capitulo 4

MIA

A Tiffany le salió un suspiro del alma cuando se metió en la bañera ovalada de taeyeon.

El agua caliente y las burbujas la cubrían casi por completo; tan solo la cabeza quedaba fuera del agua.

Hacía tiempo que taeyeon le había dicho que podía usar el cuarto de baño principal siempre que quisiera, pero nunca había aceptado la oferta.

Junto a su dormitorio había una ducha y una bañera estupenda aunque no era tan increíble como esta.

«Admítelo. No has venido por el tamaño de la bañera, sino porque la coreana se lava aquí».

Con el ceño fruncido cogió una esponja de lufa de la repisa que había junto a la bañera y empezó a frotarse los brazos con tal fuerza que se arañó la piel.

¡Maldita sea!

Se resistía a admitir que echaba tanto de menos a taeyeon que había venido a su baño para usar su bañera e inhalar su aroma.

« ¡Fuiste tú la que dijiste que no os volveríais a acostar! ¡Menuda idea!».

Sí, lo había propuesto ella, pero no paraba de dar vueltas al asunto.

En un momento dado le había parecido la opción más acertada porque no quería estar con la coreana hasta que estuviera completamente segura de que taeyeon confiaba en ella.

Si no sabía lo que le había ocurrido, podría volver a cometer fallos y a herirla sin querer, y no soportaba esa idea.

En aquel momento había pensado que se abriría, compartiría su trauma con ella y le permitiría ayudarla a superarlo.

Pero se había equivocado de principio a fin.

En lugar de compartir con ella lo que le atormentaba por dentro Santana se había distanciado.

Desde que Tiffany le había dicho que no volverían a hacer el amor hasta que le contara el «incidente» taeyeon no la había vuelto a tocar ni a besar.

¿Qué le había pasado?

¿La había presionado demasiado?

¿No había esperado suficiente?

¿Habría sido mejor haberse conformado con lo que estaba dispuesta a dar?

«Puedo decirle que me ate a la cama y que me haga lo que quiera. Así, no

Podré volver a hacerle daño».

Emitió un gruñido, dejó de frotarse los brazos y sacó una pierna del agua para dejarla en el borde de la bañera.

La idea era muy tentadora.

Aunque Tiffany era una mujer muy independiente, le había encantado cómo la había sometido taeyeon en la cama y cómo se había apoderado hasta de sus sentidos.

Por algún motivo la dominante que aparecía cada vez que la tocaba la ponía tan cachonda que se volvía loca.

Ese dominio, unida a la ternura y a la vulnerabilidad que en ocasiones dejaba entrever, ejercía una fuerza irresistible que la atraía como la luz a una polilla.

Taeyeon la hacía sentir preciosa.

La hacía sentir a salvo.

Madre mía... Lo cierto es que adoraba a esa protectora y posesiva que tenía un corazón de oro y que, además, era suya.

Levantó la pierna en el aire y la esponja se deslizó por la pantorrilla, avanzando despacio hacia la rodilla y el muslo. Le vinieron a la mente retazos de recuerdos que hicieron que su entrepierna comenzara a palpitar y que su corazón se detuviera por un instante.

Atada a la cama de taeyeon, a merced de su boca hambrienta.

En el sofá, agarrada por las muñecas, sintiendo que el mundo entero le daba

Vueltas.

En el ascensor, abierta de piernas y la hiciera gritar.

Hace tres días, abrazada a la coreana.

¡Madre mía!

Esa mujer había convertido todas sus fantasías eróticas en una realidad de vivos colores y no había una sola cosa de la morena que no le gustara.

Una lágrima solitaria le recorrió la mejilla mientras cambiaba de pierna y empezaba a frotar la otra con la esponja.

Tres días.

Tan solo habían pasado tres días y ya se sentía devastada.

La anhelaba en soledad y aquella sensación la reconcomía por dentro y la dejaba hecha polvo.

Taeyeon no solo cumplía sus fantasías eróticas, también era todas sus fantasías.

Lo tenía todo.

Jamás había conocido a una persona como la coreana y, seguramente, no

Volvería a conocer a una persona así.

Era un encanto aunque dijera que no.

Era atenta aunque dijera que no.

Dulce.

Buena.

Una auténtica genio, de la que aprendía algo nuevo cada día aunque, sin duda, eso también lo negaría.

Porque además era humilde.

Taeyeon Kim no se consideraba una persona especial, pero ella la veía tal y como era: como una de esas personas que si consigues atraparla no debes soltarla jamás.

Una segunda lágrima rodó por la otra mejilla mientras sentía que el corazón

Se le hacía añicos.

No quería recuperar la vida que tenía antes de taeyeon.

Y ese deseo nada tenía que ver con la pobreza: siempre había sido pobre y lo único a lo que aspiraba en la vida era a lograr una estabilidad que le permitiera no agobiarse con llegar a fin de mes.

El dinero no compra la felicidad y las cosas materiales jamás podrán competir con el verdadero amor, con la satisfacción y la felicidad que produce el hecho de tener cerca a esa persona especial que te complementa.

¿De qué sirven las cosas y el dinero cuando una no se siente satisfecha en su vida emocional ni está orgullosa de sus logros sin que importe lo grande o lo pequeños que sean?

«Si no fuera rica, sentiría exactamente lo mismo por taeyeon. Lo único que me importa es que sea feliz».

Es verdad que taeyeon era demasiado inteligente y demasiado ambiciosa como para no tener éxito en la vida, pero a veces a Tiffany le gustaría que no fuera tan rica y que no trabajara tanto.

Sin embargo, esa astucia y esa necesidad de lograr que sus productos fueran los mejores eran cualidades de taeyeon que a Tiffany le encantaban.

La aceptaba tal y como era.

Estaba loca por ese peculiar amasijo de femineidad y feromonas que la hacían única..., que la hacía taeyeon.

Se sentó en un escalón de la bañera, cerró los ojos y, mientras se frotaba despacio el vientre con la esponja, dejó que el efímero aroma a taeyeon impregnada en la esponja se apoderara de sus sentidos y las imágenes de la coreana invadieran sus pensamientos.

Tiffany se mordió el labio al sentir el roce áspero de la lufa en los pechos y jugueteó con sus pezones duros.

Se imaginó a taeyeon lamiéndolos y mordisqueándolos con delicadeza. Se dejó llevar por esos pensamientos eróticos y por la excitación que sentía y acabó cediendo a los ruegos de su cuerpo: abrió las piernas y deslizó una mano por el resbaladizo muslo para sumergirse en una fantasía.

Si no podía estar con taeyeon en la realidad, al menos podría estar con la coreana en su imaginación.

***

«Ya no hay motivos para que Tiffany siga en casa».

Llamó a la puerta de la habitación de la rubia y se le encogieron las entrañas

Esperando a que respondiera.

Siwon la había llamado hacía apenas una hora para informarle de que la policía había detenido al agresor que andaba suelto, al otro miserable que había tratado de secuestrar a Tiffany.

Despotricando entre jadeos, abrió la puerta del cuarto, pero estaba vacío.

Suspiró aliviada al ver su móvil y su mochila sobre la cama. Estaba en casa, en algún lugar del piso.

Jamás salía sin su mochila.

« ¿Lo sabe? ¿La ha llamado ya el agente siwon?».

Aunque sabía de sobra que no debería hacerlo, cogió el móvil para consultar

El registro de llamadas.

Solo había una reciente: siwon la había llamado hacía treinta minutos.

Había un mensaje en el buzón de voz, pero escucharlo le parecía pasarse de la raya y no lo hizo. Además, ya sabía lo que decía el mensaje: estaba a

Salvo, los dos hombres que la habían agredido se hallaban en la cárcel.

«Y la razón que la obligaba a quedarse en su casa se había esfumado».

