

Taeyeon le cogió aún más manía al impresentable ese, que se había aprovechado de una chica sola y desolada que acababa de sufrir la muerte de sus padres.

«Ojalá hubiera estado a su lado en esa época. Pero lo estoy ahora».

Atrajo hacia él el cuerpo de Tiffany, que no opuso resistencia, y se juró protegerla desde ese momento.

—Jamás volverás a sentirte así, Tiff. Siempre me tendrás a mí. Nunca dejaré que vuelvas a sentirte sola.

«Ninguna de las dos volverá a estar sola jamás».

Le quitó el pasador del pelo y lo tiró al suelo. Mientras acariciaba relajadamente los suaves mechones de cabello, se dio cuenta de que llevaba toda la vida sola.

Lo que pasaba es que nunca lo había reconocido.

—Llevo toda la vida esperándote—susurró taeyeon con sensualidad.

En cierto modo la conocía desde el primer día que la vio. No de vista, sino de corazón.

Y solo Dios sabía cuánto la necesitaba.

Tiffany se apartó un poco para poder mirarla a la cara. No dijo nada, pero tampoco era necesario.

Taeyeon podía ver en sus ojos lo mucho que la amaba.

Recorrió con los dedos sus labios, las mejillas y el cuello, deleitándose en la suavidad que sentía en las yemas. Dibujó unas iniciales en el nacimiento de sus pechos, que la bata dejaba al descubierto.

Las iniciales eran las suyas y las repasó una y otra vez para marcar a la mujer que la llevaba al éxtasis y la arrastraba al borde de la locura.

—Tae—gimió empujándola de la nuca para acercarlo a sus labios.

Con la impresión de que el corazón se le iba a salir del pecho la morena gimió entre sus brazos, disfrutando de las delicadas caricias en los hombros y del roce de sus dedos sobre su acalorada piel.

Necesitaba poseerla, reivindicarla de algún modo, y le metió la lengua en la boca con desesperación.

Tan intensa era la necesidad de hacerla suya que prácticamente le dolía.

La bestia posesiva que llevaba dentro suspiró aliviada cuando Tiffany se mostró más que receptiva abriendo la boca para dejarlo pasar.

Entró a saco hasta que los dos empezaron a jadear y se quedaron sin aliento.

Taeyeon se retiró para coger aire y le mordió el labio inferior, debatiéndose entre lo que le costaba separarse de la rubia y la necesidad de desnudarla cuanto antes.

Le cogió un pecho sin apartar la tela de seda y frotó con un dedo el prominente pezón.

— ¿Recuerdas lo que te dije de esta bata?—masculló lamiéndole con la punta de la lengua los labios.

—Palabra por palabra—susurró con voz sugerente—Tengo recuerdos muy placenteros de esta bata.

—Y yo—respondió con pasión, antes de soltarla a regañadientes para enseñarle un corazoncito—Pero en este momento deseo que te la quites.

Con un movimiento grácil le cogió el corazón de cartón de la mano y lo rompió en pedazos.

Desató despacio la lazada de la bata y la seda se deslizó por sus hombros. taeyeon tragó saliva al ver sus perfectos pechos mientras la prenda se detenía un instante en los codos antes de caer al suelo formando un charco negro y brillante.

La chica hizo un esfuerzo para respirar metiendo y sacando el aire de los

Pulmones.

Era preciosa.

Y suya.

«Mía».

—Me encantaron estos corazoncitos—afirmó sujetando con fuerza los dos que le quedaban.

Sus imponentes ojos cafés bailaron de alegría sin dejar de transmitir un deseo apasionado.

—Ese lo has malgastado. Te lo hubiera concedido igualmente. Te necesito.

«Te necesito».

Taeyeon sentía el mismo deseo y, tras dejar los corazoncitos a buen recaudo bajo un mantel individual, su cuerpo empuñó las armas para reclamar lo que era suyo.

La rubia dio un paso al frente y, cuando rozó su piel suave como la seda contra la de la coreana, la hizo estremecer.

Pasó la mano con delicadeza por el sujetador para quitárselo para luego besar sus pezones y luego masajearlos un tiempo, descendió la mano hasta las bragas y le acarició el o como si se tratara de su mascota favorita.

Taeyeon le apartó la mano para cogerla en brazos, incapaz de esperar ni un segundo más.

—Hora de ir a la cama.

—Ya era hora—murmuró Tiffany expresando su impaciencia.

Entonces, la atención de taeyeon se desvió de sus necesidades carnales a la mujer que llevaba en brazos.

A su chica.

Tiffany la deseaba, quería que le diera placer y que saciara sus necesidades.

Taeyeon también satisfaría las suyas, pero antes se ocuparía de las de la rubia, su rubia.

En la cama y fuera de ella Tiffany siempre sería lo primero.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas