No estamos solos
Mi vida eres túLas luces matinales le avisaban al joven padre que era hora de despertar a su vástago, pues lo conocía de sobra como para saber que ignoraría el despertador.
—Junjin, hora de desayunar, gritó con su angelical voz a lo que obtuvo como respuesta un vago “ya voy” H yesung chasqueo la lengua mientras servía el desayuno suyo y el de su hijo, a sus 30 años Hyesung era un viudo, que no de ser por su hijo se hubiese sumido en una gran depresión, la madre de Junjin había muerto cuando este apenas tenía ocho años, y de alguna manera lo había convertido en una persona un poco más sensible y rebelde, y no era que Hyesung haya sido un mal padre cuando incluso hacia el papel de madre por igual, más bien se debía a que su padre jamás le negaba nada y es que cuando se trataba de su hijo Hyesung se volvía débil. Tal vez decía así mismo si consiguiera una buena mujer su hijo dejaría de ser tan rebelde, pero el hecho de que ya le hubieran engañado antes, hacia nacer en él muchos temores de que una mala mujer terminara alejándolo de su hijo que era lo que más amaba en la vida y terminaba como siempre culpándose a sí mismo por haberlo “consentido demasiado”
—Jinnie! A desayunar gritó por segunda vez, mientras su hijo bajaba corriendo las escaleras, con su mochila sobre el hombro izquierdo, mientras escuchaba los regaños y advertencias de su padre por sus acciones.
—Buenos días papá, dijo sonriente mientras se sentaba en el lado opuesto donde se encontraba su padre, estas molesto, pregunto inocentemente lo que hizo sonreír a Hyesung
Luego de unos cuantos regaños más por parte de su padre, termino su desayuno a Junjin siempre le parecía divertida la expresión de su padre cuando se enojaba, pero lo quería demasiado como para buscar un enfrentamiento con él. Después ambos salieron del departamento que alquilaban notando como un sinnúmero de cosas eran llevadas al departamento contiguo al suyo
—Oh mira papá, nuevos vecinos, observó Junjin, llamando la atención de su padre.Ojalá y tengan una linda hija, murmuró.
—Vámonos Jinnie, llegaras tarde a tu primer día de clases. Dijo Hyesung meneando la cabeza ante las palabras de su hijo
—Está bien mommy bird, sonrió Junjin mientras su padre revolvía su cabello, no era como si no le gustara el apodo, que su hijo en sus jóvenes años de paternidad le había asignado, Junjin apenas y tenía cuatro años cuando en la televisión transmitían inglés para niños, encantado por como la voz femenina pronunciaba los nombres de cada uno de los miembros de una familia de aves, empezó a recitar cada uno de los nombres con un pequeño detalle y era que al mencionar los padres, había cambiado el orden y su Hyesung appa, había terminado siendo su mommy bird; pero cuando Junjin utilizaba ese apodo era seguro que le pediría algo y el joven padre apenas y había conseguido trabajo en una empresa de publicidad, además por ningún motivo iba a dejar faltar a su hijo a su primer día de clases, por lo que su expresión se torno seria
—Vamos dijo al fin, observando el rictus de decepción que se formaba en el rostro de su hijo
—Es en serio, tengo que ir, se decidió por fin Junjin.
—Por supuesto, ya te lo había dicho antes por ningún motivo dejaré que pierdas clases
—Pero solo es el primer día, papá , además puede que los vecinos necesiten ayuda sonrió pícaramente Junjin
—Olvídalo y sube al auto de una vez, llegaremos tarde, advirtió con seriedad Hyesung, mientras su hijo avanzaba hacia el modesto coche donde se hacinaron con rumbo a la escuela.
Mientras tanto en el mismo edificio
—Appa, seguro que no pasará nada si faltó hoy, pregunto el muchacho a su padre que se encontraba trayendo algunas cajas.
—No lo creo ya sabes que siempre es lo mismo, los profesores se presentan, te entregan tus horarios, blablabla, además necesito tu ayuda le respondió el hombre colocando las cajas en el piso.
—Está bien se apresuro el muchacho, a sacar las cosas que venían en las cajas y acomodarlas en los muebles que hace poco lograron no sin un gran esfuerzo acomodar en el departamento
—Y papá, en tu nuevo trabajo no te dirán nada
—No te preocupes Andy, pedí el día libre, empiezo desde mañana, también lo hice para ti, no creas que no pienso en ti, tus horarios están en el coche y tu lista de materias igual, sonrió Eric a su hijo, con quien acababan de llegar de los Estados Unidos, luego de que la madre de Andy los abandonara Eric paso por una gran depresión que lo separo por un tiempo de su hijo, pero al observar el temple del mismo para lidiar con esa situación, Eric decidió recuperarse y busco una nueva vida, así fue como dos años después decidió volver a la tierra de sus padres y buscar un trabajo, algo que se le ajustaba muy bien siempre habían sido las cámaras y las computadoras, por lo que conseguir un empleo en un área de diseño y edición no le fue tan difícil, lo mismo paso cuando buscaba un lugar para vivir junto con su lindo hijo, de apenas 16 años de edad, era como si el destino lo quisiera en esos lugares, y muchas veces sonreía ante esa idea.
El resto de la tarde la pequeña familia se paso acomodando sus pertenencias en sus cuartos respectivos, aunque Eric provenía de una familia acaudalada su dignidad estaba antes, tal vez las heridas que abrieron sus padres al reprocharle siempre por haberse casado con la madre de Andy lo detenían siempre ante la idea de pedirles ayuda, sus pensamientos fueron distraídos por su hijo que sostenía una foto entre sus manos, y la observaba como conteniendo las ganas de llorar
—Qué sucede Andy, pregunto Eric viendo resbalar una traviesa lagrimilla por las mejillas de su hijo
—Nada, solo que extrañaré mucho a mis amigos appa, hablo triste Andy
—Ya tendrás tiempo de hablar con ellos y de hacer nuevos amigos aquí, creo que nuestro vecino tiene un hijo de tu edad, hablo Eric para tranquilizarlo
—¿Cómo puedes saber eso?, pregunto confundido
—Lo siento es que todo el edificio habla de ellos, se excusó Eric, obteniendo una sonrisa divertida por parte de su hijo.
Comments