Profesor
Crazy In Love (Spanish)A la mañana siguiente, cuando me desperté, estaba sola. Chaerin se había ido. Una lástima, porque ahora las dos hubiéramos estado bastante espabiladas para…
Salté de la cama y fui a mirar por la ventana. Me deslumbró la blancura más blanca que había visto en toda mi vida. Justo delante de la casa había nieve sobre una pendiente y un prado, porque seguro que en verano aquello era un prado y parecía esperarnos.
Busqué el baño y lo encontré. Entonces me di cuenta de dónde había sacado Chaerin algunas de sus ideas para el lujoso baño que tenía en su casa. Me duché y bajé.
Ella estaba en la cocina. ¿Dónde iba a estar? Delante de ella, en el fuego, chisporroteaban unos huevos en la sartén y sobre la mesa había una bandeja con bollos, además de dos platos para el desayuno y un vaso lleno de zumo de naranja.
Al entrar me comentó.
-También hay cereales, si te apetecen.
Me dirigí a ella y le di un beso en la mejilla.
-Lo primero de todo es dar los buenos días.- dije sonriente.
Ella también sonrió.
-¿Quieres bacon con los huevos?, ¿Revueltos o fritos?-
Me volvió a sorprender su faceta de ama de casa. Parecía muy absorbida en su papel, aunque aquello encajaba muy poco con su forma de actuar en el resto de sus actividades.
-¿Al final me subí ayer en el dichoso toro?- pregunté en plan de broma. -Este desayuno me hace pensar que sí.
-Los yanquis piensan que es lo normal.- dijo. -Y yo creo que al menos la primera mañana, debemos seguir sus costumbres.- se dirigió a la mesa y repartió la tortilla en los dos platos. -Siéntate, no se vaya a enfriar.-
-Nunca me he puesto unos esquís.- dije algo turbada. -No sé si voy a poder disfrutarlo.-
-Seguro que sí.- replicó. -En cuanto desayunemos, iremos a la Buttermilk Mountain, donde nos espera tu profesor de esquí.
-¿Buttermilk Mountain?- pregunté. -¿De veras se llama así?-
-Sí.- contestó mientras se terminaba su desayuno. -Y es una pista muy indicada para los principiantes.-
-Pero eso no va a ser nada para ti.- dije.
-Hay algunas bajadas agradables.- contestó. -No son demasiado complicadas, pero primero es necesario acostumbrarse a la nieve. En el gimnasio de casa he estado haciendo prácticas de esquí estas últimas semanas, pero, de todas formas, la primera vez que se baja no hay que excederse.- me miró durante unos segundos. Luego dudó y habló entre carraspeos. -Humm…, además…, con respecto a lo de anoche… lo siento…, no quería.-
Tuve que sonreír.
-Estabas cansada.- dije. -Y yo también. No tiene importancia.- la miré y luego bajé la cabeza. -Al contrario, ha sido muy bonito dormir debajo de ti.-
Ella carraspeó de nuevo y se levantó.
-Voy arriba y me cambio de ropa. Acaba con toda tranquilidad.- salió de la cocina.
Yo la seguí con la mirada y sonreí. Para ella resultaba muy embarazoso eso de haberse quedado dormida. Era tan tierna…
Me dediqué a los bollos unos instantes más y luego subí al piso de arriba.
-¿No me habías amenazado con el café americano?- grité, para que me oyera desde su habitación.
-No quise hacerte pasar por eso.- respondió también a gritos. –He traído café del nuestro. El de aquí no se puede tomar.- salió vestida con ropa de esquiar. -Claro que, si te apetece, en la pista puedes tomarte uno. Seguro que vas a tardar meses en olvidar su sabor. Ése fue el error que cometí la primera vez que vine aquí.- exclamó con aire divertido.
-En tal caso, prefiero renunciar.- dije entre escalofríos. Luego la miré. -Magnífico traje.- aseguré. Es verdad que el traje me parecía estupendo, pero me lo parecía mucho más lo que iba dentro de él.
-Tenemos que ir a comprar algo para ti.- repuso sin darle la menor importancia a mi comentario. -De lo contrario te vas a congelar.- pasó por delante de mí y bajó la escalera.
Yo la seguí mientras me ponía la chaqueta.
-Vamos con el SUV.- dijo.
-¿Qué significa eso?- pregunté. -Nunca había oído esa abreviatura.-
-SportsUtilityVehicle.- tradujo. -Jeep, camión, combi, furgoneta, todoterreno, limusina de lujo…, todo en uno. Mi LandRover a su lado es un coche pequeño.-
-Ah.-
-Usarlo en la ciudad me parece un poco bobo.- dijo. -A pesar de que, si se pueden permitir ese lujo, son muchos los americanos que tienen uno. Pero aquí, en las montañas, es muy práctico, fuerte y cómodo.-
Abandonamos la casa y fuimos hacia abajo, donde estaba el SUV.
-Ford Explorer.- dijo Chaerin.
Chaerin debía de conocer aquel modelo. Nos subimos en él. Era un coche increíble. Por fuera tenía el aspecto de un camión muy grande y potente, pero lo que más me sorprendió es que, cuando estuve dentro de él, tuve casi la misma sensación que tenía al sentarme en el Jaguar de Chaerin, sólo que el SUV era mucho más alto.
Chaerin condujo y el crujido de la nieve bajo las ruedas me produjo una sensación de irrealidad. Aquello no podía ser verdad. Ya me había ocurrido muchas veces mientras estaba con ella, pero no me podía acostumbrar.
Primero nos dirigimos a una tienda de Aspen para comprar todo mi equipo de esquí. Luego fuimos a la Buttermilk Mountain. Estaba a unos pocos kilómetros. Chaerin estacionó el Explorer en un gran aparcamiento y luego se acercó a una cabaña de madera. Entró y preguntó por el profesor de esquí y poco después se nos acercó unhombre joven y sonriente.
-Jiyong.- dijo. -Les ruego que me llamenGD.-sonrió con simpatía y nos miró, primero a Chaerin y luego a mí. -¿Cuál de las dos va a hacer el curso?-
Chaerin me señaló.
-Ella.-
<
Comments