Tenía que contárselo.

Aunque a veces se comportara como una egoísta, no podía permitir que Tiffany sufriera un solo minuto más pensando que un tipo que quería matarla andaba suelto.

No había vuelto a tener pesadillas.

Al menos que supiera.

Todas las noches permanecía atenta a los ruidos y dejaba la puerta de su cuarto abierta por si la necesitaba.

Y no lo había hecho.

Volvió a dejar el teléfono en la cama. Unos minutos antes, al llegar a casa, había dejado la chaqueta en la cocina. Mientras la incertidumbre caía sobre ella como una nube negra, salió del dormitorio.

¿Se quedaría en casa aunque sus agresores estuvieran en la cárcel?

Y si quisiera marcharse, ¿cómo iba taeyeon a permitirle hacer algo así?

«Eso no pasará. Es mía, ¡maldita sea!».

Apretó los dientes y siguió buscándola por la casa mientras sentía determinación y miedo casi en igual medida.

Lo más probable era que estuviera en la sala de informática. Esbozó una tímida sonrisa, preguntándose si le daría algo para que le soltara pistas sobre MythWorld II.

Ese era el único juego al que jugaba, decía que los demás no eran tan interesantes y añadía otros comentarios para alabarla por ser una genio y, de paso, para sonsacarle trucos.

Taeyeon sabía que en el fondo no quería que se los dijera, ya que entonces el juego perdería la gracia y dejaría de ser un reto. Si de veras quisiera saberlo, le bastaría con desviar esos ojos café cielo hacia ella.

Una mirada inquisitiva de Tiffany sería suficiente para que taeyeon confesara todos los secretos del juego, los que la rubia le preguntara y los que no.

Miró en la sala de informática, pero no estaba ahí.

Seguro que se encontraba en el gimnasio.

Cuando se dirigía hacia ahí, cambió de idea y se fue a su dormitorio mientras se desabrochaba el vestido. Quería quitarse esa incómoda prenda, ponerse un chándal y una polera, para empezar a correr hasta liberar toda la tensión acumulada.

Aunque iba a ser muy difícil relajarse si Tiffany estaba en el gimnasio con su ínfima ropa de deporte.

Daba igual, quería estar con la rubia, se moría por verla.

No le echaría en cara si en cuanto entrara por la puerta la rubia se diera media vuelta para largarse. En cualquier caso, esperaba que no lo hiciera aunque se lo mereciera.

Los últimos tres días habían sido muy tensos y se había mostrado muy borde con la más alta: había respondido a sus alegres preguntas con monosílabos y exabruptos y, siempre que habían coincidido en el mismo cuarto, prácticamente la había ignorado.

Poco a poco Tiffany había empezado a imitar su comportamiento, de modo que solo se dirigía a taeyeon cuando tenía que decirle algo.

Seguía siendo amable, pero distante.

Mientras cruzaba el vestíbulo para llegar a su dormitorio se prometió a sí misma que arreglaría ese asunto.

No soportaba seguir así.

Por una vez jessica tenía razón.

Taeyeon necesitaba a Tiffany y ver que se alejaba poco a poco la hacía sentir como si le estuvieran amputando una pierna.

¡Peor!

Era como si alguien estuviera tratando de arrancarle el corazón con un cuchillo poco afilado.

Al terminar de desabrocharse el vestido y quitárselo para cuando se disponía a meter la prenda en el cesto de la ropa sucia, la oyó.

El corazón empezó a latirle a gran velocidad y ladeó la cabeza para oír mejor.

Escuchó un breve sollozo, un gemido y después... su nombre.

—taeyeon.

Varios escalofríos le recorrieron la espina dorsal al oír aquella voz aterciopelada y seductora expresando un anhelo tan apremiante. Ni siquiera se dio cuenta de que se le había caído la ropa al suelo.

Avanzó hacia los gemidos que la reclamaban, pero se detuvo delante de la puerta del baño. Dejar de respirar y alejarse de aquella puerta le resultaba en aquel instante igual de imposible.

La puerta se encontraba cerrada, pero el pestillo no estaba echado.

Algo aturdida, empezó a abrir la puerta y una nube de vapor le dio la bienvenida. Avanzó otro paso en silencio y abrió la puerta de par en par.

« ¡Madre mía!».

Cuando sus ávidos ojos se posaron en el cuerpo de Tiffany, el corazón le dio un vuelco y se le cortó la respiración.

Estaba sentada en un escalón de la bañera y la espuma solo le cubría parte de las piernas, de modo que el agua le lamía los tobillos y le acariciaba los muslos.

Taeyeon empezó a salivar al fijarse en que tenía las piernas abiertas de par en par y que se le veía la irresistible carne húmeda de la entrepierna.

Seguía con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, tan absorta en el éxtasis ual que ni siquiera se había dado cuenta de que la estaba observando.

La mano que jugueteaba entre sus piernas tenía hipnotizada a taeyeon.

Cada vez que bamboleaba las caderas para aumentar el roce con los dedos que lo frotaban apasionadamente sus turgentes pechos rebotaban.

A taeyeon le costaba respirar y estaba tan excitada.

Contuvo un gemido.

Sabía que debería respetar su intimidad, pero era incapaz.

Era imposible.

Lo único que hubiera podido separarla de la escena más erótica y bella que había visto en la vida habría sido un cataclismo terrible que hiciera explotar el mundo, el apocalipsis.

—tae.

Estaba fantaseando con ella.

Imaginándola a ella.

Se moría por saber qué le estaba haciendo en su fantasía. Lo más probable era que estuviera haciendo exactamente lo que estaba deseando hacerle: meter la cabeza entre sus muslos sedosos y penetrarle el estrecho agujero con los dedos mientras la boca y la lengua se deleitaban con su clítoris.

Se bajó las bragas y se quitó el sujetador y, sin apartar la vista de su cuerpo tembloroso ni hacer ruido alguno, los dejó caer al suelo. Dio un paso al frente para apartarse de la ropa.

Una parte de ella quería acercarse a la rubia para prestar atención a esos pezones duros como piedras, casi tan iguales a los de ella, y para venerar ese trocito de carne rosa e hinchada que le imploraba entre sus muslos.

Pero no podía moverse.

La excitación de la rubia la tenía embelesada; era una escena tan sensual que empezó a tocarse mientras se acercaba a la bañera.

No pudo reprimir un gemido gutural que sobresaltó a Tiffany, quien, al levantar la cabeza y abrir los párpados, tenía los ojos anegados de lujuria y

Sensualidad.

—No pares, por favor. Quiero ver cómo te corres—dijo con una voz ronca que transmitía un intenso anhelo.

Tiffany detuvo la mano, pero no la apartó de su o.

—Lo siento, tae. Yo...

—Córrete para mí, Tiff. Continúa. Y piensa en mí. Lo que más quiero en el mundo en este momento es ver cómo gozas con tus propias manos. Estás muy guapa.

La más alta no se hacía una idea de la cautivadora que estaba con las mejillas sonrojadas y esa expresión de haberse abandonado al deseo.

Tiffany recorrió con ojos vacilantes el cuerpo que estaba frente a ella y se detuvo en sus duros pezones y luego es su húmedo o, que taeyeon tenía bien agarrados. Una mano en su pecho izquierdo y la otra entre sus muslos.

—No. Tú eres muy guapa, tae. La persona más guapa que he visto en la vida.

Pensaba que no podía estar más excitada de lo que estaba, pero casi alcanza el éxtasis al oír el susurro de Tiffany en plan «fóllame».

Saber lo mucho que la deseaba le hizo perder la cabeza.

Cuando sus miradas se cruzaron, quedaron unidas por un lazo invisible.

Tiffany comenzó a mover la mano y, a medida que lo hacía, sus ojos transmitían aún más erotismo.

Taeyeon le respondió gimiendo y tocándose.

Se observaban con una pasión sin límites ni restricciones. Tiffany se lamía los labios con desenfreno y sin mostrar un ápice de inhibición mientras la morena se estremecía a punto de explotar.

Sin desviar ni por un instante la mirada Tiffany empezó a susurrar su nombre entre jadeos y gemidos que la hacían palpitar y crear una red de deseo tan potente que a taeyeon le empezó a correr el sudor por la frente y las piernas le flaquearon.

—Eso es, preciosa. Llega hasta el final—le pidió aumentando la fuerza con la que se masturbaba.

Verla gozar sin ningún tipo de inhibición le producía tal placer visual, lo que aumentó la presión que sentía en su interior.

Varios mechones de sedoso pelo negro se habían soltado del pasador con el que se sujetaba la melena y le enmarcaban el rostro rozándole los hombros.

El banquete que veía ante sus ojos la tenía embrujada, intoxicada y cautivada.

Tiffany deslizó dos dedos por el clítoris y los introdujo en la estrecha cavidad, empezó a meterlos y sacarlos con fuertes y profundas embestidas. Acompañaba cada movimiento con un gemido y cada vez se metía los dedos más dentro y más rápido.

Taeyeon también aumentó el ritmo para que fueran acompasados.

—Córrete para mí—le exigió consciente de que, por mucho que deseara quedarse contemplándola durante el resto de sus días, no aguantaría mucho más tiempo.

La rubia volvió a dirigir los dedos al clítoris, que se deslizaban con facilidad por el húmedo e hinchado trocito de piel. Dejó caer la cabeza hacia atrás y emitió un largo gemido gutural. Alcanzó un clímax intenso, gritando su nombre con la espalda arqueada y con estremecimientos que le recorrían todo el cuerpo.

Incapaz de contenerse ni un segundo más, taeyeon explotó.

Tiffany se reclinó con la respiración entrecortada y los ojos vidriosos.

Taeyeon se lavó las manos a toda prisa y cruzó el espacio que los separaba para meterse en la bañera. Atrajo hacia ella el cuerpo pálido, que no opuso resistencia, y le cubrió la boca con un beso lánguido y tierno.

La rubia se apartó y desvió la mirada abochornada:

—No puedo creerme que haya hecho eso.

—No, Tiff—le cogió la barbilla para levantarle la cabeza y mirarla a los ojos—Jamás te sientas avergonzada conmigo. Eres preciosa. La mujer más atractiva que he visto en la vida. Ver cómo te masturbabas me ha puesto tan

Cachonda que me extraña que no me haya dado un ataque cardiaco. Ha sido increíble. No hay de qué avergonzarse.

Deseaba ser capaz de expresar lo mucho que le gustaría compartir con la ojiazul todas sus intimidades y la obsesión que sentía por estar cerca de ella.

Se sentó en un asiento encastrado en la bañera y se apoyó en el respaldo, mientras el agua le lamía el torso. La colocó entre sus piernas y la rubia acomodó su cuerpo, apoyando la espalda contra su pecho.

Taeyeon la abrazó por la cintura para que no resbalara. Cuando sintió su cuerpo relajado apoyado sobre ella casi suspiró extasiada.

Enterró el rostro en su pelo y al oler su cautivador aroma por primera vez en tres días sintió que por fin había vuelto a casa.

—Es que nadie me había visto hacerlo antes. Ya te he dicho que no tengo mucha experiencia—susurró—Te he echado de menos. Sé que fui yo la que te apartó de mí. No debería haberlo hecho. Lo único que quería era que compartieras conmigo tu pasado y que me ayudaras a comprender lo que ocurrió la otra noche. Lo siento de veras, tae. Yo...

—Chsss... Calla—acercó la boca a su oído y susurró—No ha sido por tu culpa, Tiff.

Sus disculpas le hacían daño en el pecho, ya que era ella quien debería estar de rodillas pidiéndole perdón por no haberla tratado bien, por haberla apartado.

Pero es que jamás había estado con una mujer que de verdad quisiera estar a su lado, con una mujer a quien le importara tanto como para intentarlo.

—Es culpa de mi trauma. Es algo que no le he contado a nadie. ¡Ni siquiera se lo conté al loquero al que mi mamá me envió cuando pasó lo que pasó! Al menos no todo.

— ¿Bora te mandó a un psicólogo?—preguntó pensativa en voz baja.

Tiffany tenía las manos sobre los brazos que le rodeaban la cintura y las apretó con delicadeza a modo de consuelo.

Aunque el agua que lamía su piel aún estaba caliente, taeyeon sintió un escalofrío. Tomó aire y lo exhaló poco a poco, consciente de que en ese momento ya no había vuelta atrás.

Era hora de arriesgarlo todo, de poner todas las cartas sobre la mesa y rezar por salir vencedor, porque la rubia la quisiera lo suficiente como para quedarse a su lado.

En realidad sí que confiaba en Tiffany, pero ¿de verdad quería sacar a la luz sus miedos irracionales y sus complejos?

Bueno no, por supuesto que no tenía ni puñetera gana de hablar de eso. Sin embargo, le obsesionaba estar con esa mujer que descansaba entre sus brazos con una fe y una confianza plenas en ella, y con una paciencia y una dulzura que la tenían cautivada.

«Nada se interpondrá entre nosotras. Jamás».

—Sí. Estuve yendo a la consulta del doctor Schuester más de un año—comentó con un tono vacilante y seco, como si sus instintos libraran una batalla contra sus sentimientos—Mi mamá quería asegurarse de que estaba bien emocionalmente.

Tiffany volvió a colocarse en la bañera presionando su cuerpo contra el de la morena para acercarse todo lo posible.

Deslizó las manos por los brazos hasta encontrar las suyas, que estaban bajo el agua, y entrelazó los dedos con los de ella.

Taeyeon inhaló su aroma, que la embargó por completo, cuando la rubia inclinó la cabeza para apoyarse en su mandíbula.

— ¿Tae?—susurró con suavidad.

— ¿Sí?—preguntó apretándole los dedos con delicadeza.

—Te quiero—lo dijo tan bajito que apenas la oyó—Me encanta todo tu ser, adoro cada parte de ti. Nada de lo que te haya ocurrido en el pasado cambiará eso. Te quiero hasta cuando te vuelves mandona.

—Yo no soy mandona—repuso como por reflejo mientras las paredes del corazón se le desmoronaban para que pudiera salir volando.

¡Madre mía!

Llevaba tiempo queriendo oír esas palabras de su boca, pero jamás se había imaginado que ese momento sería tan maravilloso.

No tenía muy claro qué había hecho para merecer a una mujer como la rubia, pero no era idiota; se la pensaba quedar.

—Sabes que no dejaré que me abandones en la vida, ¿verdad?

En realidad no le estaba haciendo una pregunta, sino dejando claras sus intenciones.

—No te lo he dicho para ponerte en un compromiso. Tan solo quería que lo supieras—con una entonación más relajada añadió—Y sí que eres una mandona. Venga, cuéntame lo del doctor Schuester.

¿En un compromiso?

La rubia no era ningún compromiso.

Era su vida entera.

Emocionada, la estrechó entre los brazos con fuerza.

« ¡Me quiere!».

Empezó a sentirse relajada a medida que la tensión abandonaba su cuerpo.

De pronto hablar del pasado no le parecía tan difícil. Obviamente, preferiría

Llevarse a esta mujer a la cama y mostrarle lo mucho que la idolatraba, pero quería hacerlo habiéndose sincerado.

Necesitaba explicarle lo que había ocurrido la otra noche y la única manera de hacerlo era hablando del pasado.

« ¡Me quiere!».

Se dispuso a contarle toda la verdad.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas