capitulo 3

MIA

 

 

Tres días después taeyeon garabateó su firma en el último de los documentos que su secretaria había apilado sobre la mesa esa misma mañana.

Tiró el bolígrafo dorado con más fuerza de la necesaria sobre el montón de papeles que prácticamente llegaba al techo y se reclinó en la butaca de cuero suspirando frustrado mientras pensaba cuántos días más podría aguantar la tensión que había entre Tiffany y ella.

«No nos acostamos juntas. No nos tocamos. No me despierto con su irresistible cuerpo abrazado al mío como si fuera una sábana de seda».

¡Manda narices!

Hacía tres días se había levantado con la impresión de que aquella sería la mejor mañana de su vida, pero, por desgracia, lo que había ocurrido en el desayuno había convertido aquel día en uno de los peores de su vida.

La rubia había querido hablar de lo sucedido la noche anterior.

Ella, no.

Vamos, se había mostrado más que dispuesta a hablar sobre lo que había pasado después de que le diera el ataque —a comentarlo y a repetirlo, claro—, pero del ataque en sí... no, de eso no había tenido tantas ganas de hablar.

Se peinó el pelo con los dedos y se reclinó en la butaca tratando de relajar el cuerpo.

En realidad la distancia que había entre las dos no era culpa de la rubia.

No del todo.

Tiffany no se había tomado mal que no tuviera ninguna gana de hablar del tema, de hecho, le había dedicado una de sus dulces sonrisas y le había dicho que esperaría hasta que estuviera lista para hacerlo, pero entonces..., justo cuando ella estaba pensando que ya podía esperar sentada porque posiblemente le saldrían canas y sería vieja antes de que a ella le entraran ganas de sacar el tema, había soltado la bomba:

—«No puedo hacer el amor contigo, tae. No hasta que confíes en mí lo suficiente como para contarme lo que ocurrió. Es que no puedo».

Entonces, después de haberle puesto el mundo del revés con aquel comentario, la había besado en la frente como si fuera una niña pequeña, le había deseado un buen día y se había marchado contoneando su lindo trasero.

Y todo eso lo había hecho sin borrar la sonrisa.

Alucinante.

En su favor había que decir que no le había puesto las cosas difíciles, ni había levantado la voz, ni había montado un escenita.

¡Ojalá lo hubiera hecho!

De esa forma igual le habría cogido un poco de manía y le habría resultado más fácil superar este tormento.

Lo único que le molestaba de veras era que sí que confiaba en la ojiazul. Lo que pasaba es que no quería hablar de ese tema.

— ¡Vaya cara! ¡Ni que estuvieran a punto de llevarte a la horca! ¿Qué te pasa, hermanita? ¿Te empiezas a aburrir de Tiffany? Porque en ese caso a mí no me importaría...

—Si la tocas, te mato—se echó hacia delante, posó los puños apretados sobre la mesa y, mientras contemplaba cómo su hermana se paseaba por el despacho, la amenazó con una mirada fratricida— ¿Es que no sabes llamar a la puerta?

Sabía que jessica solo estaba intentando hacerla rabiar.

En realidad su hermana jamás volvería a acercarse a Tiffany. Se lo había jurado y perjurado cuando había ido a pedirle perdón por lo que había hecho en la fiesta.

Sin embargo, eso no le impedía utilizar el tema para sacar a taeyeon de sus casillas.

Jessica le dedicó una sonrisa vanidosa y se sentó en una silla delante de la mesa de taeyeon.

— ¿Por qué iba a hacerlo? Soy la dueña de la empresa.

Taeyeon pensó que lo único que era peor que compartir la propiedad de la empresa Kim con jessica era que sus despachos estuvieron en el mismo piso.

—La última vez que lo comprobé yo también era la dueña—repuso de malos modos, ya que no estaba de humor para las tonterías de su hermana mayor.

—Soy mayor que tú. Por tanto, tengo más antigüedad—puso los pies encima de la mesa de taeyeon, que esperó con paciencia a que su hermana se acomodara en la silla.

Menuda caradura.

Taeyeon se inclinó hacia delante y pegó un brusco manotazo a los zapatos de cuero italiano, que acabaron por los aires.

— ¡No pongas tus apestosos pies en mi mesa!

« ¿Hay algo más gracioso en el mundo que ver a una persona con un impoluto traje de diseño agitando los brazos como un pajarito para no caerse de una silla que está a punto de volcarse?».

Taeyeon creía que no.

No cuando el que aleteaba como una mariposa era jessica.

Lo único que le hubiera hecho más gracia aún habría sido que la silla hubiera volcado y que su hermana se hubiera pegado un buen culazo.

Pero los pies de jessica se posaron a tiempo en el suelo y lograron evitar la caída.

Se la quedó mirando y se inclinó hacia delante.

— ¿Era necesario?

Ahora a la que le tocaba reírse era a taeyeon, que esbozó una sonrisa malvada.

—Creo que sí.

—No tengo la culpa de que hayas cometido el error de enamorarte y de que ahora estés hecha un asco. ¡Joder! ¡Pensé que estarías feliz porque ha vuelto a casa!—jessica se puso seria, se reclinó en la silla y puso las manos entrelazadas sobre el estómago.

Taeyeon levantó la cabeza con brusquedad.

— ¿Acaso te he dicho yo que esté enamorada?—dejó los ojos en blanco y respondió—No hace falta que me digas nada. Me lo dejaste bastante claro cuando cometí el error de tocarla y me metiste tal paliza que casi me dejas ciego.

—Eso no quiere decir que esté enamorada—farfulló taeyeon—Y no fue porque la tocaras. Fue por la intención.

— ¿Cuándo fue la última vez que me diste una paliza por haber tocado a una

Mujer?

—Jamás.

—A eso voy.

Taeyeon suspiró.

—Tiffany y yo tenemos una desavenencia sin importancia.

Vale, para ella sí que tenía importancia, pero tampoco era necesario contar toda la verdad a su hermana.

— ¿Sobre qué?

—Quiere que confíe en ella y que le cuente el incidente que me dejó todas estas cicatrices—explicó con brusquedad—Piensa que todavía tengo...—se

Mostró dubitativo antes de proseguir—Traumas.

Jessica entornó los ojos y preguntó:

— ¿Y es así? ¿Los tienes?

La respuesta de taeyeon no se hizo esperar; de hecho, respondió demasiado rápido y demasiado a la defensiva:

— ¡No! ¡Claro que no! Fue hace más de dieciséis años, ¡por el amor de Dios!

—El tiempo no lo cura todo, Tae—respondió jessica pensativa—Quizá deberías contárselo. Puede que lo necesites. ¿Te arriesgarías a perderla por guardarlo en secreto? Es evidente que te ama y, quieras admitirlo o no, tú también estás enamorada. Supongo que lo que tienes que decidir es si esa chica merece la pena—se inclinó hacia delante y fulminó a taeyeon con la mirada—No la cagues o te arrepentirás durante el resto de tu vida.

¿Dolor?

¿Remordimiento?

¿Tristeza?

Taeyeon vio pasar cada una de esas emociones por los ojos de su hermana durante un fugaz instante.

Tomó aire y, cuando abrió la boca para preguntarle qué le pasaba, el semblante de jessica se había tornado indiferente y apático. Volvió a cerrar la boca tras analizar la expresión de su hermana: no había duda, no quería hablar del tema.

—No atiende a razones—refunfuñó taeyeon, volviendo a centrar la atención

En su problema.

No presionaría a jessica para que compartiera su dolor si no quería.

—Admítelo. Estás enamorada de ella—jessica se cruzó de brazos y dedicó a su hermana una mirada cómplice.

—Es muy cabezona.

—Estás enamorada de ella.

—Confío en ella. Se lo cuento todo, menos eso.

—Estás enamorada de ella.

— ¡Joder!—pegó tal puñetazo que la mesa entera tembló a pesar de estar hecha de roble macizo—Me vuelve loca. Me hace feliz. Es tan guapa que me pasaría horas contemplándola. Es capaz de hacerme perder los estribos en cuestión de segundos. No le importa un pimiento que sea rica y está más cegata que un topo porque te juro por Dios que parece que no me ve las cicatrices. Me mira de un modo que me hace sentir como si midiera más de tres metros. Y me mira a mí. No mira a la multimillonaria, ni a la empresaria triunfadora; mira a la mujer que hay detrás de esa fachada. A veces se pone más terca que una mula, pero eso me gusta porque sabe lo que quiere. Es lista. Buena. Y me aguanta aunque sea una gruñona. Me acepta tal y como soy—se detuvo a tomar aire porque se estaba quedando sin aliento. Habiendo malgastado su ira en aquella retahíla, prosiguió sin fuerzas—Total, que sí, que si estos sentimientos desenfrenados y absurdos que siento por ella cada minuto del día son amor... estoy jodida. No soy capaz de imaginar mi vida sin ella—estaba tan emocionada que la voz le temblaba y miró a su hermana mayor como si aquello fuera una tortura.

—Entonces no lo hagas—respondió jessica sin más, alzando una ceja y mirándola a los ojos—Esta empresa la montamos juntas, hermanita. Empezamos en un piso cutre de una sola habitación y ahora tenemos una de las empresas más importantes del mundo y somos más ricas de lo que jamás hubiéramos soñado. Si has sido capaz de lograr todo eso, te aseguro que eres capaz de superar esto—el tono serio cambió para añadir—Deja de mirarte el ombligo y busca soluciones.

Los labios de taeyeon dibujaron una tímida sonrisa.

Hacía años que no oía a jessica decir esa frase. La repetían a menudo cuando empezaron a montar Kim Corporation. Siempre que una de las dos se quedaba encallada la otra le pegaba un empujón diciendo esas palabras.

Se había convertido en una especie de mantra para ellas, pero hacía mucho tiempo que no lo necesitaban.

Tenían un sinfín de trabajadores a su cargo que cobraban un buen sueldo precisamente para evitar que los problemas llegaran hasta cualquiera de las dos.

—A veces pienso que preferiría montar una empresa partiendo de cero que tener que enfrentarme a esto.

Jessica se encogió de hombros.

—Los negocios son los negocios. A veces no es fácil, pero el resultado es bastante predecible. Las relaciones son una paranoia. No tienes datos, estadísticas ni nada que justifique la decisión de lanzarte. Solo emociones—se estremeció como si pensar en comprometerse con alguien fuera un tipo de tortura.

—Entonces, ¿por qué narices me animas a que lo haga?—taeyeon fulminó a su hermana con una mirada de irritación.

—Porque la necesitas—se levantó con brusquedad y se acomodó el cabello—Pero si alguna vez te cansas de ella...

— ¡No empieces!—bramó taeyeon, pero su voz carecía de veneno.

Ese día se había dado cuenta de algo: su hermana también tenía secretos.

No había superado a una mujer del pasado y, a juzgar por la extraña reacción que había tenido ante la morena de curvas peligrosas, posiblemente fuera Yuri.

Sospechaba que, fuera quien fuera, esa persona era la razón por la que jessica se cansaba tan rápido de las mujeres e iba de flor en flor sin que le afectara lo más mínimo.

Lo que estaba intentando era llenar un vacío y olvidar.

Taeyeon sacudió la cabeza; su hermana mayor era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que esa estrategia no funcionaría.

Cuando una mujer se te metía bajo la piel, se quedaba ahí para siempre.

La vida de taeyeon giraba ahora en torno a Tiffany y ninguna mujer podría sustituirla jamás, nadie podría llenar el terrible vacío que dejaría si algún día la abandonara.

Jessica recuperó su cautivadora sonrisa.

—Me quieres y lo sabes.

—Ahora mismo no—respondió taeyeon como por reflejo.

Jessica se dirigió pavoneándose hacia la puerta con todos los cabellos perfectamente despeinados y vestido impecables.

Nadie se daría cuenta de que su hermana menor acababa de estar al borde de una crisis nerviosa y que la ojiverde lo había presenciado.

Jessica cogió el pomo de la puerta para salir, pero entonces taeyeon la llamó con suavidad. Se giró sorprendido.

— ¿Sí?

—Gracias por escucharme.

La mirada que se dedicaron valía más que mil palabras.

Taeyeon quería decir a su hermana lo mucho que le importaba, pero se le hizo un nudo en la garganta.

Discutían a menudo, como suele pasar entre hermanos, pero jessica llevaba todos estos años dejándose la piel en el trabajo y, sobre todo, haciendo muchos sacrificios por ella y por su mamá.

—No hay nadie que merezca tanto la felicidad como tú, hermanita. La tienes al alcance de la mano. Cógela—respondió jessica mostrándole una vez más su apoyo incondicional antes de salir por la puerta sin volver a mediar palabra.

Tras una exhalación temblorosa taeyeon se puso de pie y cogió su maletín mientras contemplaba el elegante despacho.

Toda la estancia —a excepción de la mesa y la silla— era art déco, un estilo que en realidad no le gustaba.

¿Cómo había sucedido eso?

Hace años que tenía ese despacho, pero nunca se había parado a pensarlo,

Nunca le había importado.

«Será porque le dijiste a la decoradora que hiciera lo que le viniera en gana».

Sí, esas fueron sus palabras exactas.

Le daba totalmente igual la decoración que eligiera la diseñadora de interiores.

Cada mañana venía al trabajo a ocuparse del negocio y después volvía a su piso para enfrascarse en sus proyectos en la sala de informática. A veces, al entrar y al salir del edificio de oficinas, saludaba con apatía a la secretaria y a su ayudante personal.

A veces no.

Siempre estaba tan concentrada en el trabajo, tan inmersa en esa burbuja, que de vez en cuando se olvidaba hasta de decir hola.

Se acomodó el vestido.

Odia estar formal.

«Cuidado con el vestido, ¡es una de los favoritas de Tiffany!».

En realidad no sabía si eso era cierto.

No estaba segura de que tuviera uno favorito.

Todas las mañanas, cuando entraba a la cocina ya lista, Tiffany le decía que estaba muy guapa.

Pero la primera vez que se lo había dicho llevaba ese vestido y, desde ese día, le había dado por ponérselo bastante.

Se dirigió hacia la puerta del despacho sin hacer apenas ruido, ya que la alfombra amortiguaba el sonido de las pisadas.

¡Estaba enamorada!

¿Desde cuándo se preocupaba por lo que se ponía, por la decoración de su despacho o por si era amable o no con sus empleadas?

Era obvio que había llegado la hora de irse a casa.

«A casa. Tiffany ha convertido mi piso en un hogar. Ya no es el lugar al que voy cuando acabo de currar. Su risa, su voz y su mera presencia lo convierten en un hogar».

Salió del despacho y cerró con delicadeza la puerta a sus espaldas. Entonces, desvió la mirada hacia Sooyoung y frenó en seco ante su mesa.

— ¿Necesita algo, señorita?—preguntó con un tono profesional que contrastaba con su amplia y sincera sonrisa.

Miró con el ceño fruncido a su ayudante, que prácticamente quedaba oculta tras un gran ramo de rosas colocado en un sitio privilegiado de la mesa.

¿Se le había pasado su cumpleaños?

No.

Imposible.

El cumpleaños de Sooyoung era en septiembre y además Wendy, su secretaria, siempre se lo recordaba.

—Bonitas flores. ¿A qué se debe?—preguntó con curiosidad.

Sooyoung la miró sorprendida.

—Es 14 de febrero, jefa. El día de los enamorados. Ya sabe: corazones, flores, romanticismo...—esbozó una sonrisa de oreja a oreja—Mi chico lleva años enviándome dos docenas de rosas por San Valentín—suspiró—¡Siempre ha sido un romántico!—su voz transmitía el cariño y la adoración que sentía por su pareja.

¿El día de los enamorados?

Sí, conocía la tradición, pero nunca le había prestado atención: San Valentín pasaba cada año sin que le afectara lo más mínimo.

Era otro día cualquiera, un periodo de veinticuatro horas durante el cual veía un montón de cupidos y corazones rojos..., eso sí decidía prestarles atención, algo que no era habitual.

Echó un vistazo al despacho de su secretaria, que estaba al lado del de Sooyoung, y le preguntó:

— ¿Y tus flores?

Wendy dejó de teclear con diligencia para desviar la atención de la pantalla del ordenador y responder a la pregunta:

—Aún no me las ha dado. Mi marido, Mike me las regala todos los años antes de que salgamos a cenar. Es una tradición.

—Eh..., ¿es lo que se suele hacer? ¿Cena? ¿Flores?—volvió a mirar a Sooyoung con el ceño fruncido.

¡Maldita sea!

No había preparado nada para Tiffany.

Merecía romanticismo, corazones, flores y todas esas cosas que las personas hacían el día de los enamorados.

—Depende. Cada pareja suele tener una tradición diferente—respondió su ayudante con una mirada inquisitiva— ¿Se encuentra bien?

¡Mierda!

No sabía qué hacer y odiaba esa sensación.

¿Qué podría convertirse en una bonita tradición?

¿Qué haría feliz a la rubia?

¿Qué la haría sentirse valorada?

¿Le habría mandado flores su ex?

¿La habría llevado a cenar?

Dejó el maletín en el suelo y trató de superar los celos que empezaban a crecerle por dentro.

Daba exactamente igual lo que aquel capullo hubiera hecho por la rubia en el pasado... taeyeon lo haría mejor.

Ahora era su chica y su deber era protegerla e idolatrarla.

Quería que ese San Valentín fuera tan memorable que a partir de ese día no pudiera pensar en nada más que en ella.

El problema era que no tenía ni pajolera idea de cómo lograr su objetivo.

Se acercó a Sooyoung inclinándose por encima de las flores y le susurró con

Vacilación:

—Tiffany.

Sooyoung sonrió.

—Esa chica vale un potosí. Es una jovencita encantadora, jefa.

Solo una mujer en el mundo era capaz de hacerle pronunciar una palabra que jamás había salido de su boca:

—Ayúdame—curiosamente, como la petición estaba relacionada con Tiffany, no le resultó tan difícil decirla—No sé qué hacer. ¿Podrías ayudarme, Sooyoung?

Su ayudante se levantó de un salto con un entusiasmo y una velocidad que no eran normales para su edad. Hizo aspavientos a Wendy para que se acercara y las dos la acorralaron para freírle a preguntas.

Normalmente se hubiera sentido avergonzada en una situación así: taeyeon Kim, la multimillonaria y socia de una de las empresas más potentes del mundo, en un corrillo con dos empleadas. Además siendo mujer debería saber qué hacer.

Pero no se sentía abochornada, sino que escuchaba con suma atención cada palabra que pronunciaban las mujeres y cada consejo que le ofrecían.

Jessica pasó por ahí para dirigirse al ascensor y, a pesar de que cuchicheaban como si estuvieran organizando una conspiración, esbozó una sonrisa al lograr captar parte de la conversación.

Al ver la expresión de burla en el rostro de jessica, taeyeon le hizo una peineta sin apenas despegar los ojos de las dos mujeres.

En ese momento para ella eran diosas.

Hizo caso omiso de la risilla que soltó jessica mientras se alejaba.

Menuda pieza.

Estaba deseando que llegara el día en que su hermana acudiera a ella en busca de consejo.

Volvió a centrar toda su atención en Sooyoung y Wendy , dispuesta a aprender, las escuchó con los cinco sentidos.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas