Heladería..... Terremoto?!

El Círculo de Fuego (Old Magic)
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TIFFANY

El viernes estamos todos reunidos en el porche que hay delante de la cantina del colegio. Sunny y yo no la frecuentamos mucho. No hay ningún cartel que ponga «Sólo para guays», pero ni falta que hace. Todo el mundo sabe que esas mesas son su lugar de reunión favorito. Llueve, y un helado viento nos traspasa el uniforme. Ojalá me hubiera puesto la chaqueta y el jersey marrón de lana. La cantina es el único sitio del colegio donde nos podemos refugiar cuando hace mal tiempo. Se supone que es lo bastante grande para cobijarnos a todos, pero eso solo podría ocurrir si fuéramos ovejas en lugar de personas .He tenido prácticamente toda la semana para pensar en Taeyeon. No es que lo haya hecho por gusto, pero mi cerebro se niega a pensar en otra cosa. No he vuelto a encontrarme con ella desde el día en que llegó al colegio; mejor dicho, ha sido ella quien no ha querido encontrarse conmigo y se ha mantenido siempre a una prudente distancia. Así que, si eso es lo que quiere, no tengo más remedio que aceptarlo. Sé por qué se comporta así y por qué se ha juntado con ese grupo: no es sólo porque cree que estoy chalada; es que está muerta de miedo, aterrorizada con mis teorías acerca de la mala suerte de su familia

.-Parece que se ha adaptado bastante bien -me dice Sunny, mientras da pequeños sorbos a su chocolate-.Claro que. ¿por qué no iba a ser así? -añade- estar bueno siempre ha sido importante para esa panda. Además, diría que esta nerviosilla, ¿tú qué opinas?

En mi campo de visión está el brazo de Taeyeon, despreocupadamente apoyado sobre los hombros de Im Yoona.. Intento desviar la vista de sus dedos, que acarician rítmicamente el brazo de la chica, pero, por desgracia, de lo que no puedo apartar la mente es de la chillona voz de Yoona, que no deja de pavonearse mientras parlotea sobre el frío que tiene, a pesar de que lleva leotardos, un jersey y una chaqueta. Intento concentrarme en las palabras de mi amiga. ¿Taeyeon, nerviosilla? Si, supongo que sí, pero  ¿expresar mis pensamientos en voz alta? De eso, ni hablar. Si Sunny descubriera mis verdaderos sentimientos, se pasaría los próximos diez siglos dándomela lata .De repente, Taeyeon se vuelve y me mira. Nuestros ojos se encuentran durante un instante que queda suspendido en el tiempo. Trago saliva, el timbre suena y, lentamente, regresamos a clase. No he contestado a la pregunta de Sunny, pero mi amiga parece que ha interpretado mi silencio como un asentimiento.

-Me refiero a que parece tan torpe... -prosigue-. Las cosas se le caen constantemente. Como el otro día, con aquellos huevos crudos, en Tecnología de la Alimentación, ¡que desastre organizó! ¿Y qué me dices de lo de los pollos...? Se suponía que debía encerrarlos en las jaulas de la clase de Agricultura. Lo curioso es que todo eso hace que parezca aún más guapa, si es que eso es posible. Hasta las gafas le sientan bien.

Sus comentarios me ponen los nervios de punta.

-¡Oh, ya vale, Sun!

-¡Eh! ¿Qué pasa contigo? – exclama, al tiempo que tira el vaso de plástico a una papelera. Le lanzo una mirada que, de haber ido acompañada de los cánticos adecuados, le habría provocado una súbita erupción de acné en todo el rostro, pero me he equivocado, y ella se ha dado cuenta.

-¡Oh, Dios mío! -masculla con media sonrisa-. ¡Conque es eso! Te ha dado fuerte, ¿verdad?

-No sé de qué me hablas -miento, pero es cierto. Me ha dado fuerte, de lleno, como una obsesión. Y no me gusta sentirme vulnerable. ¡Jesús! Me paso el día pendiente de ella, de lo que hace, de donde está, de con quien habla, de lo que estará pensando... Me está volviendo loca.

Formamos un grupo y entramos por el pasillo. Por lo menos, en clase estaremos calientes. Será lo único bueno.  Sunny se ríe ruidosamente, divertida por la sola idea de saber que estoy colada por Taeyeon: y, para ser sincera, debo admitir que entiendo sus razones. Esa chica está fuera de mi alcance, ha sido aceptada por la elite. ¿Qué podría querer de mí? Si sus actuales colegas la pillaran confraternizando con alguno de los «raros», como yo, lo expulsarían inmediatamente. Nadie habla con Sunny o conmigo a menos que sea imprescindible. Somos diferentes y no encajamos con las estrictas reglas sociales. Sunny es demasiado pobre. Sus agujereados zapatos, la estropeada mochila, el uniforme de segunda mano y la ropa usada que viste son elocuentes: nunca podría permitirse ir a la moda. Pero es que además va conmigo, con Cara de Miedo, como a Pecs le gusta llamarme.

 Si, Sunny ha sido mi amiga desde primaria, cuando yo era la única que no se burlaba de su ropa prestada y pasada de moda ni hacia comentarios hirientes acerca de los escasos medios de su familia. Todo el mundo sabe que los Lee viven de la caridad. Cinco críos y un padre que se esfumó nada más nacer el más pequeño ha de ser duro.

-¡Coladita! -exclama, todavía riéndose. Dado mi estado de ánimo, su comentario me resbala.-Debo hacer algo para animarte -me dice, dándose la vuelta e incomodando a los demás, que han de apartarse para pasar porque buscan el calor del aula-. Vayamos a ver una película esta noche. Hoy es viernes.

El cine de aquí es una vieja iglesia anglicana acondicionada y que sólo proyecta tres sesiones a la semana: los viernes por la noche, los sábados y los domingos por la tarde. Comentamos que dan una que va de un juicio a una bruja, en el siglo XVI, y nos echamos a reír.

-Olvídalo -decimos a la vez, y nuestra risa se transforma en una carcajada. Al final, decidimos que iremos a tomar algo a La Heladería, un bar del pueblo. Mi humor ha mejorado y eso me ayudará a sobrellevar el día. El colegio de Ashpeak es tan pequeño que el antepenúltimo curso, veintisiete chavales, cabe en una sola clase; la única vez que nos dividimos es cuando se imparten las asignaturas optativas. Con la vida social ocurre algo parecido: el único sitio del pueblo que vale la pena es La Heladería. Sus propietarios son una familia italiana que lleva viviendo en la montaña más tiempo que yo. El sitio tiene un ambiente muy de su país y el capuchino es estupendo; también es el único vínculo de Ashpeak con la cultura. Quedamos en que nos encontraremos a las ocho, y me paso el resto del día preguntándome si Taeyeon también se pasará por allí y si irá con Im Yoona.

Yoona y Taeyeon. Solo de pensarlo se me ponen los nervios de punta. Soy incapaz de concentrarme y al final tengo otro bajón. Naturalmente que irá y que llevara a Yoona. Ese grupo siempre se reúne en La Heladería. No hay otro sitio adonde ir. Al final de la jornada, me he convencido de que la única razón por la que siento interés por Taeyeon es porque me preocupa su bienestar. Al menos, aparte de lo que puede haber provocado con su innata torpeza, no ha sucedido nada anormal o inexplicable. Una de dos: o mantiene un férreo control sobre sus emociones o el pasado lunes metí la pata a lo grande, y ella no tuvo nada que ver con la tormenta. En este momento, lo ocurrido parece que hubiera sido un sueño, aunque hayan tenido que improvisar un nuevo laboratorio en el bloque de Administración mientras duran las obras. Pero ¿y aquel viento en la tienda de BoA? ¿Fue también cosa de mi imaginación? Si Taeyeon no tiene ningún don, entonces habré hecho el más espantoso de los ridículos y le habré dado a una desconocida munición suficiente para que consiga que todo el pueblo se ría en mis narices, y no digamos a mis espaldas.

La posibilidad es preocupante, y solo de pensar en ella me sofoco como si hubiera metido la cabeza en un horno. Resulta un alivio que las clases terminen. El helado viento del exterior me refresca, y me pongo a repasar todas y cada una de las estupideces que le dije a Taeyeon, palabra por palabra. Mientras camino hacia mi casa sé que, lo mire como lo mire, lo he estropeado todo.

 

La Heladería está abarrotada. Según parece, todo el mundo ha venido aquí. Todos menos Taeyeon. Sin embargo, está Im Yoona en compañía de una ruidosa pandilla, en su mayoría chicos: Pecs, Ryan, Pete O'Donnell. Los de siempre. Me pregunto que habrá pasado con Jessica. Pecs tiene el brazo extendido sobre el respaldo del asiento de Yoona y de vez en cuando su mano se desliza hasta el hombro de ella y lo acaricia de manera repugnante. Sunny se da cuenta de ese jugueteo.

-Mira eso -dice con tono de disgusto y señalando al grupo con un gesto de la cabeza.

Pecs y sus amigos ocupan dos mesas centrales, que han juntado. No va ser fácil hacer como si no estuvieran.

-¿Te has enterado? -prosigue- Dicen que Jessica le ha enseñado los dientes a Pecs.

Me quedo mirándola. Eso es una noticia bomba. Sunny tiene toda mi atención.-Por lo que cuentan, le ha dado un ultimátum: o acepta a Taeyeon en su pandilla o ya puede marcharse con viento fresco. ¿Lo puedes creer? Bajo el aspecto de matón de Pecs se esconde un gatito que besa los pies de Su Alteza. Y eso no es todo –añade de corrido- se rumorea que Jessica tiene a Taeyeon loquita por sus huesos.

Tengo que hacer un esfuerzo para acordarme de respirar.-Naturalmente, Im Yoona no dice una palabra. Sabe cuál es su lugar -concluye mi amiga.

Intento asimilar toda esa información, y la imagen de Pecs convertido en una bola peluda arrodillado a los pies de  Jessica casi hace que estalle en una carcajada. Eso demuestra quien manda aquí. Las feministas estarían encantadas, y supongo que Taeyeon también. Sin embargo, aunque lo suyo con Jessica no es una sorpresa, me deja hecha polvo. Ha conseguido lo que deseaba desde el primer día: que la aceptaran. Me di cuenta de la fuerza de su deseo nada más conocerla, su ardiente necesidad de formar parte de un grupo. Se ha salido con la suya, porque son la pandilla más popular de todo el colegio. Taeyeon lo ha conseguido.

Estamos sentadas en un rincón, en la mesa más alejada de la puerta. No frecuentamos el local, pero, cuando venimos, este es mi sitio favorito, semi-escondido tras la esquina de la barra, cerca de la cocina y fuera de la vista de la gente. Creo que sé dónde se encuentra Taeyeon en este momento: en alguna parte con Jung Jessica. Probablemente habrán ido antes al cine. Se me encoge el estómago cuando pienso que puede estar viendo lo que dan esta semana. Esa basura acerca de una bruja a la que queman en la hoguera. Al cabo de media hora, entran ambos en La Heladería. Jessica menea las caderas mientras va de mesa en mesa. Sus largas piernas le dan un aspecto elegante, y lleva el pelo suelto sobre los hombros, de manera que se le ondula cada vez que vuelve la cabeza para asegurarse de que Taeyeon le sigue los pasos. La pobre, lo mismo podría llevar una correa atada al cuello .Hago un esfuerzo para apartar la mirada de la brillante, ajustada y roja minifalda de Jessica. Las medias

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Comments

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Kidden
#1
Genial! Gracias por adaptar esta historia :D
Leyla_quiroz #2
Chapter 30: Epilogo!!!!!!!!!!!!!!!!
HwangTiffany_801 #3
Chapter 30: Estuvo buena la historia pero me gustaría epilogo pero me conformo con que quedaran juntas
LlamaAmerica #4
Chapter 30: Fue genial enserio muchas Gracias<3
❤❤❤❤❤❤❤
shizuma123 #5
Chapter 30: Buenisimooooooio
Pink_gangstah #6
Chapter 28: Ya puedo volver a respirar (?) que bueno que lo mato e.e
Skyth06
#7
Chapter 30: omg me gustó la vdd
Skyth06
#8
Chapter 28: omg buenisimoo contii
LlamaAmerica #9
Chapter 24: Sigueeeeeeee por fa! !!!!!
LlamaAmerica #10
Chapter 21: Ahhhhhh Tae tiene que hacer algo!!!!